México:
Situación explosiva, Oaxaca se radicaliza con barricadas, incendios y bloqueos
de carreteras
El gobierno no
termina de controlar
IAR–Noticias,
01/11/06
Luego de la
irrupción de la policía federal represiva, que desde el domingo ya
asesinó a 8 personas, los huelguistas y militantes sociales de
Oaxaca, luego de un repliegue táctico por algunas horas el lunes,
retomaron la resistencia callejera levantando barricadas y bloqueando
calles, en una actitud de radicalización del conflicto que comienza a
escaparse de las manos al gobierno de Fox.
Entre los
muertos se encuentra el periodista estadounidense de la red Indymedia,
Bradley Roland Will, de 36 años, natural de Nueva York, que según
afirman los manifestantes fue asesinado por la policía local.
El lunes, los
sectores sociales y sindicales que realizaron la huelga y el
levantamiento social en Oaxaca abandonaron el Zócalo, la plaza
principal de esta ciudad mexicana, horas después del inicio (el
domingo) de la feroz represión de la Policía Federal Preventiva
(PFP), enviada por orden del presidente, Vicente Fox, quien había
decidido entregar el mando al gobierno a Calderón con el conflicto
social "domesticado".
Sorpresivamente,
y cuando parecía controlado por el gobierno de Fox, la conflictiva
situación en el estado mexicano de Oaxaca continuó el lunes y el
martes con un reclamo de la Cámara de diputados de México
solicitando la renuncia del gobernador Ulises Ruiz para buscar una
salida a la crisis.
La declaración
de la Cámara baja, aprobada por mayoría, pide que el gobernador
presente renuncia o pida licencia.
La renuncia de
Ruiz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es la principal
exigencia de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), la
plataforma de organizaciones civiles que lideró la ocupación, hasta
este domingo, de la capital del estado y que considera las peticiones
del Congreso como un "triunfo parcial".
Este miércoles,
continuaba el conflicto con cientos de policías federales patrullando
la la ciudad y reprimiendo para "restaurar el orden",
mientras grupos organizados de manifestantes construían barricadas
después de bloquear, el martes, una de las principales carreteras del
estado, además de quemar varios vehículos.
Un funcionario
federal –citado por la agencia Europa Press– reconoció que el
gobierno no ha recuperado el control absoluto de esta capital estatal
de 275.000 habitantes, que arrastra un conflicto de cinco meses con
protestas de maestros huelguistas y militantes de izquierda
radicalizados que exigen la renuncia del gobernador Ulises Ruiz.
En una señal
de que las tensiones "habían disminuido un poco" el martes
por la mañana columnas de policías federales antidisturbios, que
llegaron a Oaxaca el lunes, comenzaron a permitir que los habitantes y
comerciantes ingresaran a la plaza central de la ciudad, el Zócalo,
que había sido el centro de operaciones de los manifestantes desde
mayo.
No obstante, y
según consignan agencias y corresponsales, las escuelas y la mayoría
de los negocios en la capital permanecieron cerrados.
En tanto, los
habitantes observaban como grupos de militantes y huelguistas
empleaban escombros, rocas y costales de arena para volver a colocar
barricadas en calles que la policía acababa de despejar a sólo dos
cuadras de la plaza principal.
En una operación
de guerra de guerrillas callejera, un grupo de militantes secuestró
un tractor, lo roció con gasolina y lo encendió, obligando a una
columna de policías a extinguir el fuego mientras le arrojaba una
lluvia de piedras..
Tampoco faltó
una táctica de división puesta en práctica por empleados del
gobernador Ruiz, quienes realizaron una marcha en apoyo del gobernador
en un parque a unas cuadras del Zócalo, mientras expresaban su apoyo
a la policía represora..
Las escuelas en
la capital permanecieron cerradas el martes, al igual que la mayoría
de los negocios que circundan el tenso centro de la ciudad, al tiempo
que los militantes y huelguistas sostuvieron su exigencia de que
renuncie el gobernador, al que acusan de reprimir a la oposición y de
manipular las elecciones del 2004.
Flavio Sosa,
uno de los dirigentes de la protesta, dijo que las conversaciones
entre manifestantes y autoridades fueron suspendidas temporalmente y
que los inconformes habían respondido a la policía "con
piedras, con bombas de gasolina, con garrotes y con mucha
dignidad".
Según describe
el corresponsal de la cadena BBC, los oaxaqueños están exaltados y
siguen en pie de lucha. La presencia de las tropas federales en su
ciudad no ha hecho otra cosa que exacerbar los ánimos de quienes
parecen decididos a sacar del poder al gobernador Ulises Ruiz, a costa
de lo que sea.
En tanto, el
gobierno y la clase política mexicana comienzan a
"registrar" la gravedad y el carácter explosivo del
conflicto desatado en Oaxaca.
El ex candidato
presidencial izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que se
considera victima de un fraude en las elecciones del 2 de julio, habló
en el parque céntrico donde la marcha comenzó y pidió que el país
se sume a los manifestantes de Oaxaca.
Según lo
expresó Vicente Fox el lunes "en Oaxaca se ha recuperado la paz
social y la tranquilidad", sin embargo, el subsecretario de
Gobernación Arturo Chávez le dijo a la red Televisa "Vamos por
etapas. Estamos tramitando hacia el orden".
El Departamento
de Estado norteamericano expresó el lunes su "preocupación"
por los actos de violencia en Oaxaca que han dejado varios muertos,
incluido el periodista estadounidense, Roland Will, de la red
Indymedia.org, pero dijo que corresponderá a las autoridades
mexicanas adoptar las acciones pertinentes para encararlos.
La embajada
estadounidense en México, por su parte, difundió un comunicado en el
que recomendó a sus ciudadanos que eviten viajar a uno de los
principales destinos turísticos mexicanos, "debido a este
incremento en la violencia".
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