Represión,
la respuesta de Bachelet a los estudiantes
Por
Eduardo Andrade Bone
Agencia Indoamericana de Prensa, 26/06/08
Los
aparatos represivos del Estado chileno han procedido a
detener a más de 50 estudiantes que marchaban en rechazo al
nuevo engendro legal de educación en los últimos días, y
que fuera aprobada en un contubernio entre los
parlamentarios de la Concertación y el pinochetismo
representado por la UDI y RN, herederos políticos de la
dictadura.
El nuevo
marco legal de educación presentado por la presidenta
Bachelet al parlamento, es un cambio cosmético a la ley de
educación (LOCE) heredada de la dictadura, la que busca
perpetuar la institucionalidad pinochetista en materia de
educación. La LGE presentado por el gobierno fue
consensuada además con el pinochetismo a espaldas de los
profesores, estudiantes, padres y apoderados y de la
comunidad educacional chilena.
Más de 4
mil estudiantes marcharon el miércoles último, en rechazo
a la LGE que privilegia la mercantilización y el lucro en
torno de la educación, en perjuicio de la educación pública
y el derecho a una enseñanza efectiva y de calidad. Pero no
solo eso, el nuevo proyecto educacional contribuye a
profundizar la desigualdad del sistema, generando una
educación para ricos y otra para pobres.
En otras
palabras la nueva ley de educación, no es otra cosa que un
sistema educacional al servicio del mercado, de su
comercialización y del esquema económico neoliberal
imperante en el país del cono sur. En donde una mafia
procedente de parte de la Concertación, la Alianza por
Chile y otras entidades que están metidos en el negocio de
la educación, se benefician en gran parte de los subsidios
que entrega el Estado chileno para tales efecto, o sea, el
60% de los recursos estatales van a parar a escuelas
particulares y privadas, cuyos gerentes se enriquecen con
los recursos económicos públicos para educación. Lo que
tampoco ha significado un mejoramiento cualitativo de ésta,
muy por el contrario, pues el sistema educacional chileno
reproduce semi analfabetos y profesionales de baja calidad
que no se encuentran al nivel de los profesionales de los países
más desarrollados.
Los
estudiantes secundarios y universitarios, desde hace varias
semanas vienen desarrollando una serie de manifestaciones
contra la LOCE y la nueva LGE, el miércoles último habían
comenzado una marcha pacifica cuyo objetivo central era la
entrega de una carta a la primera mandataria, en donde dejan
claramente establecido su propuesta educacional para el país
y el porque de su rechazo a los dos engendros legales de
educación, el de la dictadura y el de la presidenta
Bachelet.
Ahora la única
respuesta que han encontrado los estudiantes hasta ahora, ha
sido la represión premeditada de la policía militarizada
chilena, que ya en dos oportunidades ha pretendido
amedrentar a los estudiantes con el uso de armas de fuego.
En la primera oportunidad un oficial de la policía
uniformada utilizo su arma de servicio disparando al aire
para dispersar a los estudiantes. Luego otro funcionario
policial amenazo a los estudiantes con disparos como una
forma de amedrentamiento. Al margen de eso, la policía
militarizada suele utilizar personal de civil disfrazado de
reporteros gráficos para detener estudiantes, también
suele utilizar delincuentes encapuchados para iniciar las
provocaciones en contra de los estudiantes.
Cabe
agregar además que un número significativo de
parlamentarios de la coalición de gobierno ha rechazado la
falta de pluralismo, debate e información sobre un proyecto
de ley que es de interés nacional y que afecta directamente
al estudiantado nacional y toda la comunidad educativa
chilena. Sin embargo hasta ahora, el cogobierno de la
Concertación y la Alianza por Chile, solo han privilegiado
los interese de los empresarios de la educación.
La mentada
democracia, inclusión y participación de la primera
mandataria, no fue más que un cliché demagógico electoral
que le sirviera para alcanzar la primera magistratura de la
nación. Hasta ahora la administración Bachelet, ha sido
darle continuidad a toda la política económica de la
dictadura y a consolidar la Constitución del 80 heredada
del régimen militar, vigente hasta ahora con algunos
cambios cosméticos. El actual marco legal de la dictadura
margina a alrededor del 15% del electorado de representación
parlamentaria y impide la realización de consultas,
plebiscito o referéndum, sobre materias que sean de interés
nacional y que afecten al conjunto de los chilenos. Es más,
los chilenos y aquellos que ejercen su derecho a voto, hasta
el momento no conocen y no tienen idea en que consiste la
LGE de la presidenta Bachelet, en este plano la ciudadanía
carece de información y no puede establecer un juicio de lo
positivo y negativo que pueda tener la ley.
Los
gobiernos de la Concertación y el de Bachelet, en términos
prácticos han estado al servicio de los intereses de los
grandes empresarios, las trasnacionales y la oligarquía
económica y financiera nacional. A la clase trabajadora, al
pueblo chileno solo se le ha aplicado la política de los
mendrugos y de los paliativos, no de soluciones reales de
fondo, en donde el tema de la educación no ha sido una
excepción, pues la educación pública vía administración
municipalizada, viene hacer el pariente pobre de los
beneficios estatales, a pesar de los “grandes éxitos”
de la economía” chilena.
Mientras
tanto, el Colegio de Profesores continúa la recolección de
un millón de firmas contra la LGE y prepara nuevas
movilizaciones para la próxima semana a partir de los
acuerdos que salgan de su Asamblea Nacional Extraordinaria.
Los estudiantes secundarios y universitarios ha resuelto
realizar una “consulta nacional” en torno de la nueva
LGE.
Finalmente
cabe destacar que un estudio realizado recientemente por Luís
Gajardo, de la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad Central señala que el 72% de los profesores
respalda el movimiento "pingüino" y un 66% cree
que la movilización estudiantil contribuye a resolver los
problemas en materia de educación. Los profesores en un 68%
se declaran decepcionados con la situación política del país,
el 62% además se expresa disconforme con la marcha económica
del país. La importancia que reviste la opinión del
profesorado en este estudio, tiene un carácter de mayor
trascendencia, pues el profesorado nacional proviene de
diversos estratos sociales.
El
pesimismo de los profesores está inserto en la propia
historia del magisterio: en la eliminación de las escuelas
normales que jugaban un papel decisivo en la identidad, el
sello y la motivación de estos profesionales; en el
desprendimiento del Instituto Pedagógico de la Universidad
de Chile; en la municipalización –que les cambio el
estatus de funcionarios del Estado a municipales– y
"en el desencanto de la reforma educacional de los
’90 que los definió como actores principales del proceso,
para luego proporcionarles escasos o nulos niveles de
participación", señala el estudio.
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