México

El pueblo trabajador y oprimido no tiene por quien
votar el 5 de julio

Declaración de la Liga de Unidad Socialista (LUS)
Unidad Socialista, junio 2009

Los trabajadores, nuestras familias, en las ciudades y en el campo, estaremos de nuevo ante los comicios electorales intermedios del próximo 5 de julio, sin tener representaciones políticas (candidaturas) que defiendan nuestras causas y luchen para conseguir los objetivos gremiales, nacionales e históricos que la profunda crisis que atravesamos plantea al pueblo de México para superar su catastrófica situación actual.

Sistema de partidos corrupto y vendido

Ningún partido "registrado", ningún sindicato, ninguna organización de trabajadores ha levantado el programa de emergencia que exige la situación de crisis actual contra el desempleo, por un aumento general de salarios, contra el pago de la deuda externa y del Fobaproa, por un plan de obras públicas para la construcción de clínicas, escuelas, guarderías y hospitales, por la renacionalización de PEMEX, por la no privatización de la CFE y de LyFC, por la democracia y la independencia sindicales, por la protección del medio ambiente, de los ríos, de las selvas y bosques, por la educación popular, gratuita, laica y científica en todos los niveles, por la legalización del aborto para que sean las mujeres las que decidan sobre su cuerpo, por la libertad de los presos políticos y la presentación de los desaparecidos.

Los tres partidos gobernantes principales, el PAN, el PRI y el PRD, son semejantes en sus trayectorias de corrupción, de cinismo, de acuerdos y complicidad con los poderes de los capitalistas nacionales e imperialistas: en la industria, en los lucrativos negocios del campo, en el comercio, en los medios de comunicación, en todos los rubros de la economía de los grandes negocios. Son cómplices serviles de quienes han sido los verdaderos causantes de la terrible crisis actual que atravesamos y cuya intención es que sea el pueblo el que pague por ella.

Y el IFE, el ostentoso y caro aparato que los nutre con presupuestos mil millonarios, se ha convertido en el escenario del fraude electoral que los envuelve a todos ellos, tal y como se demostró de modo palpable en las elecciones presidenciales de 2006. Hoy el IFE está cosechando todo el desprestigio que produjo sus trapacerías de ese año, quitándole toda legitimidad.

Los escándalos constantes que muestran al desnudo la desfachatez, las transas y las tendencias represivas de los gobernantes federales y estatales se multiplican. Sean del PAN, del PRI o del PRD los protagonistas de los grandes escándalos, todos ellos se burlan, engañan y medran a costa de los sufrimientos y miserias del pueblo trabajador y oprimido. Precisamente un mes antes de los comicios, el 5 de junio pasado, el incendio de la guardería ABC en Hermosillo, Sonora, subrogada por el IMSS a familiares de altos funcionarios, incluido el gobernador y la esposa de Calderón, y en donde murieron cerca de 50 infantes y niños y otros tantos siguen heridos, ha conmocionado al país mostrando la irresponsabilidad criminal de las autoridades federales, estatales y municipales, exhibiendo su cinismo, su corrupción, su importamadrismo, su complicidad encubridora y su absoluto desprecio por el sufrimiento y el dolor del pueblo.

El curso militarista

El curso del gobierno derechista de Calderón no podía sino confiar en el ejército y las fuerzas policíacas, o sea en la represión desnuda, ante su carencia de legitimidad por el fraude de julio de 2006. El combate al narcotráfico se convirtió en su "programa" de gobierno. En un país en donde ha cundido el desempleo, el hambre y la miseria, el gobierno de Calderón sólo ofrece acabar con el crimen organizado que se alimenta y fortalece en medio de la situación de crisis social y económica. La derecha no tiene ideas, proyectos, recursos que no sean los represivos, el recurso a la militarización creciente de la vida pública. El PAN sólo puede justificarse defendiendo a Calderón, convirtiéndose en una caricatura de lo que fue el PRI.

La apuesta de Calderón es ofrecer "seguridad" a los grupos dominantes, aunque éstos, como se demostró con los ricachones del municipio San Pedro Garza García, Nuevo León (que tanto priistas como panistas convirtieron en el municipio más opulento del país), puedan a veces dudar de la eficacia de la política gubernamental y hagan pactos bilaterales secretos con los poderosos delincuentes perseguidos que son sus propios vecinos. El candidato panista a la alcaldía de este municipio tuvo que reconocer, cuando fue descubierto por la prensa, que él está dispuesto a pactar con los Beltrán Leyva antes que confrontarlos y quedar a merced de Los Zetas.

La derecha panista aspira a lograr la mayoría en los comicios del 5 de julio. La política del miedo y la campaña sucia para conseguir el apoyo de los grupos más conservadores le están redituando una disminución de la ventaja que le lleva el PRI en las encuestas; incluso algunas de ellas ya señalan al PAN con una ligera ventaja sobre áquel. Por supuesto, también la emergencia producida por el virus porcino, después llamado 1H1N, le dio a Calderón la oportunidad de erigirse en el guía del combate contra la influenza a nivel nacional, proyectando por primera vez su figura más allá de los muros de Los Pinos.

Las ganas de ganar

El PRI ha actuado apoyando a Calderón en cuestiones clave (por ejemplo, en la privatización del petróleo, las pensiones del IMSS y del ISSSTE, etc.), preparándose al mismo tiempo para sustituirlo como la primera fuerza en la Cámara de Diputados, tomando distancias ante su curso cada vez más militarista y apostando a su desgaste. Beltrones, el jefe de los senadores priistas ha acusado a Calderón de llevar al país al fascismo. Pero el PRI, que sólo hace unas semanas veía una victoria asegurada el 5 de julio, hoy se encuentra asediado por su opositor y cómplice, al mismo tiempo, que es el PAN.

Pero también dañan las perspectivas priistas los desmanes de sus propios gobernadores, como se aprecia en Sonora, el único estado en el cual además de las elecciones federales, se realizarán también las elecciones para la gubernatura. Allí el PRI puede perderlas por primera vez, debido al voto de castigo de una población enfurecida contra el ostentoso cinismo del gobernador priista Eduardo Bours desplegado con motivo del incendio de la guardería ABC en Hermosillo.

La posibilidad de volver a ser la primera fuerza en la Cámara de diputados después del 5 de julio, fortalecen en el PRI la esperanza de recuperar en el 2012 la presidencia. Es por ello que los deslindes con el PAN son meros escarceos electoreros. El PRIAN [1] ya es un hecho más importante que los intereses de los aparatos burocráticos particulares, regionales, seccionales de ambos partidos.

El abstencionismo para el 5 de julio se calcula entre el 60 y el 65 por ciento del padrón electoral y el monto de los votos anulados entre el 3 y el 5 por ciento. Esto quiere decir que la Cámara de diputados podrá ser electa por menos del treinta por ciento de los electores, y que la coalición hegemónica del PRIAN representará sólo una quinta parte del padrón electoral. Una situación en extremo peligrosa que auspicia el fortalecimiento del autoritarismo presidencialista.

De todas formas, el sistema electoral antidemocrático está diseñado para que sean precisamente el PRI y el PAN los beneficiarios de los comicios, incluso (o tal vez ante todo) los caracterizados por un gran abstencionismo.

Las reformas adoptadas en 2007 fueron hechas para consolidar esa coalición derechista de la clase dominante, que contará una amplia mayoría y se repartirá la tajada mayor del botín del financiamiento oficial de los partidos. Testimonios de personajes más allá de toda sospecha de ser opositores de izquierda, como la ex senadora y ex gobernadora de Yucatán y ex presidenta del PRI, María Dulce Sauri Riancho así lo demuestran. Su declaración de la subordinación de ambos partidos a las exigencias de los grandes capitalistas, en especial de los monopolios televisivos fue más que elocuente.

AMLO en su laberinto

La corriente popular que encabezó Andrés Manuel López Obrador (AMLO) desde 2004, primero en la lucha contra su desafuero y después contra el fraude de las elecciones del 2006, un torrente masivo nacional de oposición a la oligarquía representada por el PRIAN, se ha venido desgastando en los tres años transcurridos desde entonces. La dirección pragmática y antidemocrática de AMLO ha llevado al movimiento que encabeza a una situación contradictoria que pesará mucho en su desarrollo después del 5 de julio.

Con la corriente mayoritaria y negociadora de Los chuchos en la dirección del PRD, AMLO ha sido marginado de las decisiones centrales del partido y amenazado de expulsión. Su respuesta táctica cristalizó en la formación de una coalición con los partidos minoritarios, Partido del Trabajo (PT) y Convergencia, para promover sus candidaturas a nivel nacional. Sin embargo, no se ha salido del PRD con la justificación que "no abandona a sus bases". Esto significa que, en particular en el Distrito Federal, AMLO pide a sus partidarios votar las listas del PRD que se colocan en su movimiento, aunque al mismo tiempo apoya y propagandiza en todo el país a la mayoría de las candidaturas del PT y Convergencia. Una política electoral que es difícil de poner en práctica en sus filas lo que ha dado por resultado la protesta de no pocos de sus partidarios que no la han aceptado simple y llanamente. El resultado es que sus más fieles seguidores están confusos y muchos otros simplemente están dejando de serlo.

