El impacto de la fábricas
de celulosa
Grupo Guayabira (*),
Montevideo, 14/02/06
Algunas
observaciones del Grupo Guayubira al informe de Pacific Consultants
International sobre el impacto acumulado de las fábricas de celulosa
en Uruguay
Tal como se le planteó
oportunamente a los funcionarios del Banco Mundial, el Grupo Guayubira
considera que el borrador de informe del impacto acumulado de las
plantas de celulosa producido por la consultara Pacific Consultants
International no tiene la seriedad necesaria como para constituirse en
el elemento central de la consulta que está llevando a cabo la CFI.
En efecto, el informe se muestra totalmente sesgado, tanto a favor de
la forestación como en lo respecta a las plantas de celulosa. Para
llegar a sus conclusiones, apela tanto a la manipulación como al
ocultamiento de información.
A lo largo del informe,
los consultores se esfuerzan por demostrar que ni las extensas
plantaciones de eucalipto (que se ampliarían en 65.000 hectáreas
adicionales en la región) ni las dos enormes plantas de celulosa
tendrán impactos negativos de importancia. Ya en la primera página
del informe es posible intuir la conclusión, ya que allí se dice que
"ambas empresas son productores líderes en su sector, tanto
desde el punto de vista tecnológico como en términos de sus valores,
políticas y enfoques empresariales y sociales". El solo hecho de
que el informe afirme que Ence en España y Eufores en Uruguay son líderes
en sus valores, políticas y enfoques sociales muestra su total falta
de objetividad al respecto, dado que la historia de ambas empresas
incluye destrucción ambiental, hechos delictivos y repulsa social a
sus actividades, tanto en España como en Uruguay.
Dado que el informe no
merece un análisis en profundidad, nos limitaremos a mostrar algunos
de los abundantes casos en los que queda patente la forma sesgada y
poco ética en la que se procedió y que por ende lo descalifica.
1. En materia de
forestación
1.1. Agua
El informe oculta
información existente sobre los impactos documentados en Uruguay
acerca del impacto de las plantaciones de árboles sobre el agua,
precisamente en zonas donde Botnia y Ence tienen sus plantaciones. El
caso más conocido es el de Cerro Alegre (Soriano), donde todos los
pozos de los agricultores locales se secaron y donde se observa una
disminución sustancial del nivel de los cursos de agua y desaparición
de humedales. Pero la situación se repite en Paraje Pence (también
en Soriano), pueblo Flores en Paysandú, arroyo San Francisco, arroyo
Valdés, arroyo Negro, Tranqueras y muchos otros lugares del país.
Sin embargo, los consultores optaron por ignorar la realidad y por
citar a voceros de las empresas forestales, que afirman lo contrario.
Pero incluso cuando esos voceros plantean que los impactos existen
(Daniel Martino, citado en el informe), los consultores terminan
minimizándolos. A tales efectos apelan, por ejemplo, a decir que
"se ha argumentado que el hecho de que el 3% de la superficie de
la región Litoral esté cubierta con plantaciones de eucalipto traerá
aparejados problemas de reducción de los caudales y del nivel de las
napas freáticas". ". El uso del porcentaje del 3% pretende
dar a entender que en realidad las plantaciones no ocupan demasiada
tierra. Sin embargo, ese porcentaje es erróneo. Por un lado, porque
de acuerdo con el censo agropecuario del 2000, el porcentaje nacional
de "bosques artificiales" era del 4% (MGAP, 2003.–"La
actividad forestal a través del censo agropecuario"). Pero el
porcentaje es aún más erróneo a nivel de la región donde están
instaladas la mayoría de las plantaciones de Botnia y Ence, que
abarcan fundamentalmente los departamentos de Paysandú y Río Negro,
donde los respectivos porcentajes eran del 13,8% y 10,7% en el año
2000 y que ahora son seguramente aún más altos porque desde entonces
se ha seguido plantando en la zona (Censo General Agropecuario 2000:
http://www.mgap.gub.uy/Diea/CENSO2000/ResultadosDefinitivosVol_1/data/25.htm
Por otro lado, el
informe manipula la información al citar a un investigador (Geary)
pero ocultando sus constataciones en materia de impactos sobre el
agua. En efecto, el informe dice que Geary "menciona esta
preocupación en su trabajo", pero omite la siguiente información,
donde el autor explica como llegó a demostrar que el impacto sobre el
agua existe: "Además de la evidencia de estudios llevados a cabo
en otros países, yo observé una serie de fotos aéreas de tierras
plantadas con eucaliptos en Uruguay. Algunos lugares dentro de las áreas
de la plantación eran inicialmente demasiado húmedos para ser
plantados. Unos pocos años después, esas áreas estaban
suficientemente secas como para ser plantadas y las lagunitas cercanas
se habían secado, lo que no ocurrió con las que se encontraban más
lejos."
Todo haría pensar que
lo anterior es al menos prueba de que en el caso investigado por Geary
se demuestra fehacientemente un impacto importante y que ello ameritaría
pensar que similares casos pueden haber ocurrido en otras zonas
forestadas. Esconder esta información a la CFI y al público en
general es un hecho grave.
Al final del trabajo,
los consultores citan a Couto y Betters (1995), quienes afirman que
"los efectos producidos por el eucalipto, las plantaciones de
otros árboles y los bosques nativos sobre las cuencas hidrográficas
son los mismos". Dicha cita –en sí muy discutible– está
fuera de contexto, ya que esos autores no se refieren a los impactos
en ecosistemas de pradera, que es el caso de Uruguay. Lo que es claro
es que con esto se pretende dar por cerrado el tema, sin tomar en
cuenta la enorme cantidad de experiencias existentes a nivel mundial
que prueban que las plantaciones a gran escala de árboles de rápido
crecimiento (eucaliptos y pinos) afectan gravemente los recursos hídricos
locales. Más allá de la controversia existente en torno a este
importante tema, un mínimo de seriedad de parte de una consultoría
consiste en citar tanto los estudios que prueban una u otra cosa.
1.2. Suelo
En materia de impactos
sobre los suelos, los consultores se limitan a citar a Couto y Betters
(1995), quienes afirman que "la demanda de nutrientes por parte
del eucalipto es alta, pero es comparable a las de otras especies arbóreas
y es mucho más baja que la de los cultivos agrícolas". Con esta
cita pretenden diluir el problema, ignorando estudios existentes en
Uruguay acerca de los impactos de estas plantaciones. Recientemente,
un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la
Universidad de la República (Céspedes, Panario y Brazeiro), analizó
los impactos de las plantaciones de eucaliptos sobre el suelo (UNCIEP,
2004) y los resultados de dicha investigación son más que
preocupantes. Un resumen de dicha investigación está disponible en
internet (http://www.guayubira.org.uy/plantaciones/suelo.html) en la página
de Guayubira, a la que los consultores tuvieron acceso (tal como se
comprueba en el pie de página de la página 17 del anexo B sobre
plantaciones). Sin embargo, optaron por ignorar esa información.
1.3. Flora y
fauna
El informe afirma que
"El desarrollo de plantaciones en la región es un factor
positivo ya que las plantaciones proporcionan una mejor estructura de
hábitat con mayores nichos para una más amplia variedad de flora y
fauna, aumentando así la biodiversidad en comparación con las
actuales condiciones de pasturas … Como resultado, estos proyectos
mejoran la biodiversidad, en lugar de disminuirla" (pág. 46). Ni
los más ardientes defensores de los monocultivos de árboles se han
atrevido nunca a hacer esa afirmación, con la que los consultores
demuestran su falta total de seriedad.
A lo anterior se suma
la manipulación que se realiza con el informe de Thomas F. Geary,
donde se lo cita diciendo:
"Debido al
porcentaje reducido de superficie de tierras que se pretende convertir
en plantaciones forestales en Uruguay, no parece probable que se
produzcan impactos significativos sobre la biodiversidad. Además, el
efecto sobre la biodiversidad natural podría ser difícil de
interpretar dado que la biodiversidad ha sido modificada por siglos de
uso pastoril y agrícola. Los pastos exóticos y otras plantas
forrajeras exóticas son con frecuencia la vegetación común. La
erosión probablemente ha producido cambios irreversibles en el
ecosistema."
Dichas opiniones de
Geary son luego matizadas en el párrafo siguiente, que los
consultores decidieron omitir:
"Sin embargo, las
plantaciones ahora están restringidas a ciertos tipos de suelo, cuya
área total puede ser plantada. Si ciertas especies
––especialmente las endémicas–– necesitan estos suelos, se
verán amenazadas o en peligro".
Por otro lado, una
simple recorrida por las plantaciones de eucaliptos permite ver que
son muy pocas las especies de flora que allí pueden prosperar y que
son también muy escasas las especies de fauna que allí se
desarrollan. Además, una rápida conversación con productores
rurales permite enterarse de importantes cambios en la fauna
vinculados a las plantaciones, en particular la explosión de
poblaciones de jabalíes, zorros, palomas y víboras ponzoñosas. En
esa misma conversación surge también el hecho de la mortandad de
mulitas, tatúes y aves por causa de los hormiguicidas utilizados en
la forestación. Evidentemente los consultores no querían oir eso y
por ende no lo oyeron.
1.4. Empleo
En la sección sobre
empleo, el informe comienza diciendo que "Según estudios
realizados en Uruguay el desarrollo de las plantaciones ha creado más
fuentes de trabajo que las que había anteriormente a nivel local a
través de la ganadería (Geary, 2001; Carrere y Lohmann, 1996)".
Este es quizá uno de
los casos más flagrantes de falta total de ética por parte de los
consultores, ya que Carrere es integrante del Grupo Guayubira y en
trabajos posteriores rectificó dicha posición. El hecho fue
denunciado por el propio Carrere a la CFI a pocos días de conocido el
informe de la consultora, quien detalló el tema de la siguiente
manera:
"En la época en
que ese libro fue escrito aún confiaba en la información oficial y
en ella me basé para hacer esa afirmación. A partir de entonces
fueron surgiendo investigaciones independientes que demostraron lo
contrario y las mismas se reflejaron en trabajos posteriores, como por
ejemplo en un artículo publicado en el año 2002 ("Uruguay: la
absurda injusticia detrás de la forestación", Ricardo Carrere).
En el mismo afirmo:
'En materia de empleo,
el resultado [del plan de promoción forestal] es un total fracaso. De
todas las actividades agropecuarias, la ganadería extensiva de
vacunos y ovinos ha sido siempre considerada como la peor en cuanto a
cantidad de empleos generados por hectárea. Ya no más: la forestación
ha demostrado ser aún más negativa.
De acuerdo con los
datos del censo agropecuario del 2000, el número de trabajadores
permanentes por cada mil hectáreas forestadas es de 4,49. La ganadería
de vacunos de carne genera 5,84 empleos permanentes en la misma
extensión de tierra, en tanto que la ganadería de ovinos provee 9,18
empleos. Y éstas, junto a la producción de arroz (7,75), son las
peores cifras. En el extremo opuesto se encuentran la producción para
autoconsumo (262 empleos/mil hectáreas), de aves (211), la
viticultura (165), la horticultura (133) y la producción de cerdos
(128), en tanto que en el medio se ubican la producción de vacunos de
leche (22), los servicios de maquinaria (20) y los cultivos cerealeros
e industriales (10).
