Cambios productivos y
concentración agraria
Las consecuencias de la
sojización
Por Juan José Funes
Socialismo o Barbarie, periódico, 03/04/08
El paro rural con su
reaccionario reclamo de reducción indiscriminada de los
aranceles de exportación (retenciones), ha puesto en tela
de juicio un elemento fundamental del andamiaje de la política
económica del gobierno kirchnerista. Pero también ha hecho
emerger problemas estructurales del campo argentino. Veamos
esto último más de cerca.
Cambios productivos
La oligarquía terrateniente
argentina, salvo raras excepciones, fue siempre una clase
muy conservadora y poco afecta a las iniciativas productivas
y al cambio tecnológico. Para qué invertir si la pampa húmeda
era (y es) un paraíso agropecuario; todo crecía sin
gran esfuerzo. La producción aumentaba en forma
extensiva de acuerdo a la demanda del mercado mundial.
Tierra sobraba.
Sin embargo, a partir de la década
del ’30 se produjo una situación de estancamiento agrario
de importancia dado el cambio que ocurrió en las
condiciones económicas internacionales en esa fecha. Esto
termina obligando a dar una vuelta de tuerca desde el punto
de vista de la explotación capitalista propiamente dicha
del campo argentino.
A partir de los ’70, este
estancamiento se comienza a revertir. Primero con un
impulso a la mecanización. A partir de 1980 y producto de
la desertificación –fundamentalmente en la Pcia de Bs
As.– se empiezan a usar fertilizantes en forma más
intensiva. En la década de los ‘90 se incorporan dos
avances que iban a cambiar conjuntamente la forma de
producir tradicional, provocando cambios de todo tipo en el
campo argentino: la siembra directa y la biotecnología
aplicada a las semillas (1). Era un cambio inevitable si
se quería subsistir en la economía mundializada.
En honor a los hechos, hoy el
70% de la agricultura se lleva a cabo mediante la técnica
de siembra directa y con semillas genéticamente alteradas.
Resisten mejor las plagas, a los distintos climas y lo más
importante desde el punto de vista capitalista, aumentan los
rindes por hectárea. Sin embargo, no se pueden reproducir
en el campo mismo y deben ser compradas a las grandes
empresas trasnacionales proveedoras de las mismas...
Provincias como Catamarca,
Formosa y Santiago del Estero hoy son productoras de granos.
Hace 40 años esto era impensado por su clima. Hay que
resaltar que este es un fenómeno mundial. Paraguay es el
6to productor mundial de soja y Mato Grosso (Brasil)
lindante con Amazonas, es uno de los productores mas
importantes del país vecino. Ya que lo mencionamos, todo el
mundo sabe que la estrella del cambio en la Argentina es la
soja (2): actualmente, 50% del área sembrada. El área
sembrada con trigo está estancada con tendencia a
retroceder y hay leves repuntes del maíz y fundamentalmente
del girasol.
El boom sojero
A principios de la última década
se dan dos fenómenos que explican en parte el boom sojero: se
agudiza la crisis petrolera internacional y como producto de
la epidemia "vaca loca" se comienza a alimentar el
ganado con balanceados de origen vegetal.
Aparecen en nuestro país
nuevas agroindustrias. La producción de biodiesel
(combustible alternativo), cuya molienda alcanzó en el 2007
1.560.000 toneladas de soja*. La industria aceitera y la del
biodiesel dan un subproducto: pellets de soja que en
el 2005 alcanzó 17 millones de toneladas, la inmensa mayoría
destinada a la exportación a China, a la Unión Europea, a
la India y otros países como alimento para ganado.
Con la soja, Argentina tiene ventajas comparativas con otros
países; no es un hábito alimenticio de su población, por
lo tanto casi toda la producción se exporta. Además es un
cultivo muy resistente a las plagas y a los distintos climas
y necesita pocos cuidados, por lo tanto, poca mano de
obra...
Como decíamos, ha surgido una
industria aceitera de primer nivel mundial. En nuestro país
hay 49 plantas aceiteras tanto para consumo humano; como
fundamentalmente para producción de biodiesel. De este último
sector, las más importantes empresas son Cargill, Bunge,
Dreyfus, A.G.D, Vicentín y Pecom. Además hay 10 nuevas
plantas en construcción y 18 proyectos (Repsol y Dreyfus);
se prevé moler 10 millones. de toneladas de soja obteniendo
14,7 millones de barriles de biodiesel para el 2010 (3), la
mayoría asentadas en Santa Fe, provincia líder en la
producción de soja en la Argentina. También, como era de
esperar, ha surgido en esta provincia un sector de punta
a nivel mundial de fabricación de maquinaria agrícola.
