Refuerza
EEUU sus tareas de espionaje en América Latina
Habrá
más agentes secretos en la región
Por
Hugo Alconada Mon
Corresponsal
en EEUU
La
Nación, Buenos Aires,27/04/06
Washington.-
Decidido a evitar que se repitan ataques como los del 11 de septiembre
de 2001 y para corregir los groseros errores de inteligencia que
llevaron a la guerra en Irak, el presidente George W. Bush ordenó
aumentar el número de espías desplegados en América latina, dentro
de una estrategia global de vigilancia.
Los
espías deben aportar datos sobre los grupos, líderes o territorios
que representan una amenaza para Estados Unidos en la región.
Según
informes oficiales, los ejes de preocupación son varios: el
presidente Hugo Chávez, la Triple Frontera -entre la Argentina,
Brasil y Paraguay-, Cuba, los vínculos entre las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y el narcotráfico, y la porosidad
de la frontera terrestre con México.
La
orden presidencial es ejecutada por el primer director nacional de
Inteligencia, John Negroponte, el supervisor de las 16 agencias
estadounidenses de inteligencia, con US$ 40.000 millones de
presupuesto al año.
"El
presidente Bush quiere más espías humanos", dijo Negroponte en
una entrevista con la revista Time, en la que admitió que las áreas
a su mando, incluida la Agencia Central de Inteligencia (CIA), han
revigorizado su presencia en el hemisferio.
"Estamos
fortaleciéndonos en lugares en los que no hemos estado [en los últimos
años], donde habíamos dejado que las cosas se atrofiaran después
del fin de la Guerra Fría, en América latina y en Africa",
detalló el llamado "zar de la inteligencia" norteamericana.
En
el mundo post-11 de Septiembre, el interés militar y de inteligencia
de Washington en América latina pasa por conocer por dentro las redes
clandestinas que Al-Qaeda u otra organización similar podrían
utilizar para ingresar en Estados Unidos y cometer otro atentado,
incluyendo avionetas, pasaportes falsos y los "coyotes", los
guías del desierto de Arizona y Nuevo México.
La
Argentina recibe elogios del Departamento de Estado por los controles
sobre los contenedores que pasan por el puerto de Buenos Aires. Pero
el riesgo que significa la Triple Frontera "no es un mito",
alertó el teniente coronel Phillip Abbott, un especialista en América
latina del ejército estadounidense.
La
Triple Frontera, escribió en la revista Military Review de enero último,
"es una invitación abierta a los terroristas, por su peligrosa
combinación de descontrol, pobreza, actividades ilícitas, grupos
desconectados, fuerzas de seguridad y militares mal equipadas y
democracias débiles", lo que es rechazado por el gobierno
argentino. Hace 20 días, la fiscalía del Distrito de Manhattan ordenó
el cierre de una cuenta bancaria en Nueva York que habría servido de
puente para lavar dinero procedente de negocios ilícitos en la
frontera compartida entre la Argentina, Brasil y Paraguay y enviarlo a
grupos como Al-Qaeda, Hamas y Hezbollah.
Los
esfuerzos dirigidos por Negroponte se enfocan, primero, en mejorar la
red humana de información disponible ("Humint", según la
categoría de la DNI), reclutando nuevos espías e informantes en la
región y desplegando más personal norteamericano en las áreas más
calientes.
El
segundo eje es el tecnológico, confiaron a LA NACION dos fuentes con
acceso a información en el Pentágono y la lucha contra el narcotráfico.
Aviones, barcos, satélites y radares móviles fueron desplegados por
el Caribe para monitorear, entre otras tareas, las rutas clandestinas
que usan las avionetas que trasladan drogas.
Chávez
y las FARC
Pero,
también, para rastrear los movimientos de las FARC entre Colombia y
Venezuela. La inteligencia norteamericana cree, por ejemplo, que los
frentes 10°, 16°, 33° y 45° de las FARC trafican drogas por la
frontera a cambio de dinero y Fusiles Automáticos Livianos (FAL) que
utiliza el ejército de Venezuela y que serán reemplazados por los
AK-47.
Chávez
y su gobierno desmienten la presencia de las FARC en Venezuela y
acusan a la Casa Blanca de lanzar una campaña de desprestigio. Pero
la administración Bush afirma tener, por ejemplo, imágenes
satelitales de un campamento del grupo guerrillero en Aldea Copas, en
el estado de Táchira. Ya en febrero último, Negroponte había
acusado a Chávez de buscar "relaciones económicas, militares y
diplomáticas más cercanas con Irán y Corea del Norte", países
incluidos por Washington en un supuesto "eje del mal".
Todos
los datos provienen de las redes tejidas por la CIA y el Comando
Militar Sur de Estados Unidos (SouthComm) en soledad o en cooperación
con otros países de la región.
Pero
también podrían provenir del submarino nuclear USS Virginia, que
recorrió las aguas del hemisferio en el segundo semestre de 2005, según
el columnista de la edición online de The Washington Post, William
Arkin.
"Sin
duda recogió señales de radar y de comunicaciones y probó su
"capacidad de recolección de inteligencia en un litoral",
ya que tiene a bordo equipos especiales de escucha configurados para
señales y objetivos de América latina", estimó Arkin. La misión
del submarino pudo ser no más que una "práctica", según
el analista, para probarlo en una zona que no presenta mayores desafíos
para su seguridad.
Aunque
lejos de los puntos más calientes del planeta, la Argentina registra
un antecedente de la supuesta misión del USS Virginia, según reveló
en 2001 James Bamford en su elogiado "Cuerpo de secretos: anatomía
de la ultrasecreta Agencia de Seguridad Nacional". A principios
de 1962, el barco USS Oxford atravesó el Canal de Panamá y recorrió
las costas de Brasil, Uruguay y la Argentina, camino a la Patagonia,
donde buscó información sobre las actividades nucleares en el país.
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