Los
atentados racistas y contra la izquierda ya son un hábito
en Santa Cruz
Matonaje
cívico
Bolpress,
10/12/07
Dice el
asambleísta Carlos Romero del MAS, que en Santa Cruz pequeños
grupos quieren agarrarse un pedazo del país a fuerza de
golpe y patadas. Los atentados ya son un hábito en Santa
Cruz, observa el concejal masista en el municipio cruceño
Osvaldo Peredo, atacado seis veces en los últimos dos años.
El domingo a las tres de la mañana lanzaron dos granadas de
guerra a su casa, una de ellas al techo del dormitorio de su
hija de 11 años.
No hay día
en el que no aparezca en titulares una agresión física o
verbal a los opositores del civismo empresarial. Apenas
llama el Consejo Nacional Democrático a la sedición se
producen tomas violentas de instituciones públicas. Los
discurseadores de plaza de ese movimiento de inspiración
democrática matan civilmente a la gente. “Estos fascistas
y racistas no han podido amedrentarme y optan por atacar a
mi familia”, reclama Peredo.
¿Será que
aumenta la violencia en la medida en que los cívicos
pierden capacidad de movilización? En el último cabildo
convocado en la plaza central de Santa Cruz no había ni 10
mil personas. El sábado Branco Marinkovic anunció que no
se llamaría a otro cabildo para entregar el estatuto autonómico.
Los cívicos fueron los únicos que rechazaron el referéndum
revocatorio. Los cívicos fueron desconocidos por los indígenas,
mayoría en población.
Los cívicos–empresarios
están aterrorizando con amenazas vedadas y francas a la
clase media de Santa Cruz, especialmente a instituciones y
personas defensores y defensoras de los derechos humanos. El
Ejecutivo perdió ya varios cuadros cambas que temían por
su seguridad o prestigio social. El fin de semana volvieron
a circular la lista con los nombres de 52 “traidores”
Una de
ellas es Alicia Tejada, defensora de los derechos de los
pueblos indígenas, crítica del modelo productivo cruceño
y de las autonomías que proponen los cívicos, a pesar de
ser una persona de clase media y de que en su momento ocupó
cargos cívicos importantes.
“Nuevamente
aparezco en la lista de los traidores sentenciados. Por
favor necesito orientación sobre cómo proceder. Ya fui
demandada, soy objeto de amenazas públicas permanentemente.
Poco a poco van avanzando más. La semana pasada
interrumpieron una reunión en mi hotel mintiendo por sus
celulares que había conflicto y convocando a su
turba...”. Ella reside en Ascensión de Guarayos,
epicentro de los conflictos de tierras del departamento de
Santa Cruz.
Los grupos
de choque lanzan bombas molotov a inmuebles de instituciones
públicas, a ONGs defensoras de los derechos humanos, a
residencias de cubanos y venezolanos y de personeros de
gobierno.
Lo mismo
está ocurriendo en la ciudad de Sucre, donde también han
circulado panfletos con los nombres de los constituyentes
que participaron de las sesiones de la Asamblea
Constituyente para aprobar el nuevo texto constitucional y
de otras personalidades de clase media, principalmente.
Los
permanentes hechos de violencia en los que se ven
involucradas turbas organizadas por los comités cívicos,
las prefecturas y algunas alcaldías en el país, en el caso
de Sucre han derivado en muertes que no se aclaran hasta el
día de hoy. El Prefecto del departamento se declaró en la
clandestinidad luego de que le quemaran la casa. En Cobija
incendiaron la de vivienda de un senador de la República y
en Riberalta apedrearon un avión venezolano.
Grupos de jóvenes
racistas y xenófobos amedrentan y atacan a quienes tienen
un color piel más oscuro. Los insultan, les escupen en la
cara. “Arde chola, arde”, decían jovenzuelos en Sucre
cuando quemaban una muñeca de trapo que representaba a la
presidenta de la Asamblea Constituyente Silvia Lazarte.
Algunas
organizaciones vinculadas a la defensa de los derechos
civiles proponen a la oficina del Alto Comisionado de la ONU
para los Derechos Humanos una reunión para advertir el
riesgo que corren los militantes de derechos humanos en el
país y pedir protección. Las personas que se sientan
afectadas deben denunciar acoso, amenaza y peligro de muerte
a Amnistía Internacional. Se pueden derivar los casos a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Paros
cívicos, un adelanto de lo que será
la dictadura fascista
Por
Julio Figueroa
ASC (Agencia Santa Cruz–Noticias)
Bolpress, 13/12/07
Santa
Cruz.– El gobierno de Evo calificó al último paro de los
cívicos de “paro político” y los cívicos por su parte
dijeron que su paro fue un éxito y una demostración del
“civismo de la población” y que ésta los apoya. El
gobierno ha tratado de aprovechar cierto rechazo al paro y
lo anota como un apoyo al “proceso de cambio”. En
realidad este paro fue parte de la escalada organizada por
la vieja derecha para lograr que el gobierno siga
complaciendo los apetitos económicos y políticos de los cívicos.
