Perú
Votantes
ante dilema desalentador
Análisis
de Ángel Páez
Inter Press Service (IPS), 15/03/06
Lima.–
Falta menos de un mes para los comicios presidenciales del 9 de abril
en Perú, y se han presentado 20 candidatos, el mayor número desde la
restauración de la democracia en 1980. Pero la cantidad no garantiza
calidad, y los peruanos han resuelto esconder sus preferencias hasta
el final.
La
duda parece reflejar la escasez de buenas propuestas. De la veintena
de aspirantes, sólo tres despuntan: la derechista Lourdes Flores, el
nacionalista y ex militar Ollanta Humala y el socialdemócrata Alan
García, que gobernó entre 1985 y 1990.
Según
la última encuesta de intención de voto, Humala consiguió alcanzar
a Flores. Durante casi un año, ella fue favorita. Ahora se registra
un virtual empate técnico. La candidata tiene 31 por ciento de
preferencias y el ex militar de 30 por ciento.
En
los hechos, Flores cayó en las encuestas y Humala consiguió
recuperar simpatías a pesar de denuncias en su contra por violaciones
de derechos humanos. Se lo responsabiliza de asesinatos, secuestros y
desapariciones de civiles cuando fue jefe de la guarnición militar de
Madre Mía, en la selva amazónica, y combatía a los insurgentes maoístas
de Sendero Luminoso, en 1992. La fiscalía investiga la veracidad de
esas acusaciones.
A
diferencia de Humala, que no ha hecho derroche ni alarde de gastos en
su campaña electoral, Flores desplegó una propaganda millonaria,
reforzando la crítica de sus contrincantes que la acusan de ser la
"candidata de los ricos", un mote que difícilmente pueda
quitarse. Su compañero de fórmula es el banquero Arturo Woodman,
hombre de confianza de Dionisio Romero, el más poderoso empresario
del Perú.
Pero
las preferencias por Flores y Humala son frágiles, y por el momento sólo
les garantizarían pasar a una segunda vuelta.
Las
encuestas afirman también que 38 por ciento de los electores no saben
a quién votar, una indecisión inédita en este país.
Una
razón podría ser el desencanto por la gestión del presidente
Alejandro Toledo, un hombre de humilde origen indígena que se graduó
en la estadounidense Universidad de Stanford, y llegó al gobierno en
julio de 2001, después de encabezar un movimiento que contribuyó a
la caída del autoritario Alberto Fujimori (1990–2000), preso en
Chile a la espera de un proceso de extradición.
Toledo
supo mantener una economía saludable, con un crecimiento promedio del
producto interno bruto de 4,5 por ciento anual. Pero pulverizó con
sus propios actos la simpatía popular de la que gozaba. Durante casi
todo su gobierno, sólo 10 por ciento de la población respaldó su
gestión. Y ese fracaso también afectó al resto de la clase política.
Los
resultados macroeconómicos son llamativos en el papel, pero 51 por
ciento de la población es pobre y no ve en qué consisten los
beneficios del incremento de las exportaciones, la inversión
extranjera y la recaudación tributaria.
Mientras
Flores asiste a cenas en hoteles de lujo, en las que los invitados
contribuyen con 100 dólares por cabeza a su campaña, Humala se
traslada a poblaciones marginales o de extrema pobreza, y habla de
cambiar radicalmente la economía a favor de los más pobres, reducir
los sueldos de los legisladores y convocar a una asamblea
constituyente.
Flores
predica una lucha frontal contra el narcotráfico y ofrece invertir en
cultivos alternativos para que los campesinos abandonen la hoja de
coca.
Humala
se desplaza hasta las zonas de las plantaciones ilegales y, en medio
de centenares de cocaleros, dice que en su eventual gobierno no habrá
erradicación compulsiva, indicada y financiada por Estados Unidos. Y
lo dice en el sureño valle del Apurímac, en el que tres cuartas
partes de los cultivos se destinan al narcotráfico.
