La
COB le da 45 días de tregua al gobierno
Econoticiasbolivia,
13/08/08
La
Paz.– El ampliado de la Central Obrera Boliviana (COB)
aprobó la noche de este martes una tregua de 45 días en su
lucha por conquistar una nueva ley de pensiones solidaria,
pero advirtió que retomarán las movilizaciones en caso de
no lograr la aceptación del Gobierno de Evo Morales.
La
reunión laboral, celebrada en La Paz, determinó también
respaldar a los dirigentes Pedro Montes de la COB, Guido
Mitma de la Federación de Mineros y Jaime Solares de la
Central Obrera de Oruro, acusados por el Gobierno de
impulsar las movilizaciones para favorecer a la derecha y de
empujar a los mineros al enfrentamiento con las fuerzas
represivas.
El
dirigente de la COB, Octavio Urquizo, aseguró que los
sindicalistas “no permitirán ningún avasallamiento de
parte del Gobierno ni otro sectores por su legitimidad
sindical”.
De
este modo, el ampliado aprobó al acuerdo alcanzado el sábado
9 de agosto con el Gobierno para concertar en 45 días una
nueva Ley de Pensiones, pero advirtieron con reiniciar
protestas si en ese lapso de tiempo no se cumple con la
demanda laboral.
Cuestionamientos
El
secretario ejecutivo de la Central Obrera de Potosí,
Gerardo Coro, el dirigente de la Federación Nacional de
Trabajadores de Caminos, José Luis Pacheco, el dirigente
Jaime Solares, entre otros, sostuvieron que las bases no
deben desmovilizarse en caso de un resultado adverso para
iniciar la lucha hasta conseguir el triunfo de la clase
trabajadora.
Solares
aseguró que la política conciliadora del presidente Evo
Morales ha llevado a “reanimar a la derecha” por no
seguir el mandato del pueblo en la agenda de octubre y que
se sintitiza en minas, gas y petróleo para el Estado,
tierras para los campesinos y mejor salario y jubilación
digna para los trabajadores.
Durante
el ampliado, los sindicalistas rindieron homenaje a Luís
Hernán Montero Claros de 26 años y Roberto Cáceres Fábrica
de 24 años, trabajadores mineros que fallecieron el pasado
martes, con impactos de bala, durante los enfrentamientos
con efectivos policiales en Caihuasi.
Divisionismo
En
este escenario, el ejecutivo de la Federación de Mineros,
Guido Mitma, acusó al Gobierno de Morales de intentar
descabezar la dirigencia sindical de los trabajadores
mineros y de otros sectores sociales a fin de evitar nuevas
movilizaciones.
“Por
el momento pareciera que el Gobierno está jugando un papel
bastante sucio, porque está descabezando al movimiento
obrero y Huanuni se ha caracterizado por ser la vanguardia
en las luchas sindicales, por esa razón no se debe ingresar
al juego del Gobierno”, señaló.
Dolidos
por la muerte a bala de los dos mineros y con una cincuenta
de heridos entre sus filas, la última asamblea de los
mineros de Huanuni había determinado desconocer a los tres
principales dirigentes de ese sindicato, Isidora Vargas,
Fernando Chávez y Juan Flores, además del ejecutivo de la
COB, Pedro Montes, el ejecutivo de la Federación de Mineros
Guido Mitma y el secretario ejecutivo de la Central Obrera
de Oruro, Jaime Solares, todos mineros de Huanuni.
“Yo
entiendo a los compañeros que se encuentran dolidos por la
muerte de nuestros compañeros mineros en Caihuasi que fue
por culpa del Gobierno, pero no se tiene que poner a un lado
a nuestras entes matrices, a nuestros dirigentes, porque eso
es lo que quiere el Gobierno, es decir dividir al movimiento
obrero para reinar”, había dicho Mitma.
“En
Huanuni se hará la sucesión de cargos para que no se
debilite este valeroso sindicato, por lo que no existe
crisis sindical y quienes estarán al frente del Sindicato
de los Mineros de Huanuni delinearán la lucha de los
trabajadores por los intereses de los movimiento obrero”,
agregó.
Pliego
laboral
La
COB había decretado la huelga general, los bloqueos de
caminos y la marcha hacia La Paz para lograr la atención de
su pliego petitorio, que incluye una nueva ley de pensiones,
la nacionalización efectiva del gas, el petróleo y las
minas, la expropiación de los inmensos latifundios del
oriente, la distribución de tierras para los campesinos, el
aumento de salarios, la nacionalización de las agroempresas
que lucran con el hambre del pueblo y el control sobre los
precios de los alimentos.
El
eje central del pliego de la COB es la abrogación de la ley
neoliberal de pensiones para sustituirla por un sistema
solidario, donde los trabajadores activos, el Estado y los
empresarios financien el pago de las jubilaciones.
El
actual sistema privado de pensiones es administrado por las
AFPs Zurich Financial Services y el Banco Bilbao Vizcaya
Argentaria, y sólo brinda posibilidades reales de jubilación
al 10 por ciento de la fuerza laboral boliviana, quedando el
restante 90 por ciento sin derecho a recibir en el futuro
rentas de jubilación, debiendo por tanto trabajar hasta la
muerte.
Este
sistema privatista se basa en la capitalización individual,
donde cada trabajador realiza una contribución mensual del
12,5 por ciento de su salario con destino a su propia cuenta
individual, de la cual se beneficiará con una pensión de
vejez cuando se jubile. En este sistema, que permite que las
AFPs obtengan millonarias utilidades al manejar 3.200
millones de dólares aportados por los trabajadores, no hay
aportes de los empresarios ni del Estado.
Este
sistema intenta ser preservado tal como está por la
oligarquía, los partidos de derecha, las asociaciones y
gremios empresariales y los grandes medios de comunicación.
El
Gobierno del presidente Morales intenta, en lo esencial,
mantener el sistema de capitalización individual, con la
principal salvedad de que los 3.200 millones de dólares ya
no sean administrados por las AFPs, si no por el Estado.
La
COB, en cambio plantea, en lo fundamental: i) reducir la
edad de jubilación de 65 años a 55 para los trabajadores,
ii) volver al sistema solidario para que los trabajadores
activos aporten en una bolsa común para la jubilación de
los viejos, iii) eliminar la administración privada de los
fondos de jubilación, hoy en manos de las AFPs Zurich
Financial Services y del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria,
para que estos recursos sean administrados bajo control
directo de las organizaciones de los trabajadores, y iv) que
el Estado, las transnacionales y las empresas privadas
aporten obligatoriamente a los fondos de jubilación en una
cuantía que garantice la sostenibilidad del sistema.
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