Atacan los
fascistas
Ocho
muertos y decenas de heridos
Econoticiasbolivia,
11/09/08
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Dichos
y hechos
Golpe
civil derechista.- El presidente Evo Morales Ayma
denunció que está en marcha un golpe civil y cuyo primer
capítulo es la toma de instituciones públicas por parte de
grupos de choque financiados por las prefecturas que
controla la oposición y convocó a la unidad del pueblo y a
las Fuerzas Armadas para defender la democracia boliviana.
Al
estilo de los KKK.- Al estilo del Ku-Klux-Klan de
EEUU, al amparo de las sombras, sicarios de la fascista Unión
Juvenil Cruceñista prendieron fuego a la vivienda del
dirigente de la oficialista Central Obrera de Santa Cruz,
Lucio Vedia,.
"Ahora
de manera cobarde han venido a prenderle fuego a nuestra
casa para asustarlo y taparle la boca. Esta lucha es entre
pobres y ricos, ellos quieren que Lucio se calle. Sé que
tengo que tener mucha paciencia, sin embargo voy a hablar
con mi esposo porque no podemos seguir exponiendo a nuestros
hijos (5) de esta manera", dijo la esposa de Vedia,
Karina Cejas, que ayudada por sus vecinos logró sofocar el
incendio a las 3 de la madrugada del pasado jueves.
Toma
de oficinas.- Grupos de choque que responden al
gobierno regional de Pando, dirigido por el ultraderechista
Leopoldo Fernández, tomaron por la fuerza las instituciones
dependientes del Gobierno Central.
"Son
funcionarios de la Prefectura y del Comité Cívico, y gente
del campo que ha sido pagada para realizar estas cosas; es
gente vandálica que pretende tener autonomía a la fuerza
con la toma de todas las instituciones del Estado",
denunció la delegada presidencial, Nancy Texeira.
Los
fascistas tomaron las instalaciones de la Superintendencia
Forestal, el Instituto de Reforma Agraria (INRA), la
Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), las
instalaciones de la Aduana Nacional y las oficinas del
Servicio de Impuestos Nacionales (SIN).
El
Embajador de EEUU se reúne con los fascistas.- El
Embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, arribó la mañana
de este jueves a la ciudad de Sucre para reunirse con la
Prefecta de Chuquisaca, Savina Cuellar, y con el
ultraracista Comité Interinstitucional que están en franca
rebeldía contra Morales y que el pasado 24 de mayo vejaron
a los campesinos, a quienes desnudaron e hicieron pedir perdón
de rodillas en la plaza principal. Días antes, el
influyente Embajador se reunió en Santa Cruz con el
prefecto Rubén Costas, el jefe visible de la conspiración
oligárquica.
Sindicalistas
en la clandestinidad.- El principal dirigente de la
Confederación de Campesinos de Bolivia y diputado nacional,
Isaac Ávalos, oriundo de Santa Cruz, ingresó en la
clandestinidad para evitar las amenazas de los grupos
fascistas. Otro dirigente de los campesinos, Damián
Condori, informó desde la capital cruceña que Ávalos
“está bien, protegido por algunos compañeros, pero no
sabemos donde está”. La dirigencia se encuentra muy
preocupada por esta situación, explicó.
Violencia
en Trinidad.- Los grupos fascistas que intentaron
en la ciudad de Trinidad tomar en las últimas horas las
oficinas regionales de tierras quemaron la puerta de ingreso
a esa oficina, robaron equipos de computación de la
Administradora Boliviana de Carreteras, causaron destrozos
en la oficina de la Delegada Presidencial, lanzaron una
bomba molotov contra las oficinas del Servicio Nacional de
Sanidad e intentaron quemar viviendas policiales.
Policías
acorralados.- Un centenar de policías estuvo
cercado y acosado por varias horas por una furiosa multitud
en el aeropuerto de Cobija, en el extremo norte del oriente
boliviano. Los policías habían llegado allí desde La Paz
para reforzar la seguridad en las oficinas del Estado que
están a punto de caer en manos de los sediciosos.
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Razzia
armada en el oriente boliviano contra los campesinos e indígenas
que apoyan a Evo Morales, que sigue lamentándose y sin
mover un dedo contra los fascistas.
La Paz.–
Las fuerzas de la oligarquía y el fascismo dieron hoy un
nuevo paso en su objetivo de tomar el control absoluto del
oriente y los valles de Bolivia al atacar con metralleta,
bala, dinamita y palo los enclaves campesinos que son leales
al presidente indígena Evo Morales y que aún resisten la
ofensiva separatista.
La
arremetida armada contra campesinos e indígenas, en el
sector de Tres Barracas de la localidad tropical pandina del
Porvenir, por parte de paramilitares y fascistas enviados
por la Prefectura (gobierno local) y cívicos derechistas de
Pando, provocó este jueves al menos cuatro muertos, 20
heridos de bala, hacha y machete y un número no determinado
de desaparecidos, denunció al mediodía el viceministro de
Gobierno, Rubén Gamarra, desde La Paz. Horas después el
gobierno oficializó que los muertes eran ocho.
“Se están
agarrando a bala en Pando”, reportó la red radial Erbol
desde la zona de combate en el extremo norte en la frontera
con Brasil, donde desde la madrugada los grupos fascistas
autonomistas atacaban a los indígenas que apoyan a Morales.
Horas antes, similares acciones se desarrollaban en las
ciudades de Tarija y Santa Cruz, donde los fascistas
arremetieron con todo contra los campesinos, gremiales y
población empobrecida originaria del altiplano, dejando
cerca a un centenar de heridos y lesionados.
Violencia
en ascenso
El violento
ataque de los fascistas, que siguen el plan elaborado por
los prefectos (gobernadores) derechistas, la oligarquía y
los 100 poderosos clanes familiares, que son dueños de la
tierra y controlan los grandes negocios, se da tras que las
fuerzas de la derecha desataron una violenta ofensiva y
tomaron el control de los caminos de las cinco de las nueve
regiones del país, asaltaron y quemaron las instituciones públicas,
ocuparon aeropuertos, cerraron las fronteras con Brasil y
Argentina, ocuparon pozos petroleros, dinamitaron un
gasoducto, cortaron la exportación de gas a la Argentina y
tomaran por asalto las sedes de organizaciones indígenas y
campesinas.
En La Paz,
el viceministro de Gobierno, Rubén Gamarra, informó a la
prensa que los cuatro muertos de Pando son: Pedro Oshiro
funcionario de la Prefectura, un concejal del municipio del
Porvenir y dos campesinos no identificados.
Los
campesinos tenían programado un ampliado departamental en
la población del Porvenir, para definir medidas contra la
violencia generada por los grupos fascistas. A la altura de
Tres Barracas, los grupos de choque de la Prefectura de
Pando bloquearon caminos, armaron barricadas y emboscaron
con armas los campesinos.
Hay un
gobierno fascista de facto
En los
hechos, la oligarquía y el fascismo ya ejercen un férreo
control de las ciudades orientales de Santa Cruz, Beni y
Cobija y de las ciudades vallunas de Tarija y Sucre, y ahora
avanzan a derrotar los focos de resistencia en el área
rural de estas regiones, que virtualmente han sido
entregadas sin batalla ni vergüenza por el presidente
Morales, que ha dejado en la estacada y sin apoyo a sus
seguidores.
En su única
reacción frente a la ofensiva fascista, que ha sido
calificada desde el oficialismo como un “golpe cívico
empresarial que busca destruir la democracia y la unidad del
país”, el presidente Morales ha declarado la tarde de
este miércoles persona “non grata” al embajador de
Estados Unidos, Philip Goldberg, al que acusa de ser el que
dirige y financia la rebelión oligárquica.
En esas
regiones del oriente y los valles de Bolivia ya hay un
gobierno fascista de facto, promovido por el embajador
Goldberg y dirigido por los prefectos (gobernadores)
derechistas, la oligarquía y los 100 clanes (ver: Evo rinde
cinco regiones al fascismo, en www.econoticiasbolivia.com).
Tibia
respuesta popular
Frente a la
arremetida fascista, sectores campesinos y laborales urbanos
comenzaron a movilizarse, aunque con mucha lentitud y
timidez. En Cochabamba, en el centro del país, más de dos
mil campesinos iniciaron el bloqueo permanente a Santa Cruz
en rechazo a las tomas violentas de entidades públicas
promovidas por el prefecto Rubén Costas y el cívico Branco
Marinkovic. Desde las cero horas de este miércoles los
campesinos de la región de Bulo Bulo, provincia Carrasco el
departamento de Cochabamba, iniciaron el bloqueo de caminos
hacia Santa Cruz.
En la
ciudad altiplánica de El Alto, dirigentes de las
organizaciones sociales exigieron a los organismos de
seguridad del Estado boliviano que apliquen mano dura contra
los grupos de choque de las logias, terratenientes y
oligarquías que ocuparon y destrozaron los bienes de la
instituciones públicas en las ciudades de Santa Cruz,
Trinidad (Beni), Cobija (Pando) y Tarija.
Ismael
Herrera, actual Presidente de la Federación de Juntas
Vecinales (Fejuve) de El Alto, a tiempo de calificar la toma
de las entidades públicas en cuatro ciudades de Bolivia
como actos de vandalismo y de salvajes, advirtió que los
alteños ya se están cansando de la permanente agresión
que cometen los miembros de la fascista Unión Juvenil Cruceñista
(UJC) contra los indígenas que migraron a la ciudad de
Santa Cruz.
Roberto
Gutiérrez, representante del Comité Cívico
Interprovincial de La Paz, informó, por su parte, que los
campesinos de las Provincias están dispuestos a marchar a
la ciudad de Santa Cruz para enfrentar a los unionistas y
tomar sus oficinas, al igual que del Prefecto Rubén Costa y
del Comité Cívico Pro Santa Cruz. Explicó que en las próximas
horas sostendrán una reunión para concretar la medida.
Defección
gubernamental
Frente a
estos hechos, demandas y amenazas, el gobierno de Morales
minizó la gravedad del momento y se limitó a lamentar los
sucesos, asegurando que defenderá la democracia y la unidad
nacional.
“En
Bolivia lo que ha ocurrido es un acto de vandalismo,
generado por la Unión Juvenil Cruceñista, por gente que ha
tomado instituciones. Hay actos de vandalismo en algunas
regiones, el Gobierno no ha perdido el control; lo que
quieren es que el Gobierno salga a reprimir, a disparar
armas de fuego y eso no lo vamos a hacer”, dijo el
portavoz presidencial, Iván Canelas, que a nombre de
Morales convocó a los fascistas otra vez al diálogo.
“Que
recapaciten lo que hacen. Si bien es complicado dialogar,
vamos a seguir estirándole las manos en el ámbito político,
porque en los otros ámbitos el país sigue trabajando y
vamos a seguir trabajando. Ellos están sometidos a destruir al país, como el atentado de ayer al gasoducto. Nosotros
vamos a aplicar la ley y el decreto se va a cumplir con los
responsables”, agregó.
Control
total
Este miércoles,
según el recuento de La Prensa, la violencia recrudeció en
Santa Cruz y Tarija donde se registraron enfrentamientos que
dejaron 97 heridos, y el Gobierno perdió el control de
otras 14 instituciones públicas y del Aeropuerto Oriel Lea
Plaza de la capital de Tarija.
Hasta ahora
se calcula que más dos centenares de personas han sido
heridas en las agresiones desatadas por los fascistas. En
los enfrentamientos de Santa Cruz, 12 personas también
resultaron lesionadas y el martes se registraron 50 heridos
en esa capital que hacen un total de 147 heridos.
En Santa
Cruz hasta ayer fueron tomadas las oficinas públicas de
tierras, la estatal de telecomunicaciones Entel, Impuestos,
Graco, Caja Nacional de Salud, la petrolera estatal de
Yacimientos, Terminal Bimodal, el Servicio Departamental de
Educación, Dirección de Trabajo, Superintendencia
Forestal, Almacenes Bolivianos y las oficinas distritales de
Migración y la Aduana en las provincias.
En Cobija
corren la misma suerte la Aduana, la oficina de tierras, el
Servicio de caminos, Impuestos, Superintendencia Forestal y
el Aeropuerto. En Beni continúan invadidas las
instalaciones del Aeropuerto, AASANA, Depósitos de
Combustible y hay tomas de correos Ecobol, la de
telecomunicaciones Entel, Migración y el Aeropuerto de
Riberalta. En Guayaramerín, la Aduana y el Aeropuerto.
