Bandidos Rurales
Por Marcelo Buitrago (*)
Ponencia presentada a la IIª Jornada de Economía Crítica
(15-17 de octubre, Bahía Blanca, Argentina) Septiembre
2009
Cuando León Gieco hizo su disco dedicado a personajes como
Bairoleto y Mate Cocido, prófugos de la justicia que
asaltaban a empresas como La Forestal y Bünge & Born o
secuestraban estancieros, despertando la simpatía popular
en el interior del país, probablemente recogía las
tradiciones orales de su niñez en el corazón de la pampa
gringa santafesina, donde el chacarero que arrendaba su
campo, vivía en él junto a su familia, siendo ésta su
principal fuerza de trabajo, y era parte importante, como
actor económico, de la producción agropecuaria pampeana.
Sin
embargo, en el largo período desde fines de los 30 a fines
de los 80, muy bien descriptos por Javier Balsa en El
desvanecimiento del mundo chacarero, profundas
transformaciones se dieron en la región pampeana. Del
predominio de los arrendatarios familiares, se pasó primero
al de los propietarios familiares. Los agricultores hicieron
ganadería, los criaderos e invernadores diversificaron sus
actividades y se produce la concentración de la agricultura
avanzando las explotaciones medianas sobre las más pequeñas,
acompañado por una creciente disminución de explotaciones,
el aumento de su superficie y en las inversiones de capital,
basadas en la fuerza de trabajo asalariada, reducida, pero
ya sin ser explotaciones familiares.
El período 1930-60 se caracteriza por el estancamiento de
la producción y de las exportaciones agropecuarias, que
originaron, en su momento, una polémica sobre sus causas.
Eduardo Sartelli las resume en: a) un sistema incapaz de
crecer en profundidad y que se limita a reproducirse en
forma simple (Pucciarelli) b) el dominio de los
terratenientes y su monopolio de las tierras de las que se
limitan a extraer renta (Flichman) c) una oposición frontal
de los terratenientes a la agricultura expresada en un
comportamiento no capitalista o no plenamente (Giberti-Ferrer)
d) la política agraria peronista y su sesgo antiagrario,
trasladando renta al ámbito urbano (Díaz Alejandro). El
propio Sartelli se inclina, a medias, por las condiciones
del mercado mundial.
Durante tres décadas a partir de 1930 las exportaciones
fluctuaron alrededor de los 1.000 millones de dólares,
medidas en volúmen solo superaron los de 1929 recién en
1966, y el volúmen de exportaciones per cápita supero el
valor de 1929 en 1994. En ese período el trigo, maíz,
lino, lana y carnes explicaban los 2/3 de las exportaciones
argentinas, productos cuya participación en el mercado
mundial disminuyeron, explicado ello por una utilización
declinante del maíz, lana y lino y por un creciente
autoabastecimiento en el caso del trigo, pero además la
cuota de mercado argentino descendió notablemente. Si bien
entre 1960 y 1976 el comercio de estos productos en el
mercado mundial se mantuvo estable, las cuotas de mercado de
Argentina siguieron descendiendo.
Argentina y el mercado mundial de sus productos. Lucas
LLach
Cuotas del mercado mundial
|
1930
|
1960
|
1976
|
2000
|
Maíz
|
57 %
|
21%
|
6%
|
12%
|
Trigo
|
20%
|
9%
|
5%
|
8%
|
Lino
|
73%
|
40%
|
25%
|
--
|
Carne vacuna
|
40%
|
24%
|
5%
|
4%
|
Lana
|
6%
|
6%
|
1%
|
1%
|
Girasol
|
--
|
--
|
9%
|
25%
|
Soja
|
--
|
--
|
1%
|
20%
|
Entre mediados de los 70 y fin de siglo el mercado de estos
productos sigue perdiendo peso en el comercio mundial,
pasando el maíz, trigo, carne y lana mas girasol y la soja
del 4,48% al 1,44% del comercio mundial, pero la argentina
incrementa ahora su cuota de mercado.
Lucas LLach atribuye esta recuperación a “la apertura
económica de 1976” marcando ese año como el punto de
inflexión. Seria entonces un cambio de política económica
(la de la dictadura) la que permitió a Argentina “volver
al mundo”.
Sin duda a partir de los 70 se producen cambios en la
producción agropecuaria argentina que por su magnitud y
características pueden ser considerados estructurales.
