Dinero para la droga de EE.UU. financió la
masacre de indígenas
Por
Kristin Bricker (*)
The
Narco News Bulletin, 23/06/09
El 5 de junio, la Policía Nacional del Perú (PNP) masacró
a hasta cincuenta indígenas awajún y wampi en Bagua
quienes habían bloqueado carreteras en protesta contra una
serie de decretos gubernamentales que entregan vastos
sectores de la Amazonía a la voracidad de corporaciones
extranjeras, en relación con un acuerdo de libre comercio
recientemente implementado entre EE.UU. y Perú. Testigos
presenciales informan que la PNP disparó con munición de
guerra desde tierra, techos y helicópteros policiales.
Supuestamente hay entre 61 y 400 personas desaparecidas
después del ataque.
Narco News ha descubierto que hay dinero para la guerra
contra la droga a lo largo y ancho de la matanza. El
gobierno de EE.UU. no sólo ha pasado las últimas dos décadas
financiando los helicópteros utilizados en la masacre,
también entrenó a la PNP en el "control de
disturbios."
La Policía Nacional del Perú
La Policía Nacional del Perú es una fuerza policial
militarizada y la única fuerza nacional de policía del Perú,
lo que quiere decir que Perú carece de una fuerza federal
de policía civil. Por este motivo, la PNP militarizada
realiza funciones regulares de policía en Perú, como ser
mantener el orden y asegurar la seguridad pública. Además,
"Las operaciones contra narcóticos en Perú son
implementadas primordialmente a través del Ministerio del
Interior por la Policía Nacional del Perú," según la
Oficina de Contabilidad del Gobierno de EE.UU. (GAO,
conocida ahora como la Oficina de Contabilización del
Gobierno). Por este motivo, la PNP recibe una parte
importante de la ayuda de la guerra contra la droga de
EE.UU. para Perú.
Detalles básicos de la masacre de Bagua, como ser
exactamente qué departamentos de la policía participaron y
cuántos manifestantes indígenas murieron, todavía no han
sido divulgados dos semanas después de la masacre. El periódico
La Primera de Perú, único medio noticioso que suministró
información sobre departamentos específicos de la policía
que participaron en la masacre, escribe: "La operación
policial fue realizada por unos 600 policías de Dirección
Nacional de Operaciones Especiales (Diroes), Dirección
Antidrogas (DINANDRO), que dispararon frontalmente al cuerpo
de los manifestantes." Diroes y DINANDRO son dos
fuerzas dentro de la Policía Nacional del Perú.
De particular interés es la participación de la fuerza
de policía contra la droga, conocida como DINANDRO en su
acrónimo en castellano. Entre 2002 y 2007, EE.UU. invirtió
más de 79 millones de dólares en la PNP. Los fondos entre
2002 y 2004 fueron para "ejercicios de entrenamiento y
en el terreno para realzar las capacidades de DINANDRO de
realizar ejercicios básicos en carreteras y vías
fluviales, así como para proveer seguridad para los equipos
de erradicación en las áreas más alejadas. La
intensificación de estos esfuerzos de mantenimiento del
orden requerirá vehículos, comunicaciones, equipos de
campaña, equipos de emergencia y de reacción de seguridad
y perros detectores de drogas adicionales." En 2007, el
financiamiento del gobierno de EE.UU. para DINANDRO fue
expandido para "reforzar las capacidades de DINANDRO
para realizar interdicción avanzada de carreteras, control
de disturbios, mayor seguridad para los equipos de
erradicación, e interdicción en áreas
recalcitrantes." En 2007 el gobierno de EE.UU. también
introdujo la primera de por lo menos cuatro "Escuelas
Pre–Policía" para estudiantes del 5º año de
secundaria. Los graduados pueden participar en el examen de
admisión a la Escuela Técnico Superior de la PNP. Las
"Escuelas de Pre–Policía" son gratuitas.
Contrainsurgencia
Mientras Perú se militarizaba con el pretexto de la
guerra de la droga, el Departamento de Estado de EE.UU.
justificó su asignación presupuestaria para 2008 señalando:
"El mayor cambio del programa policial para el año
fiscal será el requerimiento de apoyar una presencia muy
ampliada de la policía contra la droga de Policía Nacional
del Perú (DINANDRO) en los valles de cultivo de coca."
Aunque la región en la que ocurrió la masacre no es de
ninguna manera una importante región de cultivo de coca,
aparece ciertamente en el mapa de la Oficina de la ONU
contra la droga y el crimen (UNODC) [Part 5. Peru Coca
Cultivation Survey for 2005, archivo PDF, página 192].
