Otro maestro asesinado en el estado mexicano
Se agrava la crisis en Oaxaca
Por Gerardo Albarrán de Alba
Corresponsal en México
Página 12, 20/10/06
El balón regresó adonde el gobierno de
Vicente Fox no lo quería: su propia cancha. Luego de que ayer el
Senado de la República se negara a declarar la desaparición de
poderes en Oaxaca, cualquier solución al conflicto que lleva ya más
de cinco meses tendrá que salir de Los Pinos, ya sea a través de su
torpe operador político –el secretario de la gobernación, Carlos
Abascal– o de un despliegue de fuerza coordinado desde el gabinete
de seguridad. Sin embargo, las opciones para la Presidencia de la República
son cada vez más estrechas, en gran medida porque los senadores del
PAN –el partido del presidente Fox y del presidente electo Felipe
Calderón– optaron por refrendar el maridaje sumiso que sostienen
con el PRI y unieron sus votos en la Comisión de Gobernación del
Senado para sostener en el puesto al gobernador priísta Ulises Ruiz.
En tanto, los muertos los sigue poniendo la
Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y de la Sección 22
del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que sufrió
otra baja: un profesor fue asesinado a balazos el miércoles por la
noche cuando salía de una reunión. Este es el segundo crimen en
cuatro días, y suman ya nueve los homicidios registrados desde que
estalló la crisis en ese estado, en mayo pasado; ocho de los
asesinados militaban en las filas de los asambleístas, incluido un
menor de edad. Los heridos se cuentan por decenas.
Ayer, el Senado aprobó por 74 votos a favor
(los del PRI, PAN y Ecologistas) y 31 en contra (del PRD, PT y
Convergencia) el dictamen elaborado por los priístas que niega la
declaración de desaparición de poderes en Oaxaca y que se limita a
reconocer que el Estado se encuentra sumido en la ingobernabilidad. En
otras palabras, todos los senadores coinciden en que el gobernador priísta
Ulises Ruiz no puede gobernar, pero dicen que los poderes Legislativo
y Judicial sí operan. Por eso, los senadores del izquierdista PRD han
anunciado que el próximo martes presentará una propuesta de juicio
político contra Ulises Ruiz, en caso de que éste no presente
voluntariamente una solicitud de licencia para separarse del cargo.
Ahora, el problema es nuevamente del gobierno
federal. Pero la incapacidad política que ha caracterizado a la
administración de Vicente Fox no augura eficacia para resolver por la
vía de la negociación la mayor crisis que ha debido enfrentar a lo
largo de seis años, y menos aun cuando le quedan solamente 41 días
en el poder. Por el contrario, sobran los ejemplos de torpeza para
encarar conflictos, como podría ser la huelga minera en Sicartsa y el
desalojo de comerciantes en el pueblo de Atenco, que dejaron varios
muertos este mismo año, e hicieron que el presidente de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos, José Luis Soberanes, declarara en mayo
pasado que el gobierno de Fox había obtenido para México un asiento
en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) “con las manos manchadas de sangre”.
Ninguno de esos conflictos tenía los mismos
alcances que la crisis en Oaxaca, pero terminaron mal cuando el
gobierno federal se decidió por emplear la fuerza pública que
incurrió en toda clase de excesos, incluso en asesinato.
Felipe Calderón no será ajeno a la
responsabilidad por lo que ocurra, pues las decisiones últimas que
adopte Fox se han discutido en su presencia durante las reuniones cada
vez más frecuentes del gabinete de seguridad, integrado por las
secretarías de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública,
así como el Cisen (la policía política del gobierno) y la
Procuraduría General de la República, en las que se barajan diversos
escenarios de intervención policíaca y militar.
Nunca antes un personaje políticamente muerto
había pesado tanto. El enquistamiento de Ulises Ruiz en la inoperante
gubernatura de Oaxaca tendrá costos irreversibles para el PAN y para
el PRI, pero los muertos siguen siendo de la APPO.
Ratifica la APPO la alerta máxima en plantón
y barricadas ante amenazas de priístas
Asesinan a tiros en Oaxaca a un maestro de
educación indígena
Por Enrique Méndez y Octavio Vélez
Enviado y corresponsal
La Jornada, 19/10/06
Oaxaca, Oax., 18 de octubre. El maestro de
educación primaria indígena Pánfilo Hernández fue asesinado esta
noche de tres balazos en el abdomen cuando salía de una reunión
vecinal de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), en el
barrio de El Pozo, colonia Jardín, de esta ciudad.
Este hecho ocurrió mientras la APPO ratificó
la alerta máxima en el plantón y sus barricadas, ante insistentes
versiones de que el Partido Revolucionario Institucional entraría con
grupos de choque al centro histórico a disolver el plantón. De
hecho, se reportaron ''ensayos'' de la incursión, para la cual el líder
cenecista, Elpidio Concha, entregó machetes a sus huestes en una rápida
concentración cerca de la Central de Abasto.