Sin embargo no queda claro que 1976 sea el año bisagra. La
línea ascendente de producción, exportaciones y
rendimientos de granos es de toda la década, no registrándose
un salto a partir de ese año. Por el contrario, el stock
vacuno registrar un importante crecimiento entre 1971-77, año
en que se inicia una fuerte disminución hasta 1982. Lo que
explota a partir de 1976 es el volumen vacuno exportado,
producido por la abrupta caída de los salarios reales, lo
que explica que los trienios 76-78, 77-79 y 78-80 se
acerquen a los niveles del período 70-72, donde regía la
veda para favorecer la exportación. Otra cambio notable ha
sido la espectacular liquidación ganadera de 1977-82 de
alrededor de 5.000.000 de cabezas, sin un aumento de
importancia proporcional en el área cultivada. E. Basualdo
y M. Khavisse advierten sobre la coincidencia de esta
liquidación con la Reforma Financiera de 1977, que se
tradujo en la creciente tasa de interés de activos
financieros. “ante una prolongada liquidación ganadera
sin expansión de la superficie cultivada, por un deterioro
de la inversión y un incremento del endeudamiento bancario,
cabe preguntarse hacia donde se dirigió el excedente
sectorial. El contexto global, indica que el mismo se dirigió
hacia la valorización financiera”. En el mismo sentido Sábato
sostiene que la participación de los grandes propietarios
rurales en la actividad financiera es uno de los rasgos
centrales de su comportamiento histórico, que privilegia la
diversificación de riesgos y la maximización de
rentabilidad en el corto plazo.
Dejemos a Lucas LLach y su entusiasmo por la vuelta al
mundo, caída de salarios reales y Plata Dulce mediante y
analicemos la evolución de la producción granaria hasta la
irrupción de la soja transgenica.
Producción
granaría total. Promedios Trienales móviles
|
Superficie
sembrada
|
Rendimientos
|
Producción
mill. TN
|
Exportaciones
mill. TN
|
70-72
|
19,95
|
1.516
|
20.973
|
8.274
|
71-73
|
19,85
|
1.583
|
22.006
|
8.271
|
72-74
|
19,64
|
1.683
|
23.336
|
8.691
|
73-75
|
19,59
|
1.808
|
25.073
|
9.346
|
74-76
|
19,18
|
1.778
|
23.960
|
9.453
|
75-77
|
19,97
|
1.806
|
25.581
|
11.422
|
76-78
|
20,33
|
1.886
|
27.940
|
13.847
|
77-79
|
20,54
|
1.985
|
30.424
|
16.341
|
78-80
|
20,06
|
1.885
|
28.227
|
15.070
|
79-81
|
20,33
|
1.978
|
30.309
|
16.812
|
80-82
|
20,
70
|
1.964
|
31.216
|
16.534
|
81-83
|
21,73
|
2.093
|
36.240
|
20.233
|
82-84
|
22,33
|
2.059
|
38.067
|
20.280
|
83-85
|
22,41
|
2.196
|
41.369
|
22.667
|
84-86
|
21,91
|
2.194
|
40.559
|
20.312
|
85-87
|
20,65
|
2.172
|
37.680
|
17.032
|
86-88
|
19,82
|
2.128
|
35.222
|
13.166
|
87-89
|
18,85
|
2.009
|
31.003
|
10.126
|
88-90
|
19,24
|
1.995
|
31.702
|
11.152
|
89-91
|
19,58
|
2.018
|
32.687
|
12.087
|
90-92
|
19,94
|
2.224
|
37.309
|
15.073
|
91-93
|
19,51
|
2.386
|
39.073
|
15.108
|
92-94
|
19,34
|
2.432
|
39.570
|
14.369
|
93-95
|
19,74
|
2.432
|
40.693
|
14.346
|
Carne
vacuna. Promedios
trienales móviles
|
Stock
Cabezas
|
Faena
TN
|
Exportación
TN
|
70-72
|
50.068.000
|
2.272.002
|
622.667
|
73-75
|
55.916.000
|
2.250.054
|
369.333
|
76-78
|
58.626.000
|
2.957.093
|
617.000
|
77-79
|
58.189.000
|
3.026.699
|
671.667
|
81-83
|
53.558.000
|
2.648.340
|
482.667
|
85-87
|
53.533.000
|
2.815.203
|
267.667
|
89-91
|
53.200.000
|
2.587.018
|
383.226
|
91-93
|
53.400.000
|
2.535.254
|
329.384
|
93-95
|
52.833.000
|
2.480.983
|
391.074
|
Fuente
Alejandro Barros y Benjamín Hopenhayn. DT CENES 10
¿Oro verde o yuyo? Desde los 70 hasta los
transgénicos
Los apologistas de la patria sojera presentan a la variante
soja transgenica-glifosato, introducida en 1996 como “el
cambio” que revolucionó el campo, la producción, las
exportaciones, los rendimientos y que cualquier intento de
reglamentar siquiera el uso de glifosato paralizaría la
producción. La lógica subyacente es: digan lo que quieran,
esto no tiene vuelta atrás.
La realidad es que los cambios estructurales que comenzaron
en la década del 70 se reflejan en un avance sostenido de
la agricultura con una clara declinación de la ganadería.
