Entrevista
a la lonko Juana Calfunao
“Es
preferible morirse a seguir de pie aguantando
a este Estado genocida”
Ukhamawa
Noticias, 11/09/10
En
sus primeras horas de libertad condicional, la lonko Juana
Calfunao conversó en exclusiva con radio.uchile.cl y emplazó
al Presidente Sebastián Piñera ‘a demostrar su capacidad
política para solucionar’ la huelga de hambre que
mantienen por ya más de dos meses 32 presos políticos
mapuche. Aunque agradeció a los cuatro diputados que se
plegaron al ayuno, lo calificó como un ‘gesto tardío’
y adelantó que ‘se van a sumar más’. La lonko es categórica:
“Chile no va a poder celebrar su Bicentenario si no nos da
una solución”.
“Cuatro años
de rehén me mantuvo el Estado chileno y aquí, ahora, por
fin, después de tantas movilizaciones y tantas denuncias.
He podido salir después de cuatro años que me mantuvieron
casi desterrada”. Es lo primero que dice la lonko Juana
Calfunao cuando contesta el teléfono. Hace pocas horas
obtuvo la libertad condicional, luego de cuatro años de
prisión, condenada a seis años y medio por maltrato a la
autoridad, y de tres intentos fallidos por conseguir este
beneficio con más de la mitad de la pena cumplida.
Fueron
largos años de lucha por salir de la cárcel, y muchos más
por las reivindicaciones territoriales mapuche, pero la
lonko de la comunidad Juan Paillaleflogró salir en libertad
justo en momentos cruciales para su pueblo, cuando 32 de los
34 presos políticos mapuche en huelga de hambre superan ya
los dos meses de inanición, y cuatro diputados se pliegan
al ayuno voluntario, pero el Gobierno se niega a ceder e
instaurar una mesa de diálogo para buscar una salida. La
salud de los huelguistas se agrava con el paso de las horas
y Juana sabe que debe actuar rápido.
¿Fue a
visitar a los presos políticos mapuche en huelga de hambre
en la cárcel de Temuco?
Fui a
visitarlos, pero hubo una negación tremenda. Después que
habíamos acordado con el intendente que yo iba a ingresar,
el seremi de Justicia y director regional, no me dejaron
ingresar a la cárcel. Estuvimos por las afueras y después
me fui a ver la huelga de hambre de tienen los diputados.
Les manifesté que era un gesto tardío, pero que era bueno,
que lo aceptábamos, lo agradecíamos. Lo que no pudieron
hacer antes, lo hicieron ahora, que también es muy
rescatable lo que ellos están haciendo, porque están
poniendo su cargo a disposición de nosotros.
¿Qué
temas trataron en la reunión que sostuvo con el intendente
de la Araucanía, Andrés Molina?
Él fue a
verme porque quería tratar de llegar a algún acuerdo
conmigo, pero yo estoy tan presa como los demás hermanos y
todos los acuerdos tenemos que tomarlos en conjunto. No
puedo yo como autoridad tomarme las atribuciones de una
huelga que lleva ya dos meses, aunque esté mi hijo, tengo
que respetar los espacios.
Ellos
tuvieron dos meses para pronunciarse, yo estuve cuatro años
en la cárcel, lo mandé a buscar en repetidas veces al
Intendente y nunca fue, fue hoy día en la mañana apurado,
desesperado, a ver si podíamos aparecer en la prensa los
dos y levantar la huelga, cosa que a mí no me corresponde
en mi calidad de lonko, no puedo faltarle el respeto a mi
gente.
¿Cuáles
son sus demandas para deponer la huelga en este momento?
Estamos
solicitándole al Gobierno que nos reciba, que haga un gesto
con miras al futuro, porque el problema no se va a terminar
aquí. Esto tiene que ser el comienzo de un acercamiento y
un reconocimiento a la diversidad cultural. Ellos tienen que
saber que aquí hay tierras para mapuche y hay tierras para
no mapuche. Nosotros hemos tenido la voluntad de mantener al
pueblo chileno mucho tiempo al lado de nosotros sin
discriminarlos, ellos nos han discriminado, ahora les toca a
ellos aprender nuestra cultura y aceptar la realidad que
corresponde.
Pero los
huelguistas están llegando a una situación crítica…
Ellos están
sumamente grave y aquí se ve la poca capacidad del Gobierno
para resolver los problemas. Él (Presidente Piñera), si ha
ido a visitar a los mineros, ha tomado un helicóptero, ha
sido capaz de que no se construya esa termoeléctrica ¡¿Por
qué no es capaz de abrir la puerta de La Moneda y nos
recibe?! Si en conversar no hay engaño y en pedir tampoco.
Ese es un gesto humanitario que él tiene que hacer y
recibirnos, y conversar. Esta reunión la podemos tener con
el Intendente y con él, los familiares y las autoridades
tradicionales, que somos los lonkos.
Para Juana
Calfunao el envío al Congreso de los proyectos que
modifican la Ley Antiterrorista y la Justicia Militar no son
suficientes, al igual como lo han manifestado los
huelguistas y sus familiares, sino que requiere un nuevo
trato con el pueblo mapuche.
–
Nosotros como mapuche no necesitamos que el Estado nos
instale ningún tipo de ley porque no tienen jurisdicción
sobre los mapuche. Ellos se empeñan en que van a arreglar
la Ley Antiterrorista, pero un gobierno democrático no
tiene por qué tener una ley antiterrorista.
Además, la
Ley Antiterrorista debe ser de uso exclusivo de los
gobiernos, así como la Ley de Seguridad Interior del Estado
porque ellos les entregan la Ley Antiterrorista a los
fiscales y ellos se engrandecen judicializando, juzgándonos,
y ellos van ganando dinero a costa de nosotros. Los fiscales
que me juzgaron a mí, hoy día son jueces. Cuatro años
antes eran fiscales y hoy día son jueces, entonces,
mientras más van judicializando, criminalizando al pueblo
mapuche, van ascendiendo.
