Chile
está convulsionado
El
malestar de los chilenos
Por
Vladimir Hernández
Desde Santiago
BBC World, 14/07/11
Chile está
convulsionado. Este jueves se efectuó en Santiago una nueva
manifestación multitudinaria convocada por la Confederación
de Estudiantes (Confech), en la que participaron la Central
Unitaria de Trabajadores y otros gremios sindicales de
diferentes sectores.
Es la última
de varias manifestaciones de calle registradas en la
capital, calificadas como las más multitudinarias desde el
regreso de la democracia al país en 1990.
En Santiago,
movimientos estudiantiles vienen efectuando fuertes clic
protestas y tomas de colegios secundarios en reclamo por las
necesidades del sector y en defensa del sistema de educación
pública.
Pero en el
resto del país también hay descontento. Este lunes se
efectuó una huelga de trabajadores en la Corporación
Nacional del Cobre (Codelco), que por primera vez en casi
dos décadas paralizó todas sus operaciones.
Y
recientemente hubo manifestaciones y disturbios en el sur
del país en rechazo a los planes de gobierno de Sebastián
Piñera (clic suspendidos actualmente por un tribunal) de
construir una central hidroeléctrica en la región patagónica
del sur del país.
Para colmo,
recientes sondeos de opinión muestran que los niveles de
aprobación del mandatario están en su peor momento. Aunque
la oposición tampoco registra altos puntajes.
¿Qué pasa en
Chile? ¿Por qué tanta parece molestia en un país alabado
internacionalmente por su modelo económico?
"El
problema de fondo es el modelo liberal, establecido en la
constitución de 1980. No sólo es el gobierno de Piñera",
señaló a BBC Mundo la académica y analista política
chilena Montserrat Nicolás.
"La
demanda principal de los movimientos sociales que han estado
protestando es que quieren que todos los chilenos disfruten
de la riqueza y avances que ha tenido el país, pero que se
limitan a un pequeño sector de la sociedad", terció
por su parte el sociólogo Miguel Urrutia, profesor de la
Universidad de Chile.
Las
estructuras de PinochetUn reciente clic estudio efectuado
por Andrés Zahler Torres, investigador y profesor del
Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego
Portales, reveló que 20% de los chilenos tiene ingresos
similares a los países más ricos del mundo (Noruega,
Singapur o Estados Unidos).
Pero el
entrecruce de datos también mostró que el 60% de la
población de Chile tiene ingresos similares a los de
Angola, un país que está mucho más abajo en cuanto al
ranking de desarrollo humano que mide anualmente Naciones
Unidas.
"Esta
situación genera una alta confluencia de movimientos para
que protesten por una distribución más justa. Pero el
problema escapa al actual gobierno, es parte de un modelo
(económico) que se instauró a partir del golpe (del 11 de
septiembre de 1973, cuando Augusto Pinochet tomó el
poder)", señaló Urrutia.
La llegada de
Pinochet al poder coincidió con una profunda reforma del
sistema económico –que contó con la asesoría del gurú
del neoliberalismo Milton Friedman- en donde se redujo la
presencia del Estado y se favoreció al libre mercado.
"La
Constitución de 1980 prácticamente borró al Estado y no
se ha sido capaz de cambiar eso", explicó mientras
Nicolás.
"Cada vez
que se ha propuesto una reforma en la estructura económica
se considera inconstitucional porque aumentaría la
presencia del Estado", dijo la analista y agregó:
"Cuando surgen problemas en salud, educación o minería,
siempre termina todo apuntando a la necesidad de una reforma
constitucional".
"Hubo
suficiente plazo, casi 40 años, para ver cómo funcionaba
este modelo", afirmó por su parte Urrutia. "Pero
parece que ya se pasó de la cuenta", apuntó.
La
visión oficial
|
|
|
Desigualdad
en América Latina
Chile
entre los primeros
Estos
son los países con mayor desigualdad en América
Latina, según la ONU, según el valor del
coeficiente de Gini.
