Perú

Ollanta Humala, el "antisistema" capitulador

Por César Zelada
La Haine, 17/12/06

Parece que el líder del neonacionalismo peruano, aupado por toda la socialdemocracia del continente y de España, ha comenzado a asustarse del movimiento de masas que ha conjurado, como el aprendiz de brujo de la famosa obra de Goethe

Muchas eran las expectativas de los trabajadores andinos en el neonacionalismo peruano que pregona Ollanta Humala. Por esta razón, el imperialismo y la derecha cerraron filas para evitar que se elija como presidente a un 'Chávez' en la tierra de Tupac Amaru. En verdad, lo que Washington teme no es a Ollanta Humala, sino a las fuerzas de clase que están tras él.

Sin embargo, después de dos meses del ballotage, el líder que emula a Velasco Alvarado (quien expropió a las transnacionales en los 70s) y obtuvo el 47% de votos para cambiar radicalmente la sociedad liberal, parece terminar conciliando con el sistema que él dice enfrentar. Esto debido a su improvisación, método vertical para construir el partido y su indefinición política.

La crisis del neonacionalismo

Es así como se entiende la salida de Carlos Torres Caro, ex fujimorista, ex candidato a vicepresidente y actual congresista, aduciendo que Ollanta quiere una unidad con la vieja izquierda (a pesar de todas las advertencias, Ollanta Humala no solo lo mantuvo como candidato en la plancha presidencial e integrante de la lista parlamentaria, sino que incluso se ofreció como garante de su honestidad y coherencia). Esto generó la primera crisis política del neonacionalismo que expresa el problema estructural del proyecto del 'humalismo': la improvisación.

El partido de gobierno recibió con beneplácito a Torres Caro y alentó el transfuguismo en las filas nacionalistas logrando la renuncia de otros dos electos parlamentarios de UPP–PNP.

Luego vendría la ruptura de la alianza electoral del Partido Nacionalista Peruano con Unión Por el Perú (partido burgués fundado por Pérez de Cuellar, ex embajador de la ONU). Esta división respondería a las diferencias políticas 'radicales' con Ollanta así como al afán protagonista de Aldo Estrada, líder de UPP. 'Con aires de suficiencia, el presidente de UPP, Aldo Estrada, aseguró que su partido se está preparado para afrontar con éxito, y de manera independiente, las próximas elecciones municipales y regionales de noviembre próximo', redacta el diario La Republica, 10 de Julio del 2006.

Lo increíble es que aún después de la ruptura política, los problemas orgánicos no tienen cuando acabar. Alvaro Gutiérrez, empresario de la sierra central y ex vocero del nacionalismo, suele posar para las cámaras periodísticas junto al presidente Alan García, enemigo de Ollanta. Con motivo de las elecciones municipales de noviembre, declaró, 'Por el bien de todos los limeños, les pido que no apoyen esa candidatura, porque Gonzalo García es un personaje que sólo está con Ollanta por la coyuntura y al igual que Carlos Tapia se aprovechan del líder del nacionalismo para sus intereses personales. Así trabajan los integrantes de la izquierda', (diario Perú 21, 13–09–06).

A este problema de la improvisación, hay que sumar la forma autoritaria como quiere construir su organización política. Ya antes de las elecciones congresales de abril, las bases nacionalistas tomaron varios locales en protesta por la forma vertical como Ollanta elegía los candidatos. Luego, Humala, declaró que iba a respetar la decisión desde abajo. Sin embargo, mucho ruido y pocas nueces. Esto produjo una gran desazón entre las bases partidarias que tenían expectativas en que no se vuela a repetir el plato para las elecciones municipales de fin de año. Pero, lamentablemente, el líder nacionalista perseveró en el error.

Es así como ahora las bases nacionalistas están fraccionadas en los diversos departamentos del país. Solo en la ciudad sureña de Arequipa existen tres grupos: Frente Nacionalista, Patria Libre y el que se reclama la verdadera base nacionalista. Lo cierto es que el candidato del humalismo para las elecciones es un ex fujimorista. Una figura similar se repite en varios departamentos del país.

En Lima, capital del Perú, las bases declaran, 'Estos documentos fueron presentados al CEN, pero Roberto Rodríguez Rabanal y Gonzalo García (candidato a la alcaldía de Lima), no respetaron la voluntad de las bases y se inscribió la lista con un militante de Perú Posible como candidato a la alcaldía: José Luis Fernández Valle', (La Republica, 13–09–06).

La indefinición política de Ollanta

Además, esta el problema de las indefiniciones políticas de Ollanta. Antes de la segunda vuelta electoral, el líder de 'la lucha contra la oligarquía' denunció que se tejía un fraude contra su candidatura.

Anteriormente, Lourdes Flores, candidata del conservadurismo, también había denunciado un fraude en su contra por parte del Partido Aprista Peruano.

Lo más probable es que la CIA en alianza con la derecha echó una mano para garantizar la elección de Alan García y derrotar al candidato del chavismo así como han hecho con Calderón en México. Sin embargo, Ollanta Humala, por aparecer ante la clase empresarial como el hombre de la gobernabilidad liberal, solo se limitó a dar declaraciones y nunca apeló a la movilización de las masas peruanas para derrotar el fraude electoral. Talvez si hubiera seguido el camino de López Obrador otra sería la realidad política.

Luego de que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), declaró como ganador ha Alan García, felipillo de Bush; Ollanta también se proclamó ganador por los 47% de votos obtenidos e invocó a los trabajadores a luchar contra el nuevo ejecutivo presidencial si firmaba el Tratado de Libre Comercio (TLC).