Frente a esas cifras,
el sector forestal usualmente argumenta que genera numerosos empleos
de tipo zafral, tanto en la plantación como en la cosecha. Sin
embargo, aún tomando en cuenta eso, las cifras comparativas con la
ganadería de carne y ovina se mantienen prácticamente idénticas, ya
que éstas también generan puestos de trabajo temporarios. A eso se
agregan las pésimas condiciones laborales de estos trabajadores
zafrales, descritas en recuadro aparte.
En resumen, en un total
de 660.000 hectáreas, la forestación ha generado 2.962 empleos
permanentes. Peor que eso imposible. Pero más aún, si se toma en
cuenta que las plantaciones forestales han desplazado a otras
actividades agropecuarias y que todas las demás actividades generan más
empleos permanentes que la forestación, se llega a la conclusión de
que esta actividad ha significado una pérdida neta de empleos
permanentes en el sector agropecuario. En efecto, suponiendo que la
superficie forestada hubiera continuado ocupada por la explotación
vacuna u ovina, en el primer caso los empleos hubieran ascendido a
3.854, en tanto que en el segundo habrían sido 6.058. Queda claro
entonces que el remedio ha sido peor que la enfermedad y que la
forestación ha contribuido a expulsar trabajadores del medio rural'.
Fuente: Grupo
Guayubira, http://www.guayubira.org.uy/trabajo/injusticia.html
En su mensaje a la CFI,
Carrere continúa diciendo que "Los consultores tuvieron acceso a
la página web del Grupo Guayubira (tal como se comprueba en el pie de
página de la página 17 de anexo que comentamos), donde ese artículo
está disponible, al igual que una gran cantidad de información sobre
impactos sociales y ambientales de la forestación. Los consultores
optaron por ignorar tanto ese artículo como todo el cúmulo de
información allí incluida, porque obviamente no se ajustaba a su
visión sobre el tema. Si lo hubieran hecho, en su informe podrían
haber hecho referencia –entre otras tantas cosas– a las terribles
condiciones de trabajo imperantes en el sector forestal uruguayo. A la
CFI seguramente le tendría que haber interesado esa información.
Más grave aún, quien
suscribe le transmitió personalmente su posición sobre el empleo en
la forestación al consultor Madariaga, tal como consta en el
comunicado difundido por Guayubira el 12 de agosto de 2005
("Guayubira se reúne con consultor del Banco Mundial sobre fábricas
de celulosa"). Allí se dice:
'Con respecto al
empleo, Ricardo Carrere destacó que es fundamental que se realice una
evaluación sobre el impacto acumulado de las fábricas sobre el
empleo, a partir de cifras serias, tanto acerca de los puestos de
trabajo que se generarían como sobre los que se perderían (en
particular en los sectores de turismo, pesca y apicultura) si las
plantas se instalaran. Ese estudio también debería incluir las pérdidas
de empleos por sustitución de la agricultura y la ganadería por la
forestación, que genera menos puestos de trabajo que cualquier otra
actividad agropecuaria'.
Carrere termina
diciendo que "Madariaga tomó notas de lo expuesto en la reunión
y obviamente optó por no incluir esa información, prefiriendo en
cambio utilizar la cita de 1996. Esto constituye un claro caso de
manipulación de información".
La falta de seriedad
también se manifiesta en las cifras que los consultores manejan en
materia de empleo generado por las plantaciones, En su informe dicen
que "Se reconoce [¿quiénes lo reconocen?] que las plantaciones
generan más fuentes de trabajo" y hace suyos –acríticamente–
los coeficientes utilizados por la certificadora SGS para las
plantaciones de Botnia. De acuerdo con dicho coeficientes, una hectárea
dedicada a la ganadería genera 0,0047 empleos permanentes, en tanto
que la forestación genera 0,0125 puestos permanentes de trabajo. De
allí los consultores deducen que las 208.000 hectáreas necesarias
para abastecer las plantas generarían 2.600 puestos de trabajo
permanentes.
Pero la realidad
muestra que lo anterior es falso. En el año 2005, Botnia es
propietaria de 100.000 hectáreas de tierra. Aplicando dichos
coeficientes, si sus tierras hubieran continuado siendo utilizadas en
la actividad ganadera exclusivamente, allí habría habido 470
trabajadores permanentes (aunque dado que también se hacía
agricultura, que genera más empleo por hectárea, la cifra habría
sido mayor). Es decir, que dicha cifra de 470 empleos permanentes es
la mínima. Aplicando el coeficiente de empleo asignado a la forestación,
el empleo permanente debería haber crecido a 1250.
Sin embargo, la propia
empresa Botnia desmiente dichas cifras en su página web, donde afirma
que emplea directamente a 209 personas. Es decir, menos de la mitad de
la mínima de empleos permanentes que allí habría habido antes de la
forestación (470).
El informe además no
solo omite hablar sobre las malas condiciones de trabajo que
prevalecen en las empresas contratistas que realizan la mayoría de
las tareas para las empresas forestales (en particular en el caso de
Ence–Eufores), sino que lo muestran como algo positivo: "las
plantaciones … fomentan el desarrollo de contratistas privados que
brindan servicios de apoyo". En realidad no es siquiera correcto
decir que "brindan servicios de apoyo", dado que realizan prácticamente
todas las tareas, desde la preparación del suelo, el control de
hormigas, de malezas y de incendios hasta la plantación, poda y
cosecha.
Dado que los
consultores accedieron a la página web de Guayubira, seguramente allí
pudieron encontrar múltiples denuncias acerca de las condiciones de
trabajo predominantes en el sector forestal
(http://www.guayubira.org.uy/trabajo/index.html), incluyendo las de la
propia Asociación de Inspectores de Trabajo del Uruguay
(http://www.guayubira.org.uy/trabajo/trabajoAITU.mht). Evidentemente,
también aquí optaron por ocultar la información.
