Evo
ablanda su Constitución para lograr la reelección
Econoticiasbolivia,
21/10/08
El
Presidente pacta con la derecha parlamentaria y logra
aprobar la ley de convocatoria al referéndum sobre la nueva
Constitución. La ultraderecha, los prefectos fascistas y lo
más duro de la oligarquía, que tienen el control de la
mitad del país, preparan el desacato y la resistencia
La
Paz.– Al comenzar la tarde de este martes, el presidente
Evo Morales había logrado la mitad de sus objetivos al
conseguir que el Congreso boliviano aprobara la realización
en tres meses de un referéndum para aprobar la nueva
Constitución Política del Estado, reformulada a última
hora con los parlamentarios derechistas, que accedieron a
viabilizar la reelección presidencial pero a cambio de
eliminar en el texto constitucional toda reforma considerada
como radical.
Promulgada
la ley, tras que miles de indígenas y campesinos cercaran
el Congreso por dos días, ahora Morales tiene el enorme
reto de hacer cumplir esta ley el próximo 25 de enero de
2009 en el oriente y los valles, controladas por las fuerzas
del fascismo y lo más duro de la oligarquía, que ya habían
advertido que no acatarían las decisiones del Parlamento ni
de Evo.
Más
concesiones
La
nueva Constitución, reformulada en más de 150 de los 400
artículos redactados por la asamblea Constituyente, deja
intocados los inmensos latifundios, preserva la gran
propiedad privada y la inversión extranjera, y mantiene en
pie casi todos los privilegios de los terratenientes y
oligarcas que explotan sin límite los recursos naturales.
El
texto constitucional postula la profundización y desarrollo
del capitalismo andino y la vigencia de la democracia
formal, abriendo las posibilidades para que las autonomías
regionales sean reconocidas en el marco de la unidad
nacional.
El
nuevo texto constitucional reconoce los derechos de los
pueblos indígenas y abre la posibilidad para que Morales
sea reelecto por una sola vez, y ya no indefinidamente, tal
como era el temor de las fuerzas de la derecha.
Pese
a ello, los sectores más radicales de la oligarquía y las
bandas fascistas que mantienen el control de la mitad del
territorio nacional (Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca),
anticiparon su rechazo a este
referéndum y anunciaron que en estas regiones no se
acatará la nueva ley.
Autonomías
regionales
El
nuevo texto constitucional establece que "los
departamentos que optaron por la autonomía departamental en
el referéndum del 2 de julio de 2006 deberán adecuar sus
Estatutos a esta Constitución, en el plazo máximo de seis
meses".
Con
esta medida, se pretende que los ilegales e
inconstitucionales Estatutos aprobados en las regiones
separatistas sean adecuados a la nueva ley. Esto, sin
embargo, no satisface a los secesionistas. Según el
dirigente cívico derechista Juan Carlos Urenda, proyectista
del Estatuto de Santa Cruz, el nuevo articulado de la
Constitución significaría el desconocimiento tácito de
sus Estatutos, lo que no sería aceptado.
Extensión
de los latifundios
Otro
tema fundamental es el referido a la extensión agraria. Si
bien se mantiene en pie el referéndum para
limitar en 5.000 ó 10.000 hectáreas la superficie máxima
de los latifundios, se incluyó otro artículo que aclara
que el límite de 5.000 o 10.000 hectáreas sólo será
aplicable para las propiedades conformadas después de la
puesta en vigencia de la nueva Constitución, si es que gana
el Sí en la consulta del 25 de enero de 2009.
Según
explicó el ministro de Desarrollo Rural, Carlos Romero,
esto significa que las propiedades que en la actualidad están
siendo saneadas se regirán por las reglas vigentes, lo que
significa que, mientras los latifundios sean productivos, no
tendrán ningún límite de extensión, ni podrán ser
revertidos ni expropiados. Esto constituye un gran alivio
para los 100 clanes familiares que son dueños de la tierra
y los grandes negocios en el oriente y los valles del país.
Ellos controlan más de 25 millones de hectáreas, cinco
veces más que dos millones de campesinos que subsisten
apenas en los valles y el altiplano en los minifundios
degradados por la sobreexplotación y la desertificación.
Armas
de la derecha
La
aprobación de la ley por el Congreso, y su posterior
promulgación por el presidente Morales, convirtió la
masiva caminata y concentración de indígenas, campesinos y
sindicatos en La Paz en una verdadera fiesta popular. Esto
también ocurrió, aunque en menor proporción, en otras
ciudades del Altiplano y áreas rurales.
En
las ciudades del oriente y parte de los valles la situación
era diferente. En la ciudad de Santa Cruz, bastión de la
oligarquía y el fascismo, una asamblea del influyente Comité
Cívico advirtió con el desacato y la resistencia civil.
En
las fuerzas de la oligarquía y el fascismo se barajan al
menos tres líneas de acción para frenar el nuevo referéndum
de Morales.
Una
de ellas es la impugnación jurídica ante el Tribunal
Constitucional sobre la forma de aprobación de la nueva
convocatoria al referéndum, que consideran ilegal por la
presión de las organizaciones sociales sobre el Congreso.
Otra
es la acción ya en marcha de las Cortes Electorales
regionales, controladas por la oligarquía y el fascismo,
que cuestionan la fiabilidad del padrón electoral. Estas
Cortes ya anunciaron que no realizarán ninguna elección si
no hay una auditoría y reforma en el padrón electoral, lo
que en los hechos significa frenar cualquier consulta en lo
inmediato.
El
tercer mecanismo previsto por los prefectos y fuerzas de la
oligarquía es la resistencia activa al referéndum,
mediante la acción de los grupos de choque y las bandas
fascistas que tienen el control absoluto de cuatro de las 10
más importantes ciudades de Bolivia, allí donde incluso el
presidente Morales tiene un virtual veto y no puede
ingresar.
Aprobada
la ley por el Congreso que convoca al referéndum sobre la
nueva Constitución, los prefectos derechistas y las fuerzas
de la oligarquía ya están trabajando para impedir su
realización. En La Paz, mientras tanto, el presidente
Morales y las organizaciones campesinas e indígenas siguen
celebrando su victoria, confiados en que la ley y el voto
sobran y bastan para derrotar a la barbarie fascista.
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