China
endurece medidas en Tíbet
BBC World,
20/03/08
Las
autoridades chinas han arrestado a 24 personas, luego de las
protestas contra el dominio chino en la ciudad tibetana de
Lhasa, según informó la prensa oficial.
El anuncio
se produce luego de que las autoridades reconocieran por
primera vez que las protestas se han extendido más allá de
Tíbet.
En Lhasa,
170 manifestantes se rindieron, afirmaron medios de prensa.
La ciudad
está retornando a la calma, mientras que China continúa
escalando su presencia militar en todo el Tíbet y sus
alrededores.
Fuentes
chinas y tibetanas han ofrecido diferentes versiones de las
protestas que comenzaron en Lhasa el pasado 10 de marzo, en
el aniversario de un levantamiento tibetano contra el
dominio chino.
Restricciones
Las
autoridades han impuesto estrictas restricciones a los
periodistas occidentales que tratan de informar sobre los
disturbios.
El jueves,
el diario oficial Tíbet Daily citó a fiscales que dijeron
que dos docenas de sospechosos habían sido arrestados por
"poner en peligro la seguridad nacional, y por
golpizas, ruptura de vidrios, incendios, saqueos y otros
graves crímenes".
Una página
web del gobierno citó también al director de fiscalías de
Lhasa, Xie Yanjun, quien dijo que los sospechosos
"deben ser severamente castigados para proteger la
firmeza de la ley".
"Esta
ruptura de la ley fue organizada, premeditada y
cuidadosamente planeada por la camarilla del Dalai
Lama", dijo, y reiteró que el líder espiritual de los
tibetanos incitó a las protestas.
Medios de
prensa estatales informaron que al menos 170 personas se habían
entregado voluntariamente a la policía luego de ser
amenazados con duras penas y si no se entregaban antes del
lunes.
Los mismos
medios oficiales habían dicho que la cifra de quienes se
habían entregado era de 105. No está claro si los 24
arrestos hacen parte de la cifra de 170 que según la prensa
oficial se rindieron ante la policía.
Video
Organizaciones
de derechos humanos dicen que han escuchado versiones que
hablan de centenares de arrestos.
Georg
Blume, un periodista alemán, dijo a la BBC que en Lhasa
"las cosas han regresado un poco a la normalidad.
"Pero la policía está todavía en todas partes, y
ayer, por primera vez, vimos a los agentes yendo a las casas
y haciendo requisas".
Manifestantes
le dijeron al periodista que estaban enfadados por la
represión a los monjes y la diaria discriminación contra
los tibetanos, según relató.
Medios
estatales también informaron por primera vez que ha habido
protestas en las provincias de Sichuan y Gansu, vecinas de Tíbet.
La agencia china Xinhuá se refirió a los manifestantes en
el condado de Aba, provincia de Sichuan, como "gángsters",
diciendo que habían causado "enormes daños" a
almacenes y oficinas gubernamentales.
Manifestaciones
en China
Los
manifestantes han hecho llamados por la independencia de Tíbet
y han hecho ondear las banderas del "gobierno de Tíbet
en el exilio", dijo Xinhuá.
Más
temprano, se conoció un video grabado en Gansu que muestra
a tibetanos destrozando la bandera china, y reemplazándola
con la tibetana.
Un equipo
de filmación canadiense capturó también las imágenes de
decenas de manifestantes que bajaban de la montaña a pie y
a caballo, en una escuela, cerca de Hezuo.
Las
autoridades chinas han intensificado sus esfuerzos por poner
la situación bajo control movilizando tropas desde áreas
vecinas.
Medidas
enérgicas
Tan sólo
el miércoles los corresponsales de la BBC vieron más de
400 convoyes militares en la provincia de Sichuan, que se
dirigían hacia Tíbet, pero éstos han aumentado de manera
significativa en las últimas horas, según informaron.
Exiliados
tibetanos dijeron que al menos 99 personas han muerto,
incluidos 80 en Lhasa. China afirman que los muertos
ascienden a 16, entre ellos tres manifestantes.
Mientras
tanto, el Dalai Lama hizo un llamado a la comunidad
internacional para que apoye "nuestros esfuerzos para
resolver los problemas de Tíbet a través del diálogo".
El primer
ministro británico, Gordon Brown, dijo que el premier
chino, Wen Jiabao, le había manifestado que estaba abierto
al diálogo bajo ciertas condiciones.
Brown dijo
que tendrá un encuentro con el Dalai Lama durante una
visita a Londres en mayo y que la violencia en Tíbet debe
terminar.
Gran
movimiento de tropas hacia Tibet
BBC World,
19/03/08
China está
enviando gran número de soldados a Tibet, luego de las
violentas protestas de la semana pasada en contra del
gobierno de ese país.