Otro cambio es el aumento de productividad de la agricultura
del orden del 73% para los cereales y el 152% para las
oleaginosas, indicando los avances en mecanización,
innovaciones genéticas en semillas, la aplicación de
agroquímicos y la expansión de los contratistas. Esta
evolución tiene su origen durante la década del 70 en el
cambio tecnológico, mientras que en la década del 80 el
aumento de la superficie agrícola es el eje principal.
Estos
cambios ubicaron a la soja, mucho antes de la “ingeniería
genética”, como el principal cultivo del país,
provocando la caída de otros cultivos forrajeros (sorgo,
centeno, cebada forrajera), compitiendo directamente con el
maíz, y reduciendo la superficie destinada a la ganadería.
De una producción de 500.000 TN para la campaña 1974/75
pasa a 9.900.000 TN en el 87/88 para ocupar el primer lugar,
que cede solo en la campaña siguiente y en las de 96/97 y
97/98.
Cereales
|
Superficie
sembrada Has.
|
Rendimiento
kg/Ha.
|
Producción
miles TN
|
70-72
|
17.259.000
|
1.666
|
19.149
|
83-85
|
16.488.000
|
2.464
|
32.027
|
93-95
|
11.302.000
|
2.886
|
24.437
|
Oleaginosas
|
Superficie
sembrada Has.
|
Rendimiento
kg/Ha
|
Producción
miles TN
|
Destino
Industrial
miles TN
|
70-72
|
2.693.000
|
781
|
1.824
|
1.821
|
83-85
|
5.926.000
|
1.600
|
9.342
|
6.116
|
93-95
|
8.439.000
|
1.967
|
16.256
|
12.461
|
Soja 93-95
|
5.709.000
|
2.079
|
11.618
|
8.816
|
La duplicación del volumen físico desde el 70 hasta
mediados de los 90 de 20 a 40 millones de TN se explica
entonces por el crecimiento explosivo de las oleaginosas.
Este volumen ya se había alcanzado en el trienio 83-85,
cuando se invierte la tendencia por la fuerte caída de la
producción cerealera.
La sustitución de cereales por oleaginosas y su
consolidación ya a mediados de los 90 son los que generan
entonces los cambios en el volumen y la composición de la
producción granaria. Esta explosión de las oleaginosas,
especialmente la soja, explican el crecimiento también
explosivo del complejo agroindustrial aceitero, colocando
por ese entonces a la Argentina ya como uno de los
principales exportadores en el ámbito mundial.
En cuanto a las exportaciones de granos aumentan un 140%
hasta llegar a los 22 millones de TN en 1983-85, en que caen
hasta los 90 con una recuperación posterior, pero sin
alcanzar los valores máximos del periodo. Sin embargo, hay
que diferenciar cereales de oleaginosas. Estas últimas se
industrializan en un 90% en el caso del girasol y un 78% la
soja en 93-95, por lo que los aumentos de producción no se
reflejan en las exportaciones granarias. En cuanto a los
cereales, las variaciones de las exportaciones reflejan las
variaciones de la producción, por la baja elasticidad de la
demanda interna, por lo que la ciada de la producción
genera casi automáticamente una disminución de los saldos
exportables
El boom sojero. El
salto de cantidad a calidad
Luego de Estados Unidos, Argentina se convirtió hacia
finales de los 90 en el segundo país en el mundo donde la
soja transgénica se cultiva a gran escala. La adopción del
paquete tecnológico siembra directa-soja transgénica-glifosato
marcó sin duda un record por la brevedad del plazo que se
impuso entre los productores. En apenas 6 años supero el
90% de la superficie sembrada, mientras que otras
innovaciones como el trigo germen mejicano tardaron 16 años
en llegar a esos niveles y el maíz híbrido 27. Dos
factores explican este fenómeno: la reducción de tareas y
el consiguiente ahorro de tiempo necesario y de contratación
de mano de obra, que a su vez empalmó y coronó un proceso
ya iniciado de abandono de las explotaciones como lugar de
residencia. El otro factor decisivo fue la impresionante
reducción de costos, fundamentalmente en el laboreo, (de
US$ 68 por ha. en 97/98 a US$ 14 por ha en 2003/4) pero
también en agroquímicos y en semillas.
Aquí sin dudas jugo la estrategia de Monsanto de no cobrar
regalías ni encarecer la semilla ni el glifosato, por lo
que “el costo de las semillas es significativamente mas
bajo en Argentina que en USA” según la USDA
De
esta manera estableció una “cabecera de playa” hacia el
otro gran productor mundial de soja, Brasil. La rápida
aprobación de los transgénicos por el gobierno menemista
contrasto con los casi 10 años de demora en obtener la
aprobación por la CTN.Bio brasilera, pero el contrabando de
semilla desde Argentina hacia el sur brasilero en escala
industrial sólo se puede explicar como una política
empresaria, con la obvia complacencia de los sucesivos
gobiernos brasileros. La misma USDA estimaba una implantación
de entre un 20 y un 40% de soja transgénica en forma
“ilegal” en esa región.
