Perú
La guerra sucia cae
sobre Humala
Por Ángel Páez
Inter Press Service (IPS), febrero 2006
Lima. Tras haber
alcanzado a velocidad de un fenómeno el primer lugar en las encuestas
de intención de voto para la presidencia de Perú, el candidato
nacionalista Ollanta Humala sufre ahora una notoria caída de
popularidad debido a la exposición de su pasado como oficial del ejército.
Testimonios de
familiares de víctimas de la represión militar acusan a Humala de
haber violado los derechos humanos en su actuación como jefe de la
base contrainsurgente de Madre Mía, una localidad enclavada en el
amazónico valle del Alto Huallaga, en 1992, cuando las columnas
armadas de Sendero Luminoso cobraron fuerza al aliarse con traficantes
de drogas.
"No he matado a
nadie, no he torturado a nadie", dice repetidas veces a la prensa
y a sus seguidores en sus mítines en busca del gobierno de Perú en
la primera vuelta electoral del 9 de abril.
Pero Humala ha tenido
dificultades con la verdad. Parientes de personas torturadas,
desparecidas o asesinadas declararon a los medios de comunicación que
el ahora candidato a suceder a Alejandro Toledo usó el apelativo de
"capitán Carlos" en su actuación en Madre Mía y dicen
reconocerlo en las fotografías de la época.
El líder nacionalista
primero negó ser el oficial de nombre falso, luego rectificó y dijo
que era uno de los cuatro militares que utilizaron ese nombre de
guerra y que lo estaban confundiendo. Después afirmó que hubo un
violador de los derechos humanos que efectivamente se hacía llamar
capitán Carlos, y que él sabía quién era pero que no lo iba a
decir.
Fuentes del despacho de
la fiscal superior Luz Ibáñez, que coordina la investigación del
Ministerio Público de los casos de violaciones de derechos humanos
atribuidos a Humala, informaron a IPS que han comenzado a recolectar
los testimonios y que próximamente se desplazarán a la localidad de
Madre Mía.
"No sólo se trata
del caso de Ollanta Humala, porque en el periodo que actuó en la zona
también habían otros tres capitanes Carlos", dijeron.
"Que me denuncien,
yo voy a responder a todos los cargos. Que me metan preso si quieren,
pero el nacionalismo avanzará", se ha defendido Humala públicamente.
"Que me cite el juez, yo me haré presente", añadió,
mientras siguen apareciendo testigos. Al menos hay cinco personas que
lo señalan de modo directo.
Ollanta Humala Tasso se
graduó en 1984 en la Escuela Militar de Chorrillos, quedando en el
puesto 59 entre los 150 alumnos. Escogió la especialidad de artillería.
Su foja de servicios de 24 años y 10 días de carrera militar no
indica qué hizo en 1983. De ese modo no consigna un dato fundamental
que él tampoco se molesta en referir.
Es que entre octubre y
noviembre de ese año hizo un curso en la Escuela de las Américas, el
tristemente célebre centro militar estadounidense donde muchos
oficiales latinoamericanos se entrenaron en prácticas de tortura y
asesinatos en el marco de la llamada lucha contra el comunismo, con
manuales violatorios de los más elementos derechos humanos.
En la Escuela de las Américas
se graduaron, entre otros oficiales del ejército peruano, Vladimiro
Montesinos, el ex asesor de inteligencia del presidente Alberto
Fujimori (1990-2000), preso actualmente acusado entre otros delitos de
ejecuciones extrajudiciales.
También aparecen en
esa lista Telmo Hurtado Hurtado, hoy buscado por la justicia y que en
1985 en el poblado andino de Accomarca fusiló y quemó a 69
campesinos, en su mayoría niños, niñas y mujeres, y Santiago Martín
Rivas, jefe del grupo paramilitar Colina, que bajo las órdenes de
Montesinos y la aprobación de Fujimori secuestró, torturó y asesinó
al menos a 35 personas.