En días
pasados día se han visto pasar convoyes militares hacia
Tibet, pero éstos han aumentado de manera significativa en
las últimas horas, informaron corresponsales de la BBC en
la provincia de Sichuan, cerca Tibet.
Un
corresponsal de la BBC contó hoy más de 400 vehículos
militares dirigiéndose hacia el paso montañoso que une a
Sichuan con el Tibet. "Hemos contado alrededor de
veinte camiones militares montados sobre plataformas en un
tren. También cuatro vehículos todo terreno y una
ambulancia en la que decía "Policía Armada Popular,
fuerza de reacción rápida'", informó el periodista
James Reynolds.
Nuestro
corresponsal agregó que, más al sur, otro equipo de la BBC
vio tres caravanas militares más. "China dice que la
situación dentro del Tibet está bajo control. Por lo que
yo veo es claro que cree que necesita refuerzos", indicó
Reynolds.
Entrega
"voluntaria"
Más
temprano, medios de prensa chinos habían anunciado que al
menos 100 personas se entregaron voluntariamente a la policía
luego de las protestas contra China en Lhasa, la más
importante ciudad de Tíbet.
La entrega
busca la indulgencia de las autoridades, al cumplirse el
plazo que fijaron para que se ponga fin a las
manifestaciones, indicó la agencia estatal china de
noticias, Xinhuá.
China había
advertido que castigaría duramente a quienes no se
rindieran. Según activistas, la policía en Lhasa ha estado
allanando viviendas y realizando arrestos.
China acusó
al Dalai Lama de las protestas, una imputación que el líder
espiritual de los tibetanos niega rotundamente. El Dalai
Lama hizo un llamado para que se ponga fin a la violencia y
dijo que los tibetanos tendrán que convivir con los chinos,
quieran o no.
"Lucha
de vida o muerte"
El
secretario del Partido Comunista de Tíbet, Zhang Qingli,
advirtió que la batalla contra el movimiento del exilio
tibetano es una lucha "a largo plazo".
"Estamos
en medio de una fiera batalla a sangre y fuego, una lucha de
vida o muerte con la camarilla del Dalai", dijo el miércoles
en una reunión de líderes regionales.
"Los líderes
de todo el país deben comprender profundamente la
dificultad, complejidad y naturaleza de largo plazo de esta
lucha", afirmó Zhang Qingli, según informó el China
Tibet News.
Las
protestas empezaron el 10 de marzo pasado -49 aniversario de
un levantamiento tibetano contra China- y escalaron
gradualmente, hasta terminar en violencia. China dice que
los manifestantes en Lhasa mataron a 13 personas. Exiliados
tibetanos sostienen que al menos 99 manifestantes fueron
muertos por fuerzas de seguridad chinas.
"Arrestos
masivos"
Según el
gobierno regional tibetano, 105 personas involucradas en las
protestas se entregaron a la policía en la tarde del
martes, informó la agencia Xinhuá.
Baena
Chilain, vice-presidente del gobierno regional, dijo que
todos habían estado involucrados en "palizas, ruptura
de vidrios, saqueos e incendios".
A la prensa
extranjera no se le ha permitido entrar a Lhasa y el flujo
de información es estrictamente controlado, pero grupos de
derechos humanos dicen que han escuchado informes de
arrestos generalizados.
"Nos
han dicho que en Lhasa ha habido centenares de
arrestos", dijo Kate Saunders de International Campaign
for Tibet, a la agencia AFP.
En una
declaración, la organización estadounidense, Human Rights
Watch, urgió a China a permitir el acceso de monitores
independientes a los detenidos. los grupos de derechos
humanos han acusado a las autoridades chinas de haber
recurrido al uso de la violencia.
Investigación
El martes,
activistas tibetanos publicaron imágenes que según ellos
confirman su acusación de que ha habido muchas muertes y de
la brutalidad de las fuerzas chinas.
Ellos
afirman que las fotografías muestran a activistas
asesinados el domingo por las fuerzas de seguridad chinas en
el monasterio Kirti, en la provincia de Sichuan. Sin
embargo, la BBC no ha podido confirmar las denuncias.
Yu Jing,
representante de la embajada china en Londres, dijo que era
"difícil juzgar a partir de unas fotografías",
pero que en caso de que fueran correctas, habría una
explicación.
La
funcionaria dijo que algunos informes sugieren que los
oficiales de policía habían sido atacados, y que los
funcionarios chinos estaban analizando las denuncias.
El gobierno
tibetano en el exilio dijo que escuchó informes de 19
muertes en la vecina provincia de Gansu.
El lunes,
el primer ministro chino, Wen Jiabao, acusó al Dalai Lama
de instigar los recientes disturbios en Tibet, en parte para
sabotear los próximos Juegos Olímpicos de Pekín.
Acusaciones
El Dalai
Lama negó que esté detrás de los disturbios y aseguró
que renunciaría al gobierno en el exilio si éstos
empeoran. "Si las cosas se salen de control, entonces
la opción es renunciar. Este movimiento está fuera de
nuestro control", dijo en Dharamsala, India.
El guía
espiritual tibetano, quien en 1989 ganó el Premio Nóbel de
la Paz por su oposición al uso de la violencia en la búsqueda
de autonomía en Tibet, ha llamado en repetidas ocasiones al
diálogo con China.
"La
violencia va contra la naturaleza humana", dijo.
"No debemos desarrollar sentimientos contra los chinos.
Nos guste o no, tenemos que convivir con ellos". El
Dalai hizo un llamado para que se realice una investigación
internacional sobre los sucesos.
China
sostiene que Tibet ha sido siempre parte de su territorio,
pero Tibet disfrutó de prolongados periodos de autonomía
antes del siglo 20, y muchos tibetanos siguen siendo leales
al Dalai Lama, quien se exilió en 1959.
Otra
preocupación para China
Por Paul
Reynolds
Corresponsal
de Asuntos Mundiales de la BBC
BBC World,
17/03/08
Un diplomático
chino de alto nivel dijo recientemente a un observador
europeo que China se siente confundida ante las críticas
que ha recibido y no sabe cómo responder a ellas.
China -que
en agosto organiza los Juegos Olímpicos de Pekín- quedó
desconcertada con la renuncia del director de cine Steven
Spielberg, quien era asesor del gobierno en la organización
de la competencia. Y cuando China esperaba que el caso
Spielberg muriera sucedió lo de Tibet.
China
parece no haber entendido en toda su extensión la forma en
que los Juegos Olímpicos exponen a la crítica las políticas
del gobierno. Al Reino Unido le pasará lo mismo en 2012.
El gobierno
chino esperaba que su política de apertura parcial fuera
suficiente. Desde 2007, por ejemplo, se permite a los
periodistas extranjeros viajar libremente por casi todo el
país, aunque por supuesto se cerraron las puertas de Tibet
cuando comenzaron las protestas. Los viejos hábitos se
impusieron.
Problema
mayor
Tibet es un
problema potencialmente mucho mayor para China que la
renuncia de un director de Hollywood como "asesor artístico"
de los juegos de Pekín.
Steven
Spielberg renunció en protesta porque China no había usado
su relación con Sudan para poner fin a la violencia en
Darfur.
La
publicidad en este caso no fue buena para las intenciones
chinas de presentar la olimpíada como el momento en que el
mundo aceptará su "ascenso pacífico". Pero China
no es responsable directa de lo que pasa en Darfur. Es
directamente responsable de lo que pasa en Tibet.
Amenaza
de boicot
Tibet
siempre ha tenido una asociación romántica en todo el
mundo, y esa asociación ha crecido con la figura de su
exiliado guía espiritual, el Dalai Lama.
Si las
protestas en Tibet son reprimidas de manera violenta, los
llamados a boicotear los juegos podrían hacerse más
numerosos, aunque el propio Dalai Lama no ha pedido que se
tome esa medida.
Los
gobiernos de otros países se verían obligados a hacer señalamientos
más críticos que los que normalmente hacen a China por la
situación en Tibet.
Muchos
gobierno sienten que China no ha equilibrado de manera
adecuada su política en Tibet. Sin duda ha vertido mucho
dinero para mejorar las condiciones económicas y el ejemplo
más reciente es el ferrocarril a Lhasa.
Pero también
ha vertido inmigrantes chinos y -en opinión de gobiernos y
promotores de derechos humanos- ha descuidado las
aspiraciones culturales de los tibetanos.
Este
sentimiento se hizo palpable el 15 de marzo en una declaración
de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza
Rice, quien pidió a China "que atienda las políticas
que han creado tensiones en Tibet por su efecto en la religión,
la cultura y la forma de vida de los tibetanos".
Los
derechos humanos
El
canciller británico David Miliband declaró recientemente
que los diplomáticos ya no deben tener miedo de hablar
sobre derechos humanos con China para no dañar las
relaciones económicas.
Sin
embargo, las visitas del primer ministro Gordon Brown y del
presidente de Francia Nicolas Sarkozy no dieron muchas señales
de que los derechos humanos hayan sido tema importante de
las conversaciones.
La
confianza de Miliband sin duda sin duda hará mayor la
posibilidad de que el Dalai Lama se reúna en mayo con Brown
durante su visita al Reino Unido. El guía espiritual no
pudo entrevistarse con el ex primer ministro Tony Blair en
2004.
Otros países
aceptan el control chino en Tibet y no reconocen al gobierno
tibetano en el exilio en India.