2. En materia de
producción de celulosa
2.1. Sobre
emisiones de dioxinas y furanos
El informe afirma que
"El blanqueo ECF … elimina esencialmente la producción de
dioxinas y furanos" y luego agrega que "el reemplazo total
de cloro elemental por dióxido de cloro resulta en la reducción de
las dioxinas y furanos en los efluentes a niveles no detectables"
(pág. 16). O sea, que efectivamente se generan dioxinas y furanos. El
nivel "detectable" obviamente dependerá de la escala de la
operación. En este caso estaríamos ante dos emprendimientos cuya
escala acumulada los ubica entre los más grandes del mundo, pero
igual el informe descarta que las dioxinas y furanos vayan a ser
"detectables".
Pero también en este
tema el sesgo del informe a favor de las fábricas de celulosa es
evidente. El 4 de enero la Red de Acción en Plaguicidas–Uruguay
(que trabaja en el tema de las emisiones de dioxinas y furanos en el
marco del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos
Persistentes) hizo un análisis crítico del informe bajo el
encabezado de "Consultora del Banco Mundial esconde emisiones de
dioxinas y furanos". El comunicado de RAPAL dice:
"El 19 de
diciembre, la Corporación Financiera Internacional (parte del Grupo
Banco Mundial) hizo público el informe sobre el impacto acumulado de
las fábricas de celulosa Botnia y Ence, realizado por la consultora
Pacific Consultants International.
Con respecto al tema de
las emisiones de dioxinas y furanos por parte de las proyectadas
plantas, el informe dice que 'Para no producir dioxinas y furanos, en
la actualidad la industria se está volcando de manera decisiva a la
utilización de un proceso conocido como blanqueo Libre de Cloro
Elemental (ECF). El blanqueo ECF emplea dióxido de cloro en lugar de
cloro elemental y su ventaja es que elimina esencialmente la producción
de dioxinas y furanos'. Mas adelante continúa diciendo que: 'Según
investigaciones realizadas, el reemplazo total de cloro elemental por
dióxido de cloro resulta en la reducción de las dioxinas y furanos
en los efluentes a niveles no detectables.'
"¿En qué se
basan estos consultores para afirmar que el sistema ECF reduce las
emisiones de dioxinas y furanos a 'niveles no detectables'? ¿Cuáles
son las 'investigaciones realizadas' que así lo demuestran? Dado que
dicha afirmación se contradice con otras investigaciones que afirman
lo contrario, RAPAL decidió buscar y analizar las fuentes que se
mencionan en este informe. Teniendo en cuenta la importancia del tema
en el debate instalado en Uruguay y Argentina sobre las plantas de
celulosa, el resultado fue sorprendente:
" sólo se citan
tres fuentes: Mounteer, Colodette y Silva (2002), Mounteer, Colodette
y Silva (2001) y Colodette, Gomes, Rabelo y Eiras (2005)
" en las tres
referencias aparece el mismo investigador (Colodette), quien está
vinculado a la Asociación Brasilera Técnica de Celulosa y Papel, que
reúne a todos los grandes fabricantes de celulosa de Brasil
" dos de ellas
fueron llevadas a cabo por el mismo equipo de investigación
(Mounteer, Colodette y Silva)
" una de ellas se
refiere a una investigación llevada a cabo en laboratorio y en la
misma ni siquiera se mencionan las emisiones de dioxinas y furanos
(Mounteer, Colodette y Silva 2002)
" otra de ellas es
un trabajo presentado en el Coloquio Internacional sobre Celulosa de
Eucalipto organizado por la Asociación Técnica de la Celulosa y el
Papel, al que no se puede acceder, ya que no se menciona donde se lo
puede encontrar, ni se encuentra disponible en la página de esa
Asociación.
En definitiva, la falta
de seriedad y objetividad de los consultores en un tema tan importante
como éste resulta increíble, ya que no solo no rebaten técnicamente
otras investigaciones que afirman que el sistema ECF genera dioxinas y
furanos, sino que ni siquiera las mencionan.
Refiriéndose al
sistema de blanqueo ECF, la organización Green Press Initiative nos
informa que "las empresas papeleras que utilizan el ECF a menudo
dicen que las dioxinas 'no son detectables' en sus efluentes".
Dicha organización afirma que ello no es cierto y que este sistema
"reduce significativamente las dioxinas, pero no las
elimina"
(http://www.greenpressinitiative.org/chlorinefreeproducts.htm).
Dado que los
consultores contratados por la CFI optaron por adherir a esa posición
de la industria papelera, es importante compartir algunas de las
investigaciones que afirman que el blanqueo de la celulosa por el
sistema ECF efectivamente produce dioxinas y furanos.
Stringer y Johnston
(2001) sostienen que un cambio completo del blanqueo que utiliza cloro
elemental al que emplea dióxido de cloro (ECF) podría reducir hasta
el 80% en las emisiones de dioxinas y furanos (organoclorados), pero
aunque todas las fábricas de celulosa del mundo cambiasen su sistema
de blanqueo y hubiese un control de los equipos utilizados, igualmente
se seguiría emitiendo al menos 140.000 toneladas por año de
organoclorados tanto en el agua, aire, tierra y productos de la propia
industria. Esas emisiones pueden contener anualmente alrededor de
2,000 toneladas de dioxinas y furanos.
