Afectada por la incertidumbre
en Europa y EE.UU., que provocó una caída en la demanda de
productos chinos, en 2011 creció menos.
Pekín.- Para cualquier país del
mundo, la cifra sería para festejar. Pero no tanto para
China, que la recibió como una alerta de que no estará
ajena al impacto de la crisis global. Afectado por la débil
situación económica de Europa y Estados Unidos, el
crecimiento del gigante asiático se desaceleró a un 9,2%
en 2011, el dato más bajo en más de dos años, y generó
preocupación en Pekín.
La ralentización del crecimiento (en
2010 había sido del 10,4%) se debió a la caída de la
demanda en los mercados de exportación de China -sobre todo
el europeo, golpeado por la crisis de las deudas soberanas-,
la política monetaria del régimen comunista en la lucha
contra la inflación y el estancamiento del sobrecalentado
mercado inmobiliario chino.
Aunque el dato anunciado ayer fue mejor
al esperado por algunos analistas, en el cuarto trimestre
del año pasado el PBI chino creció un 8,9%, su nivel más
bajo desde el segundo trimestre de 2009 (cuando creció
7,9%), informó Ma Jiantang, director de la Oficina Nacional
de Estadísticas.
El funcionario señaló que en 2012
China encara "desafíos y una situación
compleja", debido a la desaceleración económica
mundial, las turbulencias de los mercados financieros, el
aumento del proteccionismo internacional y el encarecimiento
de las materias primas. "Tenemos que estar
listos", dijo Ma.
También hay riesgos en el mercado
interno: la presión de los precios, los cuellos de botella
financieros para pequeñas empresas y cambios estructurales
para ahorrar energía y reducir las emisiones contaminantes.
Pese a todo, Ma consideró que las
cifras de 2011 están "en línea" con la política
del régimen y suponen un "buen comienzo" para el
cumplimiento de los objetivos de crecimiento a largo plazo.
"Los resultados de hoy [por ayer]
parecen confirmar un escenario de «aterrizaje suave» para
la economía china", advirtió, por su parte, el
analista Francis Cheung, de Crédit Agricole CIB, en Hong
Kong.
Más pesimista resultó Alistair
Thornton, economista del centro de estudios IHS Global
Insight de Pekín: "Lo peor [para la economía china]
todavía está por venir. El crecimiento del PBI,
probablemente, caerá más de un punto porcentual en este
trimestre".
Aunque el crecimiento de la segunda
economía mundial sigue siendo vigoroso, los tiempos en que
era de dos cifras parecen haber quedado atrás. Este año,
los analistas pronostican que rondará el 8 por ciento.
El think tank norteamericano Conference
Board prevé incluso una desaceleración del crecimiento
chino a sólo el 6,8% entre 2012 y 2016, y un 3,5%, entre
2017 y 2025.
China es uno de los mayores
importadores del mundo y una contracción de su crecimiento
económico podría tener fuertes repercusiones globales si
redujera la demanda de hierro, componentes industriales,
energía y otros bienes adquiridos en países emergentes.
Al desplomarse la demanda de productos
chinos en Estados Unidos y Europa, el año pasado los líderes
comunistas elevaron las tasas de interés y endurecieron el
crédito para evitar que se disparara la inflación, con la
amenaza de un aumento generalizado del desempleo.
Ahora, la desaceleración del
crecimiento, combinada con el éxito de las medidas contra
la inflación -que cayó de su máximo de 6,5% en julio a
4,1% en diciembre- y las oscuras perspectivas para la
industria exportadora permitirán al gobierno empezar a
flexibilizar su política económica. "Ya que la
inflación cedió, el gobierno tendrá en el futuro más
margen para fijar su política macroeconómica", estimó
el investigador Zhang Xiaojing, de la Academia China de
Ciencias Sociales.
