Protesta
popular en el Ecuador contra el TLC y
la empresa petrolera Oxy
Por
Dax Toscano
InDefense
of Marxism, 14/03/06
El pasado 8 de marzo
de 2006, día internacional de la mujer, varias organizaciones
sindicales del Ecuador, respaldadas por los movimientos sociales y,
principalmente, por estudiantes secundarios de la capital, convocaron
a una huelga preventiva de 24 horas para protestar contra la posible
firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y contra
la compañía petrolera Occidental Petroleum Company (OXY), protesta
que se desarrolló en forma parcial en el territorio nacional.
Pese a que la
movilización popular y la huelga no tuvieron el poder de convocatoria
deseado, se debe indicar que en distintos lugares del país,
principalmente en la ciudad de Quito y en algunas provincias
orientales, se dieron algunos hechos importantes. En las primeras
horas de la mañana los manifestantes paralizaron varias vías de la
capital, lo cual impidió el normal tránsito vehicular. En la
Panamericana Sur, como en la zona de los Túneles se bloquearon las
calles con basura, fogatas y neumáticos encendidos. Los informes
periodísticos daban cuenta de movilizaciones y manifestaciones en la
Plaza de Santo Domingo, en el sector del Coliseo Rumiñahui y en el
centro de la ciudad, principalmente en la zona cercana al Palacio de
Gobierno.
La
fuerza policial reprimió con gases lacrimógenos a los manifestantes
De igual manera en la
provincia de Manabí se registraron cierres de carreteras, realizados
por los campesinos de la zona opuestos al TLC. Pequeños incidentes
también tuvieron lugar en las ciudades de Guayaquil y de Esmeraldas.
En el puerto guayaquileño fueron algunos docentes, pertenecientes a
la Unión Nacional de Educadores (UNE) los que protagonizaron algunos
hechos de protesta. En la provincia del Azuay cientos de trabajadores
marcharon por las calles protestando con carteles contra el TLC y la
OXY, a la vez que exigían un aumento salarial.
Las acciones más
combativas se produjeron en el Oriente Ecuatoriano, en las provincias
de Sucumbíos, Orellana y Napo, región en la cual el presidente
Alfredo Palacio dispuso el establecimiento del estado de emergencia,
frente a las protestas realizadas por los trabajadores petroleros
tercerizados, los mismos que exigen la inmediata cancelación de sus
salarios por parte de las compañías privadas subcontratistas que han
incumplido con esta obligación legal, en algunos casos por tres y
hasta cuatro meses. Los trabajadores petroleros ocuparon varias
instalaciones de petróleo y mantuvieron cerradas las estaciones de
Shushufindi, Libertador, Lago Agrio, Sacha y Auca, del Distrito
petrolero amazónico, como medida de presión para que se les paguen
sus haberes adeudados. Según informes de prensa las pérdidas económicas
para el país, producto de ésta paralización, sobrepasan los 18
millones de dólares.
Mientras tanto, este
lunes 13 de marzo las provincias de la región central del país, a
excepción de Tungurahua, paralizaban sus actividades para exigir al
gobierno mayor asignación de recursos. El presidente Palacio expresó
que no dialogará con los organismos seccionales u otros sectores que
se encuentren en paro.
La semana pasada el
presidente ecuatoriano, Alfredo Palacio declaró en Miami su deseo de
concretar la firma del TLC. Según un cable de la agencia española
EFE, Palacio manifestó: “Estamos sentados en la mesa con la decisión
de sacar adelante un TLC y queremos discutir los puntos para que el
asunto sea beneficioso para ambas naciones”. El ministro de Comercio
Exterior, Jorge Illingworth afirmó en estos días que el gobierno de
Palacio está dispuesto a hacer concesiones a EEUU para lograr la
firma del TLC, lo cual afectaría gravemente a los pequeños
agricultores ecuatorianos a quienes se les quitaría todo tipo de
subsidios, mientras el gobierno norteamericano seguirá dando apoyo a
sus agricultores e impondrá obstáculos a los productos ecuatorianos
que vayan al mercado estadounidense. Como ejemplo hay que señalar que
el precio de un quintal de arroz ecuatoriano es de 18 dólares,
mientras que el americano, cuya producción es subsidiada, es de 10 dólares.