La organización School
of Americas Watch (SOAW), que hace un seguimiento de los militares de
América Latina y el Caribe que se adiestraron en ese centro de
Estados Unidos, registra a Humala en el listado de graduados.
Ante multitudinarias
concentraciones de sus partidarios en plazas de distintos puntos del
país, Humala ha sostenido que las atribuciones de violaciones de los
derechos humanos que le hacen de cuando enfrentó al insurgente
Sendero Luminoso, es una campaña de desprestigio para que no gane las
elecciones. Además acusa a la prensa de haberse confabulado para
destruirle.
Es cierto que ningún
canal de televisión y radio de Lima lo apoya o simpatiza con su
candidatura, y que casi toda la prensa no oculta su afinidad con la
aspirante conservadora Lourdes Flores.
Este militar retirado,
de 43 años y originario de Lima, perdió la primacía en las simpatías
de los ciudadanos peruanos a manos de Flores, quien recuperó así el
puesto que el año pasado había ocupado en las encuestas de intención
de votos, manteniendo el tercer lugar el ex presidente Alan García
(1985-1990).
Pero la presunta autoría
de torturas, secuestros y asesinatos es otra realidad ante la que
tiene que responder, sobre todo porque poco o nada ha dicho al
respecto.
Humala ha preferido
exigir al ministro de Defensa, el ex general del ejército Marciano
Rengifo, que "responda a los reclamos de las organizaciones de
derechos humanos y a las autoridades" que piden información
sobre su actuación en Madre Mía.
"Hay cosas que
debe decir el ejército" sobre mis funciones en ese poblado, señaló.
Ya en otras ocasiones
el Ministerio de Defensa ha dicho formalmente que sus archivos sobre
la guerra antiguerrillera ha sido incinerado "por razones de
seguridad". Quizás no haya nada sobre el capitán Carlos, u
Ollanta Humala.
Otro de los argumentos
que esgrime el candidato nacionalista para defenderse es que el
informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, la
entidad que investigó la violencia política desatada entre 1980 y
2000 en Perú, "no consigna mi nombre en ninguna parte".
Es una media verdad.
No aparece en el
reporte de la Comisión, efectivamente, Humala como autor de
asesinatos y abusos contra civiles durante la guerra contra Sendero
Luminoso.
Sin embargo, el ex
presidente del cuerpo investigativo Salomón Lerner y dos ex
comisionados, Sofía Macher y Carlos Tapia, aclararon que, debido al
corto tiempo de indagación, numerosos testimonios quedaron pendientes
de documentación en muchos casos. Especialmente los que se recogieron
en la selva amazónica, donde actuó el capitán Carlos.
Además, en el archivo
de casos que la Comisión de la Verdad y Reconciliación no pudo
concluir, se encuentra al menos el testimonio de familiares de los
esposos Natividad Ávila Rivera y Benigno Sullca Castro, desaparecidos
en Madre Mía a manos del capitán Carlos, el 17 de junio de 1992. En
esa fecha, Ollanta Humala era el jefe de la base de dicha localidad.
Según el testimonio
registrado por la Comisión, al que tuvo acceso IPS, junto a este
matrimonio también fue detenido Jorge Sullca Castro, hermano de
Benigno, quien logró sobrevivir.
Jorge Sullca Castro
apareció en un programa de televisión para afirmar que el capitán
Carlos fue el asesino de su hermano y de su cuñada.
Luego, la hermana de
Natividad, Teresa Ávila, se sumó a los testimonios para decir
directamente a Ollanta Humala: "Tú eres el capitán Carlos, yo
te conozco".
Teresa Ávila sostuvo
que en junio de 1992, al enterarse de la detención de su hermana y de
su cuñado, fue a la base de Madre Mía y exigió al capitán Carlos,
a quien identificó como Ollanta Humala, que liberara a sus
familiares.
Pero el oficial se negó,
indicó. "Yo fui a suplicarle que los dejara en libertad. Yo lo
conozco, se lo digo en la cara", declaró Teresa Ávila quien, en
febrero de 2002, testimonió el caso ante la Comisión. En esa época
Humala ni se imaginaba que sería candidato a la presidencia.