En Tarija:
Digecco, INRA, Impuestos, Superintendencia de Hidrocarburos,
Migración, Aduana. También hubieron asaltos de entidades
en Yacuiba y Villamontes. En Sucre permanecen ocupadas
Impuestos y Entel.
En la mañana
de ayer, las oficinas de la Confederación de Indígenas del
Oriente Boliviano (Cidob), leal al presidente Morales,
fueron ocupadas por los indígenas guarayos que habitan en
las tierras del Presidente del Comité Cívico de Santa
Cruz, Branko Marinkovic, cabeza visible, junto al prefecto
de Santa Cruz, Rubén Costas, de los gobiernos fascistas del
oriente y los valles.
Dos
gobiernos en bolivia
Por ahora,
en cinco de las nueve regiones del país más pobre de Sudamérica,
campea con total impunidad el fascismo, que ha logrado
enarbolar la bandera de la autonomía regional y arrastrar
detrás de sí a miles de jóvenes y amplios segmentos de
las clases medias y organizaciones de la sociedad civil,
aterrorizando a los sindicalistas, a la población migrante
del altiplano y a los activistas leales a Morales, muchos de
los cuales han ingresado en la clandestinidad.
En los
hechos, con el terror sistemático desatado por las hordas
fascistas y la inacción de las fuerzas que respaldan a
Morales, se ha consolidado la existencia de dos gobiernos en
Bolivia: uno, el indígena – campesino dirigido por Evo
que gobierna en la región del altiplano de La Paz, Oruro y
Potosí, y parcialmente en los valles de Cochabamba y
Chuquisaca.
El otro
gobierno, el oligárquico – fascista dirigido por los
prefectos derechistas y los 100 poderosos clanes familiares
que son dueños de la tierra y los grandes negocios, tienen
el control político y administrativo de las ciudades de
Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Sucre y gran parte de las
áreas rurales del oriente y los valles. Allí, el
presidente Morales sólo tiene autoridad en los recintos
policiales y militares. El resto del aparato político
administrativo está sometido a los prefectos derechistas y
a las bandas fascistas.
Esta
dualidad de poderes cobró forma desde hace más de un año
y se fue consolidando con cuatro referéndums regionales
autonómicos que, aunque ilegales e inconstitucionales, llevó
adelante la derecha, venciendo la débil resistencia de
Morales.
A su modo,
el último referéndum nacional del 10 de agosto contribuyó
a confirmar esta dualidad de poderes, al ratificar en sus
cargos tanto a Morales (67% de apoyo) como a sus principales
opositores de la oligarquía que lograron similares niveles
de apoyo en sus regiones.
El plan de
la oligarquía, que cuenta con el aval y apoyo de la
Embajada de Estados Unidos, es: i) consolidar su poder político
y económico en el oriente y los valles para preservar sus
millonarios negocios vinculados a la explotación de los
recursos naturales y la tierra, ii) impedir la realización
del referéndum sobre la nueva Constitución, iii) archivar
definitivamente el nuevo proyecto de Constitución Política
del Estado, aprobado por las fuerzas oficialistas de la
Asamblea Constituyente, para evitar la posible reelección
de Evo desde el 2010 y iv) cercar aún más al gobierno de
Morales durante los siguientes dos años.
Evo rinde
cinco regiones al fascismo
Econoticiasbolivia,
10/09/08
Los
fascistas pisotean a policías y militares, toman
aeropuertos, saquean y queman varias instituciones
estatales, atentan contra medios de comunicación y humillan
a los indígenas y altiplánicos. Evo se lamenta desde el
altiplano, dice que hay un golpe civil en su contra, pero no
hace nada y deja inermes a sus aterrorizados partidarios en
las tierras bajas
La Paz.–
En el extremo del cretinismo parlamentario, que cree que el
voto ciudadano y las leyes bastan y sobran para detener la
conjura oligárquica, el presidente indígena Evo Morales,
que recibió hace un mes el apoyo electoral de siete de cada
10 bolivianos, virtualmente rindió este martes la mitad del
país ante la violencia desbordada de la oligarquía y el
fascismo.
Este
martes, ante la defección e impotencia gubernamental que se
limita a lamentar desde las montañas del altiplano lo que
ocurre en las tierras bajas, los grupos fascistas tomaron el
control de las instituciones públicas, los caminos,
aeropuertos y calles de las ciudades de Santa Cruz, Beni,
Pando, Tarija y Sucre, doblegando la resistencia de la Policía
y el Ejército y consolidando el poder que tiene la extrema
derecha en el oriente y los valles de Bolivia.