La crisis petrolera y el
boom sojero
Todos estos elementos son la
base material que explican la casi cuadruplicación de la
producción de soja en tan pocos años (4). ¿Pero para qué
tanta soja?. Veamos esto.
A partir del 2002 se agudiza la
crisis petrolera. Las causas, entre tantas otras: en los últimos
30 años no ha habido grandes descubrimientos, la demanda
mundial ha ido en aumento y muchos pozos se han agotado. Sin
ir más lejos, en Argentina hay reservas para cinco o seis años.
Su precio ha saltado, en seis años, de 40 dólares el
barril (159 lts) a 110 dólares. U.S.A, que históricamente
era un país autoabastecido, hoy es un importador neto de
petróleo. Produce 5 millones de barriles y consume 20
millones diarios. La producción mundial es de 82 millones
diarios. O sea, consume el 25% de todo el mundo. Agreguemos
a esto la Unión Europea (importador neto) y los países asiáticos
(China, India y Japón) y el cuadro está completo.
¿Qué factores actúan
sobre el precio del petróleo?
1) La demanda (que se verá
afectada por la profundidad y duración de la crisis económica
mundial);
2) La inestabilidad política
de los principales países y zonas productoras (Nigeria,
Venezuela, Medio Oriente, etc);
3) La depreciación como moneda
mundial del dólar;
4) Se está creando una nueva
burbuja económica alrededor de los commodities (materias
primas). Cada vez más en las transacciones petroleras y de
granos intervienen “hedge funds” (fondos de inversión
muy especulativos). Se calcula que el 20% de sus valores
actuales es especulación pura.
Estados Unidos es el primer
productor mundial de maíz, 220 millones de toneladas en el
2007 y destina 80 millones a producir etanol (alcohol). Este
alcohol lo mezcla con sus naftas obteniendo un producto E10
(etanol 10%, nafta 90%). Su producción es 168 millones. de
barriles al año. También es el primer productor mundial de
soja extrayendo biodiesel B5 (5% bio 95% diesel).
Sojización y fuerzas
productivas
Desde ya que es una fantasía
completa creer que se ha encontrado el camino de la solución
de la crisis energética con recursos renovables. Es un
disparate y una irracionalidad capitalista de las
muchas que hay. Porque no alcanzaría el planeta entero para
suplantar de esta forma los combustibles de origen fósil...
de paso no comería ningún ser humano!
La crisis petrolera y en menor
medida los cambios en la alimentación del ganado vacuno son
la locomotora que arrastra a la suba el precio de la soja (y
en menor medida el maíz) creando un enorme desequilibrio
en los demás sectores del campo argentino:
1) Producción estancada de
trigo y cierre de sus exportaciones, suba de precios y
aplicación de subsidios en el sector molinero;
2) Crisis del sector ganadero.
Subsidios al maíz que consumen (feed lot) (5);
3) Crisis del sector lechero,
precio subsidiado;
4) Crisis del sector frutihortícola.
Como se ve, el proceso de
sojización de la agricultura ha producido cambios de
todo tipo: se ha extendido la frontera agropecuaria a
provincias que antes no se dedicaban a esta actividad; la
soja ha avanzado en su implantación sobre las fronteras
ganaderas y tamberas (6), como también ha hecho entrar en
crisis las economías regionales específicas. Hay un
proceso de creciente migración poblacional del campo a las
ciudades y lo que es peor aún, está provocando
alteraciones profundas en el ecosistema. El desmonte de
los bosques es intensivo: "El Impenetrable" en el
Chaco ya prácticamente no existe. La tala indiscriminada de
bosques nativos es la responsable, en última instancia, de
las inundaciones en Salta. Todo porque el monte ha sido
suplantado por campos de soja. Este fenómeno se da también
en Bolivia, Paraguay y Brasil (3.000.000 de hectáreas de
desmonte de selva amazónica por mes!). Como herbicida se
usa el glifosato que es pulverizado sobre los sojales desde
avionetas. Mata todo menos la soja. Popularmente en el norte
de nuestro país al sojal se lo llama "reino del
viento": no hay vida, sólo se escucha el silbido
del viento. El agroquímico provoca enfermedades de todo
tipo en las poblaciones aledañas.
Si bien la siembra directa
disminuye los riesgos de degradación de la tierra, la
rotación de cultivos es muy baja, la soja absorbe en demasía
los nutrientes de la tierra (nitrógeno, fósforo, etc.)
junto al uso de glifosato; todo esto acelera rápidamente la
desfertilización de la misma. Según datos muy
conservadores del I.N.T.A, en la Argentina 60 millones de
hectáreas. están degradadas y se pierden 500 hectáreas de
suelo por día.
