En la ciudad de Tarija
desde el lunes 16 de enero hasta el domingo 22 del mismo
mes, se realizo el XV Congreso de la Central Obrera
Boliviana. Después del día de la inauguración, todo fue
idas y vueltas. La primera dificultad fue la acreditación
de los delegados. En este tema se fueron dos días por los
problemas de las divisiones que existen en varias de las
federaciones. La que más trajo conflicto fue la de los
fabriles, que se presentaron con dos listas distintas de
delegados. Luego había conflictos en los universitarios y
algunas centrales departamentales.
Posteriormente se designo
la plenaria y recién ahí se dio inicio al congreso, pero
para cuando esto ocurría ya era viernes 20. O sea, el
tiempo para discutir documentos o propuestas se redujo prácticamente
a nada. La realidad es que esto suele ser así desde hace
mucho tiempo y nadie se sorprende por las idas y vueltas y
el casi total vaciamiento de la discusión en este tipo de
instancias.
Una dinámica burocrática
El congreso expresó
conflictos y divisiones en las respectivas federaciones.
Como la más relevante, hemos nombrado ya a la de la
Federación de Fabriles de La Paz, que llevaron al Congreso
sus diferencias de criterios cuando tendrían que haberlas
resuelto anteriormente. Estas diferencias eran meramente
“administrativo-burocráticas” con dos federaciones
paralelas y disputas internas que reflejan al nivel que ha
llegado el burocratismo totalmente despegado de la base.
XV
Congreso de la COB: delegados con el periódico de Socialismo o Barbarie
Bolivia
Estas diferencias no
fueron resueltas en un día sino que llevaron varios días
en solucionar. Y como se veía que el tiempo se acababa,
finalmente el Congreso decidió mandar a las dos listas de
fabriles para que sean acreditadas. Esto no paso en todos
los casos: muchos delegados de otras federaciones se
quedaron afuera de las (pocas) discusiones.
Se trató realmente de un
Congreso vaciado de contenido político. Contra lo
que era tradición, no se dejó entrar a las organizaciones
políticas para que se expresen mediante “delegados
fraternos” con voz y sin voto. Esto es parte de una dinámica
que viene ocurriendo hace tiempo: lindos afiches con el
rostro de Marx, Lenin o Trotsky, