Un movimiento
asambleario de apoyo a los maestros, en huelga desde mayo, tiene
tomado el centro de la capital y ha forzado el cierre de dependencias
del Gobierno
La insurrección se
adueña de Oaxaca
Reportaje de Francesc
Relea
El País, Madrid,
10/09/06
Enviado por
Correspondencia de Prensa, 10/09/06
Oaxaca.- Las oficinas
de la Dirección del Registro Público de la Propiedad de Oaxaca están
precintadas con un letrero donde se lee "Clausurado hasta la
salida de U. R. O. [iniciales de Ulises Ruiz Ortiz, gobernador del
Estado]". En una situación similar están la sede de la Casa de
Gobierno, de la Secretaría de Finanzas y todas las del poder
Ejecutivo de este Estado mexicano, el nuevo edificio del poder
Legislativo y el del Tribunal Superior de Justicia.
La práctica
totalidad de las dependencias del Gobierno estatal en la ciudad de
Oaxaca, de 600.000 habitantes, están cerradas al público. Las
barricadas impiden o dificultan el libre tránsito, la Policía ha
sido acuartelada y el centro histórico del capital del Estado está
tomado por la autodenominada Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca
(APPO) y los maestros en huelga desde el mes de mayo, que han dejado
sin clase a 1,3 millones de escolares, de este Estado de tres millones
de habitantes, situado a unos 400 kilómetros de Ciudad de México.
Lo que empezó hace más
de tres meses como un conflicto laboral sin mayor trascendencia ha
degenerado en una protesta insurreccional, cuyos líderes exigen la
salida del gobernador Ruiz (del PRI, Partido Revolucionario
Institucional) para dar paso a un "gobierno popular".
En las dependencias
de la Unidad de Protección Civil, un grupo de la Brigada Móvil de la
APPO llegó con el siguiente mensaje para los trabajadores:
"Tienen vacaciones a partir de hoy. Estas oficinas pertenecen
ahora a la APPO". Los integrantes de dicha brigada recorren la
ciudad para declarar "clausuradas" oficinas gubernamentales
y desalojar a los funcionarios. Los brigadistas se atribuyen
prerrogativas de policías y jueces, y han llegado a detener a
supuestos violadores de la ley, interrogar y ordenar castigos, para
entregar posteriormente los "capturados" a la Cruz Roja. La
gravedad de algunos incidentes protagonizados por este grupo, con uso
de violencia y escarnio contra las víctimas, obligó a los líderes
de la APPO a suspender desde el viernes pasado las acciones de la
Brigada Móvil.
Heliodoro Díaz Escárraga,
secretario general del Gobierno, niega que haya parálisis en las
funciones administrativas del Ejecutivo, "que operan en la mayor
parte del Estado", y prefiere hablar de "una complejidad en
la ciudad de Oaxaca". Parte de esta complejidad es que el número
dos del Gobierno reciba a EL PAÍS avanzada la noche en un discreto
hotel de la ciudad, que el gobernador se desplace en la
semiclandestinidad, que haya enviado a su familia lejos de Oaxaca
porque en ningún lugar de la ciudad puede sentirse completamente
seguro, o que los diputados sesionen en casas particulares. La cabeza
del gobernador es el objetivo irrenunciable de la insurrección
oaxaqueña.
Nadie lo admite públicamente
en las filas de la revuelta oaxaqueña, pero no es difícil percibir
un paralelismo entre la radicalización de la protesta social en uno
de los Estados más olvidados por el poder central, y la escalada de
la tensión del derrotado candidato presidencial de la izquierda Andrés
Manuel López Obrador en Ciudad de México para ponerle las cosas difíciles
al presidente electo, Felipe Calderón. "La APPO es independiente
de los partidos políticos y de cualquier estructura del Estado",
dice Florentino López, 22 años, estudiante de Derecho y portavoz de
la organización. "No tenemos ningún vínculo con el Partido de
la Revolución Democrática (PRD) ni con López Obrador", añade.
Pero en los discursos
de unos y otros, las similitudes asoman en varios frentes. López
Obrador ha convocado para el próximo 16 de septiembre una Convención
Nacional Democrática "para lograr una transformación de todas
las instituciones de la República". El portavoz de la APPO
afirma, por su parte, que luchan "por una nueva Constitución y
la reforma integral del Estado". "Proponemos una Asamblea
Nacional de los Pueblos de México que luche por una Asamblea
Constituyente para resolver todos los rezagos históricos de nuestro
país", añade.
En Oaxaca, algunos líderes
de la revuelta sienten que ha llegado la hora del ejercicio de la
soberanía popular. "La APPO empieza a funcionar como gobierno,
porque en los hechos hay un vacío de poder", señala Florentino
López en un rincón del campamento revolucionario en que se ha
convertido la plaza del Zócalo oaxaqueño.
La idea que está
sobre la mesa de la APPO es difundir una proclama el próximo 16 de
septiembre, con motivo de las Fiestas Patrias, que declare proscrito
el Gobierno de Ulises Ruiz y anuncie el ejercicio del poder desde el
centro histórico, de manera que los dirigentes de la APPO se instalarían
en el Palacio de Gobierno, hoy convertido en museo.
Las cosas han llegado
tan lejos en Oaxaca en buena parte porque el Gobierno estatal,
empecinado en la arrogancia, y el federal, más preocupado de las
elecciones presidenciales, no han asumido su responsabilidad. El
columnista Raymundo Riva Palacio escribía recientemente en el diario
El Universal que "Oaxaca sigue siendo el principal problema político
de México, pudriéndose cada día más por la negligencia de quienes
deben buscar una solución".
No cabe duda de que
el conflicto de Oaxaca tiene raíces profundas y de que buena parte de
las reclamaciones de quienes protestan son de toda justicia. Oaxaca
está en el furgón de cola de México, a pesar de ser cuna de
destacados personajes de la historia del país, como Benito Juárez,
Porfirio Díaz y José Vasconcelos. "De nada nos ha
servido", dice Ismael Sanmartín, director de Noticias, el diario
de mayor difusión. Las principales fuentes de ingreso del Estado,
donde la industria brilla por su ausencia, son el turismo y las
remesas que envían los miles de emigrantes oaxaqueños desde EEUU.
"Los jóvenes se
van al vecino del norte o a la marihuana. El narcotráfico ha crecido
de manera alarmante en algunos puntos del Estado", subraya
Sanmartín. Noticias es el único diario abiertamente opositor al
Gobierno estatal, aunque en el pasado no era así. Su postura crítica
le costó el asalto y toma de sus instalaciones y diversas agresiones
por grupos armados organizados desde los círculos del poder, según
denuncias de los responsables del diario y de diversas organizaciones
humanitarias.