El
primero es Bolivia: 60. En segundo lugar: Ecuador y
Brasil, con 56. Empatados en el tercer lugar:
Colombia, Paraguay, Honduras, Panamá y Chile, con
55.
Fuente: Informe de Desarrollo Humano del PNUD,
2010. |
El gobierno de
Piñera ha reiterado que la prioridad es combatir a la
pobreza y convertir a Chile en el primer país
latinoamericano en eliminar la pobreza extrema al final de
esta década.
Pero ¿y la
desigualdad? Sobre todo cuando Chile registra una de las
mayores tasas de América Latina.
"El tema
de desigualdad también nos preocupa. Chile está en
Latinoamérica y Latinoamérica es la región más desigual
del mundo. No es la región más pobre, pero sí la más
desigual. Dentro de Latinoamérica Chile tiene un nivel de
desigualdad medio alto", reconoce el ministro de
Hacienda chileno Felipe Larraín, en una conversación
reciente con BBC Mundo.
El funcionario
indicó que entre los planes gubernamentales para disminuir
la pobre distribución de ingresos está aumentar el
presupuesto público para la educación y mantener programas
de subsidios condicionados.
Pero, además,
explicó que de alguna forma el descontento puede estar
relacionado con el desarrollo que ha tenido Chile en la última
década.
"Ese
(mejor) nivel de ingreso da la sensación que hay mucha
gente que quiere muchos derechos y que tiene que tener más
obligaciones el Estado con ellos; pero que ellos no tienen
obligaciones con el Estado o con el país o con la sociedad.
Yo creo que ahí hay un tema que es complejo en los países
que llegan a ese nivel de ingreso que de alguna manera se
ven en la situación de este tipo", afirmó.
A juicio de
Larraín el malestar que se ha reflejado recientemente habría
que analizarlo con cierta perspectiva.
"El
gobierno tiene que tener cuidado que esa gente que se
manifiesta en la calle representa completamente a la población
porque no es así. Porque hay una mayoría silenciosa que no
está protestando en las calles. Hay algunas de las demandas
que hacen y compartimos, y estamos trabajando y hay otras
que no".
Sin embargo,
según el sociólogo de la Universidad de Chile Miguel
Urrutia, "cuando no hay esperanza de un cambio o una
mejoría la protesta suele mantenerse calma".
"Pero
cuando existe la posibilidad de mejorar tus condiciones (en
vista del crecimiento económico del país en 10 años),
entonces pasa como aquí en Chile donde los movimientos
sociales empiezan a protestar para que la prosperidad llegue
a todos", añadió.
Tercera
marcha de protesta de los colegios y
universidades
que reclaman por cambios en la educación
Los
estudiantes no dan tregua a Piñera
Por
Christian Palma
Desde Santiago
Página 12, 15/07/11
El respaldo
transversal a las demandas estudiantiles pudo más que la
prohibición de marchar, y miles de jóvenes, acompañados
de políticos, alcaldes comunales, trabajadores y gente común
y corriente se plegaron a la convocatoria.
Con la presión
–incluso desde sus propias huestes– de un inminente
cambio de gabinete planeando sobre las cabezas de varios
ministros, el gobierno de Sebastián Piñera vivió una
nueva jornada de movilizaciones estudiantiles. La de ayer es
la tercera protesta masiva desde que comenzaron las tomas y
movilizaciones en los colegios y universidades hace cuatro
semanas en reclamo de cambios sustantivos al sistema
educativo chileno.
Es innegable
que la manifestación de ayer no fue tan masiva como las
anteriores. Las explicaciones apuntan a la negativa de la
Intendencia Metropolitana –la principal autoridad
regional– que no autorizó esta nueva marcha. Sin embargo,
el respaldo transversal a las demandas estudiantiles pudo más,
y miles de jóvenes, acompañados de políticos, alcaldes
comunales, trabajadores y gente común y corriente se
plegaron a la convocatoria de la Confederación Nacional de
Federaciones de Estudiantes (Confech) y del Colegio de
Profesores.
