Comienzan
a manifestarse las fisuras del tigre neoliberal del Pacífico sur
Chile
no aguanta más neoliberalismo tercermundista
Por
Aldo González
Argenpress, 14/06/06
Desde las dos
perspectivas de más alcance para un observador que dispone del
sentido común me asaltan dos preocupaciones al ir conociendo la
velocidad con que se desencadenan los hechos que se generaron la
semana pasada con los estudiantes secundarios a lo largo de todo el país.
Las dos se enclavan en el modelo económico del libre mercado que es
la orientación del modelo neoliberal, impuesto en el caso de Chile
utilizando como instrumento una dictadura militar cruenta de 17 años
de duración. Periodo que se cerró con una Constitución, la de 1980,
preparada a la medida para imponer y sostener el modelo una vez que el
régimen de facto ya no podía sostenerse solo con el argumento del
terror de Estado activado desde la represión.
La Constitución
instauro un mecanismo que ajustado a la división política del país
permitía que los dos partidos que habían apoyado al régimen
militar, la ultraderechista Unión Democrática Independiente (UDI)
con un supuesto ideario gremialista para esconder en su interior los típicos
criterios elitistas, de exclusión y fascistoides que no cabían ni
siquiera en un ideario de derechas pura y dura. Este conglomerado de
empresarios de toda índole, donde cabía lo mas rancio de los
sectores ultra conservadores, desde jefes militares, iglesias
oficialistas, altas personalidades del poder judicial, formaban el
grupo duro que defendió la eliminación física de los llamados
marxistas, donde se incluía a cualquier persona contraria el régimen
militar.
El otro socio que
conformaba esta Alianza era la derecha política de siempre agrupados
en Renovación Nacional (RN) que eran como el socio bueno de esta
dupla con los que por lo menos se podía dialogar aunque representaban
el espectro de los dueños ancestrales del poder económico de Chile.
En este escenario patético,
se quiso ir aún mas allá, y se le concedió al dictador unos años
de gracia para que permaneciera como jefe de la fuerza armada en la
primera fase de esta democracia protegida según ellos, no fuera a ser
que los marxistas volvieran a las suyas y comenzaran de nuevo con los
levantamientos sociales y propuestas políticas indecentes. Y para más
INRI, se le obsequió con dos regalos, el primero Senador Vitalicio y
el segundo ex-Presidente de la República, aunque el cargo fue
obtenido por un putch militar y accedió a él, tras saltarse a la
torera un supuesto acuerdo de rotar la presidencia durante la
dictadura lo que le costo tener que expulsar de la junta militar al
fascista jefe de la fuerza aérea Gustavo Leigh.
Sin embargo, en este
planeta y su realidad, a veces los hechos son más porfiados que las
voluntades y poco a poco fue regresando el agua a sus cauces. El
dictador que se sentía intocable, después de dejar la jefatura de la
fuerza armada, se dedico a los negocios, ¡al inocente comercio de
armas¡ hasta que un juez español decidió echarle el brazo de la
justicia por delante y paso lo de Londres. Los actores de la
experiencia neoliberal se pusieron en marcha y tras de 500 días de
arresto lo llevaron a Chile aduciendo que estaba enfermo, y es más,
que estaba demente. Con este argumento se mantiene sin condena hasta
el día de hoy doblándole la mano a la justicia, porque en el momento
que se le juzgue a él, irán detrás los militares que estaban bajo
su mando y los civiles que hasta el momento no se les ha tocado un
pelo que son los verdaderos realizadores de esta dramática comedia trágica
chilensis orquestada por el gran capital que gobierna en este planeta.
Mientras tanto los
chilenos que salieron escaldados de la dictadura que no querían ver
ni en pintura a la Alianza Democrática y han venido votando la
alternativa de la Concertación de partidos de centro-izquierda
social-demócrata. Esta opción requería de conversos al capitalismo
en la opción neoliberal y allí se sumaron el PS y el PPD con políticos
que aceptaban la propuesta de razones de estado, de lo posible para
sacar al país adelante.
Lo que nunca nadie
discutió porque Chile estaba siendo justamente el laboratorio de
pruebas del libre mercado, fue el modelo, era lo que se imponía al
final de los 70 años de socialismo real en el este de Europa y parecía
que no habían más opciones. Y el modelo aceptaba como motor de las
relaciones económicas al libre mercado que regulaba la oferta y la
demanda y los movimientos de capital. A esta nueva propuesta del
capitalismo se subyugaban los que salían de los países socialistas y
la propaganda impulsada por el marketing se encargaba de demostrar las
excelencias de este nuevo sistema.
Lo que a nadie le
dijeron estos Mesías es que en el conjunto de la sociedad se producían
dos fenómenos paralelos, en primer lugar se elevaba al máximo nivel
la figura del individuo con capacidad para ganar dinero y por esta vía
acceder al ascenso social y por otro lado, los individuos a medida que
se les vendía el sueño de ser ricos, se les iba privando de sus
derechos lo que se lograba desmovilizando todo tipo de asociacionismo
con otros de su mismo perfil.
De esta manera las
sociedades en su conjunto fueron desmovilizadas sin hacer mucho ruido,
solo con una tremenda propaganda a través de los medios de comunicación,
la televisión y el cine, que mostraban las excelencias de esta vida
con coches fabulosos, casas de ensoñación, vestidos y modelos, que
generaban esa euforia de consumismo.
El regalo era un
enorme mercado donde había de todo, hasta comida basura, y donde podías
comprar con créditos y aquí aparece el tercer factor, el
endeudamiento individual, las tarjetas de créditos y millones de
individuos en el pluriempleo para poder pagar cada mes los créditos
que les provocaban las 20 tarjetas que llevaban en su billetera. Además
créditos a largo plazo, la sociedad entera se ve embobada en
consumir.
En el otro brazo de
esta maravilla de finales del siglo XX, se articulo la venta de los
bienes de la sociedad y se agilizaron las privatizaciones. Primero
industrias y servicios del área estatal se fueron transfiriendo al
mismo pequeño grupo que puso en marcha el golpe de Estado, a precios
muy razonables, ahí esta la CAP, el transporte, los puertos, LAN, en
fin una larga lista de bienes que había costado siglo y medio en
adquirirlos con el esfuerzo país, se remataron a precio de saldo,
para que quería el Estado empresas que producían perdidas y que
transferidas al sector privado producían pingües beneficios.
A esto se sumaron el
éxodo de las tres responsabilidades de un Estado para regular y
contener las diferencias en el seno de unas sociedades como las
nuestras que estaban en la etapa clásica de subdesarrollo, es decir,
productores de materias primas sin valor agregado y la inexistencia de
un aparato de producir conocimiento propio en áreas donde se puede
competir a nivel planetario para impulsar, sostener y agilizar a los
sectores que producen riqueza. Estas son la educación, la salud y un
sistema de pensiones para la tercera edad. El broche de oro consistió
en eliminar por coacción los mecanismos para que los empresarios y
obreros pudieran interactuar, fue el exterminio de los sindicatos,
como existen en cualquier país libre. El sindicalismo vino a ser una
especie de maldición a la que el obrero le huía porque si se
enteraba un patrón que estaba en un sindicato era mal visto frente a
una enorme oferta de mano de trabajo barata en un sistema donde el
obrero esta totalmente desprotegido.
Es probable que me
deje miles de descripciones que permitan argumentar mejor el escenario
que actualmente tenemos pero tendría que escribir un ensayo y no es
el propósito para este momento en que se evidencia en la calle la
saturación de recibir más de lo mismo y comienzan a vislumbrar las
primeras grietas del sistema con posibilidad de derrumbarse.