El actor original del
conflicto en Oaxaca, la sección 22 del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Enseñanza (SNTE), agrupa a unos 70.000 maestros y
depende del comité ejecutivo nacional de una organización sindical
gigantesca –la más poderosa de América Latina–, que históricamente
ha actuado como una corporación del PRI, con más de un millón de
afiliados. Hasta 1980, cuando se desligó de la dirección nacional
del SNTE, y la sección 22 entró en una nueva fase de mayor autonomía
y democracia. Año tras año, al llegar mayo, los maestros oaxaqueños
realizan paros, marchas y otras movilizaciones. Piden mejoras
salariales y de condiciones laborales y empiezan a negociar con el
Gobierno del Estado y de la federación. Después de algunas semanas
de acampar en el Zócalo, solía llegar el acuerdo.
El pasado mayo empezó
como siempre. Los maestros presentaron su lista de reclamaciones,
entre las que destacaba el cambio de zona a la que pertenecen, a fin
de obtener mayores ingresos. El Gobierno estatal respondió que el
asunto era competencia de la federación, pero su titular, Ulises
Ruiz, pronto dio muestras de que esta vez no seguiría el mismo camino
de sus antecesores. Llegó a la gobernación de Oaxaca con la voluntad
de poner fin a los plantones y marchas callejeras, y sacó la policía
a la calle como ningún otro gobernador había hecho.
Abogado defensor de
ganaderos y terratenientes en los años ochenta frente a las
organizaciones campesinas que tomaban tierras, Ruiz asumió el cargo
cuestionado, porque su opositor, Gabino Cué, de la coalición Por el
Bien de Todos (encabezada por el Partido de la Revolución Democrática,
PRD), perdió las elecciones de 2004 por escaso margen e impugnó los
comicios. Ruiz fue diputado federal y senador, y un importante
operador político de Roberto Madrazo, derrotado candidato a la
Presidencia por el PRI.
Después de varias
sesiones de negociación sin resultado, el 22 de mayo los maestros
ocuparon el centro histórico de Oaxaca y levantaron un campamento en
el Zócalo. El 14 de junio el Gobierno ordenó el desalojo de los
maestros en un operativo policial tan mal planificado como violento.
Tres horas después los maestros recuperaron sus posiciones y los
policías se batieron en retirada, con un balance de un centenar de
heridos y 11 detenidos.
La ola de solidaridad
popular con los maestros catapultó un nuevo movimiento que integró a
diversas organizaciones sociales bajo las siglas APPO. Su lema de
presentación era "Va a caer". La APPO radicalizó el
movimiento de protesta, que ya no se limita a reivindicaciones
laborales. Al grito de "Fuera Ulises", empiezan las tomas de
edificios oficiales, y la quema de coches y autobuses. Los operativos
parapoliciales nocturnos de amedrentamiento causaron un muerto, y como
respuesta, el 22 de agosto empezaron las barricadas para impedir el
paso de un llamado convoy de la muerte.
La revuelta de Oaxaca
ha cambiado completamente el panorama político del Estado, que el 2
de julio dejó de ser un bastión tradicional del PRI. Andrés Manuel
López Obrador ganó ampliamente la elección presidencial y su
partido, el PRD, obtuvo 9 de los 11 diputados federales y los dos
senadores en disputa. El efecto AMLO y el voto de castigo al PRI hizo
estragos.
Entre la
intransigencia de un gobernador acusado de déspota, tirano y de
haberse enriquecido ilegalmente, y un movimiento de protesta que
mantiene la ciudad patas arriba, "está el pueblo–pueblo, que
lleva la peor parte de esta lucha", dice el padre Wilfredo Mayren
Peláez, que integró la malograda comisión de intermediación. El
futuro del conflicto se dirime estos días en las negociaciones entre
representantes de los maestros y movimientos sociales y el Gobierno
federal.
De la resistencia a
la búsqueda de alternativas
El amanecer del
optimismo en Oaxaca
Por Pedro Pineda i
Coloch
Boletín de CIEPAC Nº
518, Oaxaca, 06/09/06
Oaxaca continúa su
camino, sus pasos humildes y firmes hacia su futuro, pasando por la
autonomía y la democracia real. Después de los salvajes ataques de
hace apenas dos semanas, se mantienen las barricadas y se continúa
bloqueando la ciudad en las noches.
Los vecinos y
comerciantes sufren esta situación, y se dan no pocos problemas, pero
poco a poco se van encontrando soluciones y se va explicando a los
inconformes el porqué son necesarios los bloqueos y barricadas.
"Levantar las barricadas ahora es abrir la puerta a los
asesinos", clamaban las bocinas de la APPO (Asamblea Popular de
los Pueblos de Oaxaca(1)) en la megamarcha del viernes pasado, la
quinta que se produce desde que inició el movimiento magisterial, el
22 de mayo. Se nota la nutrida presencia de maestros en esta marcha
cuando un joven escribe en la pared "fuera el ejérsito de
Oaxaca" y le corrigen insistentemente "muchacho, ejército
se escribe con C". La lucha no les hace olvidar su vocación
pedagógica... Y junto a los más de 20 mil maestros, cientos de miles
de personas marcharon por las calles de la ciudad (secundadas por
miles de vecinos que miraban pasar la marcha, muchos sonriendo o
directamente aplaudiendo) exigiendo la destitución del Gobernador
Ulises Ruiz, dando, de esta manera, un espaldarazo a la Comisión Única
de la APPO y el Magisterio que ha iniciado, esta semana pasada, diálogos
con el titular de la Secretaría de Gobernación, Carlos Abascal, para
tratar medidas de distensión por ambas partes, sin renunciar un ápice
a su demanda única: la salida de Ulises.
Por su parte, la APPO
está dando muestras de buena voluntad, liberando durante el día la
carretera 190, que une el Istmo de Tehuantepec con la Ciudad de México,
así como algunas de las principales avenidas de la capital del
Estado. Estas medidas se ofrecen, sobre todo, al pueblo de Oaxaca,
como solución a algunos problemas planteados, como está siendo el
desabasto en los mercados. Otras medidas, como la devolución de las
radios y del Canal 9 de la TV estatal, han sido rechazadas. El titular
de Gobernación, por su parte, ha prometido la liberación de los
presos políticos, pero se ha lavado las manos en lo referente a la
destitución de Ulises Ruiz, alegando que hará lo necesario para que
se estudie esa posibilidad en el Senado de la República (dominado por
los grupos que apoyan a Ulises). Ha tratado, a su vez, de llegar a
acuerdos con los 26 integrantes de esta Comisión Única (13 miembros
del Magisterio y 13 más del resto de organizaciones que integran la
APPO), pero esta mesa es de diálogo, no de negociación. La salida de
Ulises Ruiz es una necesidad irrenunciable y, por tanto, no se
negocia.