En ese sentido, el éxito es de los cívicos. El gobierno no
puede frenarlos porque él mismo sostiene las posiciones que
los cívicos defienden, por eso el sostenimiento del
neoliberalismo y la propiedad privada están avalados en su
nueva constitución.
En la pugna
que libran gobierno y oposición burguesa en torno a varios
temas, vienen los paros a amenizar la pelea y los motivos
pueden ser los que se les ocurran, no importa sin
fundamentado.
Ya durante
movilizaciones y enfrentamientos por capitalía que se daban
en Sucre, los cívicos lanzaron el grito al cielo y antes de
que se produzcan muertes las pronosticaron y hablaban de
“una constitución manchada de sangre”. Tras que se
conoció de las 3 muertes, en señal de luto, junto a
residentes de Sucre pro– cívicos, organizaron una vigilia
en la plaza 24 de Septiembre que derivó en tomas, quemas y
destrozos de edificios públicos y privados como el de
Impuestos Internos, el Ministerio de Hacienda, la sede del
MAS.
Desde ese
momento el paro cívico estaba cantado para consumarse el miércoles
28 de noviembre, como una forma de preparar el incendio del
país.
Los pasos
en ese sentido se dieron con la reunión del Consejo Autonómico
Nacional (CONALDE) y la asamblea de la cruceñidad, donde se
reunieron representantes de instituciones empresariales,
gente de la Prefectura, Alcaldía y organizaciones que
reproducen las consignas cívicas. Allí dominaron discursos
amenazadores como ese de declararse autónomos de facto o más
pasable “de derecho”. En el evento se mostraron de
cuerpo entero. Critican al MAS de gobernar por decreto pero
ellos “declaran autonomía de derecho” y deciden aprobar
su estatuto autonómico como en una competencia de cuál de
los dos es más atropellador aunque se quieren hacer pasar
por demócratas.
La asamblea
de la cruceñidad, transmitida por televisión, fue sólo un
show mediático que reproduce un guión preparado a imagen y
semejanza de la voluntad de los dirigentes cívicos. Nunca
hay verdadero debate, todos repiten lo mismo. Los miembros
del directorio cívico que ocupan la testera actúan a veces
con humor barato, adoptando en cámaras poses de seriedad y
preocupación pero al descuidarse riéndose de los discursos
repetidos por los bien preparados títeres.
Los medios
de comunicación pro cívicos tomaron partido por estimular
a la gente para que vaya al paro en solidaridad por las
muertes en Sucre y en apoyo a la demanda de capitalía,
defensa de la libertad y la democracia y después siguieron
explicando nuevos motivos para ejecutar el paro,
supuestamente ahora pasaban de la “desobediencia civil”
a la “resistencia civil,” luego el prefecto pedía
“referéndum revocatorio para el presidente” después
decían para que “renuncie Evo”, también que era “en
defensa del IDH”. ¿Por fin cuál era el objetivo del paro
cívico? Sólo sacar algún rédito político para
fortalecerse frente al gobierno en circunstancias tan
propicias.
“Toque
de queda" desde medianoche y gendarmes para hacer
acatar el paro
Este paro cívico
tuvo una característica nueva con relación a los
anteriores, ahora para imponerse y tratar de lavarle la cara
a la desacreditada y delincuencial Unión Juvenil usaron a
las fuerzas de la Gendarmería Municipal que se movilizaron
en camiones y movilidades de la Alcaldía. Oscar Vargas,
alumno de los cívicos, Presidente del Concejo Municipal,
hizo aprobar una resolución denominada “ley seca”
prohibiendo el expendio de bebidas alcohólicas esa noche
del paro. Con ese pretexto impusieron una especie de
“toque de queda” a partir de medianoche y justificaron
la salida masiva de los gendarmes a las calles.
Esos días
los cívicos criticaban al gobierno por preparar el estado
de sitio ante los problemas de Sucre, pero en el paro ellos
usaron fuerzas de la gendarmería, pagadas con recursos del
Estado o sea del Municipio, para obligar a paralizar sus
actividades a los ciudadanos. Los usaron como fuerza de
choque. Ahora se ve cómo entienden a la gendarmería, como
ente represivo y no de servicio social.
El día del
paro los medios de televisión controlados por poderosos
empresarios trataron de dar un perfil bajo a los miembros de
la Unión Juvenil, ocultando sus tropelías y su verdadera
cara fascista, pero igual fueron captados por otros canales
más pequeños. No se pudo ocultar que para los unionistas
la resolución del Concejo Municipal de “ley seca” no
valía porque amanecieron borrachos en los puntos de
bloqueo. Otros grupos de la Unión fueron vistos agrediendo
y extorsionando a conductores.
Oscar
Vargas, su resolución y los gendarmes reemplazaron a los
unionistas en varios lugares. Así los cívicos usan los
recursos de Estado en la pugna mezquina que tienen con el
gobierno. Y miembros de MAS que fungen de concejales en el
municipio no abren la boca para denunciar este hecho.
