La
Haya: 14 a 1 en contra
Gualeguaychú
después del papelón
lavaca.org
– Enviado por Correspondencia de Prensa, 15/07/06
La Asamblea de
Gualeguaychú amaneció reunida en El Teatro, para confirmar el peor
de los pronósticos: la Corte de La Haya rechazó la medida cautelar
pedida por la Argentina y las pasteras sobre Fray Bentos continuarán
construyéndose. El gobierno intenta relativizar el fallo que muestra
el fracaso de una política que llegó 4 años tarde, y cuyo principal
objetivo pareció ser desmovilizar a la comunidad. La Asamblea
Ciudadana se dará unas horas para resolver cómo retomar las riendas
de la cuestión.
La Asamblea de
Gualeguaychú terminará de decidir en las próximas horas qué hacer
ante el fracaso de la estrategia gubernamental de desmovilizar el
conflicto hacia un tribunal internacional que terminó haciendo lo que
todos esperaban.
La Corte de La Haya
falló 14 a 1 contra la presentación de la medida cautelar por parte
de la Argentina, y en Gualeguaychú unas 500 personas, parte de la
Asambea Ciudadana, esperaron juntas el momento de esa sentencia frente
a la que nadie había querido hacerse demasiadas ilusiones.
La flamante
secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, que hasta hace un
tiempo representó judicialmente algunas gestiones de la Asamblea,
estuvo en El Teatro a las ocho de la mañana contestando preguntas de
los vecinos, y tratando de relativizar el tema. Dijo que no entendía
por qué se veía sólo el lado negativo del fallo, argumento que hizo
que los vecinos se miraran intrigados. Agregó que el rechazo del
tribunal "no es el fin del mundo" y trató de rescatar
argumentos positivos, tan lejanos y abstractos que terminó poniendo
nerviosos a los asambleístas, que seguían preguntando lo concreto
hasta que la nerviosa fue ella, y decidió marcharse.
Planteó la abogada
Picolotti, por ejemplo, que habrá que concentrarse en dificultar el
acceso de las empresas a financiación internacional teniendo en
cuenta que el conflicto continuará. "Quien invierta en Botnia o
ENCE está invirtiendo en algo que más adelante no va a poder
funcionar, porque el daño se va a consumar".
En ese caso, dijo, la
Corte "estaría dispuesta a suspender u ordenar el
desmantelamiento si se prueba que ha habido daño irreparable al
ambiente". Este argumento también provocó asombro de los
asambleístas que saben lo que esta abogada pensaba –o decía–
antes de asumir como funcionaria kirchnerista.
El ingeniero Emilio
Alonso, asambleísta, había dicho a lavaca: "Algunos creen que
Picolotti va a defender a Gualeguaychú. Pero otros opinan que es una
oportunista. Ya nos pasó con Horacio Melo, que terminó en Cancillería
y defendiendo todo lo contrario de lo que decimos en la Asamblea. Si a
Picolotti la pusieron como contención de Gualeguaychú, ya lo
veremos".
En la ciudad había
una mezcla de indignación y decepción que hasta ahora sólo han
podido curar las asambleas, que siempre siguieron haciéndose dos o
tres veces por semana en El Teatro y junto a la ruta 136, en Arroyo
Verde.
Aquí, las
entrevistas realizadas por lavaca esta semana, que permiten empezar a
comprender cómo piensan en Gualeguaychú acerca de lo que está
pasando, y el futuro.
Entre
el brindis y el corte
"Hay mucha
incertidumbre y eso se vio en la Asamblea de Arroyo Verde. El jueves
vamos a debatir si hay que brindar, o ver qué acciones seguimos"
dice José Pepo Pouler, propietario de una pizzeria de Gualeguaychú,
que no cree que el jueves aparezcan motivos para los brindis y que
considera que el estado actual del clima social es de "calma
chicha, esa calma previa a las tormentas. Ojalá sea una tormenta de
alegría" dice, con una convicción un tanto frágil.
Sigue Pepo:
"Para mi, ya hay un arreglo entre Tabaré y Kirchner, de que
quede una pastera monitoreada (Botnia) y otra relocalizada (la española
Ence)".
Gustavo Rivollier, técnico
en computación, es de los que no creen que los monitoreos sirvan para
algo concreto: "Nuestra posición es No a las papeleras, porque
sabemos que contaminan por más monitoreos y controles que les pongan.
Y la relocalización (se habla de quitarla de la orilla del Uruguay y
mandarla unos kilómetros tierra adentro) tampoco significa nada,
porque ¿dónde creés vos que van a tirar todos los residuos? ¿Qué
van a hacer con toda esa contaminación en el medio del Uruguay?"
Pepo: "Del
rechazo a las papeleras no nos mueve nadie. En La Haya puede haber
cien variantes diferentes, pero la Asamblea prefiere no evaluar
medidas hasta que no se conozca el fallo. Esperamos, para que no nos
vuelvan locos".