Para todo lo demás,
no esperan nada del Gobierno. Siguen tomados 22 palacios municipales,
y mientras, avanza el proceso organizativo y de integración en el
movimiento por parte de las colonias, los ayuntamientos e, incluso,
algunas agrupaciones de municipios –que se agruparon, precisamente,
para hacer valer sus demandas–. Ya hay, además, APPOs regionales,
como es el caso del Istmo de Tehuantepec, que decidió impedir el
traslado de poderes a Juchitán de Zaragoza, obligando a Ulises Ruiz
Ortiz (URO) a desistir de asentarse en este municipio para tratar de
reinstalarse como lo que ya no es: Gobernador de Oaxaca. El mismo
Carlos Abascal reconoce el "impresionante capital político"
que ha ganado la APPO, aunque advierte que algunos defectos de ésta
pueden hacerle perder ese mismo capital. Estamos de acuerdo, por una
vez, con el Secretario de Gobernación, aunque también anotaremos
unos puntos de interés para ver cómo se van corrigiendo estos
defectos.
El
reconocimiento de un gobierno de facto. La APPO asume su papel
Una de las medidas de
distensión antes mencionada, la liberación de dos avenidas, responde
a una demanda de los vecinos y comerciantes del centro histórico de
Oaxaca de Juárez, la capital del Estado, quienes han estado apoyando
al movimiento entregando cobijas, llevando comida al plantón, etc.
Por otra parte, algunos de los microbuses que se tomaron para bloquear
las calles se han devuelto, pactando un horario con los
transportistas, quienes los vuelven a estacionar en las barricadas en
la noche. A su vez, un colectivo de taxistas, simpatizantes del
movimiento –quienes se distinguen con una estrella roja–, ofrecen
descuentos del 50% a los integrantes de la APPO, como muestra de
solidaridad y reconocimiento por las medidas encaminadas a mejorar la
vialidad en la ciudad. Por otra parte, los trabajadores de la empresa
de autobuses de largo recorrido ADO, han informado a la APPO que, para
evitar sospechas sobre el traslado de policías y delincuentes al
servicio de URO en los vehículos de dicha empresa, han decidido en
asamblea cancelar los servicios nocturnos. Ya hace semanas, pues, que
los ciudadanos recurren a la APPO para solucionar sus problemas,
principalmente en cuanto a la seguridad pública, la vialidad, la
limpieza (que, por cierto, es notable debido a las brigadas diarias de
recogida de basura).
Es un proceso
incipiente que ha decidido madurar. En su asamblea plenaria de este
domingo, 3 de septiembre, los más de 400 delegados presentes tomaron
la decisión de ejercer el gobierno, para suplantar ya definitivamente
al desbancado Ulises Ruiz. Se considera urgente avanzar en este
sentido, por lo que se ha encargado a la Dirección Colectiva la
elaboración de una propuesta de convocatoria y estructura
organizativa de la APPO para presentar en la próxima asamblea
plenaria, esta misma semana.
En esta misma
plenaria, la "Coordinadora de mujeres oaxaqueñas 1º de agosto
de la APPO" se integró a la Asamblea Popular y a su Dirección
Colectiva. Esta coordinadora convocó a una caravana motorizada, que
ya salió, conformada por 500 mujeres, hacia la Ciudad de México,
para instalar un plantón en el Zócalo capitalino y rememorar la
marcha de las cacerolas, con la que tomaron el Canal 9 de la TV
estatal, con el fin de presionar para la salida inmediata de URO.
Siguiendo con la
urgencia del ejercicio de gobierno, uno de los problemas que
mayormente se plantean es qué hacer con los detenidos. Los
delincuentes que son atrapados... hasta ahora solo reciben castigos de
limpieza y otros servicios a la comunidad, o los mismos vecinos les
rapan el cabello para reconocerlos. Pero la APPO no se atreve a
tenerlos detenidos, por miedo a que alguien, fácilmente enviado por
el Gobierno, los agreda y esto sirva de excusa para enviar al Ejército,
que ya ronda la zona. Sienten la terrible injusticia de dejar sueltos
a los ladrones, pero sobre todo a aquellos que han agredido –e
incluso asesinado– a sus compañeros. Saben que es un peligro para
la gente, pero entienden que hay mucho más en juego, que un
linchamiento o una agresión a un detenido puede ser el fin del
movimiento. Ante esta situación, una de las propuestas es la de
construir cárceles populares. Esto sería un punto urgente, pues la
complicidad de las autoridades federales con los sicarios de Ulises
Ruiz se hace evidente, y sólo así se acabaría con la impunidad de
que gozan. De momento, "empezarán realizando rondines de
vigilancia en las principales calles de la ciudad por parte,
eventualmente, de miembros del Honorable Cuerpo de Topiles de la APPO
y de la Policía Magisterial de Oaxaca (también de la asamblea), para
abatir el índice de robos y asaltos ocurridos en días
recientes"(2).
Los peligros.
Las malas artes del poder enquistado
Esta impotencia ante
los delincuentes no es por incapacidad de mantener el orden. Las
brigadas móviles de la APPO, y sobre todo, la organización
ciudadana, mantienen bastante a raya a los asaltantes, muchos de ellos
enviados por URO para desprestigiar a la APPO, así como las
barricadas dificultan el "trabajo" a los escuadrones de la
muerte. El problema principal está en las estructuras de poder que se
dan en México, donde los medios de comunicación más importantes,
principalmente Televisa y TV Azteca, mienten más que hablan,
obedeciendo de una manera descarada, inmoral –y a veces criminal–,
a sus propios intereses corporativos. El verdadero problema de la
inseguridad se debe a la muy previsible manera en que estos medios
convencerían a amplias capas de la población de que las detenciones
de la APPO constituirían actos delictivos, de secuestro, del mismo
modo en que, denunciando las pacíficas y desarmadas barricadas que
obstruyen el paso a los escuadrones de la muerte, estos medios
televisivos exigen la entrada de las fuerzas federales para detener la
violencia, misma que sus propios reporteros han sufrido, únicamente,
por parte de las fuerzas policiales y paramilitares al servicio de
Ulises Ruiz. Este es el verdadero problema para la seguridad en
Oaxaca, que proviene de las cloacas del poder y que costará resolver.
En esta misma línea,
hace apenas unos días, se dio la aparición de un supuesto grupo
guerrillero en la sierra oaxaqueña, región que se ha sumado
masivamente al movimiento popular y pacífico de la APPO. Lo nuevo e
impecable de sus uniformes y la similitud con el armamento de la policía,
levantaron rápidamente la sospecha de que se trataba de un montaje.
Las mismas autoridades municipales de la zona han desmentido la
presencia de grupos armados en la región, y han declarado que, si los
hubiese, ellos mismos los detendrían. Como se temía, esta estrategia
ha servido de excusa al Gobierno Federal para enviar sus tropas a
Oaxaca. Vecinos y autoridades de diversos distritos de la Sierra Juárez
han denunciado la presencia de un convoy militar, que supuestamente
está "peinando" la zona. Vieron pasar también un camión
del Ejército cargado de alimentos. Los lugareños recuerdan con
desagrado que en diciembre de 1996 el Ejército Mexicano penetró en
la sierra con helicópteros y toda su fuerza represiva para agredir a
los indígenas. En la misma lógica que siguió ante el creciente
movimiento popular en la Costa, en marzo de este año, a la organización
y participación política de la población, el Gobierno Federal
responde enviando a sus soldados.