Así, a partir de la cosecha 98/99 la primacía de la soja
se convierte en reinado absoluto. En apenas 7 años duplica
su producción, mientras todos los demás cultivos se
estancan o retroceden. Nunca en la historia un solo cultivo
alcanzó tal grado de desarrollo en relación a los demás
productos agropecuarios, y Argentina no se ha convertido en
un país de monocultivo, solo por la impresionante
posibilidad de la pampa húmeda de pasar de un cultivo a
otro.
Producción
granaria.
Promedios Trienales móviles miles de TN. SAGPyA
Años
|
Maíz
|
Trigo
|
Soja
|
96-98
|
16.132
|
14.438
|
16.577
|
97-99
|
16.547
|
14.233
|
19.644
|
98-00
|
15.215
|
14.553
|
22.355
|
99-01
|
15.619
|
15.520
|
25.688
|
00-02
|
15.025
|
14.520
|
30.621
|
01-03
|
14.902
|
14.052
|
32.132
|
02-04
|
16.825
|
14.274
|
34.895
|
03-05
|
16.626
|
14.372
|
36.801
|
04-06
|
18.894
|
14.367
|
42.103
|
05-07
|
19.405
|
14.496
|
44.752
|
Campañas
07-08
|
22.016
|
16.348
|
46.238
|
Entre 1993 y 1999 el PBI agropecuario se incremento a
valores corrientes un 1% a pesar del aumento del volumen de
producción, debido a que los precios implícitos del sector
cayeron el 19%
Esto permite avanzar en la comprensión de la paradoja de
un sector que casi duplico la cosecha y exportación de
granos, incorporando inversiones y tecnología y al mismo
tiempo empobreciendo y excluyendo a pequeños y medianos
productores, con la lógica consecuencia del aumento de la
concentración.
El
abandono de las explotaciones como lugar de residencia y los
cambios en los modos de vida, ya había producido el
despoblamiento del campo. Todo este proceso se potenció con
el nuevo marco de apertura y desregulación de los 90. Los
que sobrevivieron en la región pampeana, o son rentistas, o
tienen un capital y un nivel de ingresos que los califican
muy lejos de la tradicional “pequeña burguesía” que
explota su propia fuerza de trabajo.
La alternativa ha sido convertirse en compradores de
servicios: el 65% de los "productores" contrata la
cosecha, y otro tanto la siembra y fumigación. Cuando el
"pequeño productor" dice: “estoy cosechando”,
en realidad expresa que está controlando al contratista
para que éste realice correctamente su tarea (y de paso no
se lleve algún camión con grano).
Por otro lado, el desarrollo de la escala productiva no le
deja demasiadas alternativas: el precio promedio de una
cosechadora en 2007 fue de $ 512.000 y el de un tractor $
140.000, con lo que además se sobre capitaliza, ya que
excede ampliamente sus necesidades.
Si a pesar de la reactivación del mercado de maquinaria
agrícola a partir de 2002 (622 cosechadores vendidas ese año
contra 2.415 promedio en 2003/2007) con incorporación de
tecnología de punta como monitores de rendimiento con GPS,
monitores de proteína, tolvas autodescargables, nuevos
cabezales, etc., se calculan en U$S 465 millones (según
INTA Manfredi) las pérdidas por ineficiencia en la cosecha
de soja y maíz, salta a la vista la imposibilididad de
continuar operando con los viejos equipos si algún nostálgico
se resistiera al nuevo modelo. Siembra directa,
fertilizantes, soja transgénica-glifosato, cosecha
altamente profesionalizada, donde lo usual es que en los
grandes establecimientos de más de 5.000 has. quien
supervisa directamente el manejo de la cosechadora sea... un
ingeniero agrónomo.
El
Censo Agropecuario 2002 es inapelable. Entre el 88-2002
desaparecieron 100.000 explotaciones agropecuarias en el país,
y la región pampeana explica el 66% de este total. Aquí
además la escala promedio se incrementó en un 35%, pasando
de 400 a 533 hectáreas, siendo las explotaciones de hasta
500 has. las más afectadas por la desaparición de
establecimientos. En este rango hubo una caída de un 34% de
cantidad de establecimientos y de un 26% de superficie, y
como contrapartida aumentaron en cantidad y superficie los
establecimientos más grandes
|
Hasta 500 has.
|
500 / 2.500 has.
|
2.500
/ 10.000 has.
|
Mas
de 10.000 has
|
|
1988
|
2002
|
1988
|
2002
|
1988
|
2002
|
1988
|
2002
|
EAPs
|
158.584
|
104.176
|
25.279
|
25.272
|
3.981
|
4.262
|
346
|
402
|
Superficie
Miles
Has.
