México:
Represión
policial y paramilitar en Oaxaca; tres muertos y 23 heridos - Un camarógrafo
neoyorquino, un profesor y un comunero, los abatidos
Alerta
máxima en la APPO; esperan operativo
para disolver el movimiento
Por
Enrique Mendes y Blanche Petrich, enviados a Oaxaca
La Jornada, México, 28/10/06
Oaxaca, 27 de
octubre.- En cinco acciones simultáneas, las policías ministerial y
preventiva, respaldadas por presuntos militantes del PRI, atacaron
esta tarde a balazos barricadas de la Asamblea Popular de los Pueblos
de Oaxaca (APPO), en acciones donde resultaron muertos el camarógrafo
neoyorquino Bradley Roland Will –quien recibió dos impactos de
R–15–, el profesor Emilio Alonso Fabián, de la delegación de los
Loxicha, y el comunero Esteba Ruiz, además de 23 personas heridas por
arma de fuego. Cinco de los lesionados estaban en el bloqueo en la
colonia La Experimental, 13 en Santa María Coyotepec y cinco en Cal y
Canto.
El fotógrafo Oswaldo
Ramírez, del periódico Milenio, recibió un rozón de bala en la
rodilla izquierda, que no requirió de atención médica. Inclusive,
los hombres armados con cuernos de chivo, escuadras 9 milímetros y
revólveres 38 súper, dispararon al fotógrafo Raúl Estrella, de El
Universal, quien resultó ileso. Una profesora fue gravemente herida,
pero hasta el cierre de esta edición no se conocía su identidad.
Después de las 21:00
horas se informó que en Santa María Coyotepec fueron detenidos 20
profesores, de los cuales 13 estaban heridos de bala y fueron
hacinados en la cárcel municipal.
La jornada de
violencia en la capital del estado y sus municipios conurbados fue el
preludio de una incursión policiaca del gobierno de Ulises Ruiz
Ortiz, que se preparaba a "recuperar" la ciudad en las
primeras horas de este sábado, y en momentos en que se cumplía el
plazo definido por la APPO para que el gobernador presentara su
licencia al cargo.
La APPO declaró la
alerta máxima, pues tiene informes de que la policía del estado
prepara un operativo "de gran calado" para disolver el
movimiento.
Esta noche, además,
la policía finalmente rompió el plantón permanente en la casa de
gobierno y las oficinas de la policía estatal, en Santa María
Coyotepec, donde después de desalojar a los profesores y
simpatizantes de la APPO incendiaron vehículos y persiguieron a los
plantonistas en el monte.
La dirigencia del
movimiento ciudadano reportó la desaparición de al menos 50
profesores que mantenían el bloqueo en las oficinas donde despachaba
Ruiz Ortiz, y responsabilizó de la agresión armada a Elpidio Concha
Arellano, dirigente estatal de la Confederación Nacional Campesina
(CNC) y ex diputado federal, y a los alcaldes de Santa Lucía del
Camino, Manuel Martínez, y de Santa María, Jorge Pablo.
El pasado 16 de
octubre, Concha Arellano dio a conocer un documento en el que los
sectores priístas advertían que su partido llevaría a cabo
"las acciones necesarias para restablecer el orden, el estado de
derecho y la paz social" en la entidad, y que si el gobierno
federal no aplicaba la ley de manera "implacable a los desmanes y
vandalismos, nosotros mismos vamos a dar la solución al
problema".
Ante la gravedad de
los hechos, el movimiento social determinó reforzar las barricadas,
sobre todo porque se confirmó que el operativo también abarcaría
una incursión en el centro hstórico, así como detenciones de
dirigentes por parte de la Agencia Federal de Investigación (AFI),
que envió un avión con 100 agentes que están acantonados en el
hangar de gobierno.
Durante dos horas,
desde las 5 de la tarde, la capital oaxaqueña vivió un escenario de
represión sin precedentes, y en todo momento, desde Radio Universidad
–la única estación que informó de las agresiones– se dio cuenta
del operativo para acabar con el movimiento que exige la salida de
Ruiz Ortiz.
Las zonas donde se
ejerció mayor violencia fueron las de Santa Lucía del Camino y La
Experimental.
Los disparos en Santa
Lucía coincidieron con una reunión que sostenían simpatizantes de
la APPO y vecinos con Flavio Sosa, uno de los líderes del movimiento,
quien llamó a mantener la calma.
En el cruce de la
calle Cal y Canto con Ferrocarril pidió a sus compañeros: "hay
que llevárnosla tranquila. Tienen armas largas y somos blanco fácil".
Se refería a un
grupo de presuntos policías ministeriales y militantes del PRI, que
unos minutos antes habían cruzado por la esquina de Juárez y
Arboles, a unos 100 metros de la barricada.
La balacera inició
desde una casa particular en la calle Juárez, y los brigadistas se
percataron de que quien disparaba era una mujer. "¡Pinche
vieja!", gritaron. Para tratar de contrarrestar la agresión,
hombres cubiertos con paliacates subieron a un camión de volteó y,
de reversa, lo estrellaron contra el portón de la casa desde donde se
abría fuego.
Otros más utilizaron
los tubos que, a modo de bazucas hechizas, confeccionaron para
disparar cohetones, y los dirigieron hacia el inmueble.
