Ortega
descartó cambio económico “radical”
en Nicaragua
La
Nación, Costa Rica, 09/11/06
Managua.– El líder
sandinista Daniel Ortega, virtual Presidente electo de Nicaragua,
aseguró ayer que no planea cambios “radicales” en la política
económica del país y llamó a todos los sectores a unirse para
derrotar la pobreza.
El líder del Frente
Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que visitó ayer la Casa
Presidencial, donde el saliente Mandatario Enrique Bolaños saludó su
triunfo en las elecciones del domingo.
Tras este encuentro
Ortega se reunió con inversionistas extranjeros, ante quienes confirmó
que en su plan de Gobierno “no están contemplados cambios dramáticos
o radicales en la base de la economía que se han asentado en los últimos
años”.
Posteriormente, el
Mandatario electo encabezó una caravana de sandinistas hasta el
mausoleo de Carlos Fonseca Amador, uno de los fundadores del FSLN, de
cuya muerte se cumplen 30 años, y anoche celebró su triunfo con sus
seguidores en una plaza del centro de Managua.
Ortega, que cumplirá
61 años el sábado, logró un 38,07% de los sufragios derrotando a su
contrincante derechista Eduardo Montealegre. Aunque falta la
confirmación oficial del organismo electoral tras el conteo del 100%
de los votos, tanto los sandinistas como sus opositores reconocieron
el triunfo de Ortega.
El líder sandinista
reiteró ayer su llamado a las fuerzas políticas y económicas del país
a unirse “todos para seguir atacando la pobreza para poder
erradicarla”.
Ortega fue Jefe de
Estado (1984–90), tras haber coordinado la junta de Gobierno del
FSLN instaurada en 1979 tras derrocar a la dictadura de Anastasio
Somoza.
¿Pero
qué izquierda ha ganado en Nicaragua?
Por
Carlos Elordi
El Periódico, 06/11/06
Las elecciones
legislativas norteamericanas pueden deparar cualquier sorpresa: hasta
de que los demócratas ganen, pero por poco, lo cual sería
interpretado por ellos mismos como una derrota, según apuntaba ayer
el Washington Post. Pero lo que es seguro es que el martes el asunto
apasionaba más que ningún otro a la mayoría de los diarios de
referencia del resto del mundo. Como si en esos comicios se estuviera
jugando poco menos que la suerte del planeta. Lo cual es mucho decir.
Y máxime cuando son cada vez más los expertos que coinciden en que
estamos viviendo ya una nueva era en la política internacional y que
el signo de nuestro presente ya es la multipolaridad y el fin de la
centralidad de Washington en la escena mundial: según esas opiniones,
Pekín, y también Moscú, entre otras capitales, no solo tienen voz
propia en la escena mundial sino también creciente capacidad de
iniciativa global, o al menos de muy amplio espectro, sin necesidad de
pedir permiso a nadie.
Sin embargo, el poderío
internacional de los medios de comunicación norteamericanos sigue
marcando la pauta informativa. Al menos en Europa. Que el mundo árabe,
por ejemplo, y sobre todo gracias a las nuevas cadenas televisivas, es
cada vez más autónomo en ese capítulo, aunque aquí no nos lleguen
muchas noticias en torno a ese fenómeno.
Una nueva prueba de
ese sesgo estadounidense en la información es la imagen que unos
cuantos medios europeos están creando de Daniel Ortega, aparente
vencedor de las elecciones nicaragüenses. Hay quien lo ha presentado
como un guerrillero redivivo y dispuesto a aplicar el programa
marxista que hace 26 años le llevó al fracaso. Pero la realidad
parece ser otra. Y ha sido justamente un diario norteamericano, el
Washington Post ––confirmando que una cosa es el régimen que
impera en ese país y otra las excepciones que logran sustraerse al
mismo––, quien lo ha sugerido: "La vuelta de Ortega a la
presidencia es un embarazoso revés para el Gobierno de Bush. Altos
funcionarios norteamericanos han amenazado veladamente que EEUU podía
imponer sanciones económicas a Nicaragua si Ortega resulta elegido.
Esa actitud se deriva en parte de la preocupación de que Ortega
acuerde con entusiasmo una alianza antinorteamericana con el
presidente venezolano Hugo Chávez. Pero la vuelta de Ortega también
debe resultar particularmente desagradable a esos muchos funcionarios
del Gobierno de Bush que dedicaron sus carreras a echar del poder a
Ortega en 1980. Ortega es demasiado listo como para volver a cometer
los errores del pasado. Sabe que ya no existe el paraguas soviético y
que depende totalmente de la ayuda norteamericana, del FMI y de la
inversión extranjera".