El lucro en la
educación, la relación de miembros del gobierno con la
educación privada, los onerosos intereses de los alumnos
que estudian con becas y la desigualdad e inequidad en el
acceso y calidad de la educación son temas que han calado
hondo en la ciudadanía que ve como un derecho básico que
no se está recibiendo como corresponde. Ni los cuatro mil
millones de dólares o las 200 mil becas extras ofrecidas
por el gobierno han logrado poner tablas a un puente cortado
hace rato entre La Moneda y los dirigentes estudiantiles.
El Ministerio
de Educación había apostado a un debilitamiento de los
estudiantes dado el tiempo que llevan movilizados. No
obstante, la gente comenzó a llegar antes del mediodía a
plaza Italia. Según cifras oficiales, fueron más de 60 mil
los chilenos que ayer volvieron a reclamar por una educación
justa. Como ha sido la tónica de las últimas protestas en
Santiago, el grupo se desplazó en forma ordenada y pacífica
por la Alameda, la principal arteria capitalina. Llamaban la
atención las numerosas pancartas, alusivas principalmente
en contra de Piñera y su ministro de Educación, Joaquín
Lavín. Algunas chicas con poca ropa ironizaban porque la
educación “las dejó desnuda” y hasta un doble del
presidente Salvador Allende se animaba a reclamar cerquita
de La Moneda. Los pacos, apertrechados por toda la calle,
miraban de reojo.
Antes del acto
central en la plaza Los Héroes, hubo un altercado entre el
intendente regional, Fernando Echeverría, y el alcalde de
Santiago, Pablo Zalaquett; discutieron por la conveniencia o
no de autorizar la marcha dada la cantidad de gente que se
sumó.
Tal situación
crispó los ánimos de los uniformados, dos de los cuales
fueron atacados con bombas molotov. Aun así, la opinión
generalizada es que los carabineros actuaron con extremada
violencia para repeler a los manifestantes que comenzaron a
provocar desmanes.
A los carros
lanzaaguas y gases lacrimógenos, se sumaron una gran
cantidad de palos a cualquier estudiante que estuviera a
mano.
Hugo Gutiérrez,
uno de los tres diputados comunistas del Congreso chileno,
reclamaba a viva voz mientras el presidente de la
Universidad de Santiago, Camilo Ballesteros, dijo que “fue
totalmente desmedido que carabineros con caballos intentaran
ingresar al escenario y dispusieran piquetes a su alrededor.
Que una manifestación pacífica termine con fuerte represión
de carabineros no tiene justificación”.
Por su parte,
“el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo,
calificó la movilización como gloriosa, apoteósica y
extraordinaria”, apuntó los dardos a Joaquín Lavín.
“Hoy día
hay un gran derrotado. Lavín ya está derrotado. A Lavín
no le ha resultado ninguna de las maniobras. Adelantó las
vacaciones y los colegios igual siguen tomados”, sostuvo.
Por su parte,
el presidente de la Federación de Estudiantes de la
Universidad Católica, Giorgio Jackson, resaltó “la
convocatoria excelente.
Por el lado de
los pingüinos, Laura Ortiz, presidenta de la Asamblea
Coordinadora de Estudiantes Secundarios, señaló que “fue
una marcha absolutamente exitosa porque, como hemos dicho,
se trata de un descontento social y a medida que ha pasado
el tiempo, hemos seguido movilizados”.
Daniela Isla,
presidenta del Centro de Alumnos del Liceo Confederación
Suiza, agregó que el encuentro convocó además a padres,
niños pequeños y mucha gente que llegó con batucadas,
convirtiendo esto en un carnaval”.
Desde el
gobierno, el ministro del Interior, Rodrigo Ubilla, defendió
el accionar de carabineros. A su vez, el propio Sebastián
Piñera llamó a los estudiantes a retomar el diálogo.
“Llegó
el momento de terminar con la violencia, las tomas, los
paros y reencontrarnos con el camino del diálogo, los
acuerdos y la acción. La calidad, el acceso, el
financiamiento de la educación en nuestro país está en el
corazón de las prioridades de nuestro gobierno y está
también en el corazón de las prioridades de nuestra
sociedad”, sostuvo el mandatario, mientras decenas de
manifestantes seguían enfrentados a los policías dando
cuenta de que, por ahora, el tema está más lejos que cerca
de resolverse.
Nuevo
desafío de los estudiantes a Piñera
Violentas
protestas en todo el país
Por
Carlos Vergara
Corresponsal en Chile
La Nación, 15/07/11
Con el
presidente Sebastián Piñera enfrentando índices históricos
de baja popularidad y rumores de cambios en el gabinete, una
nueva ola de manifestaciones de estudiantes y universitarios
volvió a sacudir las principales ciudades del país.
Sólo en
Santiago, unas 30.000 personas -convocadas por el Colegio de
Profesores y la Confederación de Estudiantes Universitarios
(Confech)- se reunieron en plena Alameda para protagonizar
la tercera gran marcha de las últimas semanas, en protesta
por la mala calidad en la educación y como un franco
rechazo a la propuesta de reforma anunciada por el
mandatario la semana pasada
Arica,
Iquique, Antofagasta, Valparaíso, Concepción, Chillán,
Osorno y Puerto Montt también fueron focos de masivas
movilizaciones. Cifras preliminares hablaban ayer de un
total de 100.000 personas en todo el país.
El primer
asomo de conflicto se provocó por la insistencia de los
manifestantes de comenzar la marcha en la plaza Italia (el
kilómetro 0 de Santiago) y no en la plaza Los Héroes, como
había sido autorizado por la intendencia y donde estaba
concentrado el plan de contingencia de los carabineros. Los
desmanes no tardaron en llegar, y se produjo un duro
enfrentamiento entre los manifestantes -algunos, provistos
de palos, pintura y bombas molotov- y la policía.
Las quejas de
los estudiantes apuntaron a la fuerza desmedida ocupada por
los uniformados y, a su juicio, a las "políticas
represivas" del gobierno de Piñera. Por lo menos 28
estudiantes fueron detenidos, mientras que dos carabineros
resultaron heridos, ambos tras recibir sendos impactos de
bombas molotov, lanzadas por los manifestantes.
Mientras se
producían los desmanes, Piñera pidió calma a la población.
"Estoy convencido de que llegó el momento de terminar
con la violencia, las tomas y los paros que tanta destrucción
y daño han alcanzado. Espero que en nuestro país tengamos
esa madurez y el patriotismo para que, más allá de las legítimas
diferencias, haya un objetivo común, que es hacer un país
mejor", dijo el mandatario.
Las
autoridades dirigieron sus dardos a uno de los líderes de
la marcha, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime
Gajardo. "El más algunos estudiantes desafiaron a la
autoridad [?]. En esta ocasión, ellos están jugando con
fuego. Son ellos los responsables de los desmanes que han
sucedido", se quejó el subsecretario de Interior,
Rodrigo Ubilla.
"Hemos
visto a los dirigentes en una postura bastante
intransigente. Los estudiantes tienen que comprender que la
calle no es sólo de ellos", complementó la vocera,
Ena von Baer.
El propio
Gajardo alcanzó a dirigirse a la multitud antes de que los
carabineros dispersaran a los manifestantes con agua y gases
lacrimógenos. "El objetivo de la marcha es que los
actores reales de esta discusión seamos considerados. Aquí,
el gobierno ha tratado de realizar acuerdos, pero ¡sin
considerar a los actores directamente involucrados!",
explicó a los gritos.
En Valparaíso,
por otra parte, unas 15.000 personas -no sólo estudiantes,
sino también numerosos gremios- se plegaron al llamado
"porteñazo", en protesta por el congelamiento
gubernamental de una serie de medidas comprometidas.
Cerca del
Congreso, las fuerzas especiales de carabineros disuadieron,
también con gases lacrimógenos, a un grupo de encapuchados
que arrojaban piedras y bombas de humo.