|
20.888
|
15.385
|
25.877
|
26.545
|
17.785
|
19.059
|
6.108
|
7.380
|
Región Pampeana. Censo Nacional Agropecuario 2002
Por otro lado este fenómeno es parte de un proceso de más
largo alcance, que se ve reflejado además en la alta
urbanización del país, que supera el 90%
Total
país
|
1969
|
1988
|
2002
|
Cantidad
explotaciones
|
581.000
|
421.000
|
317.000
|
Hoy,
la producción agrícola ganadera pampeana está concentrada
en menos manos que nunca, y el rol que Argentina tiene en el
mercado mundial es el de exportador de aceite y harina de
soja, más que de grano, rol reservado a Brasil. A tal
efecto se han instalado a la vera del Paraná en el Up River
cercano a Rosario las más modernas plantas procesadoras del
mundo, con una capacidad de molienda superior aún a las
plantas estadounidenses, principal productor mundial de soja
Plantas procesadoras.
Fuente Fundación Producir Conservando
|
N. Plantas
|
Capacidad Total
TN/día
|
Capacidad
Media TN/día
|
Planta
más
grande TN/día
|
Argentina
|
47
|
154.175
|
3.280
|
18.000
|
Brasil
|
116
|
143.205
|
1.235
|
6.500
|
USA
|
70
|
159.000
|
2.271
|
6.804
|
Total
|
223
|
456.380
|
1.959
|
|
Como la soja es un cultivo altamente industrializable, el
complejo aceitero paso de tener una capacidad instalada de
15 millones de TN a principios de los 90 a 30 millones a
fines de los 90 y 50 millones de TN para 2005. Un dato
interesante es el orígen y la evolución del capital de esa
capacidad instalada. A inicios de los 90 correspondía mas
del 85% a capitales nacionales mientras que para 2005/6
muestra un 50% para los nacionales y otro tanto para los
extranjeros, donde las 6 principales empresas dominan
alrededor del 90% de la molienda total: 3 extranjeros (Bunge,
Cargill y Dreyfus) y 3 nacionales (Molinos, A. General
Deheza y Vicentin)
No conforme con los actuales niveles de producción, este
actor económico se venía planteando pasar de una media de
70 millones de toneladas de producción de granos en
2001-2/2003-4 a un escenario para 2015 de 115 millones de
toneladas de producción.
Pero
para poder procesar ese volumen es necesario invertir en
infraestructura: rutas, red ferroviaria e hidrovía,
puertos, almacenamiento y ampliación del parque de
camiones, lo que la misma Fundación Producir Conservando
estima entre US$ 4.500/8.000 millones
|
Hipótesis
Mínima
|
Hipótesis
Adecuada
|
Almacenaje
|
1.900
|
3.900
|
Procesamiento
|
250
|
250
|
Transporte
y red vial
|
1.780
|
3.350
|
Puertos
y logística
|
500
|
500
|
Total
|
4.430
|
8.000
|
Proyección
Complejo Soja - Departamento Agricultura EEUU - USDA
2005/06
|
USA
|
Brasil
|
Argentina
|
Producción
Millones TN
|
92
|
60
|
41
|
Molienda
Millones TN
|
47
|
33
|
31
|
Ex.
Granos Millones TN
|
30
|
23
|
7
|
2014/15
|
USA
|
Brasil
|
Argentina
|
Producción
Millones TN
|
90,6
|
97,5
|
48,6
|
Molienda
Millones TN
|
52,5
|
43,6
|
39,5
|
Ex.
Granos Millones TN
|
28
|
49,4
|
6,7
|
Fuente:
Fundación Producir Conservando
Además el nuevo paquete tecnológico implica un uso
industrial de fertilizantes, que se encuentra en déficit
aun a los actuales niveles, los que serían necesario mas
que duplicar para evitar que los rindes se desplomen,
pasando de un uso en 2003 de 2.3 millones TN a 5.1 millones
TN para un escenario de 100 millones TN de producción en
2011. Para 2007 el uso se ubicaba en 3.5 millones TN según
la Dirección de Agricultura, con un balance negativo de
nutrientes, reponiéndose via fertilización solo un 31% de
Nitrógeno y un 53% de Fósforo (extraídos mayormente por
la soja) y un 1% de Potasio y un 27% de Azufre.
Al reclamo de estas inversiones, que el gobierno parecía
no atender, se sumó la convicción que estaban
contribuyendo en exceso de sus pares a la “recuperación
económica” y que ya era momento que la renta
extraordinaria volviera en su totalidad a sus dueños
“naturales”.
Pero, ¿cómo lograrlo en el marco de una Argentina que
viene del ciclo de rebeliones populares? ¿Cómo reclamar
por sus ganancias y sus rentas cuando uno de los pilares del
milagro K ha sido la postergación salarial y la continuidad
del trabajo en negro?