Los mismos autores
agregan que además de dioxinas y furanos, el proceso de blanqueo que
utiliza dióxido de cloro (ECF) también libera una serie de
sustancias tales como cloroformo, ácido clorado, y otros compuestos tóxicos
que pueden ser acumulados en los tejidos de los peces. Más aún, el
blanqueo con dióxido de cloro produce grandes cantidades de clorate,
herbicida altamente potente que mata plantas y peces. Finalmente la
mayoría de los organoclorados encontrados en los efluentes de plantas
de celulosa aún no han podido ser siquiera identificados ni menos aún
evaluados en cuanto a sus posibles impactos (Stringer y Johnston,
2001).
En una investigación
sobre emisiones aéreas realizada por Rosenberg et al. (1994) en una
planta finlandesa del tipo ECF se "detectaron niveles altos de
varias dioxinas y furanos clorados, donde los furanos eran el
componente principal". La misma investigación encontró que los
niveles del principal furano hallado en el aire "eran más altos
en la sangre de un grupo de trabajadores de la planta de celulosa que
en la población aledaña" (Rosenberg et al. 1995, citado en
Stringer y Johnston, 2001).
En otro estudio en los
Estados Unidos, se analizaron los efluentes líquidos de una planta
ECF y se encontraron dioxinas y furanos en el efluente que llegaba a
la planta de tratamiento, en los lodos de la misma y en el agua
filtrada de los lodos" (Stringer y Johnston, 2001).
En una planta ECF en
Nueva Zelanda se hallaron "elevados niveles de compuestos
clorofenólicos en el río y en los sedimentos del río donde se
volcaron los efluentes. Las concentraciones de clorofenólicos no
volvieron a los niveles normales hasta aproximadamente 20 kms aguas
abajo de la planta" (Judd et al. 1995, citado en Stringer y
Johnston, 2001).
Los resultados de otro
importante número de estudios sobre plantas de celulosa que utilizan
el sistema ECF muestran que las dioxinas que emiten "continúan
estando presentes a niveles detectables" (Gillespie 1996, citado
en Stringer y Johnston, 2001).
Reeve
et al. (1995) sostienen que la presencia de cloro elemental
(que es el principal generador de dioxinas y furanos) en plantas de
celulosa ECF ocurre a través de dos formas. Por un lado, la propia
producción del dióxido de cloro que utiliza la planta es acompañada
por la co–producción de cloro elemental. Pero aún si ese problema
se resolviera "también se genera cloro elemental durante el
blanqueo con dióxido de cloro (Reeve et al. 1995, citado en Stringer
y Johnston, 2001).
De acuerdo al trabajo
presentado por un investigador chileno que desarrolla tareas en la
Facultad de Ciencias de Uruguay (Carrasco 2004) "la etapa de
blanqueo es la que aun presenta la mayor cantidad de problemas
ambientales por resolver, donde la producción de compuestos
organoclorados, puede ser reducida eliminando el uso de cloro
elemental como agente oxidante. Sin embargo, el uso de otros agentes
oxidantes conocidos (dióxido de cloro ó peróxido de hidrógeno)
aunque conduce a una reducción substancial de la emisión de
organoclorados (de 67 a 3.3 mg AOX por litro), sus nuevas características
químicas plantean impactos ambientales nuevos. A modo de ejemplo, el
análisis de un proceso DE– D mediante cromatografía gaseosa
asociada a espectrometría de masa (Carrasco, 1995) reveló que dichos
efluentes presentaban compuestos similares a las hormonas
esteroidales; que fisiológicamente pueden regulan el desarrollo
sexual y balance hidromineral de los organismos".
Todo lo anterior al
menos demuestra claramente la falta de objetividad mostrada por los
consultores en este tema, dado que parece muy extraño que no hayan
podido identificar investigaciones que muestran que el proceso ECF
genera dioxinas y furanos. Por otro lado, resulta más extraño aún
que no hayan solicitado informes a los gobiernos de España y
Finlandia acerca del monitoreo que deberían estar realizando sobre
las emisiones de dioxinas y furanos por parte de Ence y Botnia en sus
respectivos países. Dado que ambas empresas operan plantas de
celulosa que en algunos casos utilizan el proceso ECF y en otros el
TCF (totalmente libre de cloro), los datos de ese monitoreo concreto
hubieran sido mucho más relevantes que las magras referencias
aportadas.
Los consultores ni
siquiera mencionan el tema fundamental del volumen de producción de
los dos proyectos de plantas de celulosa. Resulta totalmente falto de
seriedad basarse –como lo hacen– en algunos análisis de
laboratorio para afirmar que allí las dioxinas y furanos "no son
detectables", sin tomar en cuenta que Botnia planea producir 1
millón de toneladas anuales de celulosa y Ence 500.000. ¿Cómo
pueden afirmar que a esa escala de producción no se emitirán
dioxinas y furanos a niveles "detectables"?
Al menos en este tema,
el informe presentado por la consultora es inaceptable. No solo es
inaceptable para la sociedad civil uruguaya y argentina, sino también
para los gobiernos de ambos países. Más aún, no puede ser tampoco
aceptado por parte del organismo que encomendó y pagó este estudio
–la Corporación Financiera Internacional– en cuyo directorio
ahora se halla la responsabilidad de rechazarlo por su falta de
seriedad y objetividad en un tema tan grave como éste".
Fuente:
http://www.chasque.net/rapaluy/Comunicados/Comunicado_Dioxinas_BM.html
A lo anterior se suma
la información producida recientemente por el WWF vinculada a la
planta de celulosa de CELCO en Chile. El 18 de enero, el Grupo
Guayubira hizo entrega a los ministerios de Medio Ambiente, de Ganadería,
Agricultura y Pesca, de Salud Pública, de Turismo, de Relaciones
Exteriores y de Industrias, de un documento hecho público en
noviembre de 2005 por la conocida organización internacional WWF.
