Estados
Unidos impulsa movimientos separatistas en la región
Tras
la balcanización de América Latina
Por
Decio Machado
Diagonal / Rebelión, 01/07/08
Después de
los referéndums autonomistas en Santa Cruz, Beni y Pando en
Bolivia, ha quedado abierta una puerta hacia un proyecto de
balcanización en América Latina que deja muchos
interrogantes para el futuro de la región
El reclamo
autonómico de los prefectos de la llamada ‘medialuna’
boliviana (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), que pretende
socavar el poder del presidente Evo Morales, está sentando
precedentes peligrosos en el resto de América Latina. De
esta manera, el eje conformado por Santa Cruz (Bolivia),
Zulia (Venezuela) y Guayaquil (Ecuador), intenta quebrar el
proceso de integración regional. La particularidad de este
eje autonomista es que las mismas regiones son bastiones
fuertes de la oposición a los presidentes Morales, Chávez
y Correa respectivamente. Asimismo, poseen ingentes recursos
naturales (petróleo y gas) y representan una parte
importante del PIB de sus respectivos países.
Según
declara a Diagonal Rigoberto Martínez, investigador
asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales, “todo este movimiento es una estructuración de
un conjunto de instituciones que propician el libre comercio
en regiones ricas, promocionando las autonomías como una
simple estrategia de desestabilización de gobiernos
progresistas y planteando el control de las oligarquías
locales sobre sus recursos naturales”.
Zulia,
Estado petróleo
Desde el
siglo XIX alrededor del Zulia ronda la idea del separatismo.
Hoy, a pesar de que el país es una republica única e
indivisible, los planes secesionistas, impulsados por las
elites opositoras, parecen retomar posición en el tapete
político nacional.
El
presidente Hugo Chávez denunciaba ante los medios de
comunicación el pasado 30 de mayo : “Zulia es tierra de
petróleo, de pueblo alegre y dicharachero. Pero al mismo
tiempo hay que recordar que más allá de toda esa belleza
geográfica, histórica y cultural que reúne, aquí está
el epicentro del plan separatista contra Venezuela, y ese
plan se expande ahora hacia Táchira y Mérida”, y proseguía
: “Tomando el ejemplo de Bolivia, los opositores a la
revolución bolivariana han ideado un plan divisionista que
se expande ahora hacia el Estado Apure, en lo que ellos han
llamado el arco, la media luna venezolana”.
Según el
mandatario venezolano, la intención separatista va a
intentar ser puesta en marcha en caso de que la oposición
obtenga gobiernos regionales “estratégicos” en las
elecciones del próximo noviembre.
El
gas secesionista de Bolivia
A pesar de
lo que ocurre en Venezuela, es en Bolivia donde los sectores
autonomistas están más empoderados. El pasado 4 de mayo se
realizó en Santa Cruz la primera consulta autonómica. A
pesar del triunfo del ‘sí’, es necesario recordar que
dicho referéndum fue convocado fuera de los canales que
estipula la Constitución del Estado y que no gozó del aval
de la Corte Nacional Electoral boliviana ni de los exigidos
controles electorales. De igual manera, el 1 de junio también
se desarrollaron referéndum en Beni y Pando, con objetivo
de convalidar los estatutos redactados por sus
correspondientes comités cívicos locales. Representantes
de la oligarquía cruceña, como el presidente del Comité Cívico
Pro Santa Cruz, Branco Marinkovic, viajaron a estas regiones
para respaldar la “causa autonómica”.
Durante las
votaciones llevadas a cabo en Beni y Pando, se sucedieron
fuertes disturbios con varios heridos en algunas localidades
de estos departamentos. En estos sucesos fue asesinado
Carlos Ali, simpatizante del MAS y opositor a las consultas
autonómicas. La víctima murió por ocho disparos de bala.
Los enfrentamientos se dieron entre opositores al referéndum
con el grupo de choque Unión Juvenil Cruceñista. Esta
organización recorrió las calles armada para amedrentar a
la población. La propuesta secesionista del Comité Cívico
de Santa Cruz no tiene discusión : “Serán de dominio
originario del Departamento, la región o la nación que le
corresponda, todos los recursos naturales que contengan el
suelo y el subsuelo. Toda la concesión de los mismos a
empresas nacionales o extranjeras deberá ser aprobada,
previamente, por las instancias legislativas y ejecutivas a
nivel departamental o regional”.
Según
Ramiro Vinueza, director del periódico ecuatoriano Opción,
vinculado al Movimiento Popular Democrático, “este
regionalismo y localismo reaccionario está exacerbado por
los intereses del capital financiero internacional y las
transnacionales del petróleo, que pretenden sustituir el
supuesto centralismo establecido desde la capital boliviana,
por la sumisión al centralismo de las grandes
transnacionales, los separatistas pretenden negociar con éstas
la entrega de los inmensos recursos naturales que posee esta
región, de los cuales recibirán miserables privilegios,
pero que les asegura su posición dominante frente a los
pueblos pobres y explotados”.