Policía preventivo, detenido
El asesinato del maestro Pánfilo Hernández,
del sector Zimatlán, ocurrió a las nueve de la noche, cuando salía
del centro comunal en la calle Bugambilias casi esquina con la
carretera San Luis Beltrán. Ahí, varios sujetos que viajaban en un
Jetta azul sin placas le dispararon prácticamente a quemarropa con
una pistola calibre 45 y lo hirieron tres veces en el abdomen. En una
pared se impactaron otros dos balazos. En la banqueta quedó un charco
de sangre; los vecinos encontraron tres casquillos percutidos.
Aunque fue trasladado por la Cruz Roja al
Hospital Civil de esta ciudad, el profesor falleció –en el quirófano
9– a causa de una hemorragia interna, según confirmó el Ministerio
Público adscrito al nosocomio.
A las 11 de la noche, las brigadas móviles
llevaron a la plaza principal de Oaxaca al policía preventivo Martín
Ruiz Martínez, al que responsabilizan de haber disparado contra el
profesor, aunque la Fiscalía Especial para Asuntos del Magisterio, a
la que fue entregado, aclaró que fue aprehendido por error. Sin
embargo, los plantonistas exigían que se le castigara e inclusive
gritaban ''¡quemen a ese asesino!''
El vocero de la APPO, Florentino López Martínez,
afirmó que este nuevo asesinato forma parte del clima de
hostigamiento y agresión en contra del movimiento que pide la salida
del gobernador Ulises Ruiz, y reportó otros hechos de intimidación.
Por ejemplo, dijo, su compañero Adolfo López Ortega fue filmado,
presuntamente por agentes del Cisen, cuando caminaba por la avenida
Ferrocarril. Los sujetos viajaban en una camioneta Suburban blanca,
placas 195 UCW del Distrito Federal, y posteriormente su familia
recibió llamadas anónimas amenazándolos de muerte.
A consulta, el regreso a clases
Mientras, el pleno de secretarios generales de
la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE) acordó esta noche abrir a una consulta a los más de 70 mil
maestros del estado si se aceptan o no las propuestas de la Secretaría
de Gobernación y, en ese caso, si se reanuda el ciclo escolar o
continúan el paro iniciado desde mayo pasado.
La respuesta de la base magisterial estará
sujeta, además, a si los senadores declaran la desaparición de
poderes o rechazan esa vía como solución al conflicto en la entidad,
y no implica que retiren la demanda de la salida de Ulises Ruiz Ortiz
de la gubernatura, ''la cual no es negociable ni renunciable para el
magisterio, ni para la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
(APPO)''.
El mecanismo de la consulta se alcanzó a pesar
de que el líder seccional, Enrique Rueda Pacheco, buscó proponer el
regreso a clases, presionado por un sector de maestros que
argumentaron debilidad económica, luego de que el gobierno de Ulises
Ruiz ordenó la retención del pago de sus salarios desde hace cuatro
quincenas.
Además, hasta el hotel del magisterio –donde
se realizó el pleno– llegaron integrantes de la APPO y padres de
familia para exigir a la sección 22 no retroceder y mantenerse en la
lucha. Con un megáfono pegado a las puertas del auditorio aledaño al
hotel, los manifestantes gritaron: ''¡Maestro consciente no se rinde
ni se vende!'' y ''¡Maestro, tú empezaste y tienes que acabar! ¡Ulises
no se ha ido, lo tienes que sacar!''
Sin embargo, y contra la postura de la
dirigencia, la mayoría de secretarios se impuso y ante ello se decidió
realizar una consulta jueves y viernes, cuyos resultados se evaluarán
el sábado en una asamblea estatal. Las dos preguntas que se harán a
la base magisterial oaxaqueña son: ''¿se aceptan las propuestas de
Gobernación, sí o no?'' y ''¿Están de acuerdo en que el inicio del
ciclo escolar sea a) el lunes 23 de octubre, b) el miércoles 25 y c)
el lunes 30 de octubre?''
Sin embargo, Rueda Pacheco aclaró que de no
aceptarse los planteamientos de Gobernación, los resultados de la
segunda pregunta ya no tendrían viabilidad. Al término del pleno, en
conferencia de prensa, explicó los acuerdos y dijo que, en tanto se
realiza la consulta, de común acuerdo con la Asamblea Popular de los
Pueblos de Oaxaca se iniciará este jueves el diseño de un plan de
acción ''para que el Senado emita un dictamen en favor del pueblo
oaxaqueño y declare la desaparición de poderes''.
