En la ciudad de Potosí, Bolivia, la
semana pasada se llevó a cabo el Congreso Minero que dio
una nueva dirección a esta entidad. Luego de una marcha que
convocó a más de 600 trabajadores, el lunes 5 de
septiembre se dio inicio al Congreso de la Federación de
Mineros. Esta marcha partió desde la Plaza El Minero y
recorrió las calles del centro potosino hasta el cine de la
Universidad Autónoma Tomás Frías, en donde se daría la
inauguración de dicho Congreso.
Este Congreso tenía la tarea de elegir una nueva dirección
para el plazo de dos años. Y tomar un reclamo que fue
pedido desde las bases de que la Federación empiece a ser
nuevamente la vanguardia de lucha de todos los trabajadores
bolivianos. Frente a esto, el que hayan estado dos ministros
del gobierno (el de Trabajo y el de Minería),
determina que el actual gobierno quiere influir en las
decisiones de los trabajadores. A esto se sumó el ejecutivo
de la COB, Pedro Montes; estos tres personajes fueron silbados
por la mayoría de los trabajadores en el primer día de
Congreso.
Así empezaba el Congreso, con bastante repudio a las
direcciones obreras burocráticas y a los representantes del
gobierno que sólo tuvieron palabras demagógicas para el público.
Pero esto se dio porque las direcciones de la COB
lo permitieron. Fueron éstas las que llamaron a tan
nefastos ministros, que de burócratas sindicales pasaron a
ser, lisa y llanamente, funcionarios: ministros del gobierno
reformista del MAS.
La COB sólo hablo de la necesidad de la “unidad”
El actual máximo dirigente, Pedro Montes, inauguró el
Congreso con un discurso corto y conciliador. No obstante,
fue igualmente abucheado por los trabajadores. Los mineros
–a través de su Federación– no olvidan que hace pocos
meses les habían impuesto que se lleve a cabo el Congreso
de la COB. Pero éste fue “aplazado” hasta el año que
viene por la dirección cobista. Las idas y vueltas que
tiene con el gobierno están presentes en estas idas y
venidas. Y ahí es donde el malestar de las bases se hace
sentir.
Ministros no invitados pero sí traídos por la burocracia
Primero, le dieron la palabra al ministro de Trabajo Daniel
Santalla. Cuando éste nombró a Evo Morales refiriéndose
al “modelo del proceso de cambio”, suscitó una ola de
abucheos que terminó su discurso sin concluir idea alguna.
La bronca de los trabajadores se hizo sentir con silbidos y
voces de protestas.
Luego habló el ministro de Minería, José Pimentel, el
cual trató de meter la discusión con palabras demagógicas
de promesas y meterse en discusiones de los propios
trabajadores. El problema de la nacionalización de las
minas, por lo que prometió “luchar”, hizo que la bronca
entre mineros de empresas privadas y estatales estallara en
gritos. El ministro, muy cínico, habló que “es hora de
nacionalizar todas las minas privadas”...
Esto es una real
mentira: jamás el gobierno tuvo intención de nacionalizar
San Cristóbal, que es uno de los mayores proyectos con
millones de ganancias para las trasnacionales; jamás dio un
solo paso práctico en ese sentido. Nada habló de los
avasallamientos que se producen a diario en muchas de las
minas como Bolívar o Totoral, cosa frecuente que tienen que
contrarrestar los propios trabajadores porque el Estado no
garantiza ninguna seguridad laboral.
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Las
cooperativas mineras
Para conocer un poco más como se distribuye el
proletariado minero tendríamos que hablar de las
cooperativas. Los tres pilares de la explotación minera en
Bolivia son la minería estatal, representada hoy día por
Huanuni con 5.000 trabajadores y la fundidora de Vinto.
Luego tenemos a las empresas privadas como Sinchi Wayra o
San Cristóbal, para hablar de las más importantes. Y por
último, la minería cooperativista que es la que más
personal emplea actualmente.
Dichas cooperativas existen desde hace muchísimos años en
Bolivia. Pero luego del 21060 y la “relocalización”,
los mineros que pertenecían a las empresas del Estado
crearon o entraron a las cooperativas como su fuente de
existencia.
Pero la cosa cambió mucho hoy día; actualmente se
encuentran más de 635 cooperativas: gracias a los altos
precios de los minerales, muchos de estos trabajadores
pasaron a ser grandes empresarios cooperativistas. Están
representados en la Federación de Cooperativas Mineras
(FENCOMIN). Son más de 66 mil socios, que a su vez
contratan a trabajadores para realizar ciertos trabajos.
