Avanza
el separatismo cruceño
Por
Pablo Stefanoni (*)
Sin Permiso, 18/05/08
La
región de Santa Cruz –bastión de la oposición al
presidente Evo Morales– dio ayer un nuevo paso en la
puesta en marcha de un gobierno autónomo. Desafiando al
Estado central, el consejo departamental, hasta ahora con
funciones de fiscalización, se constituyó en asamblea
legislativa provisional, y en 90 días se consolidará con
la elección democrática de sus 28 miembros. El actual
prefecto, Rubén Costas, pasó a llamarse gobernador y el
cartel de "prefectura departamental" fue
reemplazado por el de "gobierno autónomo de Santa
Cruz". Un representante de cada uno de los cinco
pueblos indígenas orientales –chiquitano, guaraní,
guarayo, ayoreo y mojeño– formará parte del nuevo
parlamento local.
"Este
acto constituye una contundente derrota del
centralismo", afirmó Juan Carlos Parada, presidente de
la flamante asamblea, luego de entonar el himno cruceño que
habla de la "España grandiosa". Desde La Paz se
calificó de inmediato la decisión como ilegal.
"Pueden llamarse como quieran, eso es simbólico. Para
nosotros lo que vale es la Constitución", declaró el
vicepresidente Álvaro García Linera. En tanto que el
senador oficialista Antonio Peredo pidió un juicio por
sedición contra los líderes cruceños.
El
4 de mayo pasado, el Sí a los estatutos autonómicos obtuvo
el 85% de los votos, lo que fue considerado un éxito por la
dirigencia local y un fracaso rotundo por Evo Morales, que
sumó abstención, votos por el No, blancos y nulos para
concluir que "la mitad de los cruceños rechaza una
autonomía para pocos". El 1ø de junio se llevarán a
cabo consultas similares en Pando y Beni, y el 22 de junio
en Tarija, que alguna vez –antes de ser una potencia gasífera–
fue disputada con Argentina. El secretario general de la
prefectura de ese departamento sureño, Mauricio de la
Plaza, discrepó con la radicalidad de Santa Cruz y anunció
que "Tarija avanzará a paso muy firme pero no de
facto", conciliando la autonomía con un marco
constitucional.
"Después
del terremoto político causado por la aprobación del referéndum
revocatorio de presidente y prefectos, previsto para el 10
de agosto, Santa Cruz tenía que reponer en la agenda el
tema de la autonomía y para eso necesitaba una escenificación
radical", dijo a Clarín un conocido periodista cruceño.
Los
prefectos (autoridades provinciales) eran nombrados por el
presidente hasta 2005, cuando bajo la administración de
Carlos Mesa se forzó la actual Constitución para
introducir su elección por voto popular. Y la pelea
autonomista marcó la gestión de Evo Morales.
El
estatuto autonómico de Santa Cruz incluye 43 competencias
locales exclusivas. Entre las más conflictivas está el
manejo de la tierra de esta rica región agroindustrial sin
injerencia del Estado central, lo que es denunciado por el
gobierno como un intento de frenar la reforma agraria en
marcha. Los cruceños también quieren cobrar los impuestos
a las petroleras. Si bien la mayor parte de las reservas de
gas están en Tarija, las empresas residen en Santa Cruz,
con más servicios y conexiones al exterior. El miércoles,
el prefecto/gobernador Costas creó el Consejo Departamental
de Comercio Exterior y Exportaciones, que busca revertir las
restricciones gubernamentales a la exportación de aceite.
Pero estas son peleas por venir. Por ahora las medidas en
agenda son "sociales": un salario mínimo de mil
bolivianos (136 dólares), casi el doble del nacional, y un
seguro médico universal.
Para
el viceministro de Descentralización, Fabián Yaksic, Santa
Cruz pretende establecer un federalismo que romperá la
unidad del país. Con todo, el prefecto/gobernador, aclaró
ayer que la aplicación plena de los estatutos autonómicos
se hará "con responsabilidad y serenidad" y se
requerirá un período de transición. Más aún, el
presidente del Senado y empresario cruceño Oscar Ortiz
sostuvo: "Bolivia necesita un pacto. El gobierno debe
reconocer el voto popular (en los referendos autonomistas) y
propiciar un acuerdo nacional que se refleje en una nueva
Constitución". Ortiz reconoció que sin ello los
estatutos autonómicos son inaplicables.
Los
empresarios privados –cansados de tanto alboroto–
rechazaron el referéndum revocatorio y los pedidos de
elecciones anticipadas. Reclamaron que el presidente Evo
Morales concluya su mandato y dejar de hacerle el juego a
los políticos.
Una
comparación con Cataluña
Si
hay un lugar del mundo donde la autonomía de Santa Cruz se
mira es España. Y, además de similitudes en los contenidos
con estatutos como el catalán o el vasco, existen ciertas
coincidencias históricas: en la España posfranquista como
en Bolivia, históricamente obsesionada por la división del
país, el término federal está automáticamente excluido
del léxico político. Por eso, el mayor insulto paceño
contra los autonomistas es "separatistas" o
"federales".
En
segundo lugar, el uso del término "régimen autonómico"
permite un federalismo a geometría variable, donde unas
regiones pueden ser más autónomas que otras. Uno de los
temas más sensibles es el régimen impositivo. Como el
tradicional "cupo vasco", Santa Cruz quiere cobrar
impuestos –mediante una agencia provincial– y luego
transferirlos al Estado central. En ese sentido es más
radical que el estatuto catalán, que no posee autonomía
fiscal. Esto, obviamente, le daría un fuerte poder a la
región, considerando además que ahí reside la mayoría de
los grandes contribuyentes del país.
Otra
cuestión clave es la tierra, pero lo que en Bolivia se
llama saneamiento –verificación de títulos– se resolvió
en España en el siglo XIX. En este tema, el estatuto de
Santa Cruz, que busca manejar la política de tierras sin
injerencia nacional, es más radical que los de Tarija o
Pando, donde es una competencia compartida con el gobierno
central.
Errores
Parece
advertirse en Bolivia una sucesión de malos pasos en
materia de decisiones políticas. Se lo ha visto en el caso
del gobierno de Morales pero notablemente mucho más en la
oposición, un abanico diverso, errático y básicamente
unido en la obsesión por bajar al presidente del poder.
Santa Cruz dice haber dado ayer un paso más en su autonomía,
pero en rigor sigue siendo una ambición local, pese a la
votación del 4 de mayo y al discurso enfático de los
dirigentes. Ocurre que declararse autónomo sin
reconocimiento del gobierno central se asemeja a declararse
soltero sin que el otro haya consentido el divorcio. Es
decir, que más allá de la voluntad autonómica, y aunque
resulten admisibles los reclamos por el anclado centralismo,
para los cruceños seguirá habiendo trabas formales y económicas
para concretar la autonomía, en tanto ésta no se inscriba
en la Constitución, único espejo de legalidad. Hablábamos
de los errores y uno, grave, es el referéndum revocatorio
aprobado para hacer trastabillar a Evo Morales. La medida
creó incertidumbre entre los prefectos que deben poner a
consideración sus cargos y perplejidad porque nadie parece
haber advertido que Evo es el mejor posicionado para ganarlo
y seguir en el poder. Lo de ayer sólo contribuye a fisurar
a la oposición y a dejar a Santa Cruz más aislado que autónomo.
(*)
Pablo Stefanoni es corresponsal en La Paz de diario
argentino Clarín y del cotidiano italiano Il Manifesto.
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