El
retorno a la movilización: la política de negociación del
PC no logro nada
La lucha de los estudiantes sigue de pie
Por Martiniano Argento
Socialismo o Barbarie, periódico, 27/10/11
Como adelantamos desde estas páginas, la política de la
negociación propuesta por el PC chileno (quien dirige la
CONFECH) fracasó rotundamente. En la mesa de negociación,
donde se decidirá el futuro de miles de estudiantes, el
presidente Piñera y sus lacayos sólo estaban dispuestos a
dar una mayor cantidad de becas y un mayor control sobre el
dinero que se destina a las universidades. Pero como el
movimiento estudiantil chileno tiene claro por qué salió a
luchar, ha vuelto a las calles ante el fracaso de las
negociaciones.
Posteriormente a la tercera reunión con el gobierno, los
estudiantes decidieron continuar con los cortes, marchas y
tomas con más fuerza, al punto que hay 7 universidades que
votaron no tener clases el resto del semestre (las
votaciones fueron parejas en las asambleas en que se discutió,
incluso hubo algunas que votaron en contra de la suspensión).
Se organizan nuevas marchas, que como todas las anteriores
fueron reprimidas y aumenta el número de detenidos. Pero el
número de manifestantes no parece bajar, el apoyo de la
gente aumenta y se nacionaliza el conflicto.
El retorno de la lucha en las calles
La vuelta de los estudiantes a la lucha en las calles, es
una vuelta a la única política que logrará obtener el
objetivo principal que se busca: la educación pública,
gratuita y de calidad. Aunque Piñera diga que esto no es
posible, sí hay una posibilidad real: la nacionalización
de la producción del cobre, que genera millonarias
ganancias. Si las enormes ganancias de la minería se ponen
a disposición del pueblo, la educación pública y gratuita
estaría garantizada, dándole la posibilidad de acceder a
ella a miles de estudiantes. Hoy en día esta propuesta es
planteada por algunos sectores del combativo movimiento
chileno, e incluso llegan a plantear la necesidad de
reformar la Constitución.
En cambio, el PC chileno y la dirección de la CONFECH
siguen planteando soluciones negociadas y tibias, como
reformas tributarias para que los ricos financien la educación
[1]. Incluso algunos sectores de la dirección defienden un
plebiscito. Esto último está mal: llevar a la lucha de
meses a confiar en él es llevar la lucha al terreno del
gobierno. Luego de intentar negociar con Piñera, la dirección
de la CONFECH se fue a Europa para seguir negociando, ahora
con la UNESCO y el Parlamento europeo. Su política sigue
siendo desconfiar de las movilizaciones y las tomas que se
están multiplicando.
Mientras, el Presidente Piñera se muestra muy duro con los
reclamos, tanto que mientras discutía con los estudiantes,
discutía una ley para aumentar las penas por corte de
calles y tomas de colegios, la principal forma de lucha de
los estudiantes. Hoy algunos comparan a Piñera con Gadafi,
que no cedió nada y terminó siendo derrocado, lo cual está
planteado hoy en Chile si se profundiza la lucha en las
calles.
La estructura política heredada de la dictadura de
Pinochet, que permite que una minoría logre ser mayoría en
el Congreso, hoy está siendo amenazada, y de la lucha de
los estudiantes junto a los obreros es que depende que siga
en pie o no. Cuando esta unidad se dio, la CUT llamó a dos
días de paro, el Presidente se vio obligado a llamar a la
mesa de diálogo, antes que se profundice la unidad. Hoy la
burocracia de la CUT se suma tímidamente, llamando a paros
durante las manifestaciones pactadas, pero sin sumarse
plenamente a una dura lucha para conseguir los reclamos y más.
Lo más democrático:
¡que se vaya Piñera, hoy repudiado por la gran mayoría
del pueblo chileno!
Hoy la lucha del movimiento estudiantil chileno es una
lucha ofensiva que no cesa, y
si un gobierno como el de Piñera no respeta el
reclamo mayoritario y democrático de una educación pública,
gratuita y de calidad, la medida más democrática es
sacarlo.
La perspectiva que sostenemos desde el Nuevo MAS y
Socialismo o Barbarie Internacional es que debe plantearse más
que nunca ir contra el gobierno de Piñera, echarlo a
patadas, e imponer una Asamblea Constituyente Revolucionaria
que cambie de cuajo la organización política, económica y
social del país.
Nota:
1. Camila Vallejos, presidenta del FECH y militante del PC,
declaró: “queremos que los ricos financien a los más
pobres a través de una reforma tributaria”,
El País 6/10/2011
|