La
intolerancia crece apuntalada por los medios empresariales
El
“estatuto autonómico” acentúa el racismo en
Santa Cruz
Por
Raúl Bustamante
ASC–Noticias / Bolpress, 19/12/07
Santa
Cruz.– Una iniciativa, no se sabe si planificada o no, se
mueve en Santa Cruz, en sentido de aislar, intimidar,
arrinconar y extirpar toda oposición critica a las autonomías,
a los cívicos y su estatuto autonómico, usando argumentos
en extremo chauvinistas con una irracionalidad creciente y
cierta violencia. Este fenómeno parece acentuarse tras la
entrega de los estatutos autonómicos el último fin de
semana.
La
cosa es tan seria que parece que estuviéramos acercándonos
a una guerra. Ciertos indicadores muestran que está
actuando el fascismo con sus conocidos métodos, combinados
con otros más novedosos. Uno de los principales es generar
miedo en la población, asegurando que será atacada, que
tiene muchos enemigos, internos y externos, que debe
prepararse, así genera un clima de inseguridad y terror
para que la población entregue su voluntad a manos de unos
cuantos.
El
proceso se inició hace rato, desde que cierta prensa
sensacionalista pasó a fomentar el chauvinismo dando cabida
a opiniones tendenciosas e insultos racistas, unos medios más
que otros. La táctica empleada es hacer énfasis en las
diferencias con regiones y ciudadanos de otros
departamentos. Quienes niegan esas diferencias e insisten en
las coincidencias pueden terminar señalados como traidores.
Por ejemplo el comunicador terrorista verbal, Yoyo Pando,
hasta llamó a elaborar listas de enemigos de Santa Cruz.
Sospechosamente sus deseos se cumplieron pues impunemente ya
hay pegadas en la plaza 24 de Septiembre nóminas de gente
sentenciada por una mano anónima que los califica como
enemiga de Santa Cruz, basura masista y otros epítetos.
Es
que otras fuerzas tenebrosas también están actuando,
haciendo grafittis, generando abundantes rumores enfermizos,
promoviendo el terror generalizado, alertando día y noche,
afirmando que están en peligro los servicios de agua y
energía ante una segura agresión de las fuerzas de indios
del MAS.
Sucre
es un ejemplo patético de lo que se puede dar si la prensa
asume posición parcializada, de terrorismo mediático, al
servicio de las corrientes más derechistas. Se sabe que en
esa ciudad los medios cumplieron papel central para
manipular a la población y enardecerla esparciendo rumores
de que los indios masistas ejecutaban matanzas de miles de
sucrenses en ciertos puntos de la ciudad, cosa que jamás
hubo pero que se creen.
En
Sucre se promovió un levantamiento popular para instalar un
régimen de terror contra los enemigos de la capitalía. Y
en Sucre las cosas han ido más lejos aún, pues obligaron a
escapar al propio Prefecto y ahora se exhibe en la plaza su
foto junto a la de otros personajes acusados de ser
traidores a Chuquisaca sugiriendo la idea de capturarlos
para matarlos. Los dirigentes del Comité Interinstitucional
se ríen cínicamente y alguno dice “el pueblo sabe por qué”
No
se puede desconocer que la intolerancia ha adquirido carácter
nacional debido a que hay un círculo vicioso que entusiasma
a los amigos de la división del país y lo fomentan, porque
a consecuencia de la agresión a los collas en un lado se
promueve la agresión a los cambas en el otro y esto se
multiplica con más discriminación y racismo sin fin. Los
que creen que así hacen justicia a las víctimas del
racismo de los cívicos sólo los imitan cumpliendo
inconscientemente el plan provocador de quienes quieren
exacerbar el conflicto interregional y racial.