El gobierno de EE.UU. es propenso a financiar operaciones
"antinarcóticos" en territorio rebelde, que es
entonces utilizado, sea abiertamente (nótese el
entrenamiento suministrado a DINANDRO por EE.UU. en el
control de disturbios) o de modo clandestino, para financiar
operaciones de contrainsurgencia. La simple mención de la
región en el mapa de cultivo de coca de UNODC combinado con
la presencia de organizaciones de resistencia indígena prácticamente
asegura un refuerzo militar–policial en la región. De
hecho, un informe de la GAO de 1991 declaró: "La política
del poder ejecutivo [peruano] es utilizar la ayuda antinarcóticos
contra narcotraficantes y grupos insurgentes vinculados al
narcotráfico... creemos que la política es
razonable." El informe de la GAO sigue diciendo:
"De los 702 policías entrenados para propósitos
antinarcóticos desde 1989, sólo cerca de un 56% provenían
de unidades con una misión antinarcóticos. El restante 44%
venía de unidades policiales con una misión primordial de
contrainsurgencia. Esas unidades incluyen a los Sinchis
(División de Operaciones Tácticas Antidrogas Sur) y al
Departamento de Operaciones Especiales [Dinoes, que también
participó en la masacre]... En diciembre de 1990, el
Departamento de Estado instruyó a la embajada que no podía
entrenar a ciertos tipos de unidades, incluido el
Departamento de Operaciones Especiales, porque no estaban
directamente involucradas en misiones antinarcóticos. A
pesar de esa notificación la Sección de Asuntos de Narcóticos
entrenó a 32 personas que no debieran haber sido
entrenadas; esos 32 representaban casi un 14% del número
total de policías entrenados después de emitida la
instrucción. Según funcionarios de la sección, el
entrenamiento de fuerzas de operaciones especiales ayudará
a los esfuerzos de EE.UU. para obtener su apoyo en
operaciones futuras... Aunque policías de los Sinchis y del
Departamento de Operaciones Especiales pueden realizar
algunas operaciones antinarcóticos, se reconoce que su misión
primordial es la contrainsurgencia."
Aunque el informe de la GAO es de la era de Fujimori, los
presidentes derechistas que le siguieron han hecho poco por
rectificar los males del pasado. Uno de los ejemplos más
flagrantes de este hecho es la ley de amnistía de Perú que
protege a criminales de guerra. Además, el actual
presidente Alan García sirve su segundo período no
consecutivo; sirvió el primero en 1985–1990, cuando la
guerra sucia de Perú tenía lugar a todo vapor. El gobierno
de García ha sido siempre caracterizado por masacres contra
el descontento social: el actual presidente fue responsable
de la masacre de Accomarca en agosto de 1985 (entre 47 y 74
campesinos muertos), la masacre de Cayara en mayo de 1988
(unos treinta muertos y más desaparecidos), y varios
disturbios en las prisiones en los que fueron ejecutados más
de 200 reclusos.
Por desgracia, la masacre de García de los pueblos indígenas
awajún y wampi en el bloqueo de Bagua es sólo la última
en toda una serie. El propio García parece totalmente
impenitente respecto a la última matanza, y supuestamente
ha calificado a las organizaciones indígenas que
participaron en el bloqueo de Bagua de
"ignorantes" y se ha basado en argumentos típicamente
racistas para restar importancia al movimiento indígena.
Dando a entender que la gente indígena es incapaz de pensar
por sí misma y de tomar sus propias decisiones sobre su
bienestar, declaró a la prensa que las organizaciones indígenas
estaban siendo manipuladas por fuerzas izquierdistas
extranjeras.
Helicópteros
Testigos de la masacre de Bagua afirman que la policía
disparó gas lacrimógeno y munición de guerra desde helicópteros
policiales. Los helicópteros, Mi–17 hechos en Rusia, no
fueron comprados con dólares de EE.UU., pero el dinero de
la guerra contra la droga estadounidense los ha mantenido
durante años.
Como parte de la Iniciativa Andina contra la Droga (IAD),
un programa de George H.W. Bush que generó el infame Plan
Colombia, el gobierno de EE.UU. emprendió la tarea de
actualizar la flota aérea policial de Perú. El periódico
peruano La República informó que el gobierno de EE.UU. se
proponía actualizar toda la flota de la PNP. EE.UU. comenzó
a suministrar fondos para las aeronaves peruanos bajo los
auspicios de esfuerzos contra la droga en 1988. En 2004, el
gobierno de EE.UU. suministró "financiamiento para
pilotos, tripulaciones, y personal de apoyo para 15 helicópteros
UH–1H de propiedad del gobierno de EE.UU. y 14 helicópteros
peruanos Mi–17," estos últimos del mismo tipo de
helicóptero utilizado en la masacre de Bagua. Ya que la
ayuda extranjera de EE.UU. puede tardar varios años en
llegar al país receptor, es posible que el gobierno de
EE.UU. haya financiado a los pilotos y las tripulaciones que
estaban en los Mi–17 que fueron supuestamente utilizados
para asesinar a indígenas peruanos en Bagua.
En 2007, el Departamento de Estado mencionó a los Mi–17
entre otros aviones de la PNP en su justificación del
presupuesto, escribiendo que "fondos del año fiscal
2007 también cubrirán el combustible, mantenimiento,
hangares y almacenamiento, alquiler de aviones cuando sea
necesario, y el apoyo operativo para personal de la Aviación
de la PNP (DIRAVPOL)." Un año después, el
Departamento de Estado escribió: "El año fiscal 2008
continuará la fuerte inversión de fondos en el
entrenamiento y el desarrollo profesional de personal de
aviación de la PNP aparte del presupuesto para el aumento
de las horas de vuelo."
Aparte de financiar los helicópteros Mi–17 existentes
de Perú, EE.UU. ha donado unos 24 helicópteros armados
Huey II (UH–II) a la PNP. Los Hueys no fueron usados en la
masacre de Bagua, pero la masacre debiera hacer que el
gobierno de EE.UU. lo piense dos veces antes de donar helicópteros
de combate con múltiples cañones y lanzacohetes montados
en toda la nave. Los Huey II donados llegaron con el sistema
de armamento M16, que incluye una combinación de
ametralladoras M60C de 7.62mm y dos lanzacohetes MK–40 de
siete tubos de 2,75 pulgadas.
(*) Kristin Bricker es corresponsal basada en México de
Narco News. También forma parte del colectivo Rebel Imports
que vende textiles, café y miel de comercio justo de las
cooperativas zapatistas.
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