Efectos
de la crisis sobre América Latina y los países pobres
Remesas
de inmigrantes se reducirán hasta 10%
Por
Jim Lobe
Inter
Press Service (IPS), 14/07/09
Washington.–
La cantidad de dinero que los inmigrantes de los países
pobres envían a sus familias disminuirá entre siete y 10
por ciento este año respecto de 2008, según el Banco
Mundial.
Las
naciones pobres de Europa y Asia central, África
subsahariana y América Latina y el Caribe serán las más
perjudicadas, señala un informe presentado el lunes, en la
sesión inaugural de la Conferencia Internacional sobre Diáspora
y Desarrollo ––que concluyó este martes––, en la
sede de esa institución financiera, en Washington.
Sin
embargo, se prevé que las remesas llegarán a su punto más
bajo el año próximo. Deberían comenzar a recuperarse
gradualmente en 2010, alcanzando 313.000 millones de dólares
en todo el mundo para fin de ese año, o tres por ciento más
que los 304.000 millones de dólares que actualmente se
estiman para 2009.
Pero
esa recuperación puede verse amenazada si la actual recesión
se profundiza y se prolonga más allá de las proyecciones,
o si las divisas de los países anfitriones se devalúan
sorpresivamente.
Además,
las reacciones políticas ante el desempleo en los países
anfitriones pueden dar pie a medidas más duras contra la
inmigración.
Eso
dificultaría el ingreso de inmigrantes a esos países en
busca de trabajo, o que los extranjeros que ya viven allí
encuentren empleadores dispuestos a contratarlos o a
mantenerlos en sus puestos.
"Casi
todos los principales países de destino ––por ejemplo,
Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Malasia, Rusia,
Sudáfrica, Italia, España, India–– han reducido sus
cuotas anuales o elevado las condiciones para el ingreso de
trabajadores inmigrantes", según la última edición
del informe sobre migraciones y desarrollo del Banco.
"Hay
un riesgo de que el creciente desempleo dispare más
restricciones a la inmigración en los principales países
de destino", dijo Hans Timmer, director del Grupo de Análisis
de las Perspectivas de Desarrollo del Banco.
"Esas
restricciones reducirán las remesas más de lo
pronosticado, y enlentecerán la recuperación mundial del
mismo modo que el proteccionismo comercial", agregó.
El
informe se presentó en medio de una incertidumbre continua
sobre la profundidad y duración de la crisis económica que
estalló en septiembre, con el colapso de la firma de
inversiones Lehman Brothers.
Actualmente
el Banco pronostica una contracción de tres por ciento en
el producto interno bruto (PIB) mundial en 2009, la primera
de este tipo en todo el mundo desde la Gran Depresión,
posterior a la crisis de la Bolsa de Nueva York de 1929.
Pero
cree que lo peor habrá pasado para fin de año. Según sus
últimas estimaciones, la economía mundial debería crecer
dos por ciento en 2010 y 3,2 por ciento para 2011, y buena
parte de ese crecimiento procederá de grandes mercados
emergentes como Brasil, China e India.
Lo
que resulta particularmente preocupante, en especial para
muchos países en desarrollo, es la aguda caída de las
inversiones privadas extranjeras del año pasado.
De
1,2 billones de dólares en 2007, cayó a 707.000 millones
de dólares en 2008, y para este año se proyecta una
reducción aún mayor, a 363.000 millones de dólares, según
el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2009 presentado el
mes pasado.
La
caída de las remesas no es ni remotamente tan dramática,
según el nuevo informe. De hecho, el Banco señala que le
sorprendió la fuerza de las remesas en 2008: en realidad,
experimentaron un aumento general de 15 por ciento en 2008,
pasando de 285.000 millones de dólares a 328.000 millones
de dólares.
Según
la institución financiera, las remesas a Asia austral, en
buena medida procedentes de los estados del Golfo Pérsico o
Arábigo, en realidad aumentaron 33 por ciento el año
pasado. India reportó ingresos de 52.000 millones de dólares
por este concepto.
Las
remesas enviadas a Asia oriental, especialmente a China y
Filipinas, también aumentaron fuertemente, alrededor de 20
por ciento, ascendiendo a 78.000 millones de dólares.
Aunque
de todos modos es positivo, el crecimiento fue mucho más débil
en las otras principales regiones en desarrollo,
particularmente en América Latina y el Caribe.
Esto
se debe a que se produjo un agudo enlentecimiento en el
sector de la construcción en Estados Unidos ––un
importante empleador de mano de obra inmigrante––, lo
que tuvo como resultado un aumento de apenas dos por ciento
en las remesas, en comparación con casi siete por ciento en
2007 y 18 por ciento en 2006.
Sin
embargo, las perspectivas para este año en materia de
remesas son negativas, según las últimas estimaciones.
Para
América Latina y el Caribe, el Banco pronostica una reducción
de las remesas de entre siete y 9,5 por ciento. Y señala
que los países más cercanos a Estados Unidos probablemente
serán los más perjudicados.
Para
Europa y Asia Central, el declive proyectado es aún más drástico:
puede variar entre 15 y 17 por ciento, según el reporte.
También
se espera que las remesas enviadas a África subsahariana
caigan de un modo relativamente agudo, pasando de un aumento
de 6,5 por ciento el año pasado a una reducción de entre
8,3 y 11,6 por ciento en 2009.
Aunque
es mucho menos significativo en términos de dólares que el
declive de las inversiones extranjeras privadas, es probable
que la reducción de las remesas tenga un impacto dramático
en las vidas de muchas familias de los sectores más pobres
del mundo, según Dilip Ratha, coautor del informe.
"Las
remesas brindan un salvavidas a muchos países pobres.
Aunque son resilientes, incluso una pequeña reducción de
siete o 10 por ciento puede plantear dificultades
significativas para el pueblo y los gobiernos, especialmente
los que enfrentan brechas en el financiamiento
externo", dijo.
Para
2010, el Banco espera que las remesas enviadas a todos los
países en desarrollo hayan aumentado 2,9 por ciento en
2009.
Las
perspectivas para América Latina y el Caribe son las menos
positivas: el Banco estima que al cabo de 2009 las remesas
podrán desde contraerse hasta dos por ciento a aumentar
hasta uno por ciento.
Asimismo,
estima que en Asia oriental ese rango irá desde una
contracción de 0,5 por ciento a un crecimiento de hasta
tres por ciento. En Europa y Asia central la reducción será
de 0,5 por ciento a un eventual aumento de tres por ciento,
mientras que en Medio Oriente y África septentrional esos
valores serán de 0,4 por ciento a 3,3 por ciento
respectivamente, en Asia austral de 0,5 a 3,9 y en África
subsahariana de 1,1 a 4,4 por ciento.
Según
el informe, el año pasado los principales receptores de
remesas entre todos los países en desarrollo fueron: India
(con 52.000 millones de dólares), China (40.600 millones de
dólares), México (26.300 millones), Filipinas (18.600
millones), Polonia (10.700 millones), Nigeria (10.000
millones), Egipto (9.600 millones), Rumania (9.400
millones), Bangladesh (9.000 millones) y Vietnam (7.200
millones).
Si
el parámetro que se considera es el porcentaje de PIB, los
principales receptores de remesas fueron Tayikistán (46 por
ciento); Tonga (39 por ciento); Moldova (34 por ciento);
Lesotho (28 por ciento); Guyana (26 por ciento); Líbano (24
por ciento); Samoa (23 por ciento); Jordania (22 por
ciento); Honduras (21 por ciento); y Kirguistán (19 por
ciento), establece el estudio.
|