Bolivia

Por salario y otros reclamos

La clase obrera se abre paso a dinamitazos

Por Martín Squotter, desde Bolivia
para Socialismo o Barbarie, 11/04/11

La Paz.– Una vez más la clase obrera se pone de pie para pedir por mejores condiciones de vida. No solamente es una petición sectorial sino que también sale a pedir mayores fuentes de trabajo.

El desencadenamiento de los conflictos que estamos viviendo es por intransigencia del gobierno y su mísero aumento salarial que es del 10%. A esto se suma la reivindicación que corrió por estos últimos años que es la derogación del Decreto 21060.[[1]

Hoy la cosa llegó a niveles de descontento que ya no pueden dar marcha atrás. Después del gasolinazo, que fue rechazado contundentemente por la población, se abrió una brecha entre ella y el gobierno. Esta brecha no ha podido ser superada por Evo... y encima hoy la intensifica con las declaraciones que sale a dar atacando a los trabajadores.

La lucha por salario y trabajo digno

Desde el miércoles 6 de abril, la clase obrera, con los mineros a la cabeza, está en las calles por mejores condiciones de vida y un sustancial aumento salarial. Están en lucha los mineros de los departamentos de Oruro, Potosí, La Paz y Santa Cruz. Al grito de "con armas o sin armas, los mineros estamos presentes" se hacían sentir detonando decenas de cachorros de dinamita por las calles paceñas. La gente aplaudía el paso de estos trabajadores dando el reconocimiento y sabiendo que son los que pueden cambiar las políticas de avasallamiento que esta teniendo el gobierno contra la clase trabajadora.

Esa marcha del 6 de abril, había salido a las 8 de la mañana de la Ceja de El Alto. Llegá a inmediaciones de la Plaza Murillo (donde está el Palacio Quemado, sede del gobierno) a horas del mediodía. Un fuerte resguardo policial cercó la plaza, mientras los dinamitazos hacían estallar los vidrios de los edificios de los alrededores.

Más de 10.000 trabajadores se dieron presentes a esta primera marcha que dará inicio a una seguidilla de manifestaciones por tres días consecutivos. Los trabajadores fabriles, del magisterio, constructores y trabajadores de las cajas de salud estarán de todos los departamentos del país. Estos últimos vienen en huelga hace mas de seis días.

Estas marchas estuvieron encabezadas por la Central Obrera Boliviana (COB), que hoy se pone del lado de los trabajadores después de estar muy cercana al gobierno del MAS. Pero párece que hoy la COB se ha dado cuenta que la coyuntura cambio y que el gobierno no tiene el apoyo de antes.

Las reivindicaciones de la COB

Frente a esto, las reivindicaciones que plantea la central son las siguientes:

La reactivación del aparato productivo y la industrialización y transformación de materias primas.

La generación de empleos

La defensa de las cajas de salud.

Un incremento salarial para todos los trabajadores, superior al límite del 10% decretado por Evo.

La abrogación del Decreto 21060.

Lo que sucedió al cercase la Plaza Murillo fue lo de siempre. Al intentar entrar a la plaza, los trabajadores fueron reprimidos por la policía. Hubo varios heridos en los enfrentamientos de las fuerzas represivas con los mineros y trabajadores del magisterio, que terminaron en el hospital.

Esto fue creciendo día a día. La bronca de la gente se hacia sentir en los cantos como: "Evo a la olla, el pueblo al poder" o "Evo cabrón te espera el paredón".

El “bloqueo de las mil esquinas”

El día jueves 7 se intensifican las medidas determinando bloqueos. Luego se realizó una marcha que también término en gasificación por parte de la policía.

Esta medida –llamada “bloqueo de las mil esquinas"– paralizó toda la ciudad hasta las 14 horas, en que se organizó la marcha. Al mismo tiempo se intensificaba las luchas y se sumaban más trabajadores de distintos lugares del país.

El viernes 8 la marcha planteada para ese día partió de la zona del cementerio. Horas antes, el vicepresidente García Linera da declaraciones que incitan a medidas más radicales, diciendo que el presidente sólo hablaría con la COB cuando se elija nueva dirección el 1º de Mayo, en que se realizará un congreso de la central obrera.

Esta respuesta estimula que a lo largo del día se sucedan repetidas marchas por el centro de La Paz. Finalmente, Evo tuvo que salir a rectificar a su vicepresidente, accediendo a abrir una negociación por las presiones de estos días.

Las declaraciones del gobierno sólo suman mayor descontento

Pero lo que estaban pidiendo los trabajadores era hablar directamente con el presidente Evo Morales, no con ningún intermediario; o sea, con los ministros a quienes de paso se les pedía la renuncia. En ningún momento el gobierno acepto esta propuesta, por ser condicionante. Los días fueron trascurriendo sin solución aparente. Finalmente, el sábado 9 el gobierno tuvo que sentarse a discutir con los dirigentes de las diferentes organizaciones, bajo la presión desplegada en todos estos días.

Pero el gobierno se mantuvo en su posición, agrediendo y descalificando a los dirigentes a través del vice García Linera. El viernes declaro: "Hay normas laborales que establecen que quien no ha estado cinco o seis días en su fuente laboral será objeto de despido y les digo que vamos a cumplir [con ello en este caso]. Es una medida dura, pero no hay otra salida para poner orden en la Caja que hoy por hoy es una vergüenza, es una fábrica de dolor y de tragedia." Este fue el tono con que agredió la dignidad de los trabajadores.

Siguiendo en este tono, agregó mentiras para enfrentar a los trabajadores en lucha con el resto de la población: "El dinero que debía ser usado para el suero del enfermo, el dinero que debía ser usado para la operación del que está llorando con dolor de vesícula en la puerta de la Caja, ese dinero lo están utilizando para dar de comer a los marchistas que están tirando dinamitas", afirmó García Linera.

Por otro lado el nefasto ministro de Trabajo dijo lo siguiente: "Habría que hacer una comparación con el total de afiliados que dice tener la COB y el caudal de gente que vino a marchar". Pero al decir esto, el gobierno juega con fuego: es una típica incitación a masificar las marchas.

La huelga general fue tomando fuerza a través de los días

El gobierno se empecino diciendo que la huelga no era contundente y que sólo se hizo sentir en la ciudad de La Paz. Esto también resultó falso. A medida que iban pasando los días, las diferentes organizaciones iban adhiriéndose a la huelga general en los departamentos.

Por otro lado a través de los discursos el gobierno no sumaba organizaciones a su favor. Por el contrario, el descontento se hacia sentir cada vez en toda la población urbana. Solamente los sectores campesinos apoyan hoy día decididamente al gobierno. Es por eso que el vicepresidente García Linera también intentó repetir una maniobra que se ha dado varias veces en la historia de Bolivia: enfrentar a los campesinos con los obreros.

En suma, el gobierno está tan desprestigiado que lo que dice un día de no reunirse con la COB, al otro día debe rectificarlo. Es que ve que no tiene otra salida que terminar negociando bajo las presiones que le determinó la clase obrera movilizada.

¡Ningún acuerdo con el gobierno que no contemple todas las peticiones!

En relación a estas negociaciones entre el gobierno y la COB, pensamos que los trabajadores y sectores populares movilizados deben levantar una consigna absolutamente clara: ¡Ningún acuerdo con el gobierno que no contemple todas las peticiones de la COB!

Esta exigencia a la dirección de la COB es decisiva, para que no quede frustrada, en todo o en parte, la movilización obrera más importante desde que Evo asumió la presidencia. Es además una exigencia doblemente necesaria, porque la actual dirección de la COB mantuvo durante estos años una casi total pasividad frente al gobierno masista.

Estos dirigentes no merecen la menor confianza de las bases movilizadas... pueden salir firmando cualquier cosa! Ahora mismo están en negociaciones secretas. Si tienen que ocultar lo que están discutiendo, es porque no satisface los reclamos de las bases. A eso se agrega que han retirado a los mineros de las calles y ya tampoco participan de la huelga.

Se puede repetir así lo que ya sucedió el año pasado: que a cambio de algunas migajas, dejen solo al magisterio rural y urbano. ¡Esto sería un verdadero crimen, porque hoy las relaciones de fuerza en relación al gobierno son mucho mejores!

¡La clase trabajadora no puede dejar pasar este momento favorable, ni perder en las negociaciones por arriba lo que está ganando en las calles!

La respuesta del gobierno a estos pasos atrás de la dirección de la COB, ha sido la de ratificarse en que no cederá en ningún punto importante, comenzando por mantener el límite del 10% de aumentos de salarios. Esto ha obligado a la dirección de la COB, en estos momentos, a anunciar que la huelga y las movilizaciones seguirán.


La inflación y el tema del salario

En la cuestión del salario –un punto central e inmediato de los reclamos– hay que explicar algunas cosas para entender el problema de fondo.

El gobierno se jacta de haber aumentado el salario en proporciones que antes no se hacían. Afirma que el salario aumento el 66% desde el 2005. Pero resulta la mayor parte ha sido comida por la inflación. Según informes del mismo gobierno, la inflación ha sido del 40%. Entonces ha habido un pequeño aumento del salario real, pero éste es ínfimo considerando que los salarios venían siendo salario de hambre. ¡Y lo siguen siendo hoy!

A esto hay que agregar que la inflación en Bolivia no es igual para ricos y pobres. Se registrar un aumento impresionante de la comida y demás productos básicos, que son el gasto esencial de los trabajadores.

El trabajador que recién empieza sus labores muere de hambre con los míseros aumentos que da el gobierno. Cuando protesta, el Estado le dice: “espere muchos años más, porque tenemos que hacer otras cosas con esa plata”.

En relación a esto, García Linera dijo lo mismo que los gobiernos anteriores: "Todos tenemos derecho a un mejor salario, pero no tienen derecho a que hipotequemos la riqueza, lo poquito que hemos ahorrado en los últimos años, simplemente para pagar salarios."

La cuestión es que, como de costumbre, esta plata va para otras cosas y para otros bolsillos, como por ejemplo aumentar considerablemente el presupuesto militar. En estos cinco años de gobierno de Evo Morales, fue el Ministerio de Defensa el que más presupuesto ha recibido.

Y todo esto, sin al avión de 38 millones de dólares para el presidente o el satélite Tupac Katari que fue encargado a China por 380 millones de dólares... y enumeración lista podría continuarse por mucho tiempo. Es en estas cosas que gasta el gobierno el dinero del pueblo, dinero que “no puede destinar para salarios”, según García Linera.

El vicepresidente alega que si se realiza un aumento del 20% del salario para todos, sería una "irresponsabilidad histórica". Dice que el gobierno no caerá en el "vicio udepista" en referencia al proceso inflacionario que sucedió entre el 1982 y 1985 en el gobierno de Unidad Democrática y Popular (UDP). Es el mismo discurso de siempre, respondiendo con miedo las demandas legitimas de los trabajadores. ¡En cambio, los demás gastos del Estado no generarían inflación: sólo los miserables salarios de los trabajadores serían los culpables!

En definitiva, el hambre se representa en el 20% que se aumentó al salario mínimo: ahora un trabajador que gane el mínimo tendrá 116 dólares para gastar en el mes! Recordemos que en diciembre pasado después del decreto del gasolinazo, los precios subieron entre un 30 a un 40% en todos los suministros básicos. Y este golpe inflacionario fue culpa del gobierno. Y cuando Evo se echó atrás obligado por la movilización y derogó el decreto de aumento de la gasolina, los precios no retrocedieron.


[1].– Promulgado por el presidente Víctor Paz Estensoro el 29 de agosto de 1985, el Decreto Supremo 21060 fue un conjunto de medidas reaccionarias y antiobreras que marcaron el vuelco de Bolivia al neoliberalismo. Decretado en forma dictatorial por el poder ejecutivo, implicó la liquidación de gran parte de la clase obrera minera, así como medidas económicas y financieras neoliberales salvajes que inauguraron el ciclo de los gobiernos de derecha “dura”. Este ciclo terminó con la rebelión de octubre de 2003, que derrocó al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. (Nota de SoB)