Argentina

Primero de Mayo en Buenos Aires

Con la presencia de más de 1.000 compañeras y compañeros,
trabajadores y estudiantes

Se realizó el acto del Nuevo MAS

En la tarde de hoy, 1° de Mayo, el nuevo MAS realizó en Callao y Corrientes un gran acto partidario con la presencia de más de 1.000 compañeros y compañeras, trabajadores y estudiantes. Entre los oradores que se dieron cita en el mismo, se destacó la participación de compañeros judiciales bonaerenses, actualmente en lucha contra el gobierno de Scioli en la Provincia de Buenos Aires; los jóvenes obreros de la empresa Don Yeyo, empresa alimenticia del interior provincial y que están llevando adelante una durísima lucha contra despidos masivos; así como una delegación de los compañeros de la Agrupación Marrón del gremio del neumático encabezada de Jorge Ayala, delegado de FATE y Maxi Cisneros, compañero luchador despedido de Firestone en lucha por su reincorporación; así como oradores de otros sectores de trabajadores.

Una de las columnas en marcha hacia el acto

Junto con estos compañeros, también se destacó la participación de oradores representativos de la juventud de nuestro partido y de las compañeras de la agrupación de mujeres Las Rojas, así como los dos compañeros en representación de la dirección de nuestro partido, Ariel Orbuch, que analizó el panorama internacional y el "Chino" Heberling. que tuvo a su cargo el discurso de cierre del acto.

No sólo por la calidad de sus oradores, sino por la fuerza que el acto expresó en este Primero de Mayo, tenemos el orgullo de decir que el acto fue una de las principales actividades de la izquierda en la Capital Federal el día de hoy.

Discurso del “Chino” Heberling

¡Buenas tardes a todos los compañeros y compañeras!

¡Estoy feliz de estar en este acto partidario, en esta tribuna de lucha, en este homenaje a los mártires de Chicago!

Como dijo el compañero que me antecedió, estamos en un mundo que vive la crisis más grave de la economía capitalista desde los años 1930, y también, el mayor ciclo de rebeldía en décadas, elementos preparatorios que pueden terminar poniendo a la orden del día nuevamente la revolución socialista en el siglo XXI: ¡ese es el marco estratégico de toda nuestra acción, de todo nuestro programa, de toda nuestra política, de toda nuestra construcción!

¡Compañeros y compañeras!

Me toca "echarle una mirada" a la situación del país, lo que no puede hacerse hoy sin referirse a las medidas tomadas por el gobierno en relación a YPF.

La coyuntura nos agarra con un gobierno maniobrando a derecha e izquierda para evitar el deterioro que venía comenzando a exhibir. Cristina se había envalentonado después del 53% obtenido a finales de octubre y, como para curarse en salud con los capitalistas, comenzaba a ensayar un giro ortodoxo aplicando medidas de ajuste sobre los explotados y oprimidos.

"Sintonía fina" se le llamó para disimular las cosas. Incluso, los escribas de los medios adictos, llegaron a llamarlo, ridículamente, "ajuste redistributivo", como si las medidas de ataque a las condiciones de vida y el salario podrían significar otra cosa que medidas capitalistas para hacerle pagar la crisis a los trabajadores.

En medio de ese giro, vinieron las tragedias ferroviarias y la enorme tormenta de un mes atrás. Ahí ya el gobierno no tuvo forma de disimular. Porque es el kirchnerismo el que mantuvo el esquema de las privatizaciones de los años 90, el que dejo avanzar el vaciamiento en el sistema ferroviario, que tuvo como salto las 51 muertes, el desastre en el tendido eléctrico que dejó sin luz a cientos de miles de usuarios; también la vergüenza de que luego de 8 años continuados de crecimiento, cientos de miles sigan habitando viviendas tan precarias que con el paso de una tormenta no pudieran sostenerse en pié.