Capitalismo,
moral y desarrollo
La Asamblea había
realizado el 30 de abril la marcha más grande de la historia
argentina en defensa de un tema ambiental, convocando a 100.000
personas junto al puente Libertador General San Martín. Pocos días
después, el 5 de junio, el kircherismo se hizo presente en el Corsódromo,
movilizando gobernadores oficialistas, militantes bonaerenses pagos y
aparato político partidario. La gente de Gualeguaychú simplemente no
acudió al acto, salvo en una ínfima proporción. Pouler: "La
duda era si el kirchnerismo nos quería poner la tapa. Y creo que sí".
La ansiedad periodística
es taquicárdica, buscando conocer qué se resolverá. Pepo: "Lo
que yo defiendo a muerte es la horizontalidad de la Asamblea. Por eso
mismo no puedo decir qué se va a votar, porque nadie lo sabe. La
reunión va a ser junto a la ruta el jueves a la noche, así tenemos
todo el día para escuchar qué se dice, para pensar, y después
decidir todos juntos".
Gustavo: "Es que
aunque ordenen hacer el famoso estudio de impacto ambiental, no se
sabe cómo resultará todo al final. Botnia no quiere hacer ese
estudio, ellos saben que no lo pasan".
Rivollier no
simpatiza excesivamente con estos emprendimientos y su contexto:
"No es un secreto. Las empresas no tienen moral. No son morales
ni amorales. Tienen contabilidad. Piensan con el bolsillo. No les va a
calentar si tienen que contaminar el río entero, las napas, el acuífero
o lo que sea necesario".
Pepo, como tanta
gente de Gualeguaychú, en los últimos meses se ha acostumbrado
inesperadamente a hablar y a repasar qué significa, por ejemplo, el
capitalismo: "Todo se globalizó, uno ve un capitalismo salvaje,
con pocos ricos y muchos pobres. El dinero por el dinero. Eso es lo
que estamos viviendo. Y no estamos de acuerdo".
Gualeguaychú, con su
Asamblea Ciudadana y los cortes de ruta del último verano, iluminó
de paso un problema mucho más denso que el de una o dos fábricas
contaminantes: "Con el tiempo vimos que el desembarco no es solo
de empresas sino de un modo de desarrollo que pone en juego toda una
cuestión regional de futuro". Las pasteras obligan al
monocultivo de eucaliptos (700.000 hectáreas del lado uruguayo,
1.200.000 en Entre Ríos) que secan las reservas de agua (se estima
que cada árbol consume alrededor de 100 litros diarios de agua),
destrozan la agricultura y la diversidad productiva, y generan lo que
se llama "el desierto verde". Ese modelo de concentración y
monocultivo, agregado al de la soja, no tiene visos de cambiar sino
que es reforzado por los gobiernos aparentemente progresistas de la
región.
El
piquete movedizo
Emilio Alonso es un
ingeniero que considera que "hoy por hoy la gente del pueblo está
más para cortar que otra cosa, aunque hay que esperar el fallo de La
Haya y lo que decida la Asamblea. Pero nunca se abandonó del todo
Arroyo Verde, y sigue habiendo gente ahí". Arroyo Verde es el
lugar donde ser cortó la ruta 136 durante más de dos meses y donde
las Asambleas cotidianas se hacían ubicando reposeras a la vera del
asfalto. Ahora las reuniones allí son una vez a la semana, y los
martes y viernes el encuentro es en El Teatro, aunque a la vez
empezaron a surgir reuniones paralelas como si la Asamblea se
estuviera expandiendo por la ciudad.
Como Pepo, Emilio
cree que Kirchner y Tabaré ya tienen algo cocinado como solución
mutua: "Ninguno quiere el conflicto. Pero para Gualeguaychú no
ha habido ningún resultado. Las plantas se siguen construyendo, nada
cambió. Si lo de La Haya es favorable a que las plantas paren, todo
seguirá como ahora. Si es favorable a que continúen, la gente va a
volver a la ruta".
Pero eso, incluso,
podría tener variantes. Algunos gualeguaychenses meditan: "¿Y
si se anuncia que va a haber cortes sorpresivos los fines de semana?
Nadie se largaría a cruzar en plan turístico, por ejemplo, y capaz
que esos cortes ni los hacemos, sólo los anunciamos, pero el efecto
es el mismo".
Otra idea: ¿Y si el
conflicto lleva a la necesidad de cambiar la localización del corte,
y pasar de la 136 a la multi transitada 14, la ruta del Mercosur?
No se trata, es bueno
recalcarlo, de amenazas, sino de meditaciones porque en Gualeguaychú
cualquiera de estos argumentos termina referido a ese novedoso órgano
de poder que pone en cuestión los convencionalismos políticos:
"Todo lo que haya que resolver será en la Asamblea, con nuestra
democracia directa y nuestra horizontalidad" dice Pepo, sabiendo
que tal vez sus propuestas pierdan. "Pero nadie pierde, porque lo
que vota la mayoría es lo que todos asumimos como nuestro".
La clave de esta idea
es que "podemos estar enfrentados, pero cuando hay que cortar
cortamos, y lo que nos une a todos es lo que nos diferencia de muchos
otros: No a las papeleras".