Cuando Miguens clamaba por un “plan agrícola ganadero”
no se refería sólo a la baja de las retenciones, sino
también a todas las inversiones que estos liberales le
exigen al Estado, para ampliar sus ganancias.
Uno de sus pilares clásicos, los medios de comunicación y
los intelectuales y economistas a sueldo, siempre estuvieron
a su disposición. Un ejemplo de ello es el trabajo de Llach,
Harriague y O’Connor, “La generación de empleo en las
Cadenas Agroindustriales”, donde afirman sin ponerse
colorados que en 2003 este sector genera 5.500.000 puestos
de trabajo, un 35,6% del total de ocupados en el país. Con
una metodología más cercana al rigor mortis que al rigor
científico, no dudan en meter por la ventana todo
trabajador que pase cerca para obtener el resultado
adecuado, que confiesan sin remordimientos: “se espera que
este trabajo contribuya a otorgarle a este sector (el
agroindustrial) la importancia crucial que tiene”. Una
respuesta contundente ya fue realizada por Javier Rodríguez
en Los Complejos Agroalimentarios y el Empleo: Una
controversia teórica y empírica. Documento de Trabajo 03
CENDA
Lo que resultó inesperado aun para los propios dirigentes
de las entidades que llevaron adelante la protesta en 2008,
fue la reacción de todos los “pequeños productores”,
rentistas algunos, compradores de servicios otros, pero
todos muy lejos de ser considerados productores en el
sentido económico del término.
Cuando los dirigentes pensaban volver a las rutas después
de Semana Santa, se encontraron con miles de ¿chacareros?
que se pusieron a cortar rutas sin ningún fervor católico,
pero sí fanatizados por la vigencia de los mercados
internacionales, o sea, que me paguen más alquiler, y que
los impuestos los paguen otros, brindando una impensada y
maravillosa “cobertura popular”.
Como factor adicional, lograron además capitalizar la
bronca en todo el interior pampeano contra los K,
polarizando duramente contra el gobierno. Así, lo que
comenzó como una protesta sectorial, se transformó en una
conmoción social. También desnudo los límites del
progresismo K. Lo que se presentó como una fórmula
irrenunciable de distribución de riquezas (las retenciones)
ocultaba que éstas habían sido usadas por gobiernos tan
progresistas como el de la Libertadora (retenciones de hasta
el 25%), el de Onganía (retenciones del 20-25% a los
productos agropecuarios), Levingston-Lanusse o la ultima
dictadura siendo Alemann Ministro.
Asimismo, nacionalización del comercio exterior de granos
y carnes, expropiaciones aunque a escala minúscula, planes
de colonización, el Estatuto del Peón Rural, medidas del
primer peronismo dentro del campo del nacionalismo burgués,
quedaron a años luz siquiera de ser analizadas.
Por
otro lado, el ignorar como posible punto de apoyo a los
obreros rurales, el sector peor pago de los trabajadores
argentinos, donde se registra el mayor índice de trabajo en
negro y que son sometidos junto a sus familias a un
asesinato lento y silencioso con las fumigaciones a mansalva
que requiere el modelo soja transgénica-glifosato,
demuestra el rol que el proyecto K le asigna a la clase
trabajadora: meros espectadores de cómo su sacrificio
permite la recuperación empresaria, a los que hay por las
dudas tener bajo control, de ahí su preferencia por la CGT,
que cumple la función con mucha más eficacia que sus
hermanos menores de la CTA.
La alianza Federación Agraria, Sociedad Rural, CRA,
Coninagro vino a certificar la total identificación de la
amplísima mayoría de los productores pampeanos con la cúpula
más concentrada de la producción.
La Sociedad Rural y su hermana CRA, expresaron
tradicionalmente a los grandes propietarios ganaderos. Pero
más de un incauto o malintencionado expuso como bandera a
la FAA y Coninagro como expresión de los pequeños
productores a los que había que dar respuesta para no
dejarlos “en manos de la oligarquía”.
A partir de su creación en 1912, la FAA fue la expresión
de los pequeños y medianos productores familiares, los
chacareros, que arrendaban la tierra a los grandes
propietarios, dedicándose a la agricultura. Precisamente su
origen (el Grito de Alcorta) fue la protesta por la continua
elevación de los arrendamientos, en abierta confrontación
con los terratenientes agrupados en la Sociedad Rural. La
Federación Agraria impulso un poderoso movimiento
cooperativo para mejorar las condiciones de compra de
insumos, venta de cereales y asegurar las cosechas.
La importancia de este movimiento, mas el desarrollo
durante el gobierno peronista (se paso de 350 a 1.500
cooperativas agropecuarias) llevaron a fundar en 1958 a
CONINAGRO como organización de cúpula. El número de
integrantes de esta confederación creció hasta los 90
cuando representaba a 1.300 cooperativas y a partir de allí
caen en picada, producto de la quiebra generalizada de
cooperativas llegando a 500 en 1995, retrayéndose su
participación en el negocio agropecuario.
