Nicaragua

Centenares de familias pobres nicaragüenses ocupan fincas en Villa Libertad 
al calor de la victoria sandinista en la urnas

"Por favor, que no empiecen las tomas de tierras", pide Daniel Ortega

Por Toni Cano
Enviado especial a Nicaragua
El Periódico, 20/11/06

Managua.- Villa Libertad ocupa el extremo oriental del plano de la capital de Nicaragua. Nadie, más que los vecinos, se acerca por aquí. Más allá, solo hay el cementerio Milagro de Dios. En medio, un páramo extenso, hasta ahora lleno de basura y animales muertos, culebras y alacranes. Ese es el terreno que el “toro revolucionario” que, al decir de la escritora Gioconda Belli, anida en el corazón del pueblo nicaragüense ha escogido para rascar el suelo y mirar de frente al Gobierno saliente y al futuro presidente, Daniel Ortega, con esperanza y con desafío. Centenares de familias, muchas de ellas encabezadas por madres solteras, han ocupado las tierras al calor de la victoria sandinista en las urnas. Machete en alto, claman: "Solo queremos un lugar donde vivir."

En cuatro días, el lugar ha cambiado de aspecto. La basura está quemada, amontonada y cubierta de tierra. Por doquier se divisan los cuatro palos de lo que podría ser una chabola. Alguna casi está completa, con paredes de cartón, láminas y telas; una, hasta con su porchecito. Parece aún un lugar desierto, pero las mujeres llegan corriendo de todos lados, rodeadas de niños, para trenzar docenas de historias como una sola voz. "Yo alquilo, yo trabajo sola, tengo cuatro monos, por eso estoy aquí". "Yo pago 400 pesos, no me queda más que para un poquito de arroz al día, tengo tres cipotitos".

Denuncia de un propietario

Un hombre mayor y una señora tratan de resumir la situación: "Nos metemos aquí porque no tenemos plata ni donde vivir. La mayoría de las familias están posando, o sea, alquilando, y no pueden pagar ya esas rentas". Dos de los propietarios de estos terrenos estarían dispuestos a negociar su venta con la alcaldía. El tercero ha denunciado la ocupación."Les decimos que nos den un terrenitos y que nosotros los pagamos en abonos suaves, pues, que no queremos robar", siguen los ocupantes. "Que nos den un pedacito de tierra". ¿Esto tiene que ver con la victoria de Ortega? Contestan con un no unánime.

Corre la voz de que, por la tarde, "van a llegar los antimotines". No les tienen miedo. Pero no quieren violencia. Una mujer explica: "Ya sacamos a los bebés y después a los niños pequeños, porque dijeron que iban a venir y nos iban a tirar bombas lacrimógenas". Otra sigue: "Pero aquí hay aún muchos niños, porque nos hacen compañía, no tenemos quien los cuide".

También hay muchas embarazadas, dicen sus compañeras: "Varias que andan en el último mes y les estamos cuidando un pedacito de terrenos para ellas". El terreno está ya dividido; trazado el nuevo pueblo. "Aquí estamos desde la noche del domingo, durmiendo en el suelo, entre cuatro palos", cuenta una anciana.

Docenas de voces se han unido a la explicación. "Es la primera vez que hacemos esto. Es que es mucha la necesidad". Sigue la crítica al mal gobierno: "No tenemos a nadie que nos ayude. Ni el presidente ha hecho nada por nosotros. Nuestro país está lleno de miseria, no tenemos donde vivir ni que darle a nuestros hijos". Un hombre dice: "Estos presidentes, aunque ya no tenían guerra, aún empobrecieron más el país. Solo vinieron a recetarse unos grandes salarios y cogerse el dinero público. Lo robaron todo". Otro: "El señor Bolaños dijo que nos arremangáramos para ir a trabajar, pero no nos ha dado trabajo y ahora estamos peor".

Llega otra mujer, muy joven. Las lágrimas no le cortan la voz firme y encachimbada, enfadada: "Aquí hay niños, hay gente necesitada. No somos vagos. Acabo de venir de dar de mamar a mi bebé, que tiene un mes. Yo tengo necesidad, tengo seis años de estar rodando, de estar alquilando, y hasta aquí, no más. Aquí estamos por pueblo, no estamos por partidos, ni por danielistas ni por nadie. Mire, no voté, nunca he votado, porque aquí todos han venido a destruir al pueblo, a dejarlo más jodido de lo que está. En vez de ayudarlo, en vez de sacarlo adelante, lo dejan ahí pateado. El rico se hace más rico y el pobre más pobre. Y dicen que van a mandarnos antimotines, a qué, a matarnos como perros. Somos un pueblo bien sufrido".

Petición de Ortega

"Por favor, que no empiecen las tomas de tierras", ha rogado Daniel Ortega. Pero la toma y la demanda estallan en Villa Libertad: "El nuevo presidente ha dicho que paz. A ver, que comience, que no haga como en el 80, piñatear [robar] para su bolsillo, que dé cuenta del dinero que tiene en un banco de Suiza." "Daniel dijo que iba a levantar una lista de las familias que necesitaban hogares. Que venga a levantar la lista ahora, que cuente desde ahora."

En el pueblo nicaragüense palpita un corazón revolucionario: "Nosotros no nos movemos de aquí, nadie."