En
Santa Cruz los efectos son graves. En plena calle, en el
transporte público, en las oficinas, cada vez es más
frecuente escuchar, de manera espontánea, insultos,
proferir amenazas contra cualquiera que no incline la
cabeza. La pregunta típica y perentoria es ¿de dónde
viene usted? a lo que los interrogados, sin darse cuenta que
se subordinan, se deshacen en explicaciones de su origen,
respondiendo apresuradamente que son de Santa Cruz, 100%
cambas, más cruceños que la yuca, que no tienen ni una
gota de sangre colla, o que son collas que aman Santa Cruz y
así buscando convencer.
Muchos
camba–collas son los más recalcitrantes racistas, porque
tienen el complejo de no ser puros, y son los más dados a
negar su origen porque tienen miedo al rechazo. Es natural,
se dio ya en la Alemania nazi con los judíos; los niños
ante tanto rechazo social reclamaban a sus familias porqué
habían nacido judíos. En medio de esta enfermiza forma de
actuar, cualquiera puede ser víctima, hasta los periodistas
de los propios medios racistas, que han generado esta
corriente. Por ejemplo se dio un caso con la Red Uno, que
hizo tomas de una trifulca casual en El Cristo entre dos
conductores de vehículos que se trenzaban a golpes azuzados
por un tercero. La presencia del camarógrafo molestó tanto
a uno de ellos que llegó a agredirle racistamente y con
empujones, exigiéndole que no haga tomas porque “somos
cruceños” y añadía “¿vos sos indio no? Vos sos de
Evo. Estas en contra de Santa Cruz”.
Las
formas racistas se desarrollan sin que la mayoría se dé
cuenta, porque además son toleradas y promovidas por los
medios, por la televisión, que enferman de fanatismo e
intolerancia a la gente. Por ejemplo, hay una señora,
Maritza Soliz, muy aplaudida por los medios y Carlos
Valverde, que escribe poesías que reflejan un estado mental
deteriorado. Entre otras tiene una oda angustiosa que titula
“no es por odio, es por amor”, pieza grotesca que
fomenta y justifica terriblemente los prejuicios racistas y
discriminatorios. El fanatismo reduce todo a blanco o negro.
Por eso, quien critique las autonomías despertará
inmediatamente la sospecha arbitraria de que es masista o
simpatiza con el gobierno ¿eso es libertad? ¿eso es
democracia? ¿eso es la autonomía? Cuando una persona es señalada,
con razones o no, como militante o simpatizante del MAS en
realidad allí hay una forma de discriminación.
La
cosa es más sería porque si la persona está sola
normalmente será hostilizada, agredida verbalmente, negándole
el respeto que se merece a tener una opinión distinta y
luego tendrá que correr para salvar su vida, como se vio en
anteriores días en la Plaza 24 de Septiembre cuando un señor
de avanzada edad fue atacado por los unionistas y los
huelguistas cívicos porque además de ser moreno y colla
dizque era masista.
El
estereotipo del “enemigo” de Santa Cruz que se fabrica
hoy es ese, el tipo crítico, que por lo tanto sólo puede
ser del MAS y se incluye a todo su entorno, relaciones económicas
o hasta familiares, esos son enemigos y deben erradicarse.
Igual como en la Alemania nazi. La cosa se agrava más ahora
que han sido paridos los estatutos de las autonomías tras
la huelga mediática levantada sin haber logrado arrancar
nada al gobierno y una semana llena de rumores en sentido de
que el gobierno preparaba ataques y una masacre a la población
cruceña, reproducidos por el propio Prefecto y Branco
Marinkovic.
Ellos
reunieron a la gente en el Parque Urbano para proclamar
“ya somos autónomos”, cosa irresponsable porque no hay
tal. Ahora toda la tensión provocada se diluyó, dejando
ver cuán exagerados son los cívicos, que no dan mayores
explicaciones sobre su fallido anuncio de que se vendría el
cielo abajo, pero eso no es simplemente un error sino una táctica
para mantener a la gente pendiente y enferma, fácil de ser
usado ahora para que firmen ciegamente libros y libros.
En
ese evento los discursos preñados de odio menudearon aunque
luego se aseguró que todo era bondad y alegría. Tras todo
ello mucha gente ha perdido finalmente toda atadura, como si
se declarara piedra libre o la muerte de Dios, y ha
comenzado a actuar obedeciendo a sus instintos más bajos,
iniciando la persecución abierta a los que son diferentes,
a los collas, con la bendición de los patrones. Por eso los
hechos de discriminación y racismo a partir de esa fecha se
multiplican, convirtiendo la tal autonomía en algo
horroroso con sello fascista.
Una
primera victima de la violencia de los fanáticos
autonomistas que gritan “democracia y libertad” fue un
taxista y sus pasajeros, una madre y su pequeño hijo años,
que vivieron momentos de zozobra cuando unos jovenzuelos
autonomistas con banderas en mano les cerraron el paso y los
agredieron con piedras porque no gritaron “autonomía
carajo”.
En
Warnes, ciudad aledaña a Santa Cruz, se informa que
recrudece el hábito de “huayquear” collas, pero lo más
notable es lo sucedido en Santa Rosa del Sara, zona donde
convivían en paz campesinos y citadinos sin mayores roces.
Allí, se registró el sábado pasado un caso grave de
racismo, donde grupos autonomistas atacaron a los campesinos
provocándoles decenas de heridos, todo porque apoyaban la
nueva constitución, mientras ellos apoyan el estatuto autonómico.
Qué terrible, los pobres golpeando a otros pobres y los
ricos felices.
Hasta
Caito Flores, el cocinero metido en política, opina sobre
la actitud de la gente hoy, diciendo “a la gente se la
siente muy intolerante y agresiva”, pero concluye “eso
es por culpa del gobierno”, aunque después a instancias
del periodista reconoce que es de ambas partes. En realidad
él estuvo a la cabeza de esta ola de racismo ya desde el
2003 organizando grupos juveniles para atacar las marchas de
la COD y que derivaron en las famosas golpizas del 17 de
octubre. Su acción buscó afianzar en la gente el instinto
territorialista primitivo, de clan, a partir del cual se
vuelve un principio que los indios no tengan pisada en la
plaza, el mismo pretexto con el que se atacó a los
campesinos en Santa Rosa.
Ahora
parece que Caito quiere limpiar su rostro y el de su
movimiento “Resistencia”, regalando por Navidad
desayunos a los niños pobres del Plan 3000, al que odia en
silencio por ser lleno de collas. Caito Flores es un hipócrita
violento porque él, junto a los pitbull de la Unión
Juvenil Cruceñista, ha intentado tomar varias veces, a
punta de palo, el Plan 3000, que no se subordina al dictado
cívico. Sólo cambia de táctica. En tanto no reconozca su
racismo no será por “amor” como pregona sino una
estrategia de marketing para penetrar y conquistar ese
reducto que para los cívicos es un foco infeccioso que
contagia descontento a otros distritos. El Plan para ellos
es un peligro porque tiende a organizarse, como el ghetto de
Varsovia, para enfrentar la intolerancia fascista.
El
amedrentamiento será el método para reclutar firmas en
apoyo al estatuto
La
tendencia fascista que campea en Santa Cruz es efectivamente
totalitaria porque necesita controlar todo, hasta la
respiración de la gente. Ahora esto llega al grado de dar
pautas precisas a todas las instituciones, principalmente
ligadas a la empresa privada cruceña desde fábricas,
pasando por instituciones financieras, clubes deportivos,
llegando a las universidades, para saturar el ambiente con
las consignas autonomistas y hostigar a todos, ya sea cruceños
o del interior, para que se subordinen a los cívicos. Un
articulista de “El Día” resaltaba en una nota que era
necesario que obedezcamos en todo a nuestros dirigentes cívicos,
Prefecto y Alcalde. ¡Qué bárbaro! Pero se asegura que aquí
reina la democracia.
Con
ese criterio ya hay toda una corriente actuando. Por ejemplo
se sabe de oficiales de crédito de ciertas cooperativas e
instituciones bancarias que presionan a los clientes que
solicitan préstamos u otros servicios para que apoyen
militantemente las autonomías. Según un vecino que relató
su experiencia, en el proceso de tramitar un préstamo, el
empleado de una cooperativa le preguntó si apoyaba a las
autonomías y si estaba contra el gobierno del MAS. El
vecino contestó que no apoyaba a ninguno de los dos a lo
cual el funcionario respondió que no había que dudar en
apoyar a las autonomías porque hasta de esa cuestión
depende que el crédito salga, insinuando que si uno es
autonomista el crédito es rápido y seguro.
Los
casos suman y siguen. Una señora denunció en el programa
radial de Carlos Valverde que en una Notaría al servicio de
Cotas fue testigo cuando la notaria enfáticamente exigió a
otro señor que apoye las autonomías para dar curso a su trámite.
La denunciante afirmó que el señor era colla, como ella, y
tuvo que agachar la cabeza. Lamentablemente no se pudo saber
más de eso porque Carlos Valverde, extrañamente indignado,
le cortó.
Hay
casos singulares como el de promotores de pavos navideños
“autonómicos” que en la plaza del estudiante entregan a
los pasajeros de movilidades unos panfletos publicitarios y
gritan “compren los pavos de Rubén Costas” pero que sin
mayor temor insultan a los chóferes si le ven cara de
collas.
A
un trabajador de una empresa de servicios que tiene un
familiar crítico a las logias e incluso al gobierno, y que
lo declara públicamente, le han anunciado su despido por
tal motivo. O sea que el familiar de algún sospechoso de
ser tan sólo critico seguro puede perder su trabajo.
Ahora
Prefectura y cívicos han comenzado a desplegar gente a los
barrios para arrancar firmas con el fin de respaldar el
famoso estatuto. Llegan ocultando para quién trabajan y
hacer caer a la gente con el cuento del tío diciéndoles
que si ponen su firman apoyando al estatuto van a tener
becas de estudios al exterior para sus hijos. Actúan como
promotores que venden un producto y reciben comisión por
ello, no seria raro que sea gente que pertenezca a esas
empresas de servicios proveedoras de personal, de propiedad
de varios cívicos.
En
los medios televisivos tienen el descaro de decir que los
libros serán llevados a las fábricas para que firmen los
obreros, por supuesto bajo la mirada atenta de los patrones
autonomistas que tienen poder sobre sus trabajadores. ¿Ahora
que es difícil mantener o encontrar un empleo qué
trabajador dirá abiertamente que no simpatiza con las ideas
de su jefe que tiene el poder de echarlo, más ahora, de
declararlo “enemigo de Santa Cruz”?
Unitel
ya lanzó abierta campaña por la recolección de firmas,
aunque después cínicamente dicen que se limitan a
informar.
Esto
es la desnaturalización de la supuesta democracia porque de
alguna manera obligan a la gente a firmar, ésta no puede
actuar libremente. ¿Y esta gente es movimiento cívico? No,
porque es gente pagada, no es gente comprometida con el
planteamiento de las autonomías que da su tiempo
gratuitamente para recolectar apoyo y da un trato amable, de
explicación y persuasión al ciudadano y no de intimidación
dando a entender que si no firma le irá mal. Aquí se
amedrenta para que nadie se oponga a la autonomía. Pero
esto no es raro, ya se vio lo mismo cuando recolectaron las
firmas para el referéndum del 2006, quien no plantaba su
firma en los libritos de los cívicos era mal visto, pero
hoy los autonomistas imprimen al proceso un carácter más
radical y soberbio, algo a lo que Unamuno respondería “¡Venceréis
pero no convenceréis!”.
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