Bolivia

XXXI Congreso de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia

Nuestra experiencia en el Congreso de la FSTMB

Por Martín Camacho
Socialismo o Barbarie Bolivia, Nº 17,
octubre/noviembre 2011

En la ciudad de Potosí, Bolivia, la semana pasada se llevó a cabo el Congreso Minero que dio una nueva dirección a esta entidad. Luego de una marcha que convocó a más de 600 trabajadores, el lunes 5 de septiembre se dio inicio al Congreso de la Federación de Mineros. Esta marcha partió desde la Plaza El Minero y recorrió las calles del centro potosino hasta el cine de la Universidad Autónoma Tomás Frías, en donde se daría la inauguración de dicho Congreso.

Este Congreso tenía la tarea de elegir una nueva dirección para el plazo de dos años. Y tomar un reclamo que fue pedido desde las bases de que la Federación empiece a ser nuevamente la vanguardia de lucha de todos los trabajadores bolivianos. Frente a esto, el que hayan estado dos ministros  del gobierno (el de Trabajo y el de Minería), determina que el actual gobierno quiere influir en las decisiones de los trabajadores. A esto se sumó el ejecutivo de la COB, Pedro Montes; estos tres personajes fueron silbados por la mayoría de los trabajadores en el primer día de Congreso.

Así empezaba el Congreso, con bastante repudio a las direcciones obreras burocráticas y a los representantes del gobierno que sólo tuvieron palabras demagógicas para el público. Pero esto se dio porque las direcciones de la COB  lo permitieron. Fueron éstas las que llamaron a tan nefastos ministros, que de burócratas sindicales pasaron a ser, lisa y llanamente, funcionarios: ministros del gobierno reformista del MAS.

La COB sólo hablo de la necesidad de la “unidad”

El actual máximo dirigente, Pedro Montes, inauguró el Congreso con un discurso corto y conciliador. No obstante, fue igualmente abucheado por los trabajadores. Los mineros –a través de su Federación– no olvidan que hace pocos meses les habían impuesto que se lleve a cabo el Congreso de la COB. Pero éste fue “aplazado” hasta el año que viene por la dirección cobista. Las idas y vueltas que tiene con el gobierno están presentes en estas idas y venidas. Y ahí es donde el malestar de las bases se hace sentir.

Ministros no invitados pero sí traídos por la burocracia

Primero, le dieron la palabra al ministro de Trabajo Daniel Santalla. Cuando éste nombró a Evo Morales refiriéndose al “modelo del proceso de cambio”, suscitó una ola de abucheos que terminó su discurso sin concluir idea alguna. La bronca de los trabajadores se hizo sentir con silbidos y voces de protestas.

Luego habló el ministro de Minería, José Pimentel, el cual trató de meter la discusión con palabras demagógicas de promesas y meterse en discusiones de los propios trabajadores. El problema de la nacionalización de las minas, por lo que prometió “luchar”, hizo que la bronca entre mineros de empresas privadas y estatales estallara en gritos. El ministro, muy cínico, habló que “es hora de nacionalizar todas las minas privadas”...

Esto es una real mentira: jamás el gobierno tuvo intención de nacionalizar San Cristóbal, que es uno de los mayores proyectos con millones de ganancias para las trasnacionales; jamás dio un solo paso práctico en ese sentido. Nada habló de los avasallamientos que se producen a diario en muchas de las minas como Bolívar o Totoral, cosa frecuente que tienen que contrarrestar los propios trabajadores porque el Estado no garantiza ninguna seguridad laboral.

Las cooperativas mineras

Para conocer un poco más como se distribuye el proletariado minero tendríamos que hablar de las cooperativas. Los tres pilares de la explotación minera en Bolivia son la minería estatal, representada hoy día por Huanuni con 5.000 trabajadores y la fundidora de Vinto. Luego tenemos a las empresas privadas como Sinchi Wayra o San Cristóbal, para hablar de las más importantes. Y por último, la minería cooperativista que es la que más personal emplea actualmente.

Dichas cooperativas existen desde hace muchísimos años en Bolivia. Pero luego del 21060 y la “relocalización”, los mineros que pertenecían a las empresas del Estado crearon o entraron a las cooperativas como su fuente de existencia.