En estas condiciones, los pequeños agricultores ecuatorianos no podrán
hacerle frente a los productos que ingresen desde los EEUU.
Entretanto, las
organizaciones de trabajadores, los movimientos sociales, los indígenas
y campesinos, los estudiantes secundarios y universitarios, los
gremios de maestros preparan nuevas movilizaciones para los siguientes
días con el propósito de hacerle frente a la pretensión del actual
gobierno de firmar el TLC. Asimismo se exigirá una vez más la salida
de la compañía petrolera estadounidense OXY, implicada directamente
en la financiación del Plan Colombia y en la violación de
disposiciones legales del orden jurídico ecuatoriano, pese a lo cual,
y con el visto bueno del actual gobierno ecuatoriano, sigue
explotando, en forma ilegal, más de 110.000 barriles diarios de petróleo,
saqueando los recursos del pueblo ecuatoriano.
¿Cuáles
son las lecciones de estas jornadas de lucha en el Ecuador?
Las políticas
neoliberales aplicadas en el país han golpeado duramente a la clase
trabajadora ecuatoriana, la misma que ha visto empeorada su situación
económica debido a las medidas económicas de los distintos gobiernos
que se han entregado a los designios de los organismos usureros
internacionales (FMI, BM). Esta situación se vio agravada cuando
durante el gobierno del defenestrado presidente Jamil Mahuad, el
Ecuador perdió su moneda nacional (el Sucre), con lo cual se dio paso
a la circulación del dólar en el país, perdiendo así la soberanía
monetaria.
La situación de la
clase trabajadora ecuatoriana se ha agravado con la aplicación de
leyes que tienden a favorecer a los propietarios y a los inversores
privados. Tal es el caso de la Ley para la Transformación Económica
del Ecuador, publicada en el Registro Oficial del 13 de marzo del año
2000, donde se establecieron reformas al Código del Trabajo
Ecuatoriano, las mismas que abrieron el camino definitivo para la
contratación temporaria, por horas, es decir la flexibilización
laboral.
Las consecuencias de
la flexibilización laboral han sido evidentes en muchos lugares de América
Latina donde se ha aplicado: Los obreros no tienen derecho a
indemnizaciones por su despido, se han congelado los salarios en el
valor más bajo posible, se ha reducido aún más la capacidad de
organización sindical, los aportes a la seguridad social han
disminuido, se ha producido una precarización del trabajo, etc. Los
empresarios nacionales y extranjeros han establecido, además, una
verdadera cultura del miedo, a través de la cual amenazan con
despedir a los trabajadores si estos se organizan o se movilizan para
exigir sus derechos.
Todas
estas políticas han debilitado al movimiento obrero ecuatoriano
Sin embargo, hay
otras razones por las cuales la clase obrera ecuatoriana no ha podido
hacer frente a la burguesía ecuatoriana y al imperialismo
norteamericano en forma más efectiva. Aunque sí estuvo asumiendo el
papel protagónico, pero no dirigente, en estos momentos históricos
que vive el pueblo ecuatoriano, al frente de otros sectores como los
denominados movimientos sociales, la pequeña burguesía y los
estudiantes secundarios. Señalaremos algunas de estas causas:
1. La estructura
vertical de las organizaciones de los trabajadores ecuatorianos,
producto de la inexistencia de una verdadera democracia obrera al
interior de los sindicatos de trabajadores, en los cuales debería
primar el debate y la contraposición de ideas.
2. La existencia de
dirigentes sindicales corruptos, que se han transformado en verdaderos
burócratas, preocupados más de satisfacer sus intereses inmediatos e
individuales.