También, ''defina los instrumentos para que la
paz se restablezca y se decida cómo se construirá políticamente un
nuevo Oaxaca''. Asimismo, se decidió mantener el plantón frente a la
sede senatorial y expresar todo el apoyo y aval a los integrantes de
la Asamblea Popular en ayuno.
Asimismo, expresó la posición de la sección
22 respecto de la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, quien el domingo
formó una comisión para analizar la posibilidad de aceptar la
solicitud del Consejo Central de Lucha (CCL) de constituirse en una
sección con número 59, y aseguró que con ello la maestra ''se
quiere montar en el conflicto oaxaqueño''.
No obstante, calificó las declaraciones de
Elba Esther Gordillo de ''desafortunadas, las repudiamos, no nos
merecen mayor atención y no tienen importancia''. Lo relevante, dijo,
es que el magisterio nacional se democratice y que finalmente ''la
camarilla que ha controlado el sindicato deje esos espacios''.
También rechazó el citatorio que emitió ayer
el dirigente formal del SNTE, Rafael Ochoa, a una reunión con la
sección 22 con el fin de analizar la sustitución de esa representación
para dar paso a la impulsada por Gordillo Morales. ''No vamos a
aceptar ninguna interlocución con el sindicato. En este momento no es
de relevancia el hecho de que Elba Esther Gordillo o el señor Ochoa
quieran montarse en el movimiento. No asistiremos a ninguna reunión
ni tomaremos en cuenta ningún exhorto'', advirtió.
En tanto, mientras los priístas comenzaron a
preparar el operativo para ''recuperar'' el centro histórico, las
brigadas móviles de la APPO reanudaron el desalojo y toma de
edificios públicos, empezando por la Secretaría General de Gobierno,
aunque en ésta sólo realizaron pintas, y terminaron en el edificio
del Diario Oficial.
Asimismo, y como parte del plan de operaciones Hierro,
que prevé la detención masiva de maestros e integrantes de la APPO,
el gobierno del estado casi concluyó la remodelación de la prisión
femenil de Tlacolula, donde uno de los tres únicos presos es el primo
de Alfredo Harp Helú, Juan Ruiz Harp.
Tal remodelación incluye la división de cada
una de las 200 celdas para convertirlas en 400 y ampliar así la
capacidad de dicho reclusorio.
Y mientras los esfuerzos del gobierno del
estado se concentran en cómo disolver el movimiento social y
magisterial, se ha descuidado la vigilancia policiaca en calles y
colonias, decisión en la que influye además el repudio de la APPO a
las policías municipal y ministerial.
Esto ha derivado en hechos que suceden todos
los días: los automovilistas se pasan los altos o bien estacionan sus
autos en doble fila en el centro histórico, algunos restauranteros
tiran la basura, por las noches, en la vía pública, vehículos
chocados son desvalijados y los ladrones comunes son detenidos por la
ciudadanía, que por calles y colonias organizó un programa de
vecinos vigilantes, o bien por las brigadas móviles.
''Soy rata y violador''
Por ejemplo, esta madrugada se registraron dos
detenciones de asaltantes; uno que intentó robar una guardería en la
zona de la Central de Abasto fue liberado por la APPO y reincidió por
la tarde, cuando amagó a una maestra con una pistola en la cabeza y
golpeó a tres niños. El 15 de junio, relató una educadora, había
asaltado la misma escuela, a la que ingresó por la parte de atrás a
las 7 de la mañana, e intentó violar a una de las profesoras.
Esta vez, los vecinos y locatarios lo
detuvieron, lo golpearon y fue atado con una cuerda a un árbol, hasta
que llegó la policía preventiva para desatarlo. La gente, tras
arrancarle la camisa, le pintó con un plumón el siguiente mensaje en
la espalda: ''Soy rata y violador''. También le colgaron una
cartulina en la que se leía: ''Mírenme bien, soy ratero y violador.
Entré a una guardería''.
Los policías lo esposaron y, a exigencia de
los vecinos y madres de los niños de la guardería, fue llevado a pie
hasta la base policiaca de la Central de Abasto, de donde fue remitido
a un juez.
Oaxaca: ocho muertos, ocho
Por Luis Hernández Navarro
La Jornada, 17/10/06
Ocho muertos, ocho. Casi todos de un solo lado.
En Oaxaca sólo unos ponen los muertos. La sangre corre por cuenta de
la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). También los
heridos de bala, los secuestrados, los torturados, los encarcelados
sin orden de aprehensión.
Pero casi nada sucede para el poder. El dolor
de los deudos, la rabia de los compañeros, el temor de los vecinos,
la solidaridad de los paisanos, son ignoradas arriba. Los sacrificados
son cadáveres sin nombre, presos sin biografía, heridos sin memoria.