En esos momentos, del
fondo de la calle, los sujetos –la mayoría con camisetas rojas–
que previamente habían bajado de camionetas tomaron las armas y
comenzaron a disparar contra los brigadistas.
Entre las ráfagas,
los simpatizantes de la APPO atinaron a responder con más cohetones
e, inclusive, con resorteras, y fotógrafos, camarógrafos y
reporteros se cubrieron en las paredes, detrás de automóviles y
camionetas, así como de piedras, postes y árboles.
Oswaldo Ramírez
tomaba fotografías parapetado detrás de una camioneta, cuando recibió
el rozón de una bala. El camarógrafo neoyorquino Bradley Will, de la
agencia independiente Indymedia, estaba en medio de la calle con su cámara
para registrar los disparos, cuando recibió dos impactos, uno en el
costado y otro en la boca del estómago.
Su compañero fotógrafo
Gustavo Vilchis y tres personas más lo tomaron de brazos y piernas y
lo llevaron en vilo por la calle Juárez, para depositarlo en el
asfalto de Arboles, donde le arrancaron la camiseta. Ahí, Vilchis aún
trató de auxiliarlo y le dio respiración de boca a boca, pero Will
había perdido el color, estaba pálido y sus ojos estaban,
literalmente, en blanco.
"¡Un carro, un
carro!", gritó un joven al que un paliacate le cubría el
rostro. "¡Una ambulancia, una ambulancia, le dieron a un
periodista!". "¡Es un periodista, ábranla!", clamó
otro, mientras Will seguía tendido en la calle.
Los propietarios de
un Volkswagen blanco, con placas LUG6235, del estado de México,
entraron a la calle de reversa hasta unos metros de donde yacía el
camarógrafo estadunidense. En medio de la desesperación, abrieron la
puerta derecha, abatieron el asiento y lo introdujeron en el asiento
trasero. Segundos después, el vehículo arrancó entre un estruendo
del motor y las llantas.
Lo llevaban a la Cruz
Roja de esta capital, pero falleció en el traslado. "Lo
sentimos, su compa se quedó en el camino", dijeron los
brigadistas que llevaban a Will.
A las siete de la
noche, vecinos y brigadistas preparaban unas 200 botellas de vidrio
como bombas molotov para repeler a los hombres que dispararon y que, a
esa hora, se habían replegado al fondo de la calle, donde se
encuentra la agencia municipal, y en la que montaron su propia
barricada.
De manera paralela,
supuestos militantes del PRI, entre quienes se confundieron policías
armados, atacaron el plantón permanente en la sede del gobierno del
estado y de la policía, en Santa María Coyotepec, donde falleció el
profesor Emilio Alonso Fabián y 13 personas más fueron heridas. Ahí
también, reporteros quedaron en medio del fuego, aunque ninguno
resultó herido, si bien las balas se impactaron a corta distancia de
donde se refugiaban.
Por la noche, el
secretario de Gobierno, Heliodoro Díaz, ofreció una conferencia en
la que acusó a integrantes de las barricadas de haber matado al
comunero Esteban Ruiz.
Según el
funcionario, el asesinato de Esteban Ruiz ocurrió después de que
integrantes de barricadas despojaron de un automóvil al comisariado
de bienes comunales, quien debió caminar hasta su comunidad, donde
informó del hecho, y cuando sus vecinos acudieron a rescatar el vehículo
empezó un enfrentamiento, en el que murió el campesino.
Desde la mañana,
cuando inició el bloqueo de la ciudad por parte de la APPO, se habían
suscitado roces entre plantonistas y vecinos de las colonias afectadas
por el cierre de carreteras y avenidas, que reclamaban su derecho al
libre tránsito.
A partir del acuerdo
de la asamblea popular, en las primeras horas de este viernes se
bloqueó el acceso a Oaxaca en la carretera de México, a la altura de
Viguera, así como en la entrada del istmo, por lo que cientos de
personas, inclusive turistas con sus maletas, caminaron varios kilómetros
para llegar al centro de la ciudad. También, centenares de personas
debieron llegar a pie a sus centros de trabajo o a sus compromisos.
Las balaceras en
Oaxaca empezaron a las 10 de la mañana, y en la Ciudad Universitaria
desconocidos brincaron la barda del campus y prendieron fuego a las
oficinas de la dirección de la Facultad de Derecho, para distraer la
atención de estudiantes que resguardaban las instalaciones de Radio
Universidad, pues un grupo de encapuchados vestidos de negro
pretendieron ingresar para tomarla.
Poco después hubo más
disparos en el puente de El Rosario, donde fue levantado el mecánico
Gerardo Sánchez, quien fue recluido en el penal de Tlacolula acusado
de disparo de arma de fuego. La tarde cerró con las agresiones en la
colonia La Experimental, donde se encuentra la sede de la Procuraduría
General de Justicia del Estado, en Santa Lucía del Camino y en Santa
María Coyotepec.
La mayoría de los
comercios y hoteles del centro histórico cerraron a las siete de la
noche y la sociedad oaxaqueña se fue a dormir con miedo, pero con la
certidumbre de que este sábado podría darse una incursión policiaca
masiva.
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