Si a eso se le suma el escándalo del tráfico de influencias del vicepresidente Boudou, lo que se estaba preparando era una crisis política de proporciones. El gobierno parecía estar a punto de entrar en una caída libre de la popularidad.

Una caída libre alimentada cada día por la imparable inflación que golpea el bolsillo de los trabajadores, la pretensión de planchar los salarios en las paritarias y por declaraciones escandalosamente antiobreras y antipopulares como las que Cristina les dedico a los docentes: "vagos" los llamó. O las constantes amenazas contra los pueblos de las megamineras. O medidas de lisa y llana persecución represiva a luchadores obreros y populares como la Ley Antiterrorista.

Es en esta circunstancia de crisis gubernamental creciente que llego la estatización parcial de Repsol–YPF. Fue la suma de las circunstancias la que "obligo" a este viraje. Es que la vía del ajuste por "sintonía fina" parecía haberse agotado aun antes de ser puesto en marcha; y alguna medida tenía que ser tomada para enfrentar, entre otros, el problema de la sangría del creciente déficit en materia energética.

Es en esas condiciones no queridas, que el gobierno termina operando un giro aparentemente de 180° estatizando parcialmente YPF; puro pragmatismo, porque el gobierno había decidido ir para un lado y termina yendo para el otro obligado por las circunstancias, por los propios límites que pone la realidad.

Este tipo de giro ya se venía anticipando con el discurso alrededor de la soberanía en Malvinas. Pero en ese caso la cosa fue solamente discursiva, palabras, palabras y más palabras. Ya en el caso de YPF, como el problema está vinculado a la economía, y tiene que ver con la circunstancia de que el país no puede funcionara sin provisión de naftas y energía, alguna medida debían tomar.

Pero no hay que confundirse. Incluso en su versión más "progresista" el gobierno de Cristina no deja de ser un gobierno 100% capitalista, que día y noche, sea cual sea la medida que tome, trabaja para los capitalistas y no para los explotados y oprimidos. De ahí que la estatización de YPF solo sea parcial y, además, sea una estatización burguesa, capitalista.

Parcial, porque en realidad, la mitad de la propia YPF y la mayoría del negocio hidrocarburífero como tal, seguirán en manos de capitalistas privados. De ahí que la propia Cristina haya dicho en su discurso: "esta no es una verdadera estatización".

Pero, además, se trata de una estatización capitalista en la medida que la gestión de la empresa quedará en manos de los funcionarios K, los que ya están adelantando negocios de inversión nada más y nada menos que con la empresa de petróleo yanqui más grande del mundo, la EXXON.

Es decir, en el momento cero de la propia estatización parcial de la empresa, ya se la está empezando a poner en cuestión aprestándose a celebrar pingues negocios con petroleras imperialistas, incluso mucho más fuertes que la española Repsol.

Pero el carácter capitalista y burgués de la estatización se expresa en un elemento más: la empresa es entregada a los funcionarios K y a nuevos capitalistas nacionales y extranjeros, y no a los trabajadores. Más bien lo contrario: al otro día de los anuncios del gobierno, Cristina salió a hacer declaraciones diciendo que bueno, que ahora se debían acabar con los "piquetes" y luchas de los petroleros, porque "ahora la empresa es argentina". No es la primera vez que el anuncio de una medida "progresista" por parte del kirchnerismo inmediatamente es utilizada para un fin reaccionario: ¡que a nadie se le ocurra que los petroleros puedan reclamar lo que sea, el salario o el pase a planta permanente como corresponde! ¡Y, menos que menos, el control o administración obrera de la empresa, único antídoto frente a lo que siempre han sido las estatizaciones burguesas: fuente de negociados, corrupción y capitalismo de amigos que, a la postre, han llevado a nuevos ciclos de desinversión y falencia productiva!