¡Levanten
las demandas que tienen contra el pueblo mapuche! Y van a
poder celebrar su Bicentenario, pero así, en estas
condiciones, no van a poder hacer ninguna celebración.
Aquí hay
un abuso total con nosotros. No vamos a permitir más eso.
Es preferible morirse a seguir de pie aguantando a este
Estado genocida. Aquí es ahora o nunca. Él (Sebastián Piñera)
tiene que demostrar cuál es su capacidad política para
solucionar este problema.
De
cárceles y suplicios
Usted fue
condenada a seis años, pero tuvo que esperar cuatro para
optar a la libertad condicional, ¿a qué atribuye esa
tardanza en otorgarle el beneficio?
Seis años
y seis meses –me corrige, como si contara de nuevo cada
uno de los días que pasó presa–. Tuvieron que pasar
cuatro años sin darme ningún tipo de beneficios, a pesar
de que en tres oportunidades se había pedido la libertad,
pero me la negaban por el simple hecho de decirme que no.
Mis acusaciones no son ni por homicidio ni por robo, son por
maltrato a la autoridad. Cómo me van a acusar tres
tanquetas de Carabineros, dos micros, trescientos
carabineros, de maltrato a la autoridad si ellos están
totalmente dotados para golpear y con armas, y yo, con un
palo ¿Dónde está el maltrato? Si me fueron a sacar de mi
misma casa…
En
reiteradas ocasiones usted denunció que fue víctima de
discriminación y tortura al interior de la cárcel.
Yo he
denunciado que los dientes me los han botado, que tengo la
mano quebrada, he denunciado que tengo balas en mi cuerpo,
que me han golpeado, que he perdido una criatura, pero jamás
se me ha hecho justicia. He denunciado que me han incendiado
en tres oportunidades, pero nunca los jueces han encontrado
a los hechores porque son los mismos trabajadores de los
latifundistas, de los cercanos, que no pueden tener, así lo
expresan, una india rebelde a su lado, tienen que
castigarla. Uno de mis vecinos es el señor Iriarte Pinochet,
de la señora Lucía Iriarte, y el otro es un senador de la
República que es uno de los represores más grandes de la
Novena Región, y latifundista, el yerno de él es el
Intendente. Ahí está la prueba de la represión. ¡¿Cuándo
va a haber justicia para nosotros?!
¿Conoce más
casos de mapuche que hayan sido torturados o maltratados en
los penales?
La tortura
al interior de las cárceles existe. A mi hijo le sacaron un
diente, lo golpearon. Hay una mapuche que tres meses estuvo
en los calabozos, días antes que yo me viniera, como
regalo, la saqué.
¿Cómo
logró sacarla?
A golpes y
peleando… hasta que la retuvimos. Un centenar de personas
apoyó la liberación de ella y la rescatamos. La manteníamos
abajo, apoyada por las demás compañeras que están ahí.
Adentro es un submundo. No quisiera ya ni acordarme de eso.
Podríamos hablar cuatro o cinco días y no podría
explicarle el dolor que se vive adentro, no tiene nombre.
La única
lonko mujer hace una pausa. “Hay injusticias tremendas”,
suspira, probablemente recordando lo que vio, lo que escuchó,
lo que supo de sus hermanos mapuche mientras estaba en la cárcel.
Pero rápidamente retoma el ímpetu y concluye:
– Esto
tiene que parar. Chile no tiene jurisdicción sobre los
mapuches. Aquí si los mapuche somos tontos vamos a dejar
que nos sigan juzgando. Aquí tiene que haber una cosa
grande, y qué mejor que en el Bicentenario. La gente no va
a bajar la huelga, se van a sumar más, mujeres, madres,
hermanas, todos nos vamos a sumar, va a haber una gran campaña.
Chile no va a poder celebrar su Bicentenario si no nos da
una solución. Lo que le estamos pidiendo es muy poco: que
solucione el problema, que haga esa mirada humanitaria, que
se siente a la mesa con las autoridades y la gente levanta
la huelga, pero no lo quieren hacer.
Uno de sus
hijos, Waikilaf Cadín, está en huelga de hambre en la cárcel
de Angol y cuenta que lo irá a visitar, porque en esa
ciudad también harán un gran “trawn” (reunión) donde
decidirán las acciones a seguir. “Van a haber muchas más
noticias”, adelanta.
Juana
cuenta que se está quedando en la casa de unos amigos
porque de la suya “quedaron los puros palos” luego que
fuera incendiada tres veces y posteriormente desmantelada.
Su familia ha denunciado reiteradamente que es víctima del
acoso de las autoridades. No sólo su hijo Waikilaf está
preso. También lo estuvieron su esposo Antonio Cadín, werkén
de la comunidad; su hermana Luisa, con quien emprendió una
huelga de hambre gracias a la que obtuvo la libertad
condicional en 2008; sus hijos Carolina y Jorge también
estuvieron privados de libertad, mientras que a la menor,
Remultray de 11 años, debieron asilarla en Suiza para
evitar que pasara por lo mismo.
Pero esta
vez la lonko evita hablar de eso. Está expectante por la
histórica situación en que se encuentra el pueblo mapuche
justo a 200 años de que cambiaran, sin opción, el dominio
español por el chileno. Se queda en silencio mientras atrás
se escuchan las voces de quienes hoy celebran su libertad.
“Gracias a toda mi gente que me ha apoyado en un momento
difícil, pero ahora hay que preocuparse de los que están
en huelga de hambre”, responde, antes de colgar, a un
nuevo saludo que se oye del otro lado del teléfono.
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