No se descarta que se
produzcan, por lo demás, acciones bélicas por parte de este supuesto
grupo armado –que en realidad serían perpetrados por policías
afines a URO y "malandrines" excarcelados para apoyar en la
guerra sucia contra el movimiento popular–, lo cual desencadenaría
la intervención militar. La próxima semana puede ser clave en este
aspecto, pues, mientras se escribe este boletín, llegan nuevas
denuncias de la sierra. "El coordinador del área de derechos indígenas
de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca, Aldo
González, declaró que unos 100 elementos del Ejército ingresaron
abordo de 11 camiones de la Secretaría de la Defensa Nacional, el
pasado sábado, al municipio de Ayotzintepec, para después dirigirse
a La Josefina, San Francisco Yovego y acampar en Yagalaxi."(3) Se
interrogó a los soldados sobre el motivo de su presencia y se negaron
a responder de manera oficial, aunque algunos elementos afirmaron que
"sólo" estaban comprobando si los maestros estaban o no
impartiendo las clases.
Igual de preocupantes
son las informaciones que distintos policías con conciencia y escrúpulos
filtran a la APPO. Y es que habría un plan para la eliminación física
de los dirigentes de las diferentes organizaciones aliadas dentro de
la APPO, así como para el secuestro y agresión a los familiares de
los mismos. Según estas mismas informaciones, se habría contratado
expresamente un grupo de sicarios para este "trabajo".
Una nueva
forma de gobernar y gobernarse. "La construcción de un futuro
urgente"
Por otro lado, sin
dejarse intimidar por las artimañas del Gobierno Federal y Estatal,
se está preparando un bando de Buen Gobierno por parte de la APPO que
atenderá la seguridad pública –tanto del plantón del Zócalo de
la capital como de la ciudad en general–, la limpieza municipal y el
embellecimiento de la ciudad, la vialidad (transporte urbano y
suburbano), y la convivencia armónica, así como planteará
diferentes medidas para reactivar la economía y recuperar el turismo.
Estos bandos se emitirían en todo el Estado y no sólo serán válidos
para las zonas, ciudades o municipios que simpatizan o forman parte de
la APPO. De la misma manera, se invitará a las diferentes APPOs
regionales, así como a los 570 municipios del Estado, a que elaboren
sus propios bandos de gobierno. A la vez, se está redactando un
Manifiesto a la Nación para explicar el porqué de estas decisiones,
declarando proscrito el Gobierno de Ulises Ruiz y anunciando que el
gobierno se ejercerá desde el centro histórico de la Ciudad de
Oaxaca.
En la misma línea,
se lanzarán proclamas municipales y se emprenderán acciones de
gobierno para fortalecer la APPO, así como se crearán comités de la
Asamblea Popular en las colonias y barrios de la capital (de
seguridad, limpieza, salud...). Se espera que, de esta manera, ya no
sea necesario mantener las barricadas por toda la ciudad.
Ya a nivel estatal,
se establecerá una Junta Provisional de Gobierno Popular. Cuanto esté
constituida, ocupará el antiguo Palacio de Gobierno (convertido en
museo durante el mandato de Ulises Ruiz). Como primera acción, y esto
es de vital importancia en un país como México, se organizarán las
celebraciones patrias, tradición que insistentemente han solicitado
las comunidades que se respete. El Grito de la Independencia, que cada
año lanza el Gobernador del Estado el 15 de septiembre, lo lanzaría
un representante de la APPO desde el mismo Palacio de Gobierno. Para
esta celebración, se ha invitado a los embajadores de los diferentes
países, esperando que quizás acudan a este llamado los
representantes de Venezuela, Cuba y/o Bolivia, principalmente.
De la misma manera,
se quiere enviar embajadores a todos los estados de la Nación. El 15
y 16 de septiembre saldrán 3 caravanas para difundir la lucha oaxaqueña
en el Norte, el Centro y el Sur del país, convocando a construir
Asambleas Populares Estatales y, finalmente, una Asamblea Popular de
los Pueblos de México, que abra un nuevo proceso constituyente y
rescate a la Nación de la deriva neoliberal y colonial en la que se
ve inmersa.
Y es que,
parafraseando al célebre Obispo Emérito de la Diócesis de San Cristóbal
de las Casas, Samuel Ruiz, "se están poniendo los cimientos de
algo que no viene automático, sino que es el resultado de un trabajo
conjunto, [...] se abre un gran reto para la construcción de un
futuro urgente, que ya ha empezado pero que tendremos que acelerar.
[...] Estamos ya en un foro permanente y en la construcción de ese
futuro que ya está en nuestras manos". Samuel Ruiz considera que
se está dando algo inaudito, pues aunque las luchas ya iban unidas,
ahora están verdaderamente articuladas, y se tratan temas que no
suelen tratarse: "eso quiere decir que se adelantan los tiempos
para la construcción y que, ya desde ahora, se están poniendo los
cimientos que se han empezado a construir en otras partes, pero que
tendrá que continuar en un movimiento acelerado para que el futuro se
haga presente". También destaca el papel de los indígenas, que
dejan de ser ignorados o sujetos a absorber por nuestra sociedad, y
"ahora se vuelven fuente de esperanza para nuestro futuro y para
nuestra propia existencia en el momento que está por venir."
Estas palabras fueron
pronunciadas en el Foro Nacional "Construyendo la Democracia y la
Gobernabilidad en Oaxaca", celebrado durante los días 16 y 17 de
agosto, y en el que participaron unas 1,500 personas, entre las cuales
se hallaban trabajadores de la educación, representantes de unas 200
organizaciones, autoridades municipales, comunitarias y agrarias de
diversos pueblos zapotecos, chinantecos, mixtecos, huaves, mixes,
chontales y mestizos; académicos e intelectuales de reconocido
prestigio, artistas, representantes de iglesias, 8 medios de
comunicación internacionales y 36 medios nacionales y locales.
Durante dos días se analizó la crisis política y de
ingobernabilidad que prevalece en el Estado, y se debatieron formas
viables para enfrentarla, desde una perspectiva de sociedad civil.