Allí, en
cinco de las nueve regiones del país más pobre de Sudamérica,
campea con total impunidad el fascismo, que ha logrado
enarbolar la bandera de la autonomía regional y arrastrar
detrás de sí a miles de jóvenes y amplios segmentos de
las clases medias y organizaciones de la sociedad civil,
aterrorizando a los sindicalistas, a la población migrante
del altiplano y a los activistas leales a Morales, muchos de
los cuales han ingresado en la clandestinidad.
Este
martes, las columnas fascistas de la Unión Juvenil Cruceñista
pisotearon a policías y militares que protegían las
oficinas públicas en Santa Cruz, tomaron el control sobre
los aeropuertos del oriente, saquearon y quemaron varias
instituciones estatales, atentaron contra los medios de
comunicación y dejaron en claro que ni Evo Morales ni la
izquierda indigenista gobiernan en el oriente y los valles
de Bolivia.
Frente a
estos hechos, calificados por el propio Morales y sus
ministros como un “golpe cívico prefectural en contra de
la unidad del país y la democracia”, el gobierno
indigenista declinó usar la fuerza del Estado para reponer
el orden constitucional y frenar la conspiración oligárquica.
“El
Gobierno enfrentará sin estado de sitio el golpe cívico
prefectural en marcha”, dijo la agencia gubernamental ABI,
sintetizando la posición oficial presentada anoche por los
ministros de Gobierno y Defensa. El estado de sitio le
facultaría al Gobierno de Morales a detener y enjuiciar a
los subvertores, limitar la acción política de los
sediciosos y garantizar con la fuerza del Ejército y la
Policía el respeto a la propiedad estatal y las garantías
ciudadanas. Pero, como dijeron los ministros de Evo, nada de
ello se utilizará en contra de los fascistas, que disparan
armas cortas de fuego, bombas molotov, dinamita, látigo y
palo contra mujeres, indígenas y sindicalistas desarmados.
Dos
gobiernos en Bolivia
En los
hechos, con el terror sistemático desatado por las hordas
fascistas y la inacción de las fuerzas que respaldan a
Morales, se ha consolidado la existencia de dos gobiernos en
Bolivia: uno, el indígena – campesino dirigido por Evo
que gobierna en la región del altiplano de La Paz, Oruro y
Potosí, y parcialmente en los valles de Cochabamba y
Chuquisaca.
El otro
gobierno, el oligárquico – fascista dirigido por los
prefectos derechistas y los 100 poderosos clanes familiares
que son dueños de la tierra y los grandes negocios, tienen
el control político y administrativo de las ciudades de
Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Sucre y gran parte de las
áreas rurales del oriente y los valles. Allí, el
presidente Morales sólo tiene autoridad en los recintos
policiales y militares. El resto del aparato político
administrativo está sometido a los prefectos derechistas y
a las bandas fascistas.
Esta
dualidad de poderes cobró forma desde hace más de un año
y se fue consolidando con cuatro referéndums regionales
autonómicos que, aunque ilegales e inconstitucionales, llevó
adelante la derecha, venciendo la débil resistencia de
Morales. A su modo, el último referéndum
nacional del 10 de agosto contribuyó a confirmar
esta dualidad de poderes, al ratificar en sus cargos tanto a
Morales (67% de apoyo) como a sus principales opositores de
la oligarquía que lograron similares niveles de apoyo en
sus regiones.
Dos
perspectivas
En las últimas
dos semanas, los prefectos derechistas, la oligarquía y los
100 clanes se lanzaron a consolidar sus posiciones y su
dominio, usando la acción directa de masas, con
movilizaciones, huelgas, bloqueos de caminos y toma de
instituciones públicas.
En cambio,
Morales y el gobierno de la izquierda indigenista apostaron
por abrir el diálogo y las negociaciones con los fascistas,
presionando con la convocatoria a un referéndum nacional
para aprobar la nueva Constitución Política del Estado y
la reelección presidencial. Esta convocatoria inicialmente
quedó anulada por decisión de la Corte Nacional Electoral,
que aduce problemas legales y operativos, por lo que Morales
y las organizaciones sociales que lo respaldan decidieron
iniciar grandes movilizaciones populares en el altiplano
para obligar al Congreso a aprobar dicha convocatoria a las
urnas para principios del 2009. Queda claro, sin embargo,
que este nuevo referéndum es inviable y no podrá llevarse
adelante en el oriente y los valles, si es que antes Evo no
transa con la oligarquía o vence su resistencia.