Fuentes del
oficialismo confirmaron a La Nacion que el cambio en el
gabinete debería producirse, a más tardar, la próxima
semana. "Como nunca, el presidente ha sido sumamente
reservado y hermético sobre los cambios que hará",
dijeron esas fuentes. La dura pugna en el oficialismo, entre
Renovación Nacional (RN, partido del cual es originario Piñera)
y la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI),
garantiza que cada uno de éstos cuidará a sus ministros y
que cualquier movimiento deberá mantener los equilibrios
actuales.
En el actual
escenario, los principales cuestionados son los ministros
del Interior, Rodrigo Hinzpeter (RN); de Educación, Joaquín
Lavín; el secretario general de la Presidencia, Cristián
Larroulet, y la vocera de gobierno, Ena von Baer, todos de
la UDI. Los analistas locales ven una fuerte pulseada de la
UDI por remover a Hinzpeter, quien, sin embargo, siempre ha
tenido el apoyo irrestricto de Piñera.
La
eventual remoción permitiría la entrada como ministro del
Interior del actual titular de Justicia, el también miembro
de RN Felipe Bulnes, o de su correligionario, el ministro de
Defensa, Andrés Allamand.
Estudiantes,
portuarios, mineros, empleados fiscales, ambientalistas,
minorías
sexuales y mapuches pueden verse en las calles de todo el país
protestando
El
gobierno de Piñera, en su momento más oscuro
Por
Carlos Vergara
Corresponsal en Chile
La Nación, 17/07/11
Altos índices
de crecimiento, un desempleo relativamente bajo y un proceso
de reconstrucción postsismo del 27 de febrero de 2010
medianamente consistente no parecen argumentos suficientes
para levantar el prestigio del gobierno de Sebastián Piñera
ante los chilenos, que lo castigaron con una baja aprobación
histórica del 31% y un rechazo sin precedente, del 60%, de
acuerdo con la última encuesta mensual de Adimark.
Las
movilizaciones se repiten todas las semanas. Estudiantes,
portuarios, mineros, empleados fiscales, ambientalistas,
minorías sexuales y mapuches pueden verse en las calles de
todo el país protestando por demandas y reivindicaciones
que estiman incumplidas.
Es, con todo,
el país de las contradicciones. Mientras muestra con
orgullo su pertenencia a la OCDE y un PBI per cápita de
15.000 dólares, las desigualdades son marcadas: la fortuna
de los cuatro principales grupos económicos locales
equivale al ingreso anual del 80% de la población y las
clases bajas se preguntan dónde está el
"derrame".
Piñera no la
tiene fácil. El primer flanco abierto, y el más
intransigente, es el de los estudiantes secundarios y
universitarios, quienes han mantenido un paro y toma de
distintos colegios y facultades durante más de dos meses,
en protesta por la mala calidad de la educación y el
excesivo afán de lucro de las universidades privadas.
"Mientras
el gobierno y sus parlamentarios se empeñen en darnos la
espalda, evadir nuestras propuestas o deslegitimar nuestro
movimiento con acciones desesperadas, el descontento, la
organización y la unidad se verán fortalecidas",
asevera la líder del movimiento universitario, Camila
Vallejo.
Otro dolor de
cabeza es el masivo rechazo ciudadano a la instalación de
la hidroeléctrica HidroAysén, en los virginales parajes
del sur de Chile. Pese a que ya fue aprobado, entre
ensordecedoras quejas, el proyecto de ley que contempla la
licitación de la autopista eléctrica fue postergado, como
también la resolución del problema energético y la
inversión extranjera.
Irónicamente,
su gran triunfo, el rescate de los 33 mineros en octubre del
año pasado, terminó esta semana con una millonaria demanda
colectiva en contra del Estado por parte de los
trabajadores.
La génesis
del gabinete de Piñera hoy también le pasa la cuenta. Pese
a sorprender con una mezcla de técnicos y académicos, en
desmedro de la apuesta política de la Concertación, hubo
algunos que lanzaron sus críticas por aquel entonces:
gobernar de espaldas a los partidos sería un error fatal.
A partir de
allí, con un comité político de bajo peso y sin presencia
real de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI),
éstos pusieron el grito en el cielo ante el dominio sin
contrapeso en el palacio presidencial de La Moneda del
ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, de las filas de
Renovación Nacional, el mismo partido de Piñera.
Fuentes del
gabinete, consultadas por La Nacion, incluso aluden al
concepto de bonapartismo -en referencia a Napoleón III-
para aludir a su principal pecado: intentar gobernar sin los
partidos, el empresariado y sus electores.
Quejas
en el oficialismo
Pese a que la
oposición manifiesta un rechazo superior al del gobierno
(68%), el oficialismo reconoce, con dolor, el más grande de
sus aciertos: haber instalado el concepto de "letra
chica". Esto es, que todas las grandes reformas
anunciadas siempre conllevan pequeñas "trampas" y
ambigüedades, como la rebaja del 7% en pensión para los
jubilados, que pasaron de ser beneficios universales a
parciales.
La última
gran crítica, asumida por el propio oficialismo, apunta al
diseño comunicacional de La Moneda, que no consigue
traspasar a la población los logros del gobierno.
El
conservadurismo de la UDI tampoco colabora, pues detiene
iniciativas comprometidas en campaña, como la regulación
de la convivencia homosexual.
A partir de
ahora, con la llegada de Hinzpeter de sus vacaciones, debería
comenzar a afinarse el diseño final del cambio de gabinete,
el tercero en siete meses.
Una de las señales
más potentes sería la entrada del senador de la UDI, Pablo
Longueira, a un ministerio social y con un escaño en el
comité político. La suerte del propio Hinzpeter, la vocera
Ena von Baer y varios ministros también podrían quedar
selladas desde ahora.
Con elecciones
municipales el próximo año y generales en 2013, Piñera
sabe que el tiempo de hacer historia se acorta. La gran
revolución política prometida, las grandes expectativas de
la población y la enorme pérdida de credibilidad del
mandatario no presagian un muy feliz "segundo
tiempo".
Sin
embargo, hay quienes recuerdan que Michelle Bachelet pasó
por el mismo trance -una aprobación del 35%- en la mitad de
su gobierno y consiguió abandonar el poder con un 85% de
popularidad y varias políticas de sello social que ya la
dejaron en la historia.
El
nuevo gabinete incluye a referentes de la UDI, el bloque que
apoyo al dictador
Ex
pinochetistas al gobierno de Piñera
Por
Christian Palma
Desde Santiago
Página 12, 19/07/11
El presidente
sacó a Joaquín Lavín de Educación luego de enfrentar
cuatro semanas de protestas de los estudiantes. Dos hombres
fuertes de la derecha más conservadora, Pablo Longueira y
Andrés Chadwick, ocuparán puestos clave.
Una vieja foto
donde aparecían los líderes del partido de extrema derecha
Unión Demócrata Independiente (UDI), Pablo Longueira, Andrés
Chadwick y Joaquín Lavín, conversando con Augusto Pinochet,
circuló por las redes sociales apenas se supo que los dos
primeros son desde ayer los flamantes nuevos funcionarios de
Economía y de la Secretaría General de Gobierno.
Esa fue una de
las sensaciones –entre muchas otras– que dejó el
segundo y más mediático cambio de gabinete efectuado por
Sebastián Piñera: la preponderancia de la UDI –el mismo
bloque que siempre apoyó al dictador– en el gobierno y
que, de paso, abrió un nuevo flanco de críticas porque
ambos son senadores que deberán dejar sus escaños. Ahora
sus puestos en Valparaíso serán llenados al arbitrio de
sus partidos, lo que aumentará el número de congresistas
designados.
Las fuertes
presiones de sus aliados, sus opositores y buena parte de la
ciudadanía pudieron más. Al presidente no le quedó más
opción que mover piezas de un gabinete presentado como de
excelencia y que estaba haciendo agua. Sobre todo en Educación
y en la vocería.