Lo sucedido en Iztapalapa los días 15–16 de junio ha sido realmente un caso notable de la confusión resultante. La candidata lopezobradorista a la Delegación, Clara Brugada, fue desconocida por el Tribunal Federal Electoral a petición de la dirección nacional del PRD, pero AMLO propuso una fórmula cuyo barroquismo es la muestra del laberinto en que se encuentra: propuso la candidatura de Juanito (Rafael Acosta), un vendedor ambulante del barrio, bajo el registro del PT, con la condición de que, si es electo, renuncie a favor de la candidata original.

Las encuestas señalan que el PRD dejará su segundo lugar en la Cámara de diputados para caer, de nuevo, a un lejano tercer lugar tras el PRI y el PAN. Para cientos de miles de trabajadores, de sectores del pueblo oprimido y explotado, esta crisis del PRD significa la "crisis de la izquierda", lo que ellos consideraban la izquierda, y los coloca ante una situación inédita: ¿adónde ir después del 5 de julio?

Un alud de descontento: la anulación del voto

La catarata de debacles que se han producido desde finales del año pasado: catastrófica crisis económica, violencia creciente en el combate contra la delincuencia con decenas de muertos diarios, los escándalos constantes que exhiben la corrupción y la hipocresía de la clase gobernante (el libro de Ahumada, las declaraciones, después denegadas, del ex presidente De la Madrid sobre las relaciones del ex presidente Salinas de Gortari con los medios del narcotráfico), el shock de la influenza del AH1N1, el incendio de la guardería ABC de Hermosillo y la impunidad de los responsables que a dos semanas de ocurrido todavía no son detenidos, todos estos factores han producido un panorama de desilusión, confusión, desorientación, que sin embargo no diluyen el desprecio y el hartazgo de la población ante el gobierno (en sus diversos niveles) y en general el odio a la clase dominante.

Es por eso que las consignas de anulación del voto que comenzaron a circular por internet los más diversos grupos, prendieron en una pradera nacional seca e irritada ante la situación dramática que atravesamos. El alud que se calcula en más de dos millones de votantes que anularán su boleta o escribirán en ella un nombre de candidat@ no registrad@, es un fenómeno de protesta y de rechazo social y político explicable de sobra ante la situación imperante. En la práctica se trata de realizar un boycot al ejercicio de unas elecciones manchadas por su antidemocracia, cerradas al registro de nuevos partidos y de candidatos independientes. Su valor político no puede ser subestimado y a pesar de las artimañas leguleyas que están diseñadas para velar el impacto de una protesta de esta magnitud, será imposible que los grupos gobernantes no registren con preocupación sus consecuencias.

La Liga de Unidad Socialista (LUS) llama también a anular las boletas electorales escribiendo en el espacio en blanco de las mismas el nombre de Ignacio del Valle, el dirigente de los campesinos de Atenco que machete en mano se opusieron a que se construyera un aeropuerto en sus tierras ancestrales y que desde mayo del 2006 es un preso político y sentenciado a la atroz y bárbara pena de más de 100 (cien) años de cárcel.

Después del 5 de julio

En la LUS sabemos que no hay todavía un centro que organice esta oposición cada vez mayor al régimen prevaleciente. Como parte decidida y promotora de esa oposición e integrantes de su corriente socialista, clasista, democrática e independiente entre los trabajadores, combatimos también por la conciencia de clase, por el nacimiento de una tendencia masiva anticapitalista. Por eso, después del 5 de julio nuestra tarea prioritaria será redoblar los esfuerzos unitarios por construir una coalición de sindicatos, de organizaciones populares, de grupos revolucionarios y de hombres y mujeres dispuestos a luchar por un programa socialista, democrático, de preservación del medio ambiente, feminista e internacionalista que es urgentemente necesaria en el combate contra la decadencia de este sistema que se acelera, llevándonos a una situación en la que sólo se profundizarán aún más el desempleo, la pobreza, la represión, la violencia arbitraria y el deterioro del medio ambiente con la cauda de plagas que ya nos aquejan y que se avecinan.

• ¡Fuera el ife!

• ¡Por la revocación de los mandatos!

• ¡Por las candidaturas independientes!

• ¡A construir una coalicion democratica e independiente con sindicatos, organizaciones populares, grupos socialistas que represente verdaderamente los intereses del pueblo trabajador y oprimido!

• ¡Por un gobierno obrero, campesino, indígena y popular!

México, D.F. a 19 de junio de 2009


1.- PRIAN: Contracción de las siglas PRI y PAN: se usa para indicar que ambos partidos son los mismo, constituyen de hecho una corriente política con un programa similar. (Nota de SoB).