Un
cruzado de la Guerra Fría, el ex embajador en Honduras John
Negroponte, fue nombrado Presidente del Directorio de la
America's Society y del Consejo de las Américas, dos
organizaciones que reúnen a los empresarios y banqueros
estadounidenses con intereses en nuestros países.
Negroponte
reemplaza en su nuevo puesto a William Rhodes, un ex alto
ejecutivo del Citibank. El comunicado de prensa que anunció
su nombramiento ayer recuerda que Negroponte fue cinco veces
embajador (Honduras, México, Filipinas, Naciones Unidas e
Irak) y es un experto en seguridad nacional.
Lo
que el comunicado no dice es que Negroponte es uno de los
representantes más ilustres del ala más dura del partido
Republicano, recordado fundamentalmente por su apoyo a los
contras nicaragüenses en la Guerra de América Central en
la década del 80. Tampoco dice que muchos lo acusan de
haber sido uno de los mentores de los escuadrones de la
muerte hondureños.
Cuando
Negroponte aterrizó en Tegucigalpa (Honduras) en 1981 al
inicio de la presidencia de Ronald Reagan, su predecesor, el
embajador Jack Binns, ya había denunciado numerosas
violaciones de los derechos humanos por parte de los
militares hondureños.
En
uno de sus cables, Binns –que era hombre de Jimmy Carter–
había dicho que el presidente hondureño, el general
Gustavo Álvarez Martínez, estaba modelando su campaña
contra la subversión a imagen y semejanza de la
"guerra sucia" argentina. De hecho, en ese momento
ya había militares argentinos asesorando y entrenando a los
militares hondureños tanto en Tegucigalpa como en Buenos
Aires.
Con
Negroponte en Tegucigalpa, todas las denuncias de Binns se
acabaron. En los informes sobre la situación de los
derechos humanos de Negroponte recientemente
desclasificados, Honduras se parece más a Noruega que a la
Argentina. Rich Chidester –que trabajaba en aquel momento
con él en la Embajada– reveló que tenían prohibido usar
las palabras "tortura" y "ejecuciones".
Gracias a esas omisiones, la ayuda militar estadounidense a
Honduras pasó de US$ 3,9 millones a US$ 77.4 millones sin
que el Congreso pudiese impedirlo.
Pero
eso no es todo. Bajo la supervisión de Negroponte, Estados
Unidos construyó en 1984 la base aérea El Aguacate, donde
agentes de la CIA y expertos militares estadounidenses
entrenaron a contras nicaragüenses. La base también fue
usada como campo de concentración para torturar a los
detenidos. En 2001, se descubrió que habían sido
enterrados allí 185 cuerpos.
Después
de haber tenido que regresar al sector privado durante el
gobierno de Bill Clinton, tanto Negroponte como sus jefes en
Washington –Elliot Abrams y Otto Reich– regresaron a la
función pública con George Bush. Negroponte fue embajador
ante las Naciones Unidas cuando Estados Unidos invadió
Irak, luego fue el primer Director Nacional de Inteligencia
cuando estalló el escándalo por torturas en la cárcel
iraquí de Abu Ghraib y, por último, fue el número dos de
Condoleezza Rice en el Departamento de Estado.