Pero estas cooperativas no están dentro de la Central
Obrera Boliviana, ni tampoco son parte de la Federación de
Mineros. Al no ser trabajadores netos sino
"socios", no integran el núcleo de la clase
obrera de Bolivia, siendo más bien pequeños
propietarios (o pequeño buegueses). Si bien en algunas
estadísticas aparecen como propios trabajadores
cuentapropistas, su carácter pequeñoburgués los deja
por fuera de las entidades obreras. No obstante, desde
el punto de vista politico, tuvieron un peso significativo
en los procesos de Octubre del 2003 y 2005. Pero hoy están
netamente en el proyecto “masista” sin ninguna
trascendencia en la lucha por mejores condiciones de vida;
hasta los mismos trabajadores que integran las cooperativas
padecen condiciones de superexplotación. Las
condiciones laborales en estos ámbitos son terriblemente de
explotación: los códigos laborales no entran a estas
entidades.
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Una nueva dirección minera que habrá que ver qué rumbo
toma
Así terminó el primer día del Congreso. Luego, el día
martes, se dio la discusión de los delegados, y su propia
acreditación. Los 512 delegados –entre titulares y
adscriptos– funcionaron en comisiones. El día miércoles
7, se posesionó el presidium con la dirección de
David Mamani del distrito de Porco de la empresa privada.
Desde ese día estuvo planteada una pelea que duraría el
resto del Congreso: la lucha de los trabajadores de las
empresas del Estado porque los de las privadas no tomen la
dirección de la Federación.
Se atrasará el Congreso por dos días por la elección de
las presidencias de las comisiones, primero será la comisión
política y luego vendrá la comisión organizacional. Esto
terminó el jueves 9 de septiembre. Por lo tanto, el presidium
del Congreso tuvo que ampliarse por dos días más. Esto
terminó dando que el Congreso finalizó el domingo 11 con
la elección de Miguel Pérez Sandoval del distrito Huanuni
como el nuevo ejecutivo de la Federación y que con unas 38
personas más, completan la dirección que tendrá la gestión
2011–2013.
Documento político aprobado en el Congreso determina
luchar para nacionalizar toda la minería
Podemos decir que el documento político es –o debería
ser– la “cabeza” de una organización. Y éste que se
aprobó en la ciudad de Potosí tiene ciertos lineamientos.
Se plantea como objetivo central la nacionalización de toda
la minería en manos privadas. Pero hay que ver cómo se va
de las votaciones a los hechos. Porque acá choca con las
intenciones del gobierno. El mismo gobierno dijo que “no
se puede nacionalizar si los trabajadores están en
contra” (haciendo demagogia) y eso fue algo que reflejó
el propio Congreso. Es que el propio gobierno del MAS, o el
mismo MAS, es el reflejo, al menos en parte, de la capa
pequeñoburguesa de los pequeños productores, campesinos,
emprendedores, comerciantes o cooperativistas mineros de
Bolivia, lo que le impide realmente ir contra la propiedad
privada, grande o pequeña.
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Baja
de minerales puede poner
las cosas más complicadas
La
crisis económica mundial que se desencadeno en
Europa y Estados Unidos empieza a afectar a los
pises productores como la India y China. Si bien en
años anteriores cuando la crisis estaba golpeando
esto no repercutió en nuestro país de gran medida.
Pero ahora con la caída de producción de la
industria primaria que utiliza los minerales básicos
empieza afectar los precios de estos.
Hoy
Bolivia se ve inmersa en la economía del mundo a
través de la exportación de minerales, y
especialmente de estaño. Los precios de este
mineral han bajado a niveles poco productivos. La
cuestión que el país no realizó en todos estos años
de precios altos la industrialización necesaria
para amortiguar estos bajos precios que hay hoy, que
de por si ya se venían venir.
No
hacia falta hablar cuando la cosa ya está cocinada
sino proveer, pero el gobierno jamás tuvo una política
minera y desarrollar la industria nacional.
El
estaño en picada
En
estos días pasados uno de los minerales más
importantes, y que conlleva el trabajo de la mayoría
de los trabajadores de Bolivia cayó a niveles
demasiados bajos. En dos días el precio cayó un
16%, de los 10,27 dólares la libra fina de Estaño,
el precio bajo a tan solo 8, 66 dólares. También
los precios del oro y la plata se ha n desplomado.