Las federaciones más importantes que históricamente la
integraron fueron ACA, uno de los cinco grandes
agro-exportadores, que agrupa a 180 cooperativas y SanCor
que agrupa unas 100
Mario Lattuada describe el proceso que debieron enfrentar
las cooperativas en el menemismo y como conciliar sus
principios doctrinarios con la apertura económica y la
desregulación, en competencia en los mercados globalizados.
Da como ejemplo el caso de SanCor, que en los 90 se
consolido como la principal empresa Láctea del país, con
participación en empresas de insumos, seguros, previsión,
publicidad requiriendo este poderío una fuerte coordinación
empresarial, expresado en las fusiones de cooperativas que
la integran y que SanCor impulso pasando de 353 asociadas a
100. En este proceso no todas las cooperativas pudieron
incorporarse. Lattuada las define como organizaciones donde
priman los intereses de la institución, controladas por un
cuerpo de directores y funcionarios, subordinando las
cooperativas de primer grado al “interés empresario”
Hoy CONINAGRO esta dirigida por un pulpo (ACA) ya que el
otro pulpo, (SanCor) producto del “paro del campo” se ha
retirado de la misma, probablemente como efecto colateral
del auxilio financiero conseguido por el gobierno K con
anterioridad al mismo. Estos pulpos en función de
estrategias empresariales han sobrevivido en el mar de
tiburones capitalistas. Del beneficio al asociado y la
solidaridad y el bien común no queda ni el recuerdo. Por
otro lado suscriben entusiastas a la fábula del
ocultamiento de las relaciones sociales de producción. No
son originales pero sí consecuentes. Todo capitalista que
se precie presenta al Capital como un objeto, del que se
desprende la facultad de “producir”, “generar riqueza
y empleo”, “desarrollar el país” o en este caso
“poner de pie al interior” como si la tierra,
cosechadoras y tractores tuvieran vida propia y los sujetos
que las utilizan, los que dirigen su utilización y los que
reciben la parte del león estuvieran dirigidos y obligados
a actuar según lo ordena el objeto.
La
Federación Agraria expreso este proceso con su propia
reconversión en los 90 producto de su crisis económica por
la reducción en un 50% de los aportes de sus asociados, y
de un 70% de sus afilados directos. El otro rubro ha
correspondido a los aportes del Complejo Federado, empresas
fundadas por la Federación pero sin vinculación jurídica.
Estas contribuciones cayeron en un 90% en 10 años según el
citado Lattuada,
Son
parte de este complejo la cooperativa Agricultores Federados
Argentinos, que llego a facturar 500 millones de dólares en
plena convertibilidad, controlada por la agrupación
opositora Chacareros Federados
Las
diversas empresas de Seguros, Créditos, de producción agrícola
que durante muchos años sostuvieron a la Federación
Agraria debieron ser liquidadas originando despidos masivos,
y un gran endeudamiento bancario, lo que sumado a la quiebra
de FACA en 2000, Federación de cooperativas que llego a ser
la primera exportadora nacional de granos, hizo temblar el
complejo
La
salida se oriento al ofrecimiento de servicios técnicos,
informativos y especialmente empresariales a los productores
emergentes, destacándose el convenio con el Banco
Interamericano de Desarrollo BID, capacitando unos 20.000
productores.
Lattuada
destaca finalmente una tendencia hacia la búsqueda de
coincidencias y acciones sectoriales comunes de las cuatro
entidades, desde los 90 como también la búsqueda de
mecanismos comunes de financiamiento de sus actividades,
reconociendo todas, la necesidad de mayor capacidad técnica
para ofrecer servicios empresariales a sus asociados.
Como
se ve, la unidad de acción es mas profunda y permanente y
los intereses si bien contradictorios están cada vez mas
lejos de ser opuestos, tal como sueñan los que deliran con
“campesinos” en la pampa húmeda.
Los grandes capitalistas agropecuarios son los nuevos
bandidos rurales, pero que viven en Puerto Madero, contando
eso sí con una comparsa a la que le hicieron creer que los
precios internacionales de la soja eran para siempre, los
que sueñan con un país en el que sobran millones de
personas.
Así como el destino de toda burbuja es estallar, el nunca
visto ascenso de los precios de los comodities dio pie a
distintas elucubraciones sobre “un mundo que requiere mas
alimentos” al cual Argentina se debía orientar apostando
todo, incluso produciendo etanol y biodiesel. La tendencia
secular al deterioro de los términos de intercambio
enunciada por Prebisch era cosa del pasado, los precios en
el peor de los casos se mantendrían en esos niveles y “el
campo”, nuevamente un objeto, era la fuente de riqueza del
nuevo siglo.