Reacción
Luego de que se presentaran los datos
económicos de ayer, el ánimo en la Bolsa de Shanghai fue
positivo, porque se esperaban cifras peores. El alza contagió
a la mayoría de las bolsas asiáticas.
Según el informe de la Oficina
Nacional de Estadísticas, la producción industrial china
tuvo un crecimiento de 13,9% en 2011, inferior al 15,7% en
2010.
"La competitividad de China como
productor barato está tambaleando, mientras los precios de
producción crecen con mayor rapidez que en otros países",
expresó el asesor empresarial Roland Berger en un estudio.
"Muchas industrias ya están abandonando China y
convierten el made in China en made in Vietnam."
Además, la urbanización avanza a
pasos acelerados en China, donde en 2011 la población de
las ciudades superó por primera vez en la historia a la
rural. El 51% de los 1350 millones de habitantes vivían en
ciudades a fines de 2011.
A medida que aumenta la vivienda y el
costo de vida en las urbes, los trabajadores incrementan sus
demandas de alzas salariales y mejores condiciones. "Es
una señal clara para todos los inversores: la mano de obra
barata en China se está acabando y nunca volverá",
dijo Cheng Jiansan, profesor en la Academia de Ciencias
Sociales de Guangdong.
Señales de alerta
Desaceleración: Aunque la
economía china creció un 9,2% el año pasado -una cifra
alta para cualquier país-, se redujo respecto del 10,4% de
2010.
Razones: La ralentización del
crecimiento se debió a la caída de la demanda en los
mercados de exportación de China -sobre todo Europa-, la
política monetaria en la lucha contra la inflación y el
estancamiento del mercado inmobiliario chino.
Impacto: China es uno de los
mayores importadores del mundo, y una contracción de su
crecimiento podría tener repercusiones globales si redujera
la demanda de productos de países emergentes.
Pronóstico:El think tank de
EE.UU. Conference Board prevé una desaceleración de China
a sólo el 6,8% entre 2012 y 2016, y de 3,5% entre 2017 y
2025.
Unos 300 trabajadores
chinos de Foxconn
amenazaron con suicidarse
Ensamblaban consolas de
videojuegos, pero ante el reclamo de suba de salarios, la
empresa Foxconn los echó y no los indemnizó; en 2010
murieron allí 14 empleados por suicidio.
Unos 300 trabajadores de una fábrica
de tecnología china, donde se ensamblan dispositivos de
marcas como Microsoft, Apple y Sony, se manifestaron en el
techo de la empresa donde trabajan y amenazaron con realizar
un suicidio en masa si no se resuelve una disputa sobre el
pago de sus salarios, según informó The Huffington Post
.
Los trabajadores forman parte de las
plantas ubicadas en el parque tecnológico de Foxconn
Technology en Wuhan en la provincia de Hubei, en China, que
actualmente ensambla la consola Xbox 360. La compañía ya
ha protagonizado anteriormente incidentes similares,
llegando a registrar suicidios de empleados por sus
condiciones de trabajo.
De acuerdo con lo publicado, los
empleados habían pedido a la compañía un aumento en sus
salarios y ésta les había indicado que si no estaban
satisfechos con su remuneración que abandonaran la empresa
a cambio de una indemnización o continuaran trabajando en
las mismas condiciones.
La mayoría de los trabajadores
decidieron entonces renunciar a su empleo, pero la empresa
no les entregó las indemnizaciones prometidas. Entonces
iniciaron su acción de protesta, de la que fueron
disuadidos por el alcalde de la localidad.
Las fábricas de Foxconn en China han
sido escenario de varios suicidios de trabajadores en el
pasado, incluyendo 14 empleados en 2010 en su planta de
Shenzhen, por los bajos salarios y las malas condiciones de
trabajo.
El propio Steve Jobs tuvo que hacer
referencia a estas muertes, considerando
"preocupante" la cadena de suicidios, pero aseguró
que en la fábrica donde se ensamblan iPhones e iPads “no
había explotación" (sic!).