Para
dar señales de sus posiciones, Humala se reunió en el lapso de un
mes con los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela, Evo Morales, de
Bolivia, Néstor Kirchner, de Argentina, y Luiz Inácio Lula de Silva,
de Brasil, proyectando la imagen de próximo eslabón en esa cadena de
gobernantes latinoamericanos progresistas o de centroizquierda. Con
Morales, Humala habló de una agenda bilateral antidrogas.
Flores
propone continuar con la política neoliberal de estadísticas en azul
en materia económica y cifras en rojo en cuanto a programas sociales
contra la pobreza, tal como ha hecho Toledo.
Humala,
heredero de un populismo reciclado y un discurso radical de tono
castrense, ha captado el hartazgo del electorado con los políticos
tradicionales.
Por
eso los comicios constituyen un dilema para los peruanos que ven en
Humala un giro con resultados imprevisibles, y en Flores el
continuismo.
Mientras,
el ex presidente García ha sabido aprovechar la indecisión de los
votantes. Desde enero sube de forma sostenida en las encuestas, de 17
a 22 por ciento. No es poco para quien es recordado como conductor de
uno de los peores gobiernos de este país, con una crisis económica
sin precedentes.
García
afirma que sus errores fueron "de juventud" ––fue
elegido jefe de Estado cuando tenía 35 años––, y que ha madurado
como para gobernar con una experiencia mejor procesada.
Concluido
el régimen de Fujimori, García regresó al país y se postuló a la
Presidencia. Cuando se creía que Toledo ganaría fácilmente las
elecciones, éste tuvo que ir a la segunda vuelta obligado por la
sorprendente votación del ex mandatario. En el balotaje, el actual
presidente se impuso con 55 por ciento de los sufragios.
Ese
resultado demostró que el recuerdo del desafortunado gobierno de García
no era un lastre insuperable. En medio de la polarización
Flores–Humala, el socialdemócrata podría ganar votos y aspirar a
una eventual segunda vuelta con alguno de los dos.
En
el cuarto lugar, pero muy rezagado, se ubica el ex presidente de la
transición, Valentín Paniagua, quien debió gobernar entre la salida
de Fujimori en 2000 y la asunción de Toledo, y entregó el mando con
70 por ciento de aprobación pública a su breve gestión. Pero ahora
recoge apenas seis por ciento de intención de voto, seguido por la
ultraderechista y fujimorista Marta Chávez, con cinco por ciento.
Es
muy difícil que Chávez avance, a pesar del respaldo recibido de la
novia de Fujimori, Satomi Kataoka, quien se sumó a su campaña con
gran convocatoria de prensa, anunciando su matrimonio con el ex
presidente acusado de corrupción y violaciones de derechos humanos.
Lo
único seguro es que en manos de los indecisos está la elección del
próximo gobernante de este país desilusionado de sus políticos.
Ollanta
Humala lidera todas las encuestas,
a pocos días de las elecciones
@DIN
Noticias, 21/03/06
El
candidato presidencial de Unión por el Perú (UPP), Ollanta Humala,
encabeza las preferencias de los electores peruanos con 32.3% de
intención de voto, mientras que su contrincante Lourdes Flores (UN)
cayó al segundo lugar con 28.1%, según las últimas encuestas a
nivel nacional, informaron hoy varios matutinos del Perú.
El
trabajo de varias encuestadoras revela además que Alan García
(Partido Aprista) sigue ocupando el tercer lugar con 20.6% seguido de
Valentín Paniagua (Frente de Centro) con 6% y Martha Chávez (Alianza
por el Futuro) con 5.5%.
Más
rezagados aparecen Humberto Lay (Restauración Nacional) con 2%,
Javier Diez Canseco (Partido Socialista) con 1%, Jaime Salinas
(Justicia Nacional) con 0.9% y Susana Villarán (Concetación
Descentralista) con 0.8%.
En
comparación con un trabajo similar desarrollado en los últimos días
de febrero, Humala tuvo un crecimiento de casi 7 %, mientras que
Flores Nano descendió 6%.
"Tomo
con humildad los resultados de este sondeo de opinión, pero no
configuran un referente para mi campaña", manifestó el
presidenciable por el Partido Unión por el Perú a los reporteros.
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