Entrevista
con Ollanta Humala, candidato nacionalista a los comicios del día 9
"No
soy de izquierda ni de derecha"
Por
Carlos Noriega
Corresponsal
en Lima
Página
12, 04/04/06
Humala
explicó a Página/12 que si gana la presidencia de Perú formará
parte de las fuerzas progresistas que "están construyendo una
gran familia latinoamericana". Vestido con su inseparable remera
roja con la inscripción "Amor por el Perú", el ex
comandante Ollanta Humala, puntero en todas las encuestas y favorito
para ganar las elecciones de este domingo, recibió a Página/12 cerca
de la medianoche del domingo, en un local en el que acababa de grabar
su último spot publicitario. Estaba acompañado de su esposa Nadine,
de 29 años, graduada en Ciencias de a Comunicación y Sociología e
inseparable acompañante de Ollanta durante esta dura campaña. Humala
habló con este diario de sus propuestas políticas, de los
acusaciones que ha recibido, como aquella de ser un violador de los
derechos humanos, de lo que sería su relación con las empresas
transnacionales, del proceso de integración latinoamericano y del
presidente Néstor Kirchner, con quien se reunió hace varias semanas.
–¿Cómo
explica el alto apoyo que recibe su candidatura siendo usted un recién
llegado a la política?
–Por
la conexión que tengo con el pueblo y que otros candidatos no han
logrado. Esa conexión se explica porque el pueblo quiere justicia
social y una patria sin discriminaciones.
–¿No
teme estar levantando expectativas que una vez en el gobierno no pueda
satisfacer?
–Eso
es una preocupación, pero hay que asumir esta responsabilidad porque
el Perú no aguanta más tiempo de continuismo de esta dictadura de
los poderosos. El clima social está caliente, el pueblo está
exacerbado. El cambio es inevitable, porque si no hay un cambio la
situación social estallará.
–¿Qué
pasaría en Perú si las elecciones las gana Lourdes Flores, que
representa la continuidad del modelo económico?
–Pasaría
lo que pasó con los presidentes de otros países latinoamericanos que
fueron sacados por el pueblo. Creo que sería muy difícil que Lourdes
Flores llegue a cumplir un año de gobierno.
–¿Y
usted qué papel jugaría en ese proceso?
–Estaría
en la oposición democrática.
–Y
en el caso que usted sea el próximo presidente peruano, ¿le preocupa
que el fuerte sentimiento anti–Humala que se ha desarrollado en
buena parte del país, especialmente en los sectores medios y altos de
la sociedad, se convierta en un problema para la gobernabilidad?
–Ese
sentimiento anti–Humala es producto de una campaña asquerosa que me
muestra como si yo fuera de lo peor. No creo que eso afecte a mi
gobierno.
–Para
muchos usted sigue siendo una incógnita. ¿Cómo define su
nacionalismo; es de izquierda, de derecha?
–El
nacionalismo es la defensa de nuestra soberanía y de nuestros
recursos. Es nuestra respuesta al modelo económico neoliberal, que
está destruyendo a la sociedad peruana. Yo no creo en la confrontación
ideológica entre izquierda y derecha, eso terminó con la Guerra Fría.
No soy de izquierda ni de derecha, soy de abajo de ese plano político
y jalo gente de izquierda, que está en el proyecto nacionalista, y
también gente de derecha, como los empresarios nacionales que se
sienten amenazados por el neoliberalismo y que nos apoyan.
–¿Y
su nacionalismo con qué experiencias se identifica?
–Diría
que enarbolamos el nacionalismo que lideró el general Charles de
Gaulle en Francia.
–¿Cómo
ve al gobierno de Kirchner?