Más claro lo ha
dicho Oscar Raúl Cardoso, en Clarín, de Buenos Aires: "Solo en
la fantasía de la posmodernidad es posible calificar a Daniel Ortega
como un 'izquierdista'. (...) Ortega ha hecho una suerte de autocrítica
tan intensa que es difícil ubicarlo en otro lugar ideológico que el
del oportunismo. Su retórica aún conserva cierto espacio para la
lucha contra la injusticia ––inevitable en un país en el que el
60% sobrevive con menos de un dólar al día–– pero sus nuevos
temas son la promoción del mercado y la casi aceptación de un
tratado de libre comercio con EEUU. Más que a Chávez o a Evo
Morales, Ortega parece aproximarse a Alan García que, también este año,
ganó la presidencia de Perú. No es imposible que a Chávez y a los
nicaragüenses les esté esperando una sorpresa".
Ortega,
el manipulador
Por
Alfonso Gumucio D.
La Haine, 10/11/06
Quienes no conocen
Nicaragua y no han vivido de cerca el proceso sandinista se confunden
y saludan la victoria de Ortega como el triunfo del sandinismo, pero
la realidad muestra otra cosa. Basta leer los diarios de los últimos
años para estremecerse frente a la sinuosa trayectoria de Daniel
Ortega, un líder sin ética pero con mucha labia, capaz de engañar a
los menos informados de su país, y a muchos fuera de Nicaragua.
En la comparsa de
ingenuos están varios presidente progresistas de la región, como
Hugo Chávez y Evo Morales. Incluso Fidel se equivoca, es muy triste.
¿Qué ha pasado con
Daniel Ortega? Durante sus años en la oposición, no ha dudado en
pactar con la ultra–derecha somocista, representada por el ex
presidente Arnoldo Alemán, uno de los políticos más corruptos que
ha tenido Nicaragua. Ambos nombraron "a dedo" a los
magistrados del Consejo Supremo Electoral. La alianza con la derecha
le ha permitido a Ortega manipular al congreso, eliminando a aquellas
fuerzas políticas que podían restarle fuerza al "Danielismo",
que no es lo mismo que el sandinismo de base. Con el apoyo de la
derecha somocista, Ortega logró que el Congreso aprobara una
modificación en la Ley Electoral, de manera que no fuera necesario
obtener el 50% de la votación para llegar a la presidencia. De ese
modo, evitó ahora pasar a la segunda vuelta electoral.
No solamente ha
pactado Daniel Ortega con la derecha sandinista, sino con la
"contra" que tanto daño le hizo al país durante los años
de la revolución. La contra, financiada por Ronald Reagan y la CIA,
asesinó a miles de jóvenes nicaragüenses que defendían su país a
instancias del gobierno sandinista. La memoria de ellos queda ahora
mancillada con la alianza de Daniel Ortega, cuyo vice–presidente es
uno de los principales dirigentes de la contra–revolución.
La hipocresía y el
oportunismo de Daniel Ortega lo han llevado a cambiar completamente su
posición de cara a la iglesia reaccionaria y derechista que
representa Monseñor Obando, el Cardenal de Nicaragua. Ortega ahora va
a misa todos los domingos y se abraza con Obando, quien fue uno de los
enemigos más notorios de la Revolución Sandinista. La mujer de
Daniel Ortega, Rosario Murillo, no para de hablar de dios y de rezar
(bueno, hay que decir que a ella siempre le faltó un tornillo).
Esta reconciliación
con la derecha de la iglesia católica se traduce en cosas concretas:
hace pocas semanas los "danielistas" en el congreso votaron
por la anulación de la ley que permitía abortos terapéuticos. O
sea, de regreso a las cavernas. Esto es lo que dijo Rosario Murillo
para justificar la posición de los danielistas:
"Nosotros
estamos profundamente comprometidos con la fe; pensamos que los
valores religiosos, son el consuelo, el amparo; la fe es la forma en
que los seres humanos encontramos la paz; los valores religiosos son
la fortaleza que necesitamos para lidiar con la vida cotidiana, que ha
sido en los últimos tiempos suficientemente dura. La vida cotidiana
que nos obliga a enfrentar desafíos fortísimos y, con el amparo y el
consuelo de la fe, la gente se nutre, se levanta; el alma se
fortalece. Nosotros, precisamente porque tenemos fe, tenemos religión;
porque somos creyentes, porque amamos a Dios sobre todas las cosas, es
que hemos sido capaces de sobrellevar tantas tormentas, ¡sin
inmutarnos! únicamente, aprendiendo de cada dificultad, lo que el Señor
ha querido enviarnos como lección, como aprendizaje. Por eso también
defendemos, y coincidimos plenamente con la Iglesia y las Iglesias,
que el aborto es algo que afecta, fundamentalmente a las mujeres,
porque ¡jamás nos reponemos del dolor y el trauma que nos deja un
aborto! Cuando las personas tienen o han tenido que recurrir a eso,
jamás se reponen. Y, ese dolor, nosotros no lo deseamos para nadie.