Dicho documento es el "Informe de Observaciones y
Recomendaciones" de la "Misión Internacional de Evaluación
de WWF ante la controversia del Santuario de la Naturaleza y sitio
Ramsar Carlos Anwandter y la planta de celulosa Valdivia de
CELCO" (1). Dado que dicha fábrica opera con el mismo sistema de
blanqueo que utilizarían las proyectadas fábricas de celulosa de
Botnia y Ence en Uruguay (ECF), las conclusiones de este informe
constituyen un aporte muy importante para demostrar que las
afirmaciones de las empresas acerca de la no contaminación de sus
procesos son falsas.
Al igual que lo que ha
acontecido en Uruguay, el informe dice que en Valdivia "La planta
de celulosa de CELCO fue presentada en su inicio como un proyecto
limpio, de bajo riesgo y no contaminante; los problemas de contaminación
del aire que siguieron y el deterioro del Santuario representó un
shock para la opinión pública".
Con respecto al tema de
la contaminación, el informe dice que "La etapa de blanqueo es
tal vez la más problemática en términos ambientales en una planta
de celulosa kraft blanqueada. Se produce y se usan grandes cantidades
de sustancias químicas y suele ser la única parte de la planta que
genera un flujo permanente de efluentes". Tanto Botnia como Ence
sostienen que el método de blanqueo que utilizarían (ECF) es de
"última generación", y que no resultará en la emisión de
dioxinas ni furanos.
Al respecto, el informe
de WWF contradice dichas afirmaciones cuando dice que "El
blanqueo ECF ha sido la metodología dominante utilizada en la
industria durante los últimos 10–15 años, pero definitivamente no
es una tecnología y práctica de punta o de última generación en lo
que se refiere a garantizar la protección del medio ambiente. La
decisión de usar blanqueo ECF en las plantas de celulosa modernas
suele fundarse en conocimientos anticuados y supuestos respecto de la
calidad de la pulpa, tal como fue el caso de la planta Valdivia de
CELCO. De hecho, desde la introducción del blanqueo totalmente libre
de cloro (TCF) a comienzos de los años noventa, los avances técnicos
han permitido obtener la misma calidad y brillo de la pulpa que con
blanqueo con dióxido de cloro".
El informe continúa
diciendo que "En relación con la tecnología ECF, es necesario
mencionar que todos los químicos blanqueadores son oxidantes
poderosos y, en consecuencia, constituyen una amenaza para los
trabajadores y para quienes viven cerca de la planta. Cuando se
compara una gama completa de características, las sustancias químicas
en base a oxígeno son menos peligrosas, en general, que el dióxido
de cloro (ClO2), compuesto que puede tener efectos tóxicos crónicos
y agudos, lo que incluye irritación ocular, nasal y de la garganta,
tos, dificultad para respirar (posiblemente tardía), edema pulmonar,
posible bronquitis crónica y asma. Todo lo anterior, junto con el
cloroformo y otros sub–productos similares del blanqueo ECF,
conforma el perfil de peligrosidad del dióxido de cloro".
Dado que las dos
plantas proyectadas se instalarían en las cercanías de Fray Bentos
(Botnia a apenas 4 kilómetros y Ence a 12) resulta muy importante
saber que este informe sostiene que "Además de los peligros en
el propio lugar de trabajo, el dióxido de cloro puede presentar un
riesgo muy significativo para las comunidades que viven cerca de una
planta. Si bien hasta hace poco las empresas de celulosa sostenían
que esta parte del proceso no generaba dioxinas, estudios recientes
encontraron dioxinas en residuos provenientes de la producción de dióxido
de cloro en tres plantas de celulosa en Suecia".
Al igual que lo que
acontece actualmente en Uruguay, "Durante más de 10 años, las
empresas de celulosa han sostenido que no es posible encontrar
dioxinas en el proceso ECF, debido al perfeccionamiento de los métodos
y procesos de blanqueo. Sin embargo, un estudio reciente publicado en
junio de 2005 muestra aumentos en la concentración de dioxinas en las
cercanías de plantas de celulosa con tecnología ECF entre1979 y 2000
en el Mar Báltico. Según el grupo de investigación, los indicadores
apuntan a una contaminación continua más que a filtraciones desde
los sedimentos, lo que fue una hipótesis común. El estudio vincula
los mayores niveles de dioxinas al blanqueo con dióxido de cloro como
una fuente posible. Los resultados de ese estudio han remecido a la
industria en su conjunto y el Organismo encargado de la Protección
Ambiental de Suecia y la industria forestal del país han encargado un
nuevo programa de investigaciones al respecto". Sin embargo, ello
no impide que Botnia o Ence continúen asegurando que su sistema ECF
es "limpio" y que no genera dioxinas.
También en Finlandia
el blanqueo ECF está siendo cuestionado. Al respecto, el informe
menciona que "La industria de la celulosa europea está muy
interesada en las investigaciones en torno al blanqueo catalítico con
gas de oxígeno que se llevan a cabo en la Universidad Técnica de
Helsinki. Según el investigador Tuula Lehtimaa, la industria está
enfrentando presiones para cambiarse al blanqueo TCF. En este sentido,
el blanqueo catalítico con gases de oxígeno ofrecería las ventajas
de la tecnología TCF tradicional, al tiempo que sería incluso más
eficiente en función de los costos que el ECF". Sin embargo,
ningún funcionario de Botnia parece haberse enterado de dichas
investigaciones, que están siendo llevadas a cabo en la capital de su
propio país.
A lo anterior se suma
la opinión de un conjunto de biólogos y bioquímicos egresados de la
Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, que en agosto
de 2005 hicieron pública una "Carta abierta al gobierno
nacional" (2). En la misma expresaban su "rotundo rechazo a
la instalación de más plantas de celulosa en territorio
nacional", asegurando "que sí habrá contaminación con la
instalación de plantas de celulosa que ENCE y Botnia quieren
emprender en nuestro territorio".