–Nosotros
vemos al gobierno argentino, así como a otros gobiernos de la región,
como los de Lula, Chávez, Evo Morales, Tabaré Vázquez y Michelle
Bachelet, como parte de las fuerzas progresistas que están
construyendo una gran familia latinoamericana. Nosotros queremos
integrarnos a esa familia. En Latinoamérica está surgiendo una nueva
generación de líderes, que en unos países se llaman indigenistas,
en otros socialistas, de izquierda, pero todos tienen en común buscar
una respuesta alternativa al modelo económico neoliberal. Nosotros
estamos en esa línea.
–¿Qué
conclusiones sacó de su reunión con Kirchner?
–De
las conversaciones que he tenido con Kirchner, y también con Lula,
Evo Morales y Chávez, he sacado la idea de que los tratados de libre
comercio bilaterales firmados por los países de la región con
Estados Unidos –como pretende hacerlo Toledo– pueden ser un obstáculo
para la integración regional y que lo mejor sería negociar con
Estados Unidos como un bloque latinoamericano. Nuestras columnas para
el desarrollo deben ser el fortalecimiento de las industrias
nacionales y el cambio de la matriz de exportaciones primarias por las
exportaciones de recursos con valor agregado.
–¿Su
gobierno buscaría integrarse al Mercosur?
–Yo
pondría más atención en acuerdos regionales que en tratados
comerciales con países fuera de la región.
–A
usted lo han acusado de autoritario y de ser "un peligro para la
democracia"
–En
el Perú estamos viviendo la dictadura de los poderes económicos
importantes. Nosotros nos reafirmamos en la democracia del pueblo. No
vamos a hacer un gobierno autoritario, sino uno que ponga autoridad y
que no sea genuflexo ante la inversión extranjera. Queremos el cambio
del modelo neoliberal, pero queremos hacer ese cambio en democracia y
con respeto a las libertades y a los derechos fundamentales.
–También
lo han acusado de haber cometido torturas y asesinatos cuando comandó
una base contrasubversiva el año '92.
–Esa
acusación es falsa. Como soldado combatí a la subversión, pero
nunca violé los derechos humanos de nadie. Ni siquiera he conocido a
las personas que ahora dicen que yo he violado sus derechos humanos.
–¿Los
militares cometieron, en su opinión, violaciones a los derechos
humanos en la lucha contra la subversión?
–La
violación de derechos humanos no fue una política de las Fuerzas
Armadas, pero ha habido errores y excesos, que se han traducido en
casos flagrantes de violaciones a los derechos humanos.
–¿Su
gobierno les daría amnistía a los militares procesados por violar
los derechos humanos?
–Yo
no hablo de amnistía. A mí me están denunciando y no quiero
favores. Mi posición es que los juicios sigan adelante, pero que se
definan rápidamente y que no se cometan actos de venganza.
–¿Las
denuncias por violaciones a los derechos humanos son producto de una
venganza contra los militares?
–En
algunos casos se están cometiendo injusticias. Conozco compañeros
que nunca combatieron y ahora están enjuiciados solamente porque
alguien los ha acusado de haber desaparecido a uno de sus familiares.
Pero los casos flagrantes de violaciones a los derechos humanos deben
ser condenados, no pueden ser amnistiados.
–¿Le
preocupa la inquietud que hay entre los empresarios y las
transnacionales por su propuesta de nacionalizar los recursos
naturales y promover la participación del Estado en lo que usted ha
llamado sectores estratégicos, como la energía, los puertos o el
espacio aéreo?
–Hemos
hablado con representantes de varias empresas, entre ellas empresas
argentinas, y a ninguno lo he visto asustado por nuestras propuestas.
Nadie ha dicho que se va a ir del país. No estamos hablando de
estatizar ni de expropiar empresas, que son metodologías del siglo
pasado, sino de nacionalizar los recursos naturales.
–Si
no va a haber estatización, ¿cuáles serán los mecanismos para que
el Estado participe en la explotación de los recursos naturales y en
el manejo de los sectores que ha definido como estratégicos?
–Eso
puede hacerse mediante la ampliación accionarial para que ingrese el
Estado o el capital privado nacional, puede ser a través de las
acciones doradas, que le da al Estado, sin tener mayoría accionarial,
la facultad de tomar decisiones fundamentales en las empresas, o
creando empresas de capital nacional para que compitan con las
transnacionales.