Los temas de trabajo
fueron muchos y variados. Uno de ellos fue el de la educación, también
a nivel universitario, sobre cómo debe respetarse y tener en cuenta
desde un nuevo sistema educativo a las culturas indígenas. Otros
temas de trabajo fueron: cómo garantizar el respeto a los Derechos
Humanos, medidas y pasos para fortalecer la APPO, aprovechar y
proteger los recursos naturales, respetar la diversidad cultural en la
entidad y promover el desarrollo de los pueblos indígenas, cómo
hacer prevalecer la ética en la elaboración de las leyes, y cómo
hacer que en éstas se reconozcan los derechos individuales y
colectivos. Conforme a esto último, se vio la necesidad de revisar la
Ley Indígena para adecuarla realmente a los Acuerdos de San Andrés
(firmados por el Gobierno Federal y el EZLN el 16 de febrero de 1996)
y vigilar su cumplimiento. Finalmente, en este foro se proclamó el 1º
de agosto como "Día de la mujer oaxaqueña", y el 14 de
junio como "Día de la Batalla del centro histórico".
La esperanza en
la antesala de un cambio. Represión o nuevo orden social
Otros pasos que se
van a dar para consolidar el movimiento son dos Encuentros Nacionales
el 9 de septiembre en Oaxaca: uno de sindicatos y organizaciones
democráticas y otro de estudiantes. El 28 de septiembre se realizará
un Foro de solidaridad nacional e internacional con la lucha oaxaqueña.
Así mismo, el 12 de octubre, en uno de los ayuntamientos populares,
se realizará un Foro Popular con las organizaciones sociales para
tratar sobre el papel primordial que juegan los pueblos indígenas en
el movimiento. Además, para este mes continúan las movilizaciones, y
se convocará a una gran marcha nacional de solidaridad con la lucha
del pueblo oaxaqueño por la salida de Ulises Ruiz.
Por el momento, ya
están apareciendo Asambleas Populares en otros lugares, como en
Michoacán, así como Asambleas de apoyo a la APPO, como en la Ciudad
de México. En California, Estados Unidos, los emigrantes oaxaqueños
están convocando a conformar una APPO allí también.
Y es que este
movimiento, que apareció por sorpresa, inicialmente como respuesta a
la represión y el despotismo del Gobernador del Estado, pero que es
fruto de años, décadas de marginación, engaño y saqueo de los
recursos naturales, quiere sintetizar la rica gama de formas de
ejercer la autonomía que se da en todo el país. Procesos como las
policías comunitarias de Guerrero, los Caracoles y los municipios autónomos
zapatistas, los ayuntamientos populares en Oaxaca, las estructuras y
modos de autogobierno de muchos pueblos indígenas... son procesos más
avanzados, pero de una implantación territorial más o menos
limitada. Se trata de extraer las enseñanzas de estos movimientos e
implantarlas en, por ahora, todo el Estado de Oaxaca.
De este modo, vemos
con ilusión y mucha prudencia, cómo desde uno de los estados más
pobres y marginados de la Nación, así como uno de los más
combativos (no es casual que sea la entidad con más población indígena
de todo el país), se está llevando a cabo un proceso de transformación
profunda de la sociedad. Las fechas venideras serán cruciales, con la
consagración –luego de dos meses de disputas– de uno de los
mayores fraudes electorales de la historia de México, entregándose
la Presidencia de la República a Felipe Calderón, de quien no se
esperan otras propuestas que la represión más feroz y el retorno a
las tradicionales prácticas fascistas del PRI. Un baño de sangre en
las calles de Oaxaca podría llevar a un irreversible estallido social
en todo el país. Las piezas se mueven en el tablero de ajedrez, y se
va perfilando una nueva correlación de fuerzas. No se harán esperar
las respuestas a nivel internacional de quienes tienen puestos sus
colmillos en México y en Oaxaca, la tierra de Benito Juárez,
fundador de la nación mexicana, la misma tierra que puede impulsar un
nuevo orden social. Sea como sea, los pueblos de Oaxaca ya están
entrando en la Historia. Habrá que ver qué tan dignas y sensatas serán
las páginas que se hayan de escribir.
Se escucha ¡Ya
Basta! en Oaxaca
Por Pedro Pineda i
Coloch
Boletín de CIEPAC Nº
517, Oaxaca, 26/08/06
En Oaxaca, el
movimiento magisterial, que carga tras de sí años y años de lucha,
se levantó contra el Gobierno Estatal de Ulises Ruiz Ortiz (URO). Fue
el 22 de mayo de este año, convocando manifestaciones que
conglomeraron a cientos de miles de personas. Tomaron las
instalaciones legislativas y gubernamentales del Estado de Oaxaca,
estableciendo un plantón indefinido en el zócalo de la capital del
estado, Oaxaca de Juárez. La represión no tardó en aparecer.
Semanas después de los graves hechos de Atenco, los cuerpos de
seguridad oficiales vuelven a utilizar sus armas de fuego (inclusive
de grueso calibre), sus gases lacrimógenos, sus helicópteros, contra
sus ciudadanos inconformes desarmados.
Esta vez, la represión
fue apagada por la respuesta de decenas de miles de personas, que
expulsaron a los más de mil policías que trataban de desalojar, con
lujo de violencia, el plantón de los maestros. Esto ocurrió el 14 de
junio, tras una batalla que se alargó por unas cinco horas. Las
piedras y los palos lograron, esta vez, echar para atrás las armas y
los gases lacrimógenos. Hoy, más de dos meses después, el apoyo al
movimiento magisterial ha desbordado al mismo. Amplios y diversos
sectores de la sociedad civil oaxaqueña se fueron sumando al
movimiento, levantando un sistema de representación popular, la
Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), que puede transformarse
en una institución que ha de llamar a una nueva constituyente.
Ya lo mencionó, días
atrás, el Obispo Emérito de la Diócesis de San Cristóbal de las
Casas, Samuel Ruiz, incansable mediador por la paz y luchador por los
Derechos Humanos, "estamos en un momento histórico en que puede
empezar una transformación profunda de la sociedad mexicana".
Durante toda esta
semana se han estado produciendo ataques con armas de fuego por parte
de los escuadrones de la muerte del, ya en la práctica aunque no de
manera oficial, ex gobernador Ulises Ruiz (URO). El resultado ha sido
de, al menos, un muerto y algunos heridos. Suman 5 muertos confirmados
desde el inicio del plantón magisterial (algunas fuentes cuentan 6),
38 muertos por el Gobierno Estatal desde la toma de poder de URO, hace
22 meses. Además de los detenidos y desaparecidos (tres
recientemente), esta misma semana se produjo un brutal ataque,
rociando con gasolina y prendiendo fuego a dos miembros de la APPO que
realizaban su ronda de vigilancia rutinaria a bordo de un vehículo.
Al menos uno de ellos presenta quemaduras graves.