En
el Plan 3000 hubo crítica y desacato
En el plan
3000 se potencia la crítica y desacato a los paros cívicos,
ahora apoyados y organizados desde la Prefectura y Alcaldía.
Vecinos de esta popular zona de la ciudad, convirtieron al
paro en día de protesta y salieron a la calle. El martes en
la noche hubo vigilias para impedir cualquier tipo de agresión
que pretendan llevar adelante gente de la Unión Juvenil.
Ese miércoles la gente que se dio cita para protestar fue
en número mayor que anteriores paros.
En la mañana
hubo discursos en la rotonda que denunciaban al sector cívico
– empresarial, se escucharon críticas a Branco Marincovic
por la subida del precio del aceite, a Rubén Costas y a
Tuto Quiroga. También hubo recolección de firmas para
pedir que la zona del plan 3000 sea un distrito municipal
autónomo. La gente que sigue al MAS aseguraba que con la
constitución nueva no hay vuelta atrás, lo mismo en el
caso de la renta dignidad que se aprobó y que la derecha ya
no puede hacer nada, ilusiones que difunden los altos capos
del MAS porque la realidad confirma que el poder de las
transnacionales y de los empresarios se mantiene porque Evo
Morales les jura que él y su gobierno respetan la gran
propiedad privada.
También
hubo discursos de crítica al MAS, circularon volantes del
P.O.R. señalando el rechazo al paro de los poderosos y
orientando que Sucre era una “escalada fascista de los cívicos
y empresarios”, que el MAS cayó en el juego con su idea
de “la sede no se mueve”. Integrantes del P.O.R.
expresaban que lo que hoy sucede es producto de que el 2003
no hubo un triunfo completo del pueblo porque la gran
propiedad se mantiene intacta, asegurando que la
constituyente y las autonomías no resolverán los problemas
que afectan a los bolivianos.
En la mañana
y por la tarde alrededor de cinco personas aparecieron de
manera sospechosa en la concentración de rechazo al paro
agrediendo con gruesos adjetivos buscando provocar y fueron
rechazados por la gente que se daba cita en la rotonda. Algún
medio mostró ese hecho como el tema central de la protesta
contra el paro buscando generar la reacción del cruceñismo.
También hubo protestas rechazando el paro empresarial en la
Villa 1ro de mayo y en la Pampa de la Isla.
La
estatización de los paros cívicos
Luego de la
caída del gonismo en octubre del 2003, los paros de los cívicos
comenzaron a realizarse de manera más frecuente. Todos esos
paros se apoyaron en el sentimiento de pertenencia a la región,
poniendo en primer plano que lo más importante era “ser
cruceño”, “defender Santa Cruz” que ahora el mal de
todo es el “centralismo” y la solución la “autonomía”
y también en la represión violenta de los opositores. Con
estas ideas y acciones los empresarios que apoyaron al
gonismo y todos los neoliberales buscaron reflotar políticamente.
En un
primer momento los paros tuvieron amplio respaldo de
sectores de clase media y también de sectores más
empobrecidos, pero esa gente se fue dando cuenta que los cívicos
los usaban para negociar mayores espacios de poder y
ventajas económicas para sus empresas con los gobiernos de
turno (Carlos Mesa, Rodríguez Veltzé y Evo Morales).
Con la
elección de prefectos y la llegada de Rubén Costas, los
viejos politiqueros, ahora cívicos, controlan parte del
aparato del Estado, es decir tienen más poder. Desde la
Prefectura de Santa Cruz lograron alinear con las mismas
ideas y las mismas acciones al resto de neoliberales
vendepatrias de las otras regiones del país. Paradójicamente
los prefectos aparecen confrontando con el gobierno central
y paralizando el aparato estatal, vulnerando la ley que han
jurado defender. En Cochabamba se ve más definida la acción
del aparato prefectural como fuerza de choque en diferentes
puntos de la ciudad, incluso a la cabeza del alcalde, para
obligar al paro. Qué país este, los llamados a defender
las garantías ciudadanas son los que las vulneran. Así
actuará el fascismo.
Hoy los cívicos
en función de gobierno tienen mayores medios para imponer
sus paros pero van perdiendo respaldo de amplios sectores de
la población. Hoy los paros cívicos son realizados por
fuerzas del aparto estatal, ya no sólo grupos alquilados
por empresarios, ahora son funcionarios de la Prefectura, de
la Alcaldía, y también fuerzas paramilitares como los
gendarmes. Estamos ante la estatización de los paros cívicos.
Por medio de estos paros el sector fanáticamente
capitalista y neoliberal se enfrenta al gobierno que
desarrolla igual una política capitalista pero moderada. La
crisis del Estado ha generado esta realidad, una anarquía,
una especie de dualidad, punto previo a una definición
donde el fascismo espera tomar el control de todo.
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