Concentración agraria y
despojo de los pequeños propietarios
Todo lo expuesto anteriormente
hace que la seguridad alimentaria de los sectores populares
en el mediano plazo se convierta en un problema de primer
orden. Ya se comienzan a sentir los primeros síntomas: el
precio de la carne y las hortalizas por las nubes. Es
que el capitalismo agropecuario en su afán incesante de
lucro se ha volcado a los sectores más rentables
disminuyendo la producción de otros.
Los nuevos modos de producción
que ya venían de la década pasada, más los altos precios
internacionales de la mayoría de las commodities, han
profundizado la concentración de la propiedad agraria de
forma y magnitud antes nunca vistas.
Hoy la manera de producir en el
campo es a gran escala, es un fenómeno mundial. Porque son
necesarias grandes inversiones en maquinaria, insumos,
controlar no sólo la cadena de producción sino también la
de comercialización. Este es el significado profundo de una
palabra de moda, “agrobussines”.
La política económica del
gobierno kirchnerista, fiel representante de los grandes
pulpos agropecuarios, ha incentivado este proceso. No
es que haya desaparecido la tradicional oligarquía
terrateniente argentina (Anchorena, Gómez Alzaga, etc.),
hay nuevos actores mucho más poderosos: los pools de
siembra, los fondos de inversión, Swift, Arcor, Quickfood
(7), etc.
Es tan acuciante la necesidad
de producir en escala que estos grupos se han
extendido a los países limítrofes asociándose en muchos
casos con capitales brasileños. También están Monsanto,
Dupont y Nidera que monopolizan el sector de los insumos
(semillas, fertilizantes y agroquímicos); Cargill, Bunge y
Dreyfus (verdaderos gigantes en producción, comercialización
y exportación de productos del campo).
En esta situación, muchos
de los pequeños productores se han visto y se ven obligados
a arrendar o a vender sus tierras porque son víctimas de
los grandes monopolios ligados al agro y de la política
económica del gobierno K (8).
Hoy la realidad es que existen
130.000 pequeños y medianos productores con una propiedad
promedio de 26 hectáreas cada uno. En su mejor momento del
siglo XX, llegó a haber casi 600.000.
Y de los trabajadores rurales
nadie habla. Son 1.300.000 de los cuales 1.000.000 están en
negro, son eventuales, cobran los peores salarios del país
y están regidos por un decreto de 1980 de la dictadura
militar. De paso digamos que en el paro agropecuario siguen
trabajando, ordeñando vacas, arreando y alimentando ganado,
cosechando soja.
Esta es la realidad del campo
argentino: propiedad de la tierra muy concentrada y
explotación, en todos sus sectores; es decir, capitalista
hasta la médula.
Notas:
(*) Todos los datos estadísticos
de este artículo son de SAGPYA (Secretaría de
Agricultura-Ganadería-Pesca y Alimentación), I.N.T.A
(Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), y
O.N.C.C.A (Oficina Nacional de Control Comercial
Agropecuario).
(1) Las retenciones a la
producción agropecuaria son recaudadas directamente por el
gobierno nacional.
(2) Siembra directa-innovación
que prescinde de arar la tierra mitigando la desertificación
y la pérdida de fertilidad que ello ocasiona. Biotecnología
en semillas: alteración genética en las semillas para
aumentar el rinde por hectárea y ser inmune a las plagas
incorporando por ejemplo, genes alterados inmunes también a
los agroquímicos, variedad RR, soja de Monsanto.
(3) Se necesitan 5 toneladas de
soja para obtener 1tn. (7 barriles) de biodiesel; 3 tn.de maíz
para 1 tn. de etanol. Argentina exporta el 76% del biodiesel
a U.S.A y el 23% a la U.E.
(4) 1995: 13.000.000 millones
de toneladas, 2007: 48 millones de toneladas. (China
principal comprador).
(5) Feed Lot: ganado vacuno
alimentado en corral. El 50% del consumo en el país es
criado bajo esta modalidad.
(6) El ganado vacuno se calcula
que ha bajado de 55 millones de cabezas a 35 millones. Los
tambos de 40.000 a 10.000 unidades productivas.
(7) Grobocopatel (grupo
"Los Grobo”): 600.000 has., la mayoría arrendada;
Cresud (G. Soros), fondo de inversión, 470.000 has; Frigorífico
Swift, 200.000 cabezas de ganado vacuno; Arcor líder en la
industria alimenticia, 45.000 has; Anchorena y G. Alzaga:
40.000 y 60.000 has. respectivamente; de los 80.000
propietarios de la región pampeana los primeros 1.250
concentran el 35% de la tierra, 9 millones de has. Pág.
12.
(8) En honor a la verdad, hay
otro sector que aprovechando los altos precios que se pagan
por arrendar los campos de la pampa húmeda, ha. dejado de
producir, mudándose a la ciudad.
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