Pero la cosa cambió mucho hoy día; actualmente se encuentran más de 635 cooperativas: gracias a los altos precios de los minerales, muchos de estos trabajadores pasaron a ser grandes empresarios cooperativistas. Están representados en la Federación de Cooperativas Mineras (FENCOMIN). Son más de 66 mil socios, que a su vez contratan a trabajadores para realizar ciertos trabajos.

Pero estas cooperativas no están dentro de la Central Obrera Boliviana, ni tampoco son parte de la Federación de Mineros. Al no ser trabajadores netos sino "socios", no integran el núcleo de la clase obrera de Bolivia, siendo más bien pequeños propietarios (o pequeño buegueses). Si bien en algunas estadísticas aparecen como propios trabajadores cuentapropistas, su carácter pequeñoburgués los deja por fuera de las entidades obreras. No obstante, desde el punto de vista politico, tuvieron un peso significativo en los procesos de Octubre del 2003 y 2005. Pero hoy están netamente en el proyecto “masista” sin ninguna trascendencia en la lucha por mejores condiciones de vida; hasta los mismos trabajadores que integran las cooperativas padecen condiciones de superexplotación. Las condiciones laborales en estos ámbitos son terriblemente de explotación: los códigos laborales no entran a estas entidades.

Una nueva dirección minera que habrá que ver qué rumbo toma

Así terminó el primer día del Congreso. Luego, el día martes, se dio la discusión de los delegados, y su propia acreditación. Los 512 delegados –entre titulares y adscriptos– funcionaron en comisiones. El día miércoles 7, se posesionó el presidium con la dirección de David Mamani del distrito de Porco de la empresa privada. Desde ese día estuvo planteada una pelea que duraría el resto del Congreso: la lucha de los trabajadores de las empresas del Estado porque los de las privadas no tomen la dirección de la Federación.

Se atrasará el Congreso por dos días por la elección de las presidencias de las comisiones, primero será la comisión política y luego vendrá la comisión organizacional. Esto terminó el jueves 9 de septiembre. Por lo tanto, el presidium del Congreso tuvo que ampliarse por dos días más. Esto terminó dando que el Congreso finalizó el domingo 11 con la elección de Miguel Pérez Sandoval del distrito Huanuni como el nuevo ejecutivo de la Federación y que con unas 38 personas más, completan la dirección que tendrá la gestión 2011–2013.

Documento político aprobado en el Congreso determina luchar para nacionalizar toda la minería

Podemos decir que el documento político es –o debería ser– la “cabeza” de una organización. Y éste que se aprobó en la ciudad de Potosí tiene ciertos lineamientos.

Se plantea como objetivo central la nacionalización de toda la minería en manos privadas. Pero hay que ver cómo se va de las votaciones a los hechos. Porque acá choca con las intenciones del gobierno. El mismo gobierno dijo que “no se puede nacionalizar si los trabajadores están en contra” (haciendo demagogia) y eso fue algo que reflejó el propio Congreso. Es que el propio gobierno del MAS, o el mismo MAS, es el reflejo, al menos en parte, de la capa pequeñoburguesa de los pequeños productores, campesinos, emprendedores, comerciantes o cooperativistas mineros de Bolivia, lo que le impide realmente ir contra la propiedad privada, grande o pequeña.

Baja de minerales puede poner
las cosas más complicadas

La crisis económica mundial que se desencadeno en Europa y Estados Unidos empieza a afectar a los pises productores como la India y China. Si bien en años anteriores cuando la crisis estaba golpeando esto no repercutió en nuestro país de gran medida. Pero ahora con la caída de producción de la industria primaria que utiliza los minerales básicos empieza afectar los precios de estos.

Hoy Bolivia se ve inmersa en la economía del mundo a través de la exportación de minerales, y especialmente de estaño. Los precios de este mineral han bajado a niveles poco productivos. La cuestión que el país no realizó en todos estos años de precios altos la industrialización necesaria para amortiguar estos bajos precios que hay hoy, que de por si ya se venían venir.

No hacia falta hablar cuando la cosa ya está cocinada sino proveer, pero el gobierno jamás tuvo una política minera y desarrollar la industria nacional.

El estaño en picada

En estos días pasados uno de los minerales más importantes, y que conlleva el trabajo de la mayoría de los trabajadores de Bolivia cayó a niveles demasiados bajos. En dos días el precio cayó un 16%, de los 10,27 dólares la libra fina de Estaño, el precio bajo a tan solo 8, 66 dólares. También los precios del oro y la plata se ha n desplomado.

La cuestión es como resolverá esto el Gobierno: Ya salieron diciendo que la Empresa de Huanuni estaría asegurada y que podría empezar a producir plata.

Este cuento lo venimos escuchando hace muchos años. Cuando las cosas se complican salen a decir los ministros de minería que todo esta bajo control. Como dice el actual ministro, "Huanuni es un yacimiento que no solamente debe estar produciendo hoy estaño. La perspectiva también es producir plata. Vamos a ver eso en su momento".

Pero esto ya es demasiado tarde. Para reencaminar una nueva producción hace falta tiempo y mientras tanto la zozobra podría traer más de un conflicto.

Esto es lo mismo de siembre. Desde que nació Bolivia, se vio muy dependiente de los precios de los minerales por no haberse industrializado jamás. La falta de industria hace que el mineral sólo termine en estado casi natural y no poder sacar ganancia, y con esto estar sujeto a los precios.

Un prueba de fuego para la nueva dirección minera

Hace muy poco tiempo se eligió a la nueva dirección de la federación de mineros. Hoy le toca salir a contrarrestar esta crisis. Seguramente las empresas privadas querrán aumentar las horas de trabajo y quitar ciertos derechos a los trabajadores para contrarrestar las perdidas.

Esto será una prueba difícil de superar si es que vienen avallasamientos de parte de la minería privada o el estado. Sólo con la movilización y la huelga se podrán derrotar las imposiciones que quieran imponer si es que los precios de los minerales siguen en baja.

Sólo con la lucha de los trabajadores se podrían conseguir mejore condiciones de trabajo. Pero para esto el gobierno tiene que nacionalizar toda la minería o sino se vera en serios problemas cuadro la crisis económica termine pegando en nuestro país.

Por supuesto: los trabajadores privados parecen ver que si se nacionalizaran las minas, el Estado podría no garantizarles la estabilidad laboral. La desconfianza que hay hacia el partido de gobierno es tan grande, que determina un atraso en la conciencia de los trabajadores, un atraso o programa equivocado respecto de cuál debe ser el norte de la pelea: la nacionalización (o re–nacionalización) integral de toda la minería pero bajo control de los trabajadores. El hecho es que el propio Estado “masista” ni siquiera cambió el Código de Minería aprobado en épocas del neoliberalismo.

Pero veamos alguna parte de lo que dice el documento: “Casi todas las minas grandes del país, excepto Huanuni, están en manos de transnacionales que producen y exportan dejando al Estado miserables impuestos. Sólo la mina San Cristóbal, que es subsidiaria de la transnacional japonesa Sumitomo, produce 1600 toneladas métricas diarias de concentrados de zinc, plata y plomo. Sus ganancias netas son del orden de los miles de millones de dólares, dejando para el Estado apenas unas decenas de millones de dólares. De la misma manera, otras transnacionales explotan ricos yacimientos en el país sin que el gobierno  ponga fin a este saqueo.”

Esto es lo que los trabajadores hoy en día están dispuestos a luchar. Primero que se respete la Agenda de Octubre olvidada por el gobierno hace mucho tiempo, y con esto terminar con las trasnacionales en el país. Y así lo plantean los propios mineros: “La nacionalización de las minas en las actuales condiciones de saqueo de las mismas por empresas transnacionales, es una reivindicación elemental que debe materializarse sin indemnización alguna y bajo control social de los trabajadores.”

Pero para realizar estas tareas tiene que estar a la cabeza una Federación que no termine traicionando las propias bases que fueron aprobadas. Será fundamental no terminar vendiéndose al gobierno como muchos de los dirigentes han hecho en estos tiempos. Sólo así se podrá avanzar en una perspectiva desde y para los trabajadores.

Otro de los puntos que estaban en este documento es la conformación de un Instrumento Político de los Trabajadores. Muchas veces se ha redactado esto en diferentes documentos, pero queda solo en las palabras. Sería fundamental que esta reivindicación comenzara a tomar forma como la única alternativa al gobierno del MAS, que cada vez esta más cerca de los intereses de las trasnacionales. Sólo con un Partido de los Trabajadores se podrá hacer frente a la política de seguir sacando los recursos naturales de nuestro país sin la más mínima perspectiva de industrialización.