Mano
blanda contra un paro patronal de camioneros, pero represión
brutal contra los estudiantes
Las
dos caras del gobierno
Por
Ernesto Carmona
Bolpress,
06/06/08
El
gobierno de Michelle Bachelet se muestra blando con un paro
patronal indefinido de camioneros que hace más de dos días
obstruye la circulación de vehículos en las autopistas públicas
y privadas del país, mientras las Fuerzas Especiales de
Carabineros reprimía nuevamente el miércoles a miles de
estudiantes que intentaron manifestar en el centro de la
capital, en apoyo a sus demandas contra la educación pública
con fines de lucro.
Mientras
la fuerza policial reprimía el miércoles a los jóvenes
que intentaban tomarse la principal arteria de Santiago, los
camioneros completaban dos días obstruyendo impunemente las
principales autopistas del país. Los estudiantes reciben
palos, en tanto algunos policías colaboraban con los dueños
del transporte para mantener el "orden vial",
mientras estos apedreaban, detenían y, en un gesto típicamente
facistoide, obligaban a plegarse a su manifestación a las máquinas
que se atrevieron a movilizar carga.
Las
Fuerzas Especiales de Carabineros actuaron automáticamente
en la Av. Alameda de Santiago, bajo una intensa lluvia,
contra una manifestación convocada por el Colegio de
Profesores, con participación de estudiantes secundarios y
universitarios, deudores hipotecarios de Andha Chile y la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Simultáneamente,
cientos de vehículos de gran tonelaje permanecen
amontonados en las autopistas, permitiendo la circulación
por un solo canal, con tráfico lento y colas interminables
a lo largo del país. Los dueños de camiones exigen que el
gobierno rebaje el precio de los combustibles, mientras los
estudiantes y profesores manifiestan contra una nueva Ley
General de Educación que estiman no mejorará la calidad de
la cuestionada educación pública.
Todo
esto ocurre a escasas horas del entierro del director de
Carabineros, general Alejandro Bernales, fallecido el jueves
29 de mayo junto a otras 11 personas en un accidente de
helicóptero en Panamá. El gobierno y los medios de
comunicación convirtieron al difunto Bernales en una suerte
de mártir del deber y el patriotismo, en un exagerado show
mediático de casi una semana. Uno de los pocos sectores que
no enviaron condolencias por este deceso fueron las
organizaciones mapuches que viven como en Palestina, con su
territorio ancestral prácticamente ocupado por fuerzas de
Carabineros.
Debilidad
gubernamental
El
gobierno intentó aplacar a los camioneros anunciando una
inyección de mil millones de dólares a un fondo de
estabilización del precio de los combustibles, pero los
empresarios no levantaron su manifestación iniciada a la
medianoche del lunes. Los camioneros presionan por la
eliminación de un impuesto que grava en Chile a los
combustibles derivados del petróleo.
El
líder de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones,
Juan Araya, decidió extender indefinidamente el paro más
allá de la medianoche de este miércoles, que era el plazo
inicial de 48 horas, acatando la presión de los enardecidos
camioneros. El paro está contribuyendo al aumento de los
precios de los alimentos, los mercados de Santiago comienzan
a exhibir escasez de abastecimientos y en algunos sectores
de, país comienza a acabarse la gasolina, que tampoco puede
transportarse. La prepopotencia de los camioneros deja en
evidencia la debilidad del gobierno de Michelle Bachelet
respecto al lumpen empresarial de los transportistas, en
contraste con la mano dura contra los estudiantes que
reclaman reformas, los mapuches que aspiran a sus tierras e
incluso los cinematografistas que registran estas luchas,
como le ocurre a la documentalista Elena Varela, quien se
encuentra presa desde el 7 de mayo.
La
prensa local informó que "los dirigentes de
asociaciones gremiales de la Región de Coquimbo a Los
Lagos, decidieron mantener de manera indefinida la
movilización en protesta por el alza en los precios del
petróleo", citando al portavoz de los dueños de
camiones, Javier Lazcano. "Las razones es que no
tenemos ningún comunicado oficial, algo que sea concreto y
claro, para que nosotros podamos desistir del paro",
dijo un desafiante Lazcano.
La
Ley General de Educación
Según
el Colegio de Profesores, el paro contra la Ley General de
Educación (LGE) tuvo un 90% de adhesión. La nueva ley es
una iniciativa del gobierno que modificaría la Ley Orgánica
Constitucional de Educación (LOCE), una creación de última
hora de la dictadura de Pinochet antes de abandonar el poder
en marzo de 1990, pero dejaría intacto "el fin de
lucro", que fue la piedra angular de la llamada
"revolución pingüina", un prolongado conflicto
estudiantil contra la LOCE que puso en jaque al gobierno de
Bachelet a mediados de 2006. Para Jaime Gajardo, presidente
del Colegio de Profesores, los manifestantes buscan que el
sistema educativo garantice "que cualquier niño tenga
una educación de calidad y gratuita".
La
nueva ley está siendo aprobada aceleradamente en el
parlamento, donde el martes avanzó en la comisión de
Hacienda de la Cámara de Diputados. "Nosotros hablamos
de más de un 90% de adhesión al paro (...) hay una gran
convocatoria, un gran respaldo y podemos decir que éxito
total es esta convocatoria del magisterio", dijo
Gajardo a La Segunda. La intensa lluvia que cae sobre
Santiago no impidió que los estudiantes salieran a las
calles a apoyar a los profesores.
"El
gran propósito es tener mejor educación de calidad para
los niños y jóvenes del país. Hay un gran espíritu de
entrega de este magisterio de ponerse en la cabeza de un
movimiento de defensa de la educación pública", agregó
Gajardo a una radio emisora. Respecto a los "desórdenes
públicos", donde la represión del Estado contrastó
con la impunidad del paro de camioneros que obstruye las
principales carreteras públicas del país, el dirigente
dijo que "no tendría que haber dificultades, nosotros
nos haremos responsables de nuestros actos; nos vamos a
centrar en nuestras demandas".
El
último paro de camioneros en Chile, financiado notoriamente
por EEUU, contribuyó de manera decisiva a la
desestabilización del gobierno de Salvador Allende en los
meses previos al golpe militar de 1973. La desfachatez de
esta nueva versión del paro de los camioneros, resulta
demasiado parecida a la movilización patronal de
agricultores, con la reciente adhesión de dueños de
camiones, que afecta al gobierno de Cristina Kirchner en
Argentina y a otras manifestaciones de subversión
empresarial en América Latina.
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