¿Cómo caracterizar entonces este comportamiento del gobierno, a priori, tan "contradictorio", de giros a derecha e izquierda, conservador y progresista? Es simple compañeros y compañeras: Cristina maniobra a derecha e izquierda con un solo fin: la manutención del capitalismo en nuestro país. No hay que confundirse cuando toma medidas aparentemente "populares": el fin es el mismo que cuando toma medidas hacia la derecha: no se trata de ninguna incoherencia: en todos los casos lo que está haciendo –como lo viene haciendo el kirchnerismo desde que asumió–, lo que se busca, es sostener el capitalismo en nuestro país, seguir avanzando en su "normalización", en la reabsorción de la crisis que detonó en el 2001, aunque, para hacerlo, debido al "signo de los tiempo" que se está viviendo por la crisis capitalista mundial y la rebeldía universal, se busque hacerlo tomando medidas que aparentan ser "progresistas".

Acabo de repasar el marco más general de la coyuntura del país. Pero adelantémonos a señalar que una vez pasados los fuegos artificiales de la estatización parcial de YPF, volverán a emerger todos los problemas reales que han quedado como "opacados" pero no resueltos.

El primero es que incluso en materia energética, nada sustancial cambiará, porque el gobierno no tiene un peso para hacer inversiones. Incluso más: no hay que descartar ahora, nuevamente, anuncios ortodoxos incluso respecto de YPF: un acuerdo con las multinacionales yanquis y el aumento de las naftas y el transporte con la justificación de que "la empresa es argentina y hay que defenderla".

Esto mismo nos lleva a la creciente crisis social que se viene observando por el deterioro económico. Sobre todo queremos destacar aquí lo que tiene que ver con la brutal escalada de los precios y como el gobierno sigue maniobrando junto con las burocracias sindicales de todos los colores, para planchar los salarios, las condiciones de trabajo y los reclamos.

Porque la realidad es que aunque peleándose entre ellos, en medio de una escalada de los precios que no para –y encarecen cada día que pasa la vida de la clase obrera–, en las últimas semanas la burocracia sindical pareció volver a esconderse debajo de la mesa no saliendo a convocar ninguna medida de lucha a pesar de las bravuconadas que venían ensayando.

Sobran declaraciones de Moyano contra los "gordos" o de Micheli contra la otra CTA, pero nada de pasar de las palabras a los hechos, nada de convocar a ninguna medida de lucha real, y todo de dejar el campo libre al gobierno para hacer lo que se le plazca.

Porque esa es la realidad de la burocracia sindical: cacarea cuando siente que algún privilegio propio puede ser pisoteado (por ejemplo Moyano cuando ve que el gobierno no lo quiere en la CGT), ¡pero a principios de marzo pasado, cuando hubieron condiciones para convocar a un paro general de la CGT y la CTA contra el gobierno, coincidiendo con los docentes que estaban en lucha, no hicieron nada de nada!

Lo anterior no quiere decir que no haya luchas. En la tribuna de nuestro acto, compañeros y compañeras, hemos tenido una expresión de los sectores de la amplia vanguardia obrera y de trabajadores que están en lucha. Días atrás fueron los compañeros de la línea 60, al que el gobierno los amenazó con la "guerra de las galaxias" si no deponían sus medidas; los compañeros del subterráneo, lamentablemente ahora conducidos por una dirección adicta al oficialismo, está tomando medidas; los compañeros y compañeras judiciales, caracterizados por la emergencia de una nueva generación que cuestiona a la burocracia, están reeditando una dura lucha de características similares a la del año pasado; y tenemos aquí una representación de los jóvenes obreros de Don Yeyo, que vienen en una durísima pelea que en el interior bonaerense representa el fenómeno universal de la nueva generación obrera.

¡Compañeros y compañeras!

Estas circunstancias: el giro maniobrero del gobierno, la emergencia a pesar de las traiciones cotidianas de la burocracia sindical de duras luchas, el proceso más estratégico de la nueva generación obrera, todos estos elementos hubieran planteado hacer un acto unitario de la izquierda independiente. No ha sido posible: la realidad es que en un kilómetro a la redonda hay cuatro o cinco actos simultáneos de diferentes expresiones de la izquierda.

