El fallo de la corte sobre “libertad sindical”
Los derechos se consiguen con la lucha
Por Rodolfo Torres
Socialismo o Barbarie, periódico, 21/11/08
El fallo de la Corte Suprema de Justicia abrió todo un
debate y ciertas expectativas en las filas obreras. ¿Este
fallo significa que los trabajadores podemos organizarnos
con libertad para luchar y para echar a los burócratas de
todos los colores que están enquistados en las
organizaciones obreras? Adelantémonos a decir que, tal
como está, no. La libre organización de los
trabajadores sólo se consigue con duras luchas y adquiere
las formas que esa lucha determina. Pero antes de entrar
en el fallo en sí y sus implicancias hay que ver el marco
en que se da.
El gobierno le marca la cancha a Moyano
Desde la CGT sospechan que el gobierno habría dado la
venia para que salga el fallo. Toda la prensa confirmó
estas sospechas, fuentes kirchneristas que cita el diario La
Nación dejaron trascender: “No es bueno que haya un solo
jugador. Lo bueno es que haya dos o tres para diversificar más
el poder”.
El gobierno quiere curarse en salud y ante la situación
de alta conflictividad que prevé, en forma
preventiva, le manda una clara señal a Moyano: “no te
hagas el loco que te rompo el negocio del monopolio
sindical, de las obras sociales y otras empresas
sindicales”. Pero es solamente eso: sólo una señal.
El mismo día que sale el fallo, el gobierno confirma su
acuerdo con la CGT y con Moyano en particular, como el gran
carcelero del movimiento obrero, al poner al frente de la
Superintendencia de Servicios de Salud, que maneja una caja
de mil millones de pesos, al ex abogado del gremio de
camioneros Juan Rinaldi.
El
fallo en sí
El fallo de la Corte permite que sea delegado un
trabajador no afiliado al sindicato con personería
gremial en el ámbito de una empresa estatal. Y en
concreto declara inconstitucional el inciso A del artículo
41 de la ley 23.551 de Asociaciones Sindicales.
La inconstitucionalidad se deriva del rango
constitucional que tienen varios pactos internacionales
firmados por Argentina, como por ejemplo el de San José de
Costa Rica. En este caso, una acordada de la OIT (Organización
Internacional del Trabajo).
Recordemos que la OIT es uno de los tanto organismos que
dependen de las Naciones Unidas y que acompañó con sus
resoluciones todas las normas flexibilización laboral que
impuso el neoliberalismo en los 90.
El fallo tiene, eventualmente, muchas implicancias. Entre
ellas, apunta a derribar el monopolio de la representación
gremial que tienen los sindicatos de la CGT, apunta a
terminar con el sindicato único por rama de actividad, y, más
en general, abre el debate sobre el “modelo” sindical
argentino.
Pero, por ahora, se trata sólo de eso: meras
eventualidades. Porque como lo sabe la CGT, y el mismo
gobierno lo reconoce, para que el tema no quede en
“abstracto”, o en el “aire”, se debería reglamentar
o acordar una nueva ley… alguna vez.
Por eso, lo que tiene que quedar claro es que, mientras
tanto, sigue sin haber ninguna libertad sindical y
que llegar a la instancia de la Corte tardó más de
cinco años y sólo fue posible porque en el ámbito del
Estado hay una ley que permite varios sindicatos.
Además, el trabajador estatal tiene garantizada por ley
la estabilidad laboral y además contaba con el respaldo de
la burocracia de la CTA, que además también tuvo el apoyo
del gobierno…
Es decir, que a ningún trabajador –en primer lugar, si
es de una empresa privada– se le ocurra que se puede
presentar como delegado, por las suyas, porque sus compañeros
lo quieren mucho y crea que puede tener fueros y ser
reconocido, porque va ser despedido en el acto. Salvo que
medie, claro está, una dura pelea a tal efecto.
Dicho
lo anterior hay que aclarar un elemento de enorme
importancia: este fallo puede abrir brechas legales,
brechas que pueden y deben ser usadas y aprovechadas por los
trabajadores. Volveremos al final de la nota sobre este
importante aspecto.
La
CGT no es la “unidad”, sino una garantía de fragmentación
La
CGT salió a poner el grito en el cielo porque este fallo va
contra uno de los pilares de la burocracia: el monopolio
absoluto de la representación gremial. Argumentaron que
“va contra la unidad y que favorece la fragmentación del
movimiento obrero”.
¡Estos
canallas ahora se muestran muy preocupados por la unidad y
la fragmentación! Pero la realidad es que el movimiento
obrero está muy dividido y fragmentado por
responsabilidad de las traiciones de la burocracia de la CGT.
¿O
alguien se acuerda cuántos paros generales convocó la CGT
en los 90, cuando nos dividieron en partes iguales entre
ocupados y desocupados? ¡Ninguno!
¿A
cuántos paros llamó Moyano en los últimos cuatro años,
porque el 50% de la fuerza laboral está en negro y no tiene
manera de hacer valer sus derechos? ¡Ninguno!
¿Cuántos
paros convocó Moyano y la CGT contra la fragmentación que
significa tener en una misma empresa efectivos, contratados
con diversas modalidades, por agencia, tercerizados, etc? ¡Ninguno!
¿Cuántos
paros llamó la burocracia de la CGT que se cansó de firmar
acuerdos por empresa fragmentando a los trabajadores de la
misma actividad? ¡Ninguno!