Para
descomprimir el ambiente, Piñera sacó a Joaquín Lavín de
Educación y lo mandó a Planificación, tratando de
mantener en parte el saldo de adhesión ciudadana que le
quedaba luego de enfrentar cuatro semanas de movilizaciones
de los estudiantes secundarios y universitarios. En este
escenario, los estudiantes –que no depondrán las
movilizaciones– celebraron la salida de Lavín y se
adjudicaron ese hecho como un triunfo de su causa.
Por otro lado,
la llegada de Longueira pretende ordenar la casa. El es uno
de los políticos “duros” de la derecha, hábil y gran
negociador. En varias ocasiones ha servido de puente con la
Concertación y la alianza en temas complejos. Chadwick, en
tanto, es primo de Piñera y uno de sus consejeros más
cercanos. Su papel a cargo de las comunicaciones oficiales
será clave en lo que queda de gobierno, dado lo duro que se
vislumbra el enfrentamiento con la oposición.
Sin embargo,
el golpe de timón no alcanzó a tocar al ministro del
Interior, Rodrigo Hinzpeter, que también sonaba como
posible dado de baja. Así las cosas, Piñera se sale otra
vez del libreto presentado a principios de su gobierno,
cuando conformó un equipo tecnócrata por sobre uno político.
Ya en enero pasado había hecho lo mismo cuando instaló a
históricos de derecha como Andrés Allamand en Defensa y a
Evelyn Matthei en Trabajo.
No obstante,
el fierro más caliente lo agarró Felipe Bulnes, quien
lideraba el Ministerio de Justicia. El abogado, y uno de los
ministros mejor evaluados, deberá hacerse cargo de Educación
y tendrá la difícil misión de recomponer los caminos
cortados con los estudiantes y liderar la reforma anunciada
por Piñera, que ha sido rechazada transversalmente por los
actores en conflicto.
Otra de las
opiniones escuchadas ayer fue la que involucró a Laurence
Golborne, quien oficiaba como ministro de Minería y Energía.
Golborne se hizo conocido tras el rescate de los 33 mineros
de Atacama, hecho que lo catapultó como el ministro mejor
evaluado. Ya ha declarado que se siente capaz para ser
presidente de Chile, y en la alianza derechista lo cuidan y
potencian. Desde hoy se hará cargo de la cartera de Obras Públicas,
cambiando los conflictos con los mineros del cobre, el gas
de Magallanes o las centrales hidroeléctricas por el simbólico
corte de cintas, que en su cartera abundan con fotos y
discurso incluido. Si lo hace bien y acelera el tranco en la
reconstrucción post-terremoto, tendrá buena parte de su
camino pavimentado a La Moneda en 2014.
La decisión
de Piñera se había analizado durante las últimas semanas,
luego de las diversas marchas masivas en rechazo a la
educación, centrales hidroeléctricas, entre otras, y por
la baja sostenida en las encuestas.
Finalizada la
ceremonia de juramento de los nuevos ministros, Piñera apeló
otra vez al terremoto en su discurso. “Los chilenos
podemos estar muy orgullosos de lo que juntos hemos logrado.
Después de uno de los terremotos más fuertes de la
historia, el país se está levantando. Pero no es el tiempo
de aflojar el ritmo. La sociedad chilena nos recuerda todos
los días que nos quedan muchos desafíos por lograr”,
dijo, al tiempo que detalló las tareas de sus nuevos
colaboradores.
Desde
la oposición, el jefe de la bancada de diputados DC, Aldo
Cornejo, dijo que las modificaciones representan “nada más
que un cambio cosmético y camaleónico”. Los demás
dirigentes reclamaron por la eventual llegada al Congreso
“por secretaría” de los ministros salientes,
principalmente la ex vocera Ena von Baer, y criticaron la
llegada de Golborne a Obras Públicas. “En Energía y
Minería no ha enfrentado ningún tema conflictivo y es
blindado ahora para dedicarse al corte de cintas y al
twitteo”, criticaron desde el PS. “Tal como en el
ajedrez, los enroques son una medida desesperada y no
siempre resultan”, sentenciaron desde el Partido Radical.
|