Por su parte, el
movimiento avanza y agarra fuerza, clavando sus raíces en amplias
capas sociales. Así, mientras que hace mes y medio las barricadas
abarcaban el centro de la ciudad, 3 cuadras a la redonda del zócalo,
hoy pueden verse en todas y cada una de las colonias y barrios de la
capital, así como en, por lo menos, 26 municipios y distritos del
estado. Barricadas hechas con palos, somieres, maderas, muebles,
mesitas, llantas (la mayoría ardiendo), cuerdas, vallas, postes de
cemento, barriles, clavos. Muchas son barricadas familiares,
integradas por ancianas, señoras, jovencitas y jovencitos, algunos niños,
hombres. Son maestros, transportistas, abogados, médicos,
estudiantes, amas de casa, trabajadores de las oficinas del gobierno,
gente que vota por el PRI, el PAN, el PRD, gente que nunca se interesó
por la política, luchadores de toda la vida, integrantes de La Otra
Campaña... Son el mismo pueblo que se defiende de las salvajadas
oficiales. La represión y la muerte son respondidas, de este modo e
inteligentemente, provocando la ingobernabilidad en todo el Estado.
Otra estrategia de
este inusitado movimiento, nunca antes visto en cuanto a fuerza y
amplitud de sus apoyos, está siendo la toma de los medios masivos de
comunicación. Inclusive tomaron el Canal 9, la emisora de televisión
oficial del Estado. La toma fue producida íntegramente por mujeres, y
estuvo emitiendo por más de tres semanas, transmitiendo a los
ciudadanos, como nunca antes lo había hecho, la realidad del país y,
más en concreto, de Oaxaca. Los equipos de transmisión fueron
saboteados con ácidos por los escuadrones de la muerte de URO, así
como atacados con armas de fuego quienes los custodiaban (varios
heridos y por lo menos uno de los muertos se debieron a estos
ataques).
De la misma manera,
una marcha que se encaminaba a defender este Canal 9, fue atacada por
francotiradores, con el resultado de un muerto y dos maestras heridas.
El ataque a la Radio Ley 710, en el que también se tuvo que lamentar
una muerte, fue presenciado directamente por el periodista de Televisa
Edgar Galicia. Tanto él como otros reporteros fueron encañonados por
miembros de los escuadrones de la muerte, y les fueron retiradas sus cámaras.
Cuentan los integrantes de la APPO que, tras negociaciones, dicho
periodista pudo recuperar su cámara, y en sus imágenes fue como
comprobaron que los atacantes eran policías. A esta participación
directa de las fuerzas del Estado, se le suma la complicidad con los
grupos de pistoleros que acechan al movimiento. Dos de estos
pistoleros fueron entregados a la Procuraduría General de la República
(PGR), que no volvió a dar información sobre ellos.
Las 6 radios
comerciales tomadas por el movimiento informan puntualmente de los
ataques producidos. Así, a las 21:47 horas de este 25 de agosto, se
escucha la noticia en la radio. Se ha producido un ataque con armas de
fuego en el fraccionamiento de Hacienda Blanca, a 3 km del zócalo, en
la salida a México, con el resultado de un herido de bala, que es
trasladado al hospital estatal Doctor Aurelio Valdivieso, con heridas
en las piernas. Este hospital, quizás para entender el porqué de la
situación social del Estado de Oaxaca, es diminuto para tratarse de
una ciudad de más de 400 mil habitantes, que atiende también a las
comunidades de montaña. Decenas, quizás centenas de personas, se
amontonan en las salas de espera e, incluso, en las rampas de acceso
al edificio. Esta es la respuesta que el Gobierno da a las demandas de
salud, entre otras, de los ciudadanos.
Horas más tarde, en
la madrugada del sábado 26 de agosto, se producen quemas de vehículos
cerca del zócalo en respuesta a los ataques de Hacienda Blanca.
Parece que los agresores trataron de acercarse demasiado al plantón,
o quizás solo fueron medidas preventivas para disuadir de esta acción.
El miedo y el estado de nervios aparecen sin avisar, aunque la
solidaridad y el buen humor no se quedan atrás.
Las emisoras de
radio, aparte de la evidente difusión política, de la información
que dan sobre los ataques que se van produciendo, y de servir al
movimiento para coordinarse, ofrecen programas humorísticos que
levantan la moral de los ciudadanos. La burla al Gobierno se vuelve
ingeniosa: a las acusaciones de URO de los vínculos con el EZLN y con
el EPR (Ejército Popular Revolucionario), de la aparición de la
guerrilla urbana (acusaciones desmentidas por el mismo Gobierno
Federal) responden con comentarios del tipo: "[...] llegó la
guerrilla urbana, 5 ancianitos en silla de ruedas cometen un ataque
suicida con bombas donadas por el Teletón [...]". Los
integrantes de la APPO piensan que estas acusaciones "son las últimas
patadas de la bestia que va a morir".
Por otra parte, el
terror amenaza con aparecer si se confirmara el rumor que se están
produciendo movimientos militares, en concreto del XXXVIII Batallón
de Infantería del Ejército Federal, de Minatitlán, Veracruz, para
reforzar los dos Batallones (XXVIII y XXXII) que ya hay, de por sí,
en Oaxaca. De confirmarse este rumor, estaríamos ante una grave
situación y una peor implicación por parte del Gobierno Federal, que
hasta ahora no ha querido inmiscuirse en el asunto.
Esta falta de
implicación, además de mostrar la negligencia del Gobierno de
Vicente Fox para solucionar los problemas que se dan en el país,
puede responder a la lógica que explican diversos integrantes de la
APPO: "el Gobierno Federal no ha querido meterse porque, viendo
la reacción del pueblo ante el intento de desalojo del 14 de junio,
tiene miedo de salir derrotado y que esto encendiera la mecha en otros
lugares de la República". No en balde, según cuentan diversos
entrevistados, el 80% de la policía ministerial y de la policía
estatal (porcentajes a confirmar) se ha rebelado. Creen también que
hubo policías muertos en el desalojo, y que estos datos fueron
silenciados para no agigantar la leyenda de la resistencia. Ese
rebelarse de los policías dicen que puede ser por estar mal pagados,
mal uniformados, mal armados... y por el miedo de salir mal parados.
Esperemos que, siguiendo esta lógica, la intervención que tarda en
realizar el Gobierno Federal, no sea a través del envío de
contingentes militares a Oaxaca. Ya hemos visto las soluciones que,
tras más de doce años de conflicto en Chiapas, ha aportado la
militarización.
A pesar de todo, están
convencidos (esperemos que no demasiado) que no les agarrarán como en
Atenco, pues son decenas de miles, y evitan el enfrentamiento frontal
–aunque se defienden–, y si hace falta abandonan el lugar y luego
regresan con más gente y lo retoman. Como está siendo
preocupantemente frecuente en las últimas fechas, los noticieros de
la televisión nacional Televisa, parecen extrañados por que no se
produzca la temida intervención militar. Los vínculos entre esta
cadena, así como TV Azteca, con el Gobierno, y su incitación a la
violencia son inmorales y, si se diera una verdadera democracia en el
país, deberían tener implicaciones legales.