¿Sabía
compañero que el SMATA, por ejemplo, tiene firmado más
de 200 convenios y que prácticamente cada terminal
automotriz tiene su propio convenio y que esto lleva a
violar la ley que dice que a igual trabajo, igual paga?
¡Estos
verdaderos entregadores de la unidad de la clase obrera
salen a chillar porque ven amenazados sus negocios!
¡Sólo por eso chillan! Cuando se les garantice sus
negocios, van a dejar de chillar y nos van a volver a
entregar como hacen siempre.
La
CTA no es libertad
Por
su parte, la CTA festeja este fallo porque les abre las
puertas para tener su personería gremial. Y, sobre todo,
porque también abre la puerta al reconocimiento de una
inmensa cantidad de gremios apoyados y apadrinados por la
CTA que sólo tienen la inscripción gremial, y los cuales
pasarían a cobrar la cuota sindical, entre otras cosas…
Pero
la central “libertaria” no reconoce minorías en las
conducciones de sus gremios. Es decir, un elemental criterio
democrático, de representación proporcional según los
votos conseguidos, no existe en el 90% de los gremios
afiliados a la CTA.
Por
ejemplo, la Lista Marrón del SUTNA (sindicato del neumático),
sacó mas del 40% de los votos a nivel nacional ¿cuantos
puestos consiguió en la directiva? Ninguno. La CTA,
que se llena la boca hablando de “libertad”, se maneja
con el mismo criterio de lista completa que usa la CGT.
Pero
uno podría preguntarse para qué quiere la libertad
sindical la CTA, si jamás llamó a un plan de lucha
unificado por el salario docente, cuando el 90% de los
docentes del país están afiliados a la CTA.
Peor
aún: uno de los gremios más importantes de la CTA, el
SUTEBA (sindicato docente de la provincia de Buenos Aires),
acaba de aprobar un estatuto nuevo donde le prohíbe a
las seccionales tener la libertad de parar y son
amenazadas de ser expulsadas si se atreven a hacerlo.
Estos
atorrantes que hablan de la “libertad gremial” sólo
para hacer desastres, como tener a los docentes de Capital divididos
en 17 gremios (sí, diecisiete), pero cuando tendrían
que respetar la verdadera voluntad de las bases en lucha, se
pasan la libertad por el mismo lugar que sus pares de la
CGT.
Otro
ejemplo más de para qué usa la libertad la CTA, es el caso
del Neumático donde existe, al igual que en el SMATA, la
UOM, camioneros y demás gremios de la CGT, convenios a la
medida de cada empresa. Garantizan la “libertad” del
empresario de imponer las condiciones de trabajo y la
escala salarial que quiera, consiguiendo que no se cumpla
aquello de a igual trabajo igual salario. ¡En el
caso del Neumático hay tres fábricas y por lo tanto
tres convenios!
¿Cómo
tendrían que organizarse los trabajadores?
Para
empezar, esto tendrían que decidirlo los propios
trabajadores, no los jueces, ni los legisladores que hacen
las leyes, ni ningún mandatario del Estado.
Los
trabajadores deben organizarse para luchar como quieran
y como mejor les sirva para conseguir el triunfo y la
satisfacción de sus demandas y para esto deben dotarse de
las organizaciones democráticas; donde los
trabajadores puedan autodeterminarse.
A
través de la historia los trabajadores, basándose en la
democracia obrera, en asambleas de base, crearon infinidad
de organismos con distintos nombres, pero en el cual, su
contenido, era la libre determinación.
Para
no vernos reducidos a la esclavitud, los trabajadores nos
vemos compelidos a luchar y a sacarnos todas las trabas y
todos los fantasmas que nos meten los patrones y el Estado
en la realidad y en la cabeza, para que no cuestionemos su
dominación.
Ese
proceso de organización, esa capacidad de lucha, no la da
ni la quita ninguna norma legal, aunque, claro está, que la
legislación patronal puede atarnos las manos en uno u otro
sentido. La unidad es con todos los compañeros;
sean efectivos, de agencia, contratados, tercerizados y
también con los desocupados. A los que hay que dejar afuera
de la organización, es sólo a los carneros y a los
vendidos.
La
libertad de organización (y otras libertades), no nos la va
a dar un juez. La vamos a ganar cuando impongamos nuestra
decisión en las asambleas, cuando obliguemos a nuestros
representantes a respetar nuestras decisiones; y si no lo
hacen, los saquemos a patadas. Como ya se está
haciendo incipientemente en mucho lugares de trabajo.
Aprovechar las contradicciones que se abran en las
alturas
Es a partir, precisamente, de este criterio elemental
que, en esas condiciones, y sin tener ninguna confianza
en los fallos de ninguna justicia patronal, este fallo,
por sus contradicciones, abre la eventualidad de ser
aprovechado para impulsar el desborde al monopolio de la
representación sindical de la burocracia.
Por esto, repetimos, depende de las luchas concretas
en el lugar concreto, porque también podría ser
utilizado por la patronal para montar sindicatos amarillos y
fragmentar aún más a los trabajadores.
En síntesis: como decimos al comienzo de esta nota: los
derechos sólo se consiguen en la lucha. Y es la
misma lucha la que les da contenido a los mismos. Una misma
legislación podría servir, eventualmente, para avanzar un
paso en nuestra organización, pero también para que la
usen las patronales contra nosotros. Todo dependerá del análisis
concreto de la situación concreta.
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