El informe de WWF sobre
la planta de Valdivia en Chile confirma la seriedad de los planteos
del conjunto de académicos firmantes de dicha carta. Pese a las
promesas de CELCO y pese a los mecanismos de control del gobierno
chileno, la contaminación de la fábrica no solo existió sino que
fue devastadora. El Grupo Guayubira espera que los organismos
correspondientes del Estado tomen seriamente en cuenta los hallazgos
de este informe para evitar que aquí se repita un desastre similar.
(1) Ver informe
completo de WWF en:
http://www.guayubira.org.uy/celulosa/informe_wwf_rio_cruces.pdf
(2) Ver Carta Abierta y
firmantes en: http://www.guayubira.org.uy/celulosa/egresados.html
Finalmente, cabe
destacar la propia política del Banco Mundial en la materia, que ni
siquiera es citada por los consultores. En efecto, los
"lineamientos" (guidelines) del Banco Mundial dicen que
"El uso de cloro elemental para el blanqueo no es recomendado.
Solo los procesos ECF son aceptables y, desde una perspectiva
ambiental, los procesos TCF son preferidos". (The
use of elemental chlorine for bleaching is not recommended. Only ECF
processes are acceptable, and, from an environmental perspective, TCF
processes are preferred). Es decir, que el propio Banco está
diciendo que el proceso ECF resulta en impactos ambientales cuando sus
lineamientos sostienen que los procesos TCF "son preferidos"
desde una "perspective ambiental".
Fuente:
http://www.ifc.org/ifcext/enviro.nsf/AttachmentsByTitle/gui_pulp_WB/$FILE/pu
2.2. Sobre
residuos peligrosos
Con respecto a los
"residuos peligrosos" que se producirían en el proceso
industrial, el informe dice que se generan en "pequeñas
cantidades" (pág. 57). En el cuadro respectivo queda claro qué
es los que los consultores entienden por "pequeñas
cantidades": ¡entre un mínimo de 180 y un máximo de 250
toneladas al año! (pág. 58) Más interesante aún, el informe se
contradice a si mismo cuando dice que "en última instancia, la
ubicación y plan de gestión de estos materiales deberá presentarse
ante DINAMA para su aprobación" y pocas líneas más abajo
sostiene que "ambas compañías cuentan con planes adecuados y
aprobados por el gobierno para la disposición de los residuos
peligrosos fuera del emplazamiento" (pág. 62). ¿Están
aprobados o no?
2.3. Sobre
efluentes líquidos
Sin entrar a analizar
este tema en profundidad, la siguiente cita del informe de los
consultores es más que interesante, ya que dice que "los modelos
también indican que tales plumas de efluentes permanecerán en las
cercanías de la costa uruguaya y no afectarían el lado argentino del
río en ningún momento" (pág. 74). Es decir, que en su afán
por tranquilizar a los argentinos, reconoce que los efluentes de la
planta afectarán el lado uruguayo.
2.4. Sobre
impactos a otras actividades
En materia de
apicultura, el informe estima que en la región existen 2.115
apicultores, pero afirma que "no debería haber un impacto
cuantificable en la apicultura de la zona" (pág. 71). Sin
embargo, no es eso lo que opinan los apicultores, quienes ya están
siendo impactados negativamente por las plantaciones de eucaliptos. Es
interesante destacar que con motivo de la visita de la oficina de la
Ombudsman del Banco Mundial, la Cooperativa Agraria Limitada Apícola
de Soriano (CALAS) elaboró un documento detallando los principales
problemas para los apicultores derivados de la plantación de
eucaliptos. Seguramente la Ombudsman le debe haber transmitido estas
inquietudes a los consultores. El documento se titula "Montes de
Eucaliptos Versus Apicultura" y describe los impactos de la
forestación de la siguiente manera:
1) Ocupación de miles
de hectáreas: Por un monocultivo que en algunas especies al séptimo
año se aprovecha alguna floración, de inmediato se cortan los árboles
y otra vez sin nada durante siete años. Atenta contra la
biodiversidad floral, aumenta stress de colmenas, impide crecimiento
del sector productivo y se suma posibles pérdidas totales por el alto
grado de riesgo de incendio que se podría propagar a campos donde se
establecen colonias.
2) Desplazamiento de
apicultores: De todas las tierras que van adquiriendo para la
forestación, se le solicita al apicultor que retire las colmenas. Lo
obliga a buscar un lugar para instalarse, que cada vez le resulta más
distante del que estaba anteriormente y termina complicándole los
costos de producción. Incide en la disminución de autoempleo o como
emprendimiento familiar; también repercute en los empleos indirectos
como los carpinteros y directos como los changadores zafrales en la
cosecha de miel.
3) Pérdida de hectáreas,
de diversas floraciones: Los índices de productividad de la tierra en
los departamentos de Río Negro y Soriano son de los mejores del País.
Los espacios que hoy están ocupando los eucaliptos eran antes
explotaciones agrícolas ganaderas y tambos desde donde la apicultura
recibe una variada floración que la hace sustentable. Hasta un predio
abandonado y sin ningún tipo de explotación genera en la maleza que
lo va ocupando una situación favorable para la apicultura; todo lo
contrario sucede con un predio de eucaliptos.
4) Proliferación de
plagas: El hábitat creado por los montes de eucaliptos hace muy
propicio el desarrollo de plagas, entre otras jabalíes y zorros, que
provocan destrozos en los apiarios que se encuentran en espacios
cercanos.
5) Alta densidad de
colmenas en lugares aptos: Con apicultores que están en actividad
desde hace más de 30 años los mejores lugares están ocupados desde
esa época. En Río Negro hay 850 apicultores inscriptos y en Soriano
hay 900 que fueron ocupando lugares de acuerdo a sus posibilidades.