En la colonia
Yalalag, visitada por diversos internacionalistas preocupados por la
violencia que se vive en el Estado, las familias afrontan con humor
las guardias que duran desde las 8 de la tarde hasta las 6 de la mañana.
Un estudiante de medicina narra cómo fueron atacados esta misma
semana por los escuadrones de la muerte, a bordo de unos 30 vehículos.
Según esta narración, iban montados en ellos gente uniformada y
gente de civil. Es ampliamente sabido que muchos policías andan
vestidos de civil, pero empieza a comentarse que están sacando a
delincuentes de las prisiones para reforzar los escuadrones de la
muerte, así como se están reclutando miembros de los maras
salvatruchas (también conocidos como pandilleros) para este
"trabajo" de Ulises Ruiz.
No se produjeron
heridos de milagro. Empezaron agrediendo, un pequeño grupo, a un
reportero, que fue socorrido por un grupo de 8 mujeres. Seguidamente
llegaron los citados vehículos disparando a todos los habitantes que
empezaban a congregarse en el lugar, emprendiendo la huída
seguidamente. Este es el motivo por el que las gentes de esta colonia,
que nunca antes habían participado en acciones políticas, han tomado
conciencia de la verdadera voluntad criminal del Gobierno Estatal, de
la nula voluntad intermediadora del Gobierno Federal, y han decidido
sumarse al movimiento popular.
Todas las calles están
cortadas en la noche, la ciudad permanece bloqueada en la oscuridad y
el frío, amenizados por hogueras y risas –a pesar del miedo y los
nervios– de los vecinos y las vecinas que protegen sus calles. Esta
estrategia dificulta la huída de los escuadrones de la muerte, así
como limita sus acciones. Son barricadas vulnerables en lo individual,
pero muestran la tremenda fuerza que tiene este movimiento, ya muy
arraigado en la población. Estas barricadas se comunican entre sí
mediante petardos y campanas. Un petardo significa alerta (por un
ataque o rumor de ataque en algún punto de la ciudad), dos petardos
seguidos conllevan alerta máxima, y tres petardos seguidos confirman
que se ha producido un ataque en un lugar cercano.
Sobre el proceso
organizativo, más allá de las marchas y los plantones, informan que
hay 33 organizaciones sociales integrando la APPO, así como pequeños
colectivos de estudiantes, médicos, abogados, transportistas. Cada
una de las 7 regiones de Oaxaca aporta 3 miembros a la Comisión
Provisional Directiva, que obedece a la asamblea plenaria, integrada
por personas que están en la lucha. Paralelamente, se están tratando
de crear APPOs regionales, por colonias, por barrios, municipios,
distritos... De momento, han tomado 26 presidencias municipales y se
han ganado el apoyo y participación de todas las colonias de Oaxaca
de Juárez.
Chiapas, Oaxaca,
Guerrero, Ciudad Juárez... El fraude electoral, la militarización,
el PROCEDE y la usurpación de tierras, la impunidad de funcionarios,
policías y paramilitares, las ligas entre altos cargos del Gobierno
Federal con el narcotráfico, el Plan Puebla Panamá, la migración y
el infierno de la frontera con los Estados Unidos, el conflicto por la
electricidad, el incumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, la
encarcelación de presos políticos, la represión más descarada, los
asesinatos de estado...
Existen ya demasiados
focos rojos, demasiados caldos de cultivo para esperar una
gobernabilidad que no venga dada, precisamente, por los movimientos
sociales de resistencia y de construcción de una nueva sociedad. La
paz no vendrá impuesta por el Gobierno Federal, ni por su Ejército,
ni por sus políticas neoliberales. La paz solo es posible si los
movimientos civiles logran construirla sobre las bases de la
democracia, la justicia y el desarrollo. Oaxaca puede ser un primer
capítulo y la punta de lanza de estos movimientos.
Política de Pistola
Por John Gibler
ZNet; 16/08/06
Traducido por Fernando D. Sánchez y revisado por Anahí
Seri
A lo largo de toda la semana pasada hombres armados
abrieron fuego en contra de miembros de la Asamblea Popular del Pueblo
de Oaxaca (APPO) matando a cuatro e hiriendo al menos a diez personas.
Organizaciones y ciudadanos de toda Oaxaca crearon la
APPO, poco después de que el gobernador, Ulises Ruiz Ortiz (del
Partido Revolucionario Institucional), intentara desalojar un
campamento de maestros, el 14 de junio, en el centro de la ciudad de
Oaxaca. Los maestros habían estado acampando, en huelga, desde el 22
de mayo. La APPO unió al sindicato de maestros y a un amplio conjunto
de organizaciones políticas y sociales para exigir la renuncia
inmediata del gobernador Ulises Ruiz o su destitución. La APPO
encabezó manifestaciones masivas, que superaron el medio millón de
personas, antes de decidir intensificar sus tácticas de desobediencia
civil, el 26 de julio, bloqueando todos los poderes del estado e
instalando campamentos alrededor de los edificios en donde se
encuentran las oficinas gubernamentales. El 1 de agosto,
aproximadamente tres mil mujeres —sólo mujeres— realizaron una
manifestación a través de la ciudad en la que tomaron pacíficamente
la Corporación de Radio y Televisión estatal (CORTV). La estrategia
explícita de la APPO es generar ingobernabilidad para forzar la
salida de Ulises Ruiz.
La respuesta de Ruiz y del gobierno del estado ha sido
simplemente desaparecer del centro de Oaxaca, presionar al gobierno
federal para que intervenga, detener arbitraria e ilegalmente a los
dirigentes de la APPO y, aparentemente, a mandar a matones y hombres
armados para aterrorizar y romper las protestas de la APPO.
La reciente ola de violencia empezó el pasado domingo
cuando cuatro agentes federales detuvieron arbitrariamente a Catarino
Torres Pereda, un líder del movimiento social de Tuxtepec y miembro
de la APPO. Los agentes golpearon a Pereda y después se lo llevaron
al penal de máxima seguridad de La Palma, a las afueras de la Ciudad
de México.
El lunes 7 de agosto, los reporteros locales y nacionales
fueron testigos de cómo el jefe de la policía, Aristeo López Martínez,
disparó en contra de una manifestación de estudiantes desde una
motocicleta BMW (Milenio, 8 de agosto de 2006, “Estalla Oaxaca”).
Nadie resultó herido y los manifestantes replegaron a la policía con
piedras. Desde ese día, en la ciudad se esparcieron los rumores de
que habría un “gran desalojo”. Esa noche, hombres armados
ejecutaron a un profesor universitario, Marcos García Tapia, en su
carro, en el centro de Oaxaca.
Al día siguiente, el martes 8 de agosto, estudiantes a
quienes se les pagó para sabotear la estación de radio de la
universidad incendiaron un camión para distraer a los trabajadores,
corrieron hacia la consola y derramaron ácido sulfúrico sobre el
transmisor de la radio. Los trabajadores detuvieron a los estudiantes
ahí mismo.