Además, es un atentado contra la fe; contra la vida."
Con actitudes de
hipocresía religiosa como estas, Daniel Ortega ha logrado que mucha
gente se olvide que fue acusado por su hijastra Zoilamérica, de
haberla abusado sexualmente cuando ella era menor de edad. Ortega se
encargó de enterrar y desaparecer el juicio que había en su contra,
y presionó a los medios de información para que dejaran de publicar
sobre el tema.
Todo el mundo sabe en
Nicaragua que los comandantes "danielistas" y otros
militantes del FSLN cercanos a Daniel Ortega viven como millonarios y
poseen numerosas empresas. Nada menos que Humberto Ortega, el hermano
de Daniel, es uno de los hombres más ricos de Nicaragua, aunque ya ni
siquiera vive allí sino en Costa Rica. Hizo su fortuna con el tráfico
de armas cuando fue Comandante del Ejército Sandinista, y luego, muy
convenientemente, se desentendió de la política y de su país.
La trayectoria de la
mayoría de los nueve Comandantes de la Revolución ha sido lamentable
en estos años. Es triste, para quienes hemos vivido en Nicaragua
durante la Revolución en los años ochenta, ver cómo han cambiado
los comandantes que admirábamos. Ya he dicho algo de Daniel y
Humberto; Bayardo Arce es un negociante, Tomás Borge es un viejo
verde que sigue correteando jovencitas (hay un libro donde lo
denuncian), y así sucesivamente. Honrosa excepción es el Comandante
"Modesto" Henry Ruiz, con quien me tocó trabajar. Modesto
vive como vivía antes de la Revolución, no se enriqueció con la
"piñata". Su honestidad molesta a Daniel Ortega y a su
banda de corruptos, al extremo de que hace unos meses trataron de
meterlo en la cárcel con alguna acusación insustancial.
El argumento de
quienes apoyan a Ortega es que había que cerrarle el paso a la nueva
derecha representada por Montealegre, pero ese argumento es cobarde y
anti–ético, porque Daniel no era la única opción de izquierda.
Edmundo Jarquín y su candidato a la Vice–Presidencia, el músico
Carlos Mejía Godoy, representaban un movimiento de renovación en el
sandinismo, recogiendo la opinión de todos aquellos que no quieren
ser parte de las alianzas con la derecha y con la contra. El
Movimiento Renovador Sandinista (MRS) solamente sacó el 6,44 %de los
votos, pero son votos de la gente más consciente y honesta que tiene
Nicaragua, que se negó a respaldar el juego corrupto de Ortega. La
derecha, sin contar a Daniel Ortega, suma 55%, con el 29% de
Montealegre y el 26% de Rizo, el hombre de Arnoldo Alemán.
Ahora no se sabe lo
que va a pasar en Nicaragua. Hay dos escenarios posibles. Por una
parte, Daniel Ortega pagando a la derecha y a Arnoldo Alemán los
favores que le han hecho en estos años, manteniendo sus buenos vínculos
con la iglesia reaccionaria de Monseñor Obando, y por supuesto
haciendo todo lo necesario para complacer a Estados Unidos; y por otra
parte, un escenario que algunos todavía sueñan, y es Daniel Ortega
recuperando la ideología sandinista y haciendo un gobierno de
izquierda, o por lo menos progresista, para restablecer su imagen ante
la historia. Pero cualquiera que haya seguido la trayectoria sinuosa
del personaje, pensará que esto último es improbable.
Como escribió hace
poco Ernesto Cardenal, el poeta y ex Ministro de Cultura de la
Revolución Sandinista:
"El FSLN de
Daniel Ortega no es el sandinismo, sino su traición. Votar por Daniel
es votar por Alemán Ellos tienen un pacto que no se ha disuelto. Por
ese pacto Daniel ha gobernado junto con Alemán. Ellos controlan la
Corte Suprema de Justicia, la Asamblea Nacional, la Contraloría, el
Ministerio Público, la Procuraduría de los Derechos Humanos y el
Consejo Supremo Electoral. A ese pacto se debe que Alemán, condenado
a 20 años, esté libre".
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