Chile, no aguanta más,
y esta es la crónica de una fractura social anunciada que más tarde
o más temprano se tiene que producir, Chile, comienza a tener los
primeros síntomas de empacho de neoliberalismo que emergen con esta
huelga de estudiantes secundarios, mejor conocidos en la jerga social
como “pingüinos”. La Violeta hace muchos años cantaba: “me
gustan los estudiantes porque son la levaura del pan que saldrá del
horno con toda su sabrosura…” ya es muy tarde en mi labo cuando
escribo esto y el canto sabio de la Violeta me acompaña.
Y vuelvo al
principio, hay dos preocupaciones para mí en esta distancia que me
lleva y me devuelve de Chile con mi mente durante todos estos días.
La masa social, voto para echar al dictador, bajo el grito de la alegría
ya viene, es cierto ya era alegría que se fueran los criminales del
poder, pero el sabio pensamiento del pueblo iba mas allá, el pueblo
quería cambios. Y paso un, dos y tres presidentes de la Concertación
y el cambio no vino, el modelo siguió intacto, aplicándose sin mirar
a ningún lado y así se fue devorando los bienes sociales que aún
quedaban, se devoro la educación, la salud y las pensiones. Y el
pueblo que siempre prefiere la razón a la sinrazón volvió a votar y
eligió a la Presidenta Bachelet, tenia más currículo para creer una
vez mas, mantuvo esa esperanza que tardaba tanto en llegar, era mujer,
había sido torturada como miles de chilenos y era hija de un hombre
cabal que se puso al lado de los humildes y pago con su vida como el
presidente Allende que era su Comandante en Jefe.
El pueblo votó
creyendo que esta vez si que vería los cambios, sus chiquillos podrían
estudiar lo que ya es un merito y a lo mejor iba a ser mas barato. Y
cuando vuelven a la realidad constatan que hay mas de lo mismo y para
que no quede duda se suben los costes y el sueldo del pobre obrero
sigue siendo de 120 mil pesos, “si querís, como le dice el
empresario, sino te vai no mas, hay mucha gente que quiere
trabajar”. Y esta levaura, este fermento de la sociedad que es la
juventud ha dado la primera campanada, algo viene, algo esta
fermentando en el seno de la sociedad a la que ya no le vale eso de
que los “pendejos hay que hacerlos volver a clase”, ni el
“nosotros lo estudiaremos cabritos”.
Como en todo, no
existen soluciones mágicas en política, y de aquí surge mi segunda
gran preocupación, como abandonar el modelo sin que los empresarios
que han acudido del exterior a invertir a Chile, se vayan dentro de
poco haciendo uso de la deslocalización, cuando el Estado de Chile
suba la carga impositiva para aprovisionarse de fondos para un Fisco
gibarizado y tengan que pagar impuestos como en los países
desarrollados. Si justamente fueron allí, porque se les ofreció un
país que pagas muy poco en impuestos, la mano de obra es barata, el
despido fácil y hay paz social para producir en estas condiciones.
No hay que olvidarse
que la Educación es una de las obligaciones del Estado y los jóvenes
ya han dicho, así no, no aguantamos más educación de mala calidad y
cara, no queremos, y luego vendrá el resto. Me asombra también que
algunos de los líderes de este movimiento estudiantil sean los nietos
de los que dieron el golpe de Estado, resulta por lo menos curioso que
ninguno de ellos reproche a sus abuelos que son los autores de un
desastre que va dejando secuelas después de 30 años, es evidente que
han heredado la caradura de sus antepasados, que triste.
Solo dos opciones
porque estamos contra la pared o generar mecanismos para repartir de
manera mas ecuánime la riqueza o entrar en un túnel de
desestabilización que nos puede llevar por oscuros derroteros. Mas
terror del Estado es imposible, entonces creo que la única solución
es que el gobierno se ponga las pilas y cree un puente sólido para
buscar el modo y manera de equilibrar la sociedad, el no hacerlo es el
suicidio para una sociedad como la nuestra que viene fracturada hace más
de 30 años.
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