Una de las primeras víctimas del violento desalojo del
14 de junio fue la radio del campamento de los maestros, Radio Plantón.
Los oficiales de policía destruyeron todo el equipo y golpearon y
arrestaron a tres de los encargados de la programación, cuando apenas
había empezado el desalojo. Ese mismo día, un grupo de siete
estudiantes decidieron tomar la estación de radio de la universidad e
inmediatamente continuar con sus transmisiones. El 22 de julio,
hombres armados abrieron fuego contra la estación de radio desde unas
camionetas. Nadie salió herido y tampoco resultó dañado el equipo.
Los trabajadores de la radio dijeron que los disparos fueron un
intento para atemorizarlos.
“El gobierno dijo que los disparos del 22 de julio
fueron un ‘autoatentado’ ", me dijo un trabajador que pidió
permanecer en el anonimato. “Nosotros decimos que fue una acción
del gobierno para replegarnos, para amenazarnos y para desgastarnos
psicológicamente. Culpamos al gobierno. Estamos concientes de que
esto representa un riesgo y, si es necesario, estamos dispuestos a dar
la vida por nuestra universidad, por nuestra radio”.
Los maestros y los movimientos sociales en todo Oaxaca
llevan mucho tiempo usando la radio no sólo para la discusión política
y el análisis, sino también para la coordinación de las emergencias
durante la represión estatal. Los ataques de la policía y los
intentos de sabotaje en contra de las estaciones de radio son acciones
militares estratégicas, que buscan romper la red de comunicación del
movimiento.
El miércoles 9 de agosto, un hombre armado irrumpió en
las oficinas del periódico oaxaqueño Noticias, a las 7:24 a.m.,
disparando al techo con una ametralladora Uzi e hiriendo a seis
empleados con fragmentos de bala que rebotaron del techo. Noticias ha
sido una víctima constante de la represión del estado desde el 28 de
junio de 2004, cuando unos matones tomaron el edificio en donde se
encuentran las oficinas del periódico. En respuesta, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos recomendó al gobierno federal
tomar medidas precautorias para asegurar la integridad de sus 117
empleados.
Ese mismo día, más tarde, hombres armados emboscaron y
abrieron fuego en contra de indígenas triqui, miembros de la APPO,
cerca de Putla, en la región de la Mixteca, matando a tres personas e
hiriendo a dos; los triquis iban camino a una asamblea.
También ese mismo día, agentes estatales y federales,
vestidos de civil y armados con rifles de asalto AR–15, golpearon y
detuvieron a Germán Mendoza Nube, líder de una de las organizaciones
más grandes que integran la APPO, el Frente Popular Revolucionario
(FPR). Nube ha estado en silla de ruedas desde 1987, cuando recibió
un disparo en la zona lumbar. También sufre de diabetes severa. Dos
amigos y algunos vecinos estaban ayudando a Nube a salir de un coche y
acomodarse en su silla de ruedas, cuando los hombres armados que venían
en tres vehículos lo golpearon y lo echaron a la parte trasera de una
camioneta. También golpearon a los vecinos y amigos, arrestando a
tres de ellos (que fueron liberados al día siguiente). Los agentes
han trasladado a Nube a distintas cárceles de Oaxaca y Puebla,
haciendo imposible para la familia localizarlo.
Al día siguiente, el jueves 10 de agosto, la APPO convocó
a una manifestación para demandar la libertad de Torres Pereda y de
Mendoza Nube. Cerca de 12,000 personas se dirigían hacia la ocupada
estación de CORTV cuando sufrieron una emboscada en una parte
estrecha de la Avenida Morelos, cerca de las 7:15 p.m. Hombres armados
dispararon de ambos lados de la calle, hiriendo a tres personas y
matando a una. José Colmenares, un mecánico de 50 años, iba en la
manifestación para apoyar a su esposa, una maestra de secundaria de
Ejutla. Un hombre armado que salió corriendo a la calle le disparó a
Colmenares en el cuello y el corazón. Murió minutos después.
Los manifestantes detuvieron a al menos ocho sospechosos
y encontraron una pistola, guantes, botas y chamarras de la policía
en la casa y la clínica de salud desde donde se realizaron los
disparos. Los manifestantes le prendieron fuego a la casa para obligar
a los hombres armados, que creían estaban escondidos allí, a que
salieran, pero al parecer ya habían escapado. En menos de media hora,
los manifestantes permitieron a los bomberos la entrada a la casa y éstos
extinguieron las llamas en pocos minutos.
En la plaza de la ciudad, los turistas continuaban
bebiendo café y escuchando la música de los mariachis, aparentemente
ajenos a los disparos y las llamas que había a unas cuantas cuadras.
El viernes 11 de agosto, la policía detuvo a Erangelio
Mendoza, un líder de mucho tiempo de los maestros, y lo retuvieron en
un coche mientras esperaban un helicóptero para llevárselo. Su
paradero aún es desconocido.
El objetivo explícito de la APPO ha sido generar
ingobernabilidad. Y han tenido éxito. En alrededor de un mes, en
Oaxaca no he visto un solo oficial de policía uniformado. La idea de
que el Estado mantiene el monopolio del uso legítimo de la violencia
ha sido borrada. Pero la APPO se ha esforzado en no recurrir a la
violencia ante el total vacío de poder. Sus tácticas son extremas
—impedir el acceso a todos los edificios gubernamentales, la toma de
sus vehículos; ocupar la plaza de la ciudad, la toma de la estación
de televisión estatal— pero nunca de manera violenta. El estado,
por su parte, responde con declarada violencia, como el fallido
desalojo del 14 de junio o con violencia encubierta, como las
detenciones arbitrarias, golpizas, balaceras, intentos de sabotaje y
los asesinatos de la semana pasada.
Los oficiales de inteligencia del ejército graban a los
viajeros que van y vienen de Oaxaca. Los espías siguen a los
periodistas durante todo el día. Policías vestidos de civil con
ametralladoras levantan a líderes de la APPO en la calle. Nadie sabe
dónde está el gobernador, ni siquiera su secretario de prensa.
Hombres armados disparan en contra de las multitudes...
El viernes, Flavio Sosa, uno de los voceros de la APPO,
pidió públicamente una reunión con Carlos Abascal, el secretario de
Gobernación (ministro del Interior), para discutir las posibles
soluciones al conflicto de Oaxaca. “Ulises Ruiz nos está llevando
prácticamente a una situación de guerra civil, pero nuestro
movimiento es pacífico”, dijo en una conferencia de prensa en la
plaza ocupada de la ciudad. “Nuestro movimiento es pacífico. De
hecho, es un movimiento en contra de la violencia, en contra de un
sistema de violencia que nos excluye, un movimiento en contra de la
brutalidad policíaca.”
.– El Teletón es un
conocido programa caritativo que recaba dinero para realizar
donativos a los niños más desfavorecidos...
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