Está claro que con la "izquierda michelista" de la CCC, Patria Libre o el MST, difícilmente se hubiera podido hacer algo, porque son parte, correa de trasmisión, del proyecto centroizquierda burgués de Binner en el terreno electoral, y de la burocracia michelista, en el sindical, como se ha podido observar, últimamente, en el intento de cooptación en el neumático por parte de la Negra–Verde, de la cuál también ha sido cómplice la autoproclamada "izquierda independiente" del FPDS.

Pero ha sido enteramente responsabilidad del PO y el PTS el que no se haya podido levantar en este 1° de Mayo una tribuna unitaria de lucha común entre las expresiones de la izquierda independiente. Porque el FIT se cortó solo convocado a un acto "cerrado", autoproclamatorio y electoralista en Plaza de Mayo, cuando hubiera correspondido cerrar filas para enfrentar con un acto unitario en común la recuperación de la iniciativa por parte del gobierno (un gobierno que acaba de llevar Vélez Sarfield exultante y envalentonado).

Plaza de Mayo les va a quedar ridículamente grande. Esto agravado porque se trata de una convocatoria cerrada, basada en una apreciación autoproclamatoria, inflada, irreal de las cosas: se construyen un mundo artificial y creen –y buscan hacer creer a los demás– que es el verdadero, y ese es el taparrabos para llevar adelante una orientación de conjunto oportunista.

Porque compañeros y compañeras: ¡el PO y el PTS han salido a llevar adelante un acto electoralista, un acto de espaldas a las luchas, un acto cerrado y autoproclamarlo, un acto aislado solo con la mira puesta en los votos que podrían obtener de aquí a un año y medio!

Ya era un escándalo que toda la actuación del FIT girara en torno a las elecciones; ya era un escándalo toda una campaña electoral diseñada, pura y exclusivamente, para "meter la izquierda en el Congreso", al servicio de lo cual, porque caía mal, no se nombro ni una vez al gobierno (recuerden la propaganda televisiva del "nos exigen 400.000" y no se sabía quién era el que exigía tal cosa.).

¡¡¡Pero ahora al escándalo se suma el ridículo de poner todo en función de uno voto más o un voto menos que se pueda obtener de aquí a 18 meses!!!

¡Compañeras y compañeros!

Es en esas condiciones que desde el nuevo MAS, desde nuestro partido, hemos levantado esta tribuna de lucha, clasista y socialista contra el gobierno K. Quisimos llevar adelante un acto en común pero no hubo forma.

Sin embargo, no les vamos a mentir: estamos orgullosos de este acto, estamos orgullosos de este partido que estamos construyendo, estamos orgullosos de la nueva generación partidaria que va madurando y aprendiendo en la experiencia conjuntamente con las luchas obreras y estudiantiles, estamos orgullosos de los jóvenes compañeros obreros del partido que van avanzando al calor de las marchas y contramarchas de la lucha de clases y la recomposición.

¡Y estamos orgullosos de levantar también, bien alto, las banderas de la construcción de nuestro partido, del nuevo MAS, como una de las corrientes socialistas revolucionarias más firmes y consecuentes de la izquierda en nuestro país, tal cual lo comienzan a señalar y reconocer sectores de la vanguardia!

¡Por esto mismo es que este acto es también nuestro compromiso: por la perspectiva estratégica de la recomposición obrera, por una oposición de clase al gobierno K y todo sector patronal y burocrático, por el gobierno obrero y el socialismo!

¡Compañeras y compañeros!

¡Viva la nueva generación obrera!

¡Arriba las luchas de la clase trabajadora!

¡Viva el 1° de Mayo!

¡Viva el nuevo MAS y la corriente internacional Socialismo o Barbarie!