Desde hace 10 años que empezó la plantación de eucaliptos, cada
predio que compran, significa un desalojo de apicultores con sus
colmenas que pasan a ubicarse con suerte en forma "apretada"
en zonas donde ya hay colmenas. Resultado: la zona genera la floración
que es trabajada por un excesivo número de colmenas, significando una
baja de kilos por unidad con el consiguiente resultado económico que
los va perjudicando a todos.
6) Posibilidad de
contaminación: Es de destacar que el sector apícola se podría ver
afectado por la contaminación en la producción de miel por las
emanaciones de las posibles plantas de celulosa que se proyectan
instalar en la región; tenemos esta duda ya que no hay seguridad de
que estos emprendimientos sean inocuos para el ambiente, tenemos la
incertidumbre de cual será en este sentido el futuro del sector.
7) Apicultores que
abandonan la actividad: El resumen de todos estos elementos hace que
los apicultores más pequeños vayan abandonando la actividad porque
su infraestructura no les permite diversificar zonas trasladándose a
lugares más lejanos (cantidad de colmenas–vehículos relativamente
nuevos, etc.)
Es de destacar que en
Soriano existen 100.000 colmenas; el promedio de colmenas por
productor es de 112 colonias, por km2 10,4, una producción promedio
30 kgs. y un ingreso bruto departamental por esta actividad de u$s
2:700.000 anuales.
En lo referente al
turismo, que es una de las actividades más importantes a ambos lados
del río, el informe dice que aproximadamente la cuarta parte de la
fuerza de trabajo de Fray Bentos está afectada a actividades turísticas,
en tanto que 1.500 familias de Entre Ríos dependen de esa actividad
(pág. 72). Solo en este caso reconoce que "las plantas papeleras
[sic] podrían potencialmente afectar al sector turismo" (pág.
88), aunque más que nada por el "clima social adverso"
generado por la "controversia" en torno a las plantas (pág.
76) y la "aprehensión general" de la gente "respecto
del impacto potencial" (pág. 88). Los consultores apelan
entonces a su imaginación para buscar medidas mitigatorias para los
impactos y entre otras cosas sugieren que "las chimeneas
principales de las plantas también podrían pintarse adecuadamente
para lograr que se fundieran con el cielo y reducir el impacto
visual" (pág. 77).
Es evidente que uno de
los impactos más importantes sobre el turismo sería el olor típico
de las plantas de celulosa kraft (descrito a menudo como olor "a
huevo podrido"). En su informe, los consultores hacen grandes
esfuerzos para aventar dudas de la población al respecto –tal como
lo hacen las empresas. Al respecto afirman que "Los vientos
prevalecientes son del norte al noreste, lo que limitará cualquier
detección de olor a través del río Uruguay hacia el oeste". Es
claro que el objetivo es convencer a los argentinos de que el olor no
les llegará a afectar. Sin embargo, como cualquier persona sabe, los
vientos no corren siempre en la misma dirección. Parece increíble
tener que explicar a estos "expertos" que en Uruguay tenemos
vientos del este, del sur del sureste, del suroeste además de los que
ellos mencionan. Que ni Botnia ni Ence ni la DINAMA los pueden
controlar y que habrá muchas ocasiones (impredecibles) en que se
dirigirán a la costa entrerriana y al Balneario Las Cañas en
Uruguay, ahuyentando a los turistas que llegan en busca de un "país
natural". Más aún, en el mismo puente internacional (donde los
turistas permanecen hasta 1 hora haciendo los trámites de ingreso),
con una fábrica de celulosa a cada lado del mismo, será casi
imposible que los turistas no sientan el olor desagradable de las
plantas y que ello les decida a no quedarse en la zona, afectando así
gravemente al turismo en Fray Bentos.
Aunque hay suficiente
evidencia de que fábricas de celulosa de "moderna tecnología"
han afectado el turismo, los consultores prefieren ignorarla. El
actual alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, ha
afirmado en varias oportunidades que la instalación de la empresa
ENCE sobre el río de Pontevedra fue un error dado que perjudicó
sobremanera la explotación de los recursos pesqueros, como así también
al turismo. En Valdivia, una ciudad turística chilena, afectada por
la contaminación de una fábrica de celulosa con tecnología ECF (con
tecnología finlandesa de última generación) abierta en enero del
2004, se puede constatar una baja del 35.6% en el turismo de
embarcaciones en febrero del 2005 con relación al mismo mes del año
anterior (Fuente: Sernatur, Gobernación Marítima), así como la
desaparición de la corriente turística que solía ir a la región a
visitar un famoso santuario de la naturaleza donde todos los cisnes de
cuello negro (su principal atracción) murieron o migraron por la
contaminación de la fábrica.
Todo lo anterior no
apunta a "mejorar" el informe sino a demostrar su total
falta de seriedad (y la falta de ética de quienes lo elaboraron), que
lo vuelve totalmente inútil como herramienta para una audiencia pública.
Tal como le sugerimos el día 23 de enero a los funcionarios del Banco
Mark Constantine, Richard English y Yolande Duhem, el Banco debe
exigir a la empresa consultora que mejore sustancialmente su informe
para que entonces pueda servir de base para la consulta amplia que el
Banco desea realizar. Por dicha razón, el Grupo Guayubira no
participará en la audiencia y solo entregará este documento escrito
a los funcionarios del Banco para que quede constancia de las razones
que motivan nuestra posición.
(*) El grupo
"Guayubira", Grupo Ambientalista sobre Montes y Forestación,
fue creado en Uruguay en mayo de 1997, para nuclear a personas y
organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y
por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de
desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a
tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que
ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual
modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos
a gran escala.
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