Guayaquil,
capital opositora
A primeros
de mayo, el embajador boliviano en Quito, Javier Zárate,
denunció que grupos opositores están coordinando en
Ecuador y Venezuela referendos autonómicos como los
organizados en Bolivia. Según declaró a DIAGONAL el
mandatario ecuatoriano Rafael Correa : “Lo que está
ocurriendo en Bolivia no es una acción aislada, tiene el
soporte de países extranjeros, que quieren desestabilizar
la región ; y de las elites separatistas de Guayaquil y de
Zulia en Venezuela”. Guayaquil es considerada la ciudad más
próspera y poblada del Ecuador, bastión de la derecha que
se opone a Correa y cuyo alcalde Jaime Nebot, se referencia
ante la ciudadanía guayaquileña por su proyecto de
regeneración urbana y la privatización de la administración
pública municipal. Su proyecto autonómico es un plan económico,
político y social de carácter local y no nacional :
intenta convertir a Guayaquil en una plataforma de exportación
de bienes y servicios, sin pasar por el Estado central.
En la
actualidad, Nebot intenta pactar con los 25 alcaldes
existentes en la provincia del Guayas la formalización de
un proyecto autonómico de corte separatista, que pudiera
extenderse a través de la costa ecuatoriana, incluyendo
entre sus objetivos la colindante provincia de Manabí, cuya
segunda ciudad más importante es Manta. En esta ciudad se
ubica la base norteamericana más importante del continente,
que será desmantelada a finales del año que viene, según
indicaciones del presidente Rafael Correa, y cuya única
posibilidad de subsistencia sería a través de una proceso
secesionista o bien por el derrocamiento del régimen.
¿Quién
financia el separatismo?
Bolivia
supone un buen ejemplo. La abogada
venezolana–estadounidense Eva Golinger demostró
documentalmente hace apenas un mes, que el Gobierno de los
EE UU ha transferido 120 millones de dólares a la oposición
desde 2005.
El Gobierno
estadounidense ha utilizado a la National Endowment for
Democracy (NED) y a la Agencia Estadounidense para el
Desarrollo Internacional (USAID), entre otros organismos,
para financiar a la oposición a Evo, incluso momentos antes
de su ascenso. La argumentación fue la de destinar fondos a
la lucha contra el narcotráfico. Este reparto de millones
se desarrolló entre organizaciones de todo tipo, incluyendo
estudiantiles, periodistas y empresas mediáticas, partidos
políticos, empresariado y otros. El objetivo era preciso :
provocar el fracaso de la Asamblea Constituyente. Los
medios, amplios : fuerzas de choque, enfrentamientos,
movimientos por las autonomías, paros “cívicos”,
movilizaciones permanentes en las siete regiones del país,
“violencia callejera”, hasta llamamientos para derrocar
al Gobierno. Todo esto es palpable en la mayoría de los
medios de comunicación masiva, en manos de la derecha, y
activos protagonistas políticos de la disidencia, que
impulsan un enfrentamiento interno y una intervención
externa.
Durante
2007 incluso se produjeron atentados con dinamita contra el
consulado de Venezuela y una residencia de médicos cubanos
en Santa Cruz, sin olvidar el intento de atacar a un avión
venezolano en el aeropuerto de esa ciudad. Entre otros
graves hechos, destacó una serie de atentados realizados
por una pareja de estadounidenses y la detención de una
funcionaria de EE UU que traía cajas de municiones para su
‘sede’ diplomática, según explicación oficial de la
Embajada de los EE UU. Durante el mes de abril, previo al
referéndum, EE UU posicionó en diversas regiones de
Bolivia a la USAID a través de la empresa Casals &
Associates para entregar 13,3 millones de dólares a 379
organizaciones de la “sociedad civil”, partidos
opositores y proyectos separatistas.
Confilar:
un proyecto secesionista en un continente en transformación
La
Confederación Internacional por la Libertad y la Autonomía
Regional (Confilar) fue creada el 19 de septiembre de 2006
en Guayaquil (Ecuador), y tiene como misión, según recoge
su acta fundacional, “impulsar y difundir en Latinoamérica
y el mundo el ideario de libertad y autonomía mediante
foros, cursos, talleres, seminarios, conferencias y otros
medios de difusión”. Se definió explícitamente que esta
Confederación brinde total apoyo a los cuatro departamentos
“autonómicos” bolivianos (Santa Cruz, Tarija, Beni y
Pando). La iniciativa del evento provino de Alberto
Mansueti, vicepresidente del Movimiento Rumbo Propio para el
Zulia, y director presidente de la Conferencia Liberal
Hispanoamericana. En este evento se eligió como presidente
de la Confilar a Carlos Dabdoub, ex candidato a la
vicepresidencia de Bolivia y secretario departamental de
Autonomía y Constituyente del Gobierno de Santa Cruz. También
fue nombrado José Luis Tapia como secretario general. Tapia
es miembro del Instituto de Libre Empresa y director
ejecutivo de la Conferencia Liberal Hispanoamericana, recibe
donaciones en una cuenta bancaria en Georgia, Estados
Unidos, y cuenta entre sus “asesores académicos” con
dos conocidos ideólogos de la derecha latinoamericana como
Carlos Alberto Montaner, buscado por actividades terroristas
en Cuba, y Álvaro Vargas Llosa, director del Centro de
Prosperidad Global del Independent Institute de EE UU.
Firmaron su creación organizaciones de Bolivia, Ecuador,
Guatemala, Perú y Venezuela, y acordaron hacer su segundo
foro en Santa Cruz, el cual se realizó en septiembre de
2007. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció en
su enlace radial del pasado 3 de mayo que esta Confederación
es promotora de “intentos separatistas” en Bolivia, y
mencionó que estas acciones son apoyadas por elites de
Guayaquil y de Zulia, en Venezuela. Agregó a su vez que
intereses internacionales “están financiando estos grupos
para crear problemas a gobiernos progresistas, y una
balcanización en América Latina”.
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