Esos países
no piden la independencia de Tibet, ni lo hace el Dalai
Lama, aunque China lo acusa de hacerlo. Lo que dice el Dalai
Lama es que le gustaría que Tibet disfrutara de una autonomía
práctica dentro del Estado chino.
Sin
embargo, una solución en esos términos parece lejana.
El
cierre del Everest
Un ejemplo
de la costumbre china de ejercer el control puede verse en
las cimas del Everest. El sitio de internet de los montañistas
del Everest reveló este mes que China cerró el lado
tibetano de la montaña hasta el 10 de mayo, y después
convenció al gobierno de Nepal -al que le presta importante
ayuda financiera- de que hiciera lo mismo en su lado de la
cordillera.
La razón
que dieron es que hay "preocupación por frecuentes
actividades montañistas, rutas congestionadas y presiones
ambientales cada vez mayores".
Pero
probablemente la razón real es que permitirá a un equipo
de montañista chinos ascender a la cumbre con la antorcha
olímpica sin arriesgarse a que otros desplieguen la bandera
tibetana al mismo tiempo.
Pekín y el
dilema del Tibet
Por
Shirong Chen
BBC
Pekín, 15/03/08
La ola de
violentas protestas en Tibet no podía haber llegado en un
peor momento para el gobierno chino. A escasos meses de los
Juegos Olímpicos de Pekín, los líderes chinos no quieren
que las protestas de los monjes se conviertan en la imagen
que define al país.
Muchos
miembros del gobierno de la Región Autónoma de Tibet están
actualmente en Pekín para asistir al Congreso Nacional del
Partido Chino.
Hace pocos
días, el presidente chino, Hu Jintao, se reunió con una
delegación del Tibet y les pidió a los asistentes que
siguieran trabajando para mejorar el nivel de vida de sus
habitantes y lograr la paz y estabilidad en la región.
Sin
embargo, los manifestantes tibetanos parecen decididos a
dejar bien claro su punto de vista, mientras los ojos del
mundo están puesto sobre China en este año olímpico.
Quieren
expresar su protesta contra lo que consideran es una violación
de China a los derechos humanos en la región y quieren más
libertad, tanto religiosa como política.
¿Otra
Birmania?
Los
tibetanos que viven en otros países han apoyado sus
acciones, organizando protestas y marchas.
Este
viernes, mientras las fuerzas de seguridad chinas,
intentaban poner fin a los incendios en Lhasa, un grupo de
manifestantes tibetanos protestaron frente a la embajada
china en Londres.
Y desde el
exilio en India, grupos de tibetanos comenzaron una marcha
de protesta de vuelta al Tibet, que fue bloqueada por la
policía india.
El
gobierno chino enfrenta un dilema
Desde
luego, no quiere un baño de sangre justo cinco meses antes
de la inauguración de las Olimpíadas y tratarán de evitar
una situación que haga recordar lo sucedido en Birmania en
2007.
Por otra
parte, no desean permitir que los monjes y otros
manifestantes tengan espacio para desahogarse, por temor a
que se interprete como una señal de debilidad y algo que
desencadene más malestar.
Tibet,
conjuntamente con los territorios en disputa de Xinjiang y
Taiwán, representan los mayores dolores de cabeza para los
líderes chinos.
Hasta
ahora, su política ha sido aplicar la zanahoria y el
garrote. El gobierno central ha destinado mucho dinero a la
región, en un intento de mejorar el nivel de vida de los
tibetanos.
Una nueva línea
ferroviaria hacia la principal ciudad de Tibet, Lhasa, ha
sido elogiada por las autoridades como una prueba de que
quieren trabajar por el beneficio de la gente del Tibet.
Historia
de manifestaciones
Sin embargo
los tibetanos se quejan de que la inversión sólo benefició
a los Han, de la etnia china, y que el efecto ha sido diluir
-o incluso destruir- la cultura tibetana.
El gobierno
chino y el Dalai Lama han intentado sostener conversaciones
para dar más autonomía a la región, pero hasta ahora no
han rendido muchos frutos.
Las
protestas y las rebeliones han sido una características de
la vida tibetana, desde que el ejército chino ingresó a la
región en 1950.
La ola de
protestas de esta semana coincide con el 49º aniversario
del fallido levantamiento tibetano contra China de 1959,
cuando el Dalai Lama se tuvo que ir al exilio.
La última
vez que se efectuaron protestas fue en 1989, justo antes de
la represión de la Plaza Tiananmen en Pekín.
En ese
momento, el presidente Hu Jintao era el Secretario del
Partido en Tibet y su manejo de las protestas le valió la
aprobación de sus jefes en Pekín.
Casi veinte
años después, Hu estará ansioso de conseguir resultados
igualmente rápidos para poner fin a estas nuevas protestas.
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