Emilio: "Lo que
pasa es que mucha gente se dio cuenta de que nunca tendríamos que
haber levantado el corte, para obligar a los presidentes a sentarse a
negociar. Yo espero que ahora no haya que volver a la ruta. Es una
macana para nosotros y para los uruguayos. Nosotros buscamos siempre
otras soluciones, pero es como mear en el río, no cambiás nada. Al
final lo único por lo que nos escucharon fue por los cortes. Y ahora
lo que están haciendo es meter todo en el freezer".
Ambiente
medio
En Gualeguaychú los
comentarios en las plazas, bares y peluquerías transitaron los últimos
días diversas novedades:
* El informe de la
Universidad de la República del Uruguay, cuestionando a las papeleras
por sus niveles de contaminación. Los pensamientos únicos siempre
presentan fisuras.
* El informe
divulgado por el diario El Argentino, de Gualeguaychú, sobre el
embajador uruguayo Edison González Lapeyre, representante de su país
ante La Haya, que en 1996 defendió la pertinencia del Estatuto del Río
Uruguay, y rechazó la instalación de una fábrica de pasta de
celulosa en Fray Bentos (la esquizofrenia o la hipocresía de los políticos
argentinos tal vez se haya propalado cual virus fronterizo).
* El paro en Botnia,
que frenó las obras durante diez días por el lado más inesperado:
una grúa se derrumbó, casi mata a dos obreros, la empresa quiso
seguir trabajando (tema para las meditaciones sobre capitalismo y
moral de Gustavo y Pepo) y los sindicatos hicieron una huelga que
finalmente se levantó cuando lograron echar al capataz, que terminó
como el malo de la película.
Pero el otro asunto
de conversación inevitable en estos días había sido la designación
como Secretaria de Medio Ambiente del gobierno de Néstor Kirchner de
Romina Picolotti, creadora del CEDHA (Centro de Derechos Humanos y
Ambiente) que hace años se presentó ante la Asamblea de Gualeguaychú
ofreciendo sus servicios como abogada.
Pepo Pouler: "Se
ofreció gratuitamente. Daniel Sabsay también lo había hecho, pero
quería cobrarnos". Picolotti promovió el traslado de las 39.000
firmas de gualeguaychenses contra las papeleras a Washington, donde la
Ombudsman del Banco Mundial cuestionó a la CFI (Corporación
Financiera Internacional) por la falta de estudios de impacto
ambiental de las papeleras. Esa gestión contribuyó a la parálisis
de créditos hacia las empresas. Picolotti también presentó el caso
ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como apoderada
de la Asamblea para ese tema. Y ahora fue designada por el kircherismo
en Medio Ambiente, el Plan B al fracasar el intento original de
instalar allí al socialista Héctor Polino.
¿Cómo
cayó esta designación en Gualeguaychú?
Pepo Pouler:
"Para mí es positiva, pero mucha gente, la mayoría, está muy
disconforme, porque piensa que los que están ligados a la Asamblea no
deben participar en cargos del gobierno. Yo no la prejuzgo, la
prefiero antes que a Polino. Claro que el gobierno capaz que sólo
quiere apaciguarnos. Pero ojo, que ella no integra la Asamblea. Y fue
abogada de la provincia. Lo real es que cuando asumió, de la Asamblea
no fue nadie".
Emilio Alonso:
"Algunos creen que va a defender a Gualeguaychú. Pero otros
estuvieron en contra, opinan que es una oportunista. Ya nos pasó con
Horacio Melo, que terminó en Cancillería y defendiendo todo lo
contrario de lo que decimos en la Asamblea. Si a Picolotti la pusieron
como contención de Gualeguaychú, ya lo veremos. Lo nuestro es muy
claro. No queremos monitoreos ni controles. No queremos a las
papeleras. Que no existan, que no estén más. Ella lo sabe, veremos
qué hace. Es una película que está empezando".
Gustavo Rivollier
considera que "entre un político que no entiende nada, y alguien
que al menos viene de la lucha social y de derechos humanos, uno
supone que algo intentará. Hay que ver qué margen le dan. Pero no
nos engañemos. Ella ahora es empleada de Kirchner. Si Kirchner ve
esto como un filón, lo tratará de aprovechar".
La idea de Rivollier
es que todo esto va a terminar con vencedores y vencidos. "Si las
cosas salen como queremos nosotros, en Fray Bentos se va a venir una
maroma que no vamos a poder ni cruzar. Y si es al revés, esto va a
ser tremendo en Gualeguaychú, mientras allá van a creer que ganaron
la guerra".
Guerra y paz son
palabras que se colaron en el lenguaje de la gente más pacífica.
Alguien dice a lavaca : "no sé qué va a pasar con la paz
social".
Gustavo pregunta:
"¿Qué pasa con la incertidumbre, con la reacción de la gente,
en qué situación quedamos?"
Por ahora sigue
fluyendo el tiempo de formulación de preguntas. A partir del fallo de
La Haya llegó el momento de empezar a conocer las posibles respuestas
de una comunidad en asamblea.
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