Si bien los precios de la soja se habían mantenido
relativamente mas estables que los de los otros granos en
las décadas pasadas, alcanzando su máximo en 1997 en US$
300, iniciando con posterioridad un continuo descenso, debían
haber otros factores que el crecimiento del consumo en
China, o “nuevos mundos” para explicar la espectacular
mas que duplicación del precio desde junio de 2007 a julio
del 2008 hasta los casi US$ 600.
Y el factor era el fabuloso vuelco de las finanzas hacia la
inversión en comodities escapando del tembladeral
financiero provocado por la crisis de las “subprime” en
Estados Unidos. Pero esta crisis no era una más, y no
alcanzó con la sobrevida de saltar de un fuego a otro.
Desde julio del 2008, en 3 meses el precio se derrumbó de
US$ 588 a US$ 365, dejando atónito al “campo” que no
entendía como el triunfo político del voto “no
positivo” se escurría en forma de dólares que ya no
estaban, y “nuevos mundos” que se evaporaban... como
pompas de jabón. Si bien con posterioridad los precios se
recuperaron alcanzando alcanzando los US$ 470 esto no puede
definirse como una nueva estabilización, y necesariamente
debemos considerar si no esta asociada a la recuperación
bursátil yanqui iniciada en marzo de 2009 que ha permitido
a diversos apologistas del Capital vender la idea que la
crisis mundial comenzó a ser superada.
El mercado mundial es el escenario de esta obra. Obra en
que viejos actores han salió de escena, actores de reparto
ahora son protagonistas, y actores centrales han cambiado su
vestuario y discurso, pero el tema sigue siendo la apropiación
y disputa de la renta agraria extraordinaria. Con todas las
consecuencias políticas que se desprenden de ello. Para
pararles la mano el gobierno K debería avanzar más allá
del cobro de impuestos, sobre la sagrada propiedad privada,
rompiendo los límites que tiene como representante general
de la patronal.
En momentos que la crisis internacional ha mostrado más
claramente que el patriotismo campestre es en realidad la
defensa de su interés sectorial patronal, ahora en el plano
abiertamente político, es necesario para los trabajadores
adoptar una posición de independencia de clase. No es de la
mano de ningún sector patronal, ni tampoco de un gobierno
cuyo objetivo central ha sido recuperar la institucionalidad
perdida en 2001, la manera de que las riquezas generadas en
el país beneficien a la inmensa mayoría de quienes
realmente las producen. Porque en última instancia, estamos
hablando del trabajo no pagado que una clase le extrae a
otra.
(*) He dejado expresamente fuera de consideración a la
producción agropecuaria extra-pampeana, con otra realidad,
estructura social y económica a la de la región pampeana,
tomando como ejemplo Santiago del Estero, donde de 21.000
explotaciones la mitad no tiene límites definidos, y de las
que lo tienen, el 36% tienen menos de 25 hectáreas. No por
casualidad allí se dan organizaciones campesinas como el
MOCASE, prácticamente inexistentes en región pampeana, que
concentra el 89% de la superficie implantada de cereales y
oleaginosas del país, y la totalidad del complejo
agroexportador.
Bibliografía:
Fertilizantes para una Argentina de 100 millones de
toneladas.
Gustavo Oliverio – Fernando Segovia-Gustavo López.
Fundación Producir Conservando
Fundación Producir Conservando. Cambios estructurales en
el sector granario. Gustavo López
Fundación Producir Conservando. Podremos manejar una
cosecha de 100 millones? Gustavo López
Producción de granos y consumo de fertilizantes. Mirta
García Dirección de Agricultura SAGPYA
http://www.sagpya.mecon.gov.ar/SAGPyA/agricultura/agua_y_suelos/05-fertilizantes/panorama.pdf
La renta de las tierras pampeanas. Jorge Ingaramo. Bolsa de
Cereales de Rosario
Pueblos fumigados. Informe sobre La problemática Del uso
de plaguicidas en las principales
provincias sojeras. Grupo
de Reflexión Rural
Un pasado de retenciones. Mario Rapoport. La Opinión de
Rafaela 12/04/2009
El estancamiento de la agricultura pampeana y el mercado
mundial. Eduardo Sartelli
Argentina y el mercado mundial de sus productos, 1920-1976
Lucas Llach. Oficina CEPAL en Buenos Aires
Cambios estructurales en la producción agropecuaria
argentina: 1970-1995. Facultad Ciencias económicas (UBA)
Instituto de Investigaciones Económicas. Centro de Estudios
de la Estructura Económica.
Documento de Trabajo N 10.
Alejandro Barros y Benjamín Hopenhayn
Departamento de Agricultura de Estados Unidos. USDA.
Agricultura en Brasil y Argentina WRS-01-3
El desvanecimiento del mundo chacarero. Javier Balsa
Acción colectiva y corporaciones agrarias en la Argentina.
Mario Lattuada
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