–Pero
los empresarios no lo quieren a usted, ¿por qué cree que van a
trabajar con su gobierno?
–Yo
no sería tan pesimista de decir que no me quieren. Estamos trabajando
con muchos empresarios nacionales.
–¿Qué
condiciones les pondría a las empresas extranjeras para trabajar en
el Perú?
–Que
hagan transferencia tecnológica, que generen empleo, que den
bienestar a la comunidad pagando impuestos y regalías y que respeten
el medio ambiente, que es algo muy importante.
–¿Y
qué haría su gobierno si algunas transnacionales se niegan a su
pedido de revisar los contratos existentes que las exoneran del pago
de algunos impuestos?
–No
hay que ser tan pesimistas, son muy pocas las que podrían asumir esa
postura. Varias empresas transnacionales le han pedido al Estado
modificar los contratos y eso se ha hecho. Creo que debe haber un
principio de reciprocidad. En el caso que hubiera alguna empresa
irreductible, una de esas talibanes del neoliberalismo, le aplicaremos
todo lo que nos permite la ley para defender el interés nacional,
pero no nos vamos a salir del marco legal.
–¿Qué
van a hacer con el consorcio que explota el gas de Camisea, en el que
participan las empresas argentinas Pluspetrol y Techint, que está
cuestionado tanto por las condiciones del contrato como por supuestas
fallas en la construcción del gasoducto?
–Vamos
a revisar ese contrato. Ese gasoducto, construido por Techint, está
mal hecho y es un queso gruyère, porque tiene huecos por todos lados.
Ese queso gruyère lo hemos pagado todos los peruanos con un impuesto
que nos cobraban al servicio de luz eléctrica. También vamos a
revisar el contrato con Pluspetrol, porque las regalías que pagan están
calculadas según el precio del gas del año 2000 y no del actual
precio, que es cerca de nueve veces mayor. Creo que en la Argentina no
aceptarán eso. Tendrán que pagar impuestos según los precios reales
del gas y no según un precio congelado al año 2000. Pluspetrol también
tiene pozos petroleros, que les dio Fujimori, en la selva, y saca cada
barril a un costo de 8 dólares y se lo vende a las refinerías de
Petroperú al precio internacional, que está como en 60 dólares y mañana
podría estar en 100 dólares. No creo que los argentinos aceptarían
que eso pase en su país. Vamos a cambiar esa situación.
–¿Cómo
imagina su relación con Estados Unidos? ¿Legalizaría los sembradíos
de hoja de coca?
–Aspiramos
a tener las mejores relaciones posibles con Estados Unidos. No soy
antinorteamericano. Pero creo que su política antidrogas tiene un
balance negativo, por eso hay que replantear las cosas separando la
hoja de coca de la cocaína. Estoy en contra de la erradicación
compulsiva de la hoja de coca, porque creo en su sustitución
rentable. A mediano y largo plazo se deben buscar mercados para
productos derivados de la hoja de coca y así poder industrializarla.
No se puede solucionar el problema de la cocaína golpeando al
campesino cocalero, porque ellos no son el primer eslabón del narcotráfico.
–¿Qué
tanto lo ha perjudicado su familia en esta campaña con sus
declaraciones pidiendo amnistía para Abimael Guzmán (el líder de
Sendero Luminoso), el fusilamiento de homosexuales o la expropiación
de medios de comunicación?
–Tengo
43 años y no tengo que asumir la responsabilidad por lo que dicen mis
padres o mis hermanos. Ellos no pertenecen a mi partido y yo no
comulgo con sus posiciones.
–¿Indultaría
a su hermano Antauro (encarcelado y sometido a juicio por la toma de
una comisaría en enero de 2005, donde murieron cuatro policías)?
–Nadie
está por encima de la ley. No he pensado en indultar a nadie.
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