Evo
pidió a sus partidarios que no marchen
a Santa Cruz el día
de la consulta
Por
Pablo Stefanoni
Enviado
especial a Santa Cruz
Clarín,
06/04/08
“Cruceños
a las armas, el tiempo se acaba", rezan amenazantes los
graffiti falangistas en las paredes de Santa Cruz de la
Sierra. Y por estos días, frente a cualquier medida
considerada un "agravio" del gobierno central
–como el saneamiento de tierras, la prohibición de
exportar aceite o el congelamiento de las cuentas
regionales– se escucha siempre la misma respuesta:
"Aguantemos hasta el 4 de mayo, después será otra
cosa". Y ese día D hace referencia al plebiscito que
en una semana aprobará los estatutos que regirán la vida
autónoma de esta provincia boliviana (que produce el 30%
del PBI) y es desconocido por el Estado nacional. "Si
tengo que ir a la cárcel por ésto iré feliz, porque esto
ya es una revolución", declaró el gobernador cruceño
Rubén Costas.
Con
todo, el gobierno de Evo Morales decidió finalmente no
intervenir en la consulta y convenció a los movimientos
sociales afines de no marchar a protestar a esta región
rebelde. "Hemos considerado el pedido de nuestro
presidente Evo Morales de no ir a Santa cruz para evitar
cualquier riesgo de confrontación con la oligarquía",
manifestó el líder de los cocaleros, Julio Salazar. Sólo
en algunas regiones, como los territorios guaraníes o
barriadas populares como el Plan 3000, los dirigentes
anticiparon que "no se permitirá la instalación de
las urnas".
Además,
el Poder Ejecutivo ratificó ayer que el día del referéndum
–considerado por el vicepresidente Alvaro García Linera
"una encuesta cara"– no se reforzará el número
de efectivos policiales ni militares. Días atrás, el
gobierno flexibilizó su prohibición de exportar aceite,
permitiendo las ventas al exterior a las empresas que bajen
los precios en el mercado interno.
"El
referéndum es irreversible, hay que mostrar que el Estado
nacional existe en Santa Cruz y no está en la
clandestinidad, pero evitando la confrontación",
resumió a Clarín la estrategia oficial un funcionario de
la Vicepresidencia.
Políticos
y analistas creen que después del 4 de mayo "no quedará
otra que negociar". El riesgo, como lo señaló el
senador Carlos Börth (derecha) es que el 5 de mayo
sobrevenga un "caos institucional". Y el reciente
congelamiento de las cuentas fiscales y la coparticipación
de impuestos a Santa Cruz –por su desconexión del sistema
centralizado de control– parece una amenaza para el día
después: si la dirigencia regional decide aplicar la
autonomía de facto la canilla se cierra. Ayer la gobernación
volvió a conectarse al sistema Sigma y el Ministerio de
Hacienda finalmente rehabilitó las cuentas del departamento
y reiniciará entrega de fondos.
La
apuesta del gobierno es poner un manto de duda en una elección
que carecerá de fiscales por el No –porque el MAS de Evo
llama a la abstención– y de veedores internacionales,
porque la comunidad internacional desistió de reconocer la
consulta.
Pero,
por ahora, la "guerra" entre gobierno y oposición
regionalista se desarrolla en los medios. "Cómo no
vamos a votar por el sí, si nuestro futuro está aquí, no
allá lejos en el centralismo (por la Paz)", dice una
familia de migrantes "collas" en un spot
autonomista, con la intención de combatir la acusación de
que la autonomía es "para separarse de los
indios". Incluso el gobierno local tomó como consigna
el término guaraní Iyambae (sin patrones) usado contra el
trabajo servil en las haciendas.
Pero
ambos bandos saben que el ánimo popular se mueve al ritmo
de sus necesidades insatisfechas. Ayer, la preocupación de
los cruceños era el conflicto con el transporte por el
precio del boleto. Y la televisión se ocupaba de la próxima
elección de Miss Tradición este domingo, en una región
"proveedora" de casi todas las misses bolivianas.
Por
eso la batalla más importante que se desarrolla en Santa
Cruz es la de las obras públicas: el gobernador Rubén
Costas pasa casi todo su tiempo en el área rural, y el
mandatario boliviano reparte en sus bastiones los ya famosos
cheques venezolanos al ritmo de su consigna "Bolivia
cambia, Evo cumple". Así, agua potable, computadoras,
tierras o electricidad llevan el sello de la autonomía o de
la "unidad nacional" según quien sea el promotor.
Ayer, Morales llevó computadoras y declaró libre de
analfabetismo a la localidad de Mairana, a 150 km. de la
ciudad de Santa Cruz. "Evo, otra vez en Santa
Cruz", tituló una de las cadenas de televisión.
Por
las dudas, un video de "socialización" de los
estatutos autonómicos aclara que "no existirá
pasaporte para ingresar a Santa Cruz (¡desde el resto de
Bolivia!)".
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