"Ya he dicho que
me pongo a disposición de la justicia y que voy a responder por todo
lo que me imputan. Tengo la conciencia tranquila. No he matado a
nadie", reitera Humala.
Sin embargo, el único
capitán Carlos que dirigió la base militar de Madre Mía en 1992,
como está documentalmente demostrado, fue Ollanta Humala, el líder
nacionalista que tiene que resolver los problemas de su pasado antes
de acariciar un futuro de eventual presidente de Perú.
Humala dice
"cumplió como soldado" al combatir terrorismo en Perú
Agencia EFE
La Raza, Nueva York, 07/02/06
Lima. El candidato
nacionalista peruano, Ollanta Humala, afirmó que cumplió "sus
obligaciones como soldado" al combatir al terrorismo en su país,
en respuesta a las denuncias de presuntas violaciones a los derechos
humanos hechas en su contra. "Yo estoy dispuesto a someterme a la
justicia, yo no me corro... tengo la conciencia tranquila", indicó
a los periodistas el candidato que va segundo en intención de votos
con miras a los comicios del próximo 9 de abril.
Humala, de 43 años, ha
sido acusado por varias personas de haber cometido violaciones a los
derechos humanos mientras comandaba la base militar de la localidad
selvática de Madre Mía, en el departamento de San Martín.
El líder del Partido
Nacionalista dijo al respecto que "seguramente irán apareciendo
más denuncias, entre comillas, porque ha sido una zona de guerra y
ahora todos se le va a achacar a Ollanta Humala".
El candidato fue jefe
de la base militar en Madre Mía de 1992 a 1993, cuando arreciaban los
ataques de la banda maoísta Sendero Luminoso en los departamentos de
Junín, Huánuco y San Martín.
Al responder si actuó
en esa zona bajo el apelativo de "capitán Carlos González",
como indican los denunciantes, señaló que "le corresponde al
Ministerio de Defensa" entregar la información confidencial
sobre ese asunto.
Las denuncias contra
Humala, que han sido ampliamente recogidas por la prensa peruana,
refieren que después de una operación militar en junio de 1992
desaparecieron cinco personas que fueron llevadas a la base de Madre Mía.
Entre estos casos, ha
sido denunciado el de Hermes Estela, cuyo padre, Norvil, señaló al
programa de televisión "Panorama" que su hijo fue torturado
y su cuerpo desapareció en un río amazónico.
La profesora Aurea
Felipe indicó que su esposo Miguel Angel Herrera desapareció en la
misma fecha y que tuvo que mudarse de localidad porque los militares
le prohibieron que preguntara por su cónyuge y que siga en sus búsqueda.
Natividad Avila refirió
que sus hermanos Teresa y Jorge también desaparecieron tras ser
detenidos entonces por los militares.
Las tres personas
presentaron meses después del suceso, en 1992, sus denuncias ante la
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDH) e identificaron al
jefe militar como "capitán Carlos".
La CNDH exigió la
pasada semana a la justicia que investigue las denuncias, después de
que los testigos identificaran a Ollanta Humala como el jefe militar
de la base.
El organismo de
Derechos Humanos informó de que otras cinco personas que
sobrevivieron a las torturas en la base militar también han
identificado a Humala y esperan garantías para su vida para dar sus
testimonios ante el Ministerio Público.
La hoja de servicios
del ex comandante Humala, a la que tuvo acceso EFE, señala que fue
jefe de patrulla en Ayacucho entre enero y julio de 1985, cuando los
enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y Sendero Luminoso se
encontraban en su punto más crítico.
Tras recibir un curso
de especialización en interrogatorios y lucha antiterrorista, entre
enero y octubre de 1991, el actual candidato fue trasladado en enero
de 1992 a la base de Madre Mía, a 700 kilómetros al este de Lima.
Humala permaneció en
ese lugar hasta febrero del año siguiente al mando del Batallón
Antiterrorista 313.
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