Una vez que Alan García ratificara la firma del TLC con el imperialismo norteamericano, las organizaciones sociales integrantes de la Coordinadora de Lucha contra el TLC convocaron una serie de movilizaciones sociales para Julio y Agosto en las que Ollanta Humala brilló por su ausencia.

Además, la propuesta que hiciera Ollanta a la izquierda peruana, de conformar un Frente Nacionalista Democrático y Popular para enfrentar las medidas neoliberales de la nueva administración así como ganar las elecciones de noviembre no se ha concretizado. En la práctica, el líder del neonacionalismo a preferido hacer alianzas con lideres regionales independientes sin base social militante (algunos vienen del fujimorismo o toledismo), que con la izquierda tradicional que tiene mas convocatoria de masas como la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (SUTEP).

En realidad, parece que el líder del neonacionalismo peruano ha comenzado a asustarse del movimiento de masas que ha conjurado, como el aprendiz de brujo de la famosa obra de Goethe.

Es por esta razón que cuando se realizó un levantamiento campesino en Combayo, Cajamarca (al norte del país), en el mes de agosto, contra la transnacional minera más importante en explotación de oro en toda Latinoamérica, por la contaminación ambiental y el asesinato de su líder Isidro Llanos; Ollanta Humala y el PNP no movieron un dedo para apoyar la lucha social. De esta manera, perdieron la oportunidad de convertir esta lucha reivindicativa en crisis política del gobierno planteando la interpelación del premier Jorge del Castillo por el asesinato del campesino y por haber descubierto un arsenal militar en las instalaciones de la empresa Newmont Cooper Coorporation.

Entrampado en un caso de derechos humanos

En vez de hacer política contra el oficialismo, Ollanta parece entrampado en un caso de DDHH que la burguesía denunció a comienzos de año para tratar de restarle apoyo popular en los sectores clasemedieros.

La semana pasada, la jueza del Cuarto Juzgado Supraprovincial, Miluska Cano (la misma que no hace mucho decidió no abrir proceso al Dr. Alan García por la matanza de Cayara, ocurrida en la anterior administración del actual mandatario y que segó la vida de casi 40 campesinos en una comunidad cordillerana), abrió procesó y prohibió salir del país a Humala por la supuesta desaparición y homicidio de dos habitantes de Madre Mía y las lesiones infringidas a otro.

'El líder nacionalista Ollanta Humala acusó al Gobierno de manejar al Poder Judicial en el proceso que se le sigue por supuestas violaciones a los derechos humanos cuando comandó una base antiterrorista en Madre Mía', (diario Peru21, 13–09–06).

Para Humala, la apertura del proceso judicial responde a los deseos del Gobierno de Alan García de evitar que haga oposición política y campaña por el Partido Nacionalista en los comicios municipales y regionales de noviembre próximo.

Agregó que no existen garantías para un juicio justo por el caso de corrupción del vocal Eduardo Palacios Villar.

Esto demuestra claramente que la elite gobernante peruana esta decidida ha sacar de la arena política a Humala. No por lo que el representa sino por el proceso revolucionario latino en el que se encuentra inmerso la tierra de Tupac Amaru y que en cualquier momento puede desembocar en un estallido social. La campaña de la derecha tiene el objetivo de dejar 'sin voz' a los trabajadores peruanos que reclaman la nacionalización de los recursos naturales.

Alan García sin oposición

Así las cosas, el gobierno del aprismo proimperialista, ha salido a la ofensiva elaborando la agenda política. La primera medida de austeridad logra ahorrar cerca de 100 millones de soles aproximadamente. Además, ha lanzado un plan de alfabetización, de Sierra Exportadora para industrializar el agro, que ha caído bien en algunos sectores populares de la capital y el norte del país (donde obtuvo su mayor votación).

De igual manera, Alan García, ante la violación de niños y el problema de la seguridad ciudadana, ha planteado la pena de muerte para estos monstruos de la sociedad de las tinieblas capitalista.

Por oro lado, ha impulsado un TLC con Chile a la misma vez que la reintegración de este en la Comunidad Andina de Naciones (CAN), así como el afianzamiento del frente antichavista con Uribe en Colombia, Duarte en Paraguay, etc.

Durante todo este proceso postelectoral, la única vez que se le escuchó a Humala fue cuando utilizó el recinto del parlamento para denunciar que el gobierno lo quiere meter preso por un delito que no ha cometido.

Una perspectiva política oscura para el neonacionalismo Así las cosas, lo más probable es que el APRA se afirme como la primera fuerza política nacional. No necesariamente porque los presidentes regionales apristas hayan efectuado buenas gestiones (varios de ellos han sido denunciados por malversación de fondos y despotismo), sino más bien por la crisis política–orgánica del neonacionalismo que desenmascara su rol conciliador e incapaz de enfrentar al gobierno con propuestas claras.

Esto lo ha 'entendido' Carlos Tapia, vocero del nacionalismo, quien ha declarado que el objetivo es ganar 5 regiones en las próximas lides electorales. Para lograr esta tarea, el PNP se ha acercado a algunos independientes y a dirigentes regionales del Partido Socialista. Aún así no es seguro que puedan lograr sus objetivos. Tal vez Hugo Chávez se equivocó al creer en este líder nacionalista.

Por lo tanto, la única oposición que se perfila es la social, que se expresará en movimientos sociales como el de los Frentes Regionales del Sur que han llamado a una movilización nacional para este 20 de septiembre contra el TLC con Estados Unidos. Esta es la misma oposición sin liderazgo que puede hacer más explosiva la acción de los trabajadores que votaron por Humala creyendo que este lucharía hasta el final por transformar la sociedad.