No lo dicen, pero el silencio de los poderosos ante tanta atrocidad
sugiere que piensan que las víctimas merecieron lo que les sucedió.
¿Dónde están los responsables de los
asesinatos de maestros, arquitectos, estudiantes? ¿Dónde se
encuentran los torturadores? ¿Qué ha pasado con los pistoleros que
han disparado contra la multitud? La respuesta es simple: siguen en
libertad, continúan cometiendo delitos, viven en la más absoluta
impunidad.
¿Y la autoridad? Si la policía nunca ha sido
confiable en México, menos lo es en la Oaxaca de hoy. Ellos, vestidos
de civil, han sido los encargados de agredir a los insumisos. Nunca ha
resultado tan cierta como ahora en Oaxaca aquella historia en la que,
enfrentado un peatón al dilema de caminar por una acera en la que se
encuentra con una banda de delincuentes o por otra patrullada por
gendarmes, toma el camino menos riesgoso: pasar por donde se
encuentran los hampones.
Pero ¿no es una exageración decir que en
Oaxaca solamente unos ponen los muertos? ¿Acaso el profesor René
Calva, apuñalado el 5 de octubre, no pertenecía a una corriente
sindical opuesta a los maestros que exigen la salida del
(des)gobernador Ulises Ruiz?
Así es. René Calva era parte de una tendencia
gremial opositora a la dirigencia de la sección 22 del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Sin embargo, casi
nadie cree que su asesinato haya sido obra de la APPO. Por principio
de cuentas, porque el movimiento democrático no ha liquidado a ningún
opositor. A diferencia de la clase política local, no es así como
resuelve sus diferencias. Además, porque el crimen se cometió
inmediatamente después de que la Secretaría de Gobernación ofreció
al movimiento popular remover los mandos policiales del estado y tomar
control directo de ellos, medida rechazada tanto por el Congreso local
como por el mandatario. La feroz campaña de medios contra los
opositores de Ruiz que siguió a la muerte del maestro Calva es un
indicador indiscutible de quiénes fueron los beneficiados con su
homicidio.
Hay dos varas para medir la violencia en
Oaxaca. La guerra sucia contra los integrantes de la APPO
merece apenas unas cuantas líneas ágatas en la mayoría de la prensa
escrita nacional, o unos cuantos segundos en los medios electrónicos.
La violencia del gobierno del estado en contra de los ciudadanos en
rebeldía es presentada como "enfrentamientos". Se esconde
así la responsabilidad directa del agresor y se equipara al agredido
con su victimario. Horas después todo ha sido olvidado. Los difuntos
se desvanecen, son condenados al olvido.
De vez en cuando, la ira popular estalla. La
multitud irritada persigue a quienes disparan en contra de ellos. Los
detiene, los golpea, los desnuda, los amarra y los exhibe en la plaza
pública. Entonces los comentaristas de radio se indignan contra la
plebe y su salvajismo, y el secretario de Gobernación advierte que es
inadmisible la violencia popular y la justicia por propia mano.
Durante días el eco de imágenes, advertencias y sermones condenando
los hechos rebota expansivamente en el cuadrante y en periódicos.
El 14 de octubre fue asesinado Alejandro García
Hernández. Como casi todos los otros muertos, pertenecía a la APPO.
Al grito de ¡Viva Ulises Ruiz! un militar vestido de civil le disparó
una bala calibre 22 en la cabeza. Un día después se realizaron las
elecciones en Tabasco. Un acto político clave en el futuro inmediato
del país, que atrajo la atención de la opinión pública. Todavía
estaba fresco el cadáver cuando los comicios taparon la sangre de la
víctima. Sin embargo, el macabro mensaje de quienes ordenaron el
crimen quedó grabado en las barricadas: en Oaxaca la muerte tiene
permiso.
Las viudas y los huérfanos de luchadores cívicos
son cada vez más. Quienes han perdido la aceptación de sus
gobernados están dispuestos a bañar de sangre la entidad. Si cae
Oaxaca, dicen, seguirán Puebla y Veracruz, y, quién sabe, quizá
hasta el mismo Felipe Calderón. Con eso chantajean a la nación, o,
mejor dicho, al poder.
Ocho muertos, ocho. Los modernos sátrapas
parecen no darse cuenta de que el recurso del terror no ha sido eficaz
para frenar la lucha. Ignoran que cada muerte que provocan es una razón
más para mantener el movimiento con vida. En el imaginario popular
Ulises Ruiz ya cayó. Más les vale a los senadores darse cuenta
pronto de ello. Cada nuevo féretro de ciudadanos rebeldes que haya
que sembrar en territorio oaxaqueño será (es) también su
responsabilidad. Como lo es del gobierno federal.
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