La
cuestión es como resolverá esto el Gobierno: Ya
salieron diciendo que la Empresa de Huanuni estaría
asegurada y que podría empezar a producir plata.
Este
cuento lo venimos escuchando hace muchos años.
Cuando las cosas se complican salen a decir los
ministros de minería que todo esta bajo control.
Como dice el actual ministro, "Huanuni es un
yacimiento que no solamente debe estar produciendo
hoy estaño. La perspectiva también es producir
plata. Vamos a ver eso en su momento".
Pero
esto ya es demasiado tarde. Para reencaminar una
nueva producción hace falta tiempo y mientras tanto
la zozobra podría traer más de un conflicto.
Esto
es lo mismo de siembre. Desde que nació Bolivia, se
vio muy dependiente de los precios de los minerales
por no haberse industrializado jamás. La falta de
industria hace que el mineral sólo termine en
estado casi natural y no poder sacar ganancia, y con
esto estar sujeto a los precios.
Un
prueba de fuego para la nueva dirección minera
Hace
muy poco tiempo se eligió a la nueva dirección de
la federación de mineros. Hoy le toca salir a
contrarrestar esta crisis. Seguramente las empresas
privadas querrán aumentar las horas de trabajo y
quitar ciertos derechos a los trabajadores para
contrarrestar las perdidas.
Esto
será una prueba difícil de superar si es que
vienen avallasamientos de parte de la minería
privada o el estado. Sólo con la movilización y la
huelga se podrán derrotar las imposiciones que
quieran imponer si es que los precios de los
minerales siguen en baja.
Sólo
con la lucha de los trabajadores se podrían
conseguir mejore condiciones de trabajo. Pero para
esto el gobierno tiene que nacionalizar toda la
minería o sino se vera en serios problemas cuadro
la crisis económica termine pegando en nuestro país. |
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Por supuesto: los trabajadores privados parecen ver que si
se nacionalizaran las minas, el Estado podría no
garantizarles la estabilidad laboral. La desconfianza que
hay hacia el partido de gobierno es tan grande, que
determina un atraso en la conciencia de los trabajadores, un
atraso o programa equivocado respecto de cuál debe ser el
norte de la pelea: la nacionalización (o
re–nacionalización) integral de toda la minería pero
bajo control de los trabajadores. El hecho es que el
propio Estado “masista” ni siquiera cambió el Código
de Minería aprobado en épocas del neoliberalismo.
Pero veamos alguna parte de lo que dice el documento:
“Casi todas las minas grandes del país, excepto Huanuni,
están en manos de transnacionales que producen y exportan
dejando al Estado miserables impuestos. Sólo la mina San
Cristóbal, que es subsidiaria de la transnacional japonesa
Sumitomo, produce 1600 toneladas métricas diarias de
concentrados de zinc, plata y plomo. Sus ganancias netas son
del orden de los miles de millones de dólares, dejando para
el Estado apenas unas decenas de millones de dólares. De la
misma manera, otras transnacionales explotan ricos
yacimientos en el país sin que el gobierno ponga fin
a este saqueo.”
Esto es lo que los trabajadores hoy en día están
dispuestos a luchar. Primero que se respete la Agenda de
Octubre olvidada por el gobierno hace mucho tiempo, y con
esto terminar con las trasnacionales en el país. Y así lo
plantean los propios mineros: “La nacionalización de las
minas en las actuales condiciones de saqueo de las mismas
por empresas transnacionales, es una reivindicación
elemental que debe materializarse sin indemnización alguna
y bajo control social de los trabajadores.”
Pero para realizar estas tareas tiene que estar a la cabeza
una Federación que no termine traicionando las propias
bases que fueron aprobadas. Será fundamental no terminar
vendiéndose al gobierno como muchos de los dirigentes han
hecho en estos tiempos. Sólo así se podrá avanzar en una
perspectiva desde y para los trabajadores.
Otro de los puntos que estaban en este documento es la
conformación de un Instrumento Político de los
Trabajadores. Muchas veces se ha redactado esto en
diferentes documentos, pero queda solo en las palabras. Sería
fundamental que esta reivindicación comenzara a tomar forma
como la única alternativa al gobierno del MAS, que cada vez
esta más cerca de los intereses de las trasnacionales. Sólo
con un Partido de los Trabajadores se podrá hacer frente a
la política de seguir sacando los recursos naturales de
nuestro país sin la más mínima perspectiva de
industrialización.