3. No hay una
teorización adecuada al interior de las organizaciones de
trabajadores, lo cual ha impedido un desarrollo efectivo de una
conciencia de clase para sí. Esto ha tenido como consecuencia, además,
que las organizaciones de los trabajadores pierdan la iniciativa y la
capacidad creativa en el proceso de la lucha social.
4. La falta de un
programa político de transformación revolucionaria y social que les
permita a los trabajadores enfrentar en forma efectiva a sus enemigos
de clase, internos y externos.
5. La presencia de
posiciones pragmáticas en el movimiento sindical que han conducido a
las organizaciones de los trabajadores a plantear las denominadas
metas “posibles y realistas”, a través de las cuales se ha
exigido únicamente mejoras salariales o la firma de contratos
colectivos, deslindándose de la lucha por la transformación
revolucionaria del sistema explotador capitalista. Priman las posturas
reformistas, sobre las verdaderamente revolucionarias.
6. El descontento con
los denominados partidos de izquierda ecuatorianos, más preocupados
de no quedarse sin seguidores, de conquistar votos en cada período
electoral o de no perder sus privilegios en las instituciones de la
democracia burguesa, lo cual ha provocado el rechazo a estas
agrupaciones, muchas de las cuales todavía tienen influencia en el
movimiento sindical como el PCMLE, de tendencia stalinista, partido
que ha pactado a través de su brazo político legal el Movimiento
Popular Democrático (MPD) en varias ocasiones con los grupos de la
derecha política en el Parlamento.
Frente
a esto, la clase trabajadora ecuatoriana debería plantearse como
tareas urgentes:
1. Luchar por la
constitución de una corriente revolucionaria al interior del
movimiento sindical ecuatoriano que permita combatir el burocratismo,
la corrupción y la falta de democracia en las organizaciones de los
trabajadores ecuatorianos.
2. Propiciar la
discusión teórica, el debate crítico y la confrontación de ideas.
3. Elaborar un
programa de acción donde se sinteticen las necesidades, los intereses
y los fines de los distintos sectores sociales dispuestos a
transformar revolucionariamente la sociedad ecuatoriana. No se pueden
admitir pactos con la burguesía criolla que es explotadora y
proimperialista.
4. Recuperar la
iniciativa y la creatividad en la lucha social. Ser optimistas
guardando el sentido de las proporciones.
5. Luchar contra las
posiciones pragmáticas, posibilistas y reformistas sin caer en el
aventurerismo y el espontaneísmo. Para la derecha política y la
llamada izquierda bien pensante, esto es lo políticamente correcto.
Los trabajadores ecuatorianos deben pensar que en la raíz del sistema
capitalista se encuentra la causa de todos sus males, por lo cual se
debe apuntar a acabar con este sistema. Esto no significa que no se
deba luchar por cosas puntuales e inmediatas.
La lucha llevada a
cabo en estos días en el Ecuador, demuestra que la clase obrera, en
alianza con los sectores progresistas de la sociedad, puede ejercer
una fuerte presión contra los gobiernos corruptos y vende patrias
para evitar la aplicación de medidas antipopulares y así lograr
determinadas conquistas.
Sin embargo, es
importante que la lucha se enfoque no solo contra los mandatarios de
turno, sino contra el sistema mismo. El Estado burgués, el
imperialismo y la reacción harán frente a la presión de las masas
con más represión o por medio de la concesión de ciertas dádivas.
La lucha final tiene que ser por el Poder para así establecer un régimen
en el cual se puedan llevar a cabo, en forma inmediata y efectiva, las
reformas democráticas necesarias, que nos permitan acelerar el paso
para la construcción de una sociedad socialista.
Como parte de esta
lucha, los trabajadores ecuatorianos deberán defender con firmeza la
lucha de los trabajadores en Venezuela, en Bolivia y en toda América
Latina. Solo el internacionalismo proletario, podrá garantizar el
triunfo de la Revolución Latinoamericana.
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