Prefectos
retroceden y van por el revocatorio
Econoticiasbolivia,
04/07/08
Casualidad
o no, esta decisión de los prefectos se da tras el retorno
del embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, acusado
por el gobierno de Morales de ser el cerebro gris de la
conjura oligárquica contra el "indio presidente"
La Paz.–
Los prefectos (gobernadores) derechistas de Bolivia dieron
marcha atrás en su decisión de no ir al referéndum
revocatorio de mandatos y anunciaron hoy en Santa Cruz que
se someterán al veredicto de las urnas el próximo 10 de
agosto.
En esa
fecha, la población boliviana decidirá si el presidente
Evo Morales, su vicepresidente Alvaro García Linera y ocho
de los prefectos son ratificados o no en sus cargos por los
siguientes dos años y medio.
Hasta
ahora, hay una percepción generalizada de que tanto
Morales, García Linera y sus principales oponentes, como el
prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, serán ratificados en
sus cargos por la votación popular, con lo que virtualmente
se consolidaría el doble poder que se da en Bolivia, con la
izquierda indigenista gobernando en las tres regiones del
altiplano y la oligarquía derechista en las regiones del
oriente y los valles.
Cambio
inesperado
El pasado
23 de junio, los prefectos derechistas de Santa Cruz, Beni,
Pando, Tarija y Cochabamba habían rechazado someterse al
referendo revocatorio de mandatos y, por contrario,
demandaron recortar el mandato presidencial de Morales,
pidieron nuevas elecciones generales sin Evo y exigieron el
reconocimiento de sus estatutos autonómicos aprobados con
masivo apoyo electoral en cuatro de los nueve departamentos
del país.
Estos
prefectos, que operan en estrecha alianza con la oligarquía
y 100 poderosos clanes familiares dueños de la tierra y los
grandes negocios, tienen el control de las ciudades
capitales y podían impedir la realización del referendo,
por lo que su cambio de postura no deja de ser llamativo.
Casualidad
o no, esta decisión de los prefectos se da tras el retorno
a Bolivia del embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg,
que había sido convocado a Washington para evaluar las
relaciones con Bolivia. Un día antes, altos funcionarios de
esta Embajada se habían reunido con los representantes de
la derecha política y de las Prefecturas, denunció el
ministro de Gobierno de Bolivia, Alfredo Rada, que
constantemente acusa a esa legación diplomática de
organizar y dirigir la rebelión de la oligarquía y el
proceso de desestabilización de la administración
encabezada por Morales.
Perspectivas
El
revocatorio era una de las última esperanzas para el alicaído
gobierno de Morales, para tratar de recuperar la legitimidad
y apoyo perdidos en los dos últimos años y medio, producto
de su errática y suicida política de contemporizar con la
derecha y castrar la lucha de los sindicatos y
organizaciones sociales que querían liquidar el poder de
una oligarquía que trabaja bajo la instrucción directa de
la Embajada de Estados Unidos.
En estos
dos años y medio de gobierno, Morales ha despilfarrado el
apoyo popular obtenido el 2006 y ha entregado sin batalla ni
vergüenza el control de medio país a la oligarquía, que
paradójicamente estaba arrinconada y aterrorizada en los años
2003 y 2005, cuando sendas insurrecciones populares echaron
abajo a dos gobierno neoliberales.
Hasta la
pasada semana, el plan de la oligarquía tenía tres
objetivos: i) impedir la realización del referéndum
revocatorio, del que puede salir parcialmente debilitado,
ii) archivar definitivamente el nuevo proyecto de Constitución
Política del Estado, aprobado por las fuerzas oficialistas
de la Asamblea Constituyente, para evitar la posible
reelección de Evo desde el 2010 y iii) cercar aún más al
gobierno de Morales durante los siguientes dos años.
Ahora con
la decisión del autodenominado Consejo Nacional Democrático
(Conalde), que agrupa a los prefectos de Pando, Leopoldo
Fernández; de Beni, Ernesto Suárez Sattori; de Tarija,
Mario Cossío; de Santa Cruz, Rubén Costas, y de
Cochabamba, Manfred Reyes Villa, además de dirigentes cívicos
regionales, se habría dejado de lado el primer objetivo
manteniendo los otros dos.
Mucho
más que el voto
La
perspectiva de los prefectos derechistas, de la oligarquía
y los 100 clanes en el referéndum del 10 de agosto es
lograr la ratificación de todos o casi todos sus miembros y
restar apoyo al presidente Morales, al que no creen que
puedan derrotar ahora en las urnas, aunque se esforzarán
para ello.
En cambio,
Morales y los suyos siguen apostando al revocatorio del 10
de agosto para recuperar legitimidad y apoyo electoral, y al
mismo tiempo derribar a uno o dos prefectos opositores.
Tanto
Morales como los prefectos derechistas confían en que las
urnas les permitirán consolidar sus posiciones. Unos y
otros no creen, sin embargo, que el voto cambie la realidad
política del país, signada por la virtual existencia de
dos gobiernos paralelos, el de la izquierda indigenista en
el altiplano y el oligarca en el oriente y los valles. Unos
y otros están seguros de que se necesita mucho más que el
voto para salir de esta situación.
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