Cobardía
política
“No vamos
a dictar estado de sitio. No vamos a ceder a la provocación”,
aseguró el viceministro de Movimientos Sociales, Sacha
Llorenti, que ilustraba la extrema cobardía política del régimen
de Morales que no hace cumplir la ley ni usa la fuerza pública
en contra de los sediciosos, desoyendo los crecientes
llamados de las organizaciones populares y sindicatos más
radicales, alineados en la Central Obrera Boliviana, que
creen que la única forma de parar al fascismo es liquidando
el poder económico de la oligarquía, por lo que
correspondería expropiar los inmensos latifundios del
oriente y distribuir la tierra entre los campesinos pobres,
nacionalizar todas las agroempresas y estatizar toda la
producción y distribución de gas, petróleo y minerales.
Pero, lejos
de ello, el gobierno de Morales sigue buscando un acuerdo
con la oligarquía sediciosa, a pesar de que ella no quiere
saber nada de Evo al que comparan con un auquénido.[]
En la
percepción gubernamental, el masivo apoyo electoral
obtenido por Morales el 10 de agosto (2 millones de votos
sobre 3 millones de electores) constituiría el virtual
epitafio de la rancia oligarquía boliviana, por lo que
ahora se estarían viviendo los últimos coletazos de la
bestia fascista, al que Evo y los suyos pretenden enterrar
con la indiferencia.
"Este
es un gobierno del diálogo (...) Son pequeños grupos los
que están desatando la violencia. están violando las leyes
y los derechos humanos. A esos grupos violentos los llamamos
a volver al diálogo", dijo el canciller David
Choquehuanca, tras dos semanas en las que las bandas
fascistas, con apoyo ciudadano, han cortado caminos, tomado
instituciones, cerrado el tránsito con Brasil y Argentina y
sembrado el terror en los barrios más pobres del oriente
boliviano, donde apresuradamente algunos tratan de
organizarse para defender sus viviendas y sus vidas.
El
plan sedicioso
El plan de
la oligarquía, que cuenta con el aval y apoyo de la
Embajada de Estados Unidos, es: i) consolidar su poder político
y económico en el oriente y los valles para preservar sus
millonarios negocios vinculados a la explotación de los
recursos naturales y la tierra, ii) impedir la realización
del referéndum sobre la nueva Constitución, iii) archivar
definitivamente el nuevo proyecto de Constitución Política
del Estado, aprobado por las fuerzas oficialistas de la
Asamblea Constituyente, para evitar la posible reelección
de Evo desde el 2010 y iv) cercar aún más al gobierno de
Morales durante los siguientes dos años.
En lo
inmediato, la ofensiva desatada por los prefectos se da en
torno a la devolución de 200 millones de dólares del
Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) a las regiones y
buscando el reconocimiento de sus ilegales gobiernos autónomos,
incluidos sus Parlamentos regionales y su potestad para
armar su propia Policía, controlar la tierra y dictar leyes
por encima de las nacionales. Estos son los prerrequisitos
que exigen para iniciar un diálogo con miras a un gran
acuerdo nacional y que, en los hechos, equivale a pedir la
rendición total de Evo.
Para los
prefectos, la oligarquía y los 100 clanes un acuerdo con
Morales sólo sería viable si convalidan la existencia de
dos gobiernos paralelos en el país hasta las elecciones
nacionales del 2010, en las que aspiran a derrotar a las
fuerzas indígenas y campesinas, y así retomar todo el
poder a nivel nacional. En esas elecciones, si no hay un
cambio en la actual Constitución, Evo Morales no podría
volver a postularse.
Por ello,
los prefectos derechistas, la oligarquía y los 100 clanes
quieren impedir que se apruebe la nueva Constitución Política
del Estado que posibilita que Evo pueda volver a postularse.
Capitulación
oficial
En cambio,
el pacto nacional que busca Evo se orienta a lograr la
aprobación de su nueva Constitución que otorgue, por lo
menos en lo declarativo, igualdad de derechos a los indígenas
y campesinos, que abra la posibilidad para su reelección
por los siguientes 10 años y que impulse el desarrollo de
su capitalismo andino en la perspectiva de “humanizar”
la explotación capitalista, para que los empresarios y
transnacionales ganen mucho dinero pero sin saquear el país.
Desde el
inicio de su Presidencia el objetivo central de la política
de Evo fue lograr que las élites indígenas y campesinas
compartan el poder con la oligarquía y los 100 clanes.
Según
admitió el vicepresidente García Linera hace un año y
medio, los indígenas no quieren arrebatarle el poder a la
oligarquía, no quieren desplazarla, y lo que intentan es
compartir el poder, quieren manejar Bolivia con los que
hasta ahora siguen siendo los dueños de vidas, haciendas y
las mayores riquezas del país.
“Desde
que llegamos al Gobierno hemos definido una estrategia de
distribución pactada del poder. Lo que Bolivia está
atravesando hoy es, en esencia, un proceso de amplia y
generalizada lucha y redistribución del poder. Es algo que
va más allá de un gobierno”.
“Y la
historia nos enseña que la lucha por el poder puede tener
tres desenlaces clásicos.
i) Que el sector emergente (indígena–campesino)
desplace directamente, mediante cualquier medio posible, al
bloque anterior. ii) Que este bloque de poder antiguo (la
oligarquía) logre derrotar, contener, cooptar o aplastar al
bloque emergente. iii) O que entre ambos se logre
redistribuir el poder”.
“Como
Gobierno hemos optado por la tercera opción. Apostamos a un
proceso de redistribución pactada del poder con un nuevo núcleo
articulador: el movimiento indígena”, dijo el ideólogo
del gobierno indígena, un ex guerrillero que ahora predica
la conciliación de clases y la vigencia del “capitalismo
andino”.
Hoy, todo
indica que Bolivia está transitando por la tercera opción,
aunque no de la forma pactada y soñada por Morales y García
Linera. Hoy, la Bolivia del altiplano está gobernado por
Evo, aunque las riquezas mineras, la banca, la industria y
el comercio siguen siendo manejadas por las transnacionales
y las grandes empresas privadas. En la otra Bolivia, la del
oriente y los valles, el gobierno, el poder económico, político
y administrativo está directamente en manos de la oligarquía,
la burguesía agrofinanciera y los 100 poderosos clanes
familiares.
Triunfo
de bush
Todo lo que
está ocurriendo en Bolivia, con el imparable avance de la
oligarquía y del separatismo es un triunfo de la
administración norteamericana de Bush, que digita las
acciones de la oligarquía y los 100 clanes, según asegura
el sociólogo James Petras.
“A causa
de la completa incompetencia y falta de liderazgo político
nacional del presidente Evo Morales y su vicepresidente Álvaro
García Linera, el Estado boliviano se está atomizando en
una serie de departamentos autónomos, pues ya otros
Gobiernos regionales intentan usurpar el poder político y
hacerse cargo de sus recursos económicos. Desde el
principio, el régimen Morales–García Linera firmó una
serie de pactos políticos, adoptó políticas y aprobó
concesiones a las elites oligárquicas de Santa Cruz, que
permitió que reconstruyeran efectivamente su base política
natural de poder, sabotearan una asamblea constitucional
elegida y socavaran efectivamente la autoridad del Gobierno
central”.
“El éxito
de la derecha se ha producido en menos de dos años y medio,
lo que es especialmente sorprendente si se tiene en cuenta
que en 2005, el país vivió una sublevación popular
importante que sustituyó a un Presidente de derecha, cuando
millones de trabajadores, mineros, campesinos e indios se
apoderaron de las calles. Es un tributo al absoluto
desgobierno de Morales y García Linera que el país haya
pasado tan rápida y decisivamente desde un estado de poder
popular insurreccional a un país fragmentado y dividido, en
el que una élite agroexportadora separatista se ha hecho
con el control del 80% de los recursos productivos del país,
mientras el Gobierno central elegido protesta débilmente”.
.– Nota de SoB: Mamíferos
rumiantes del orden de los camélidos, con cuatro
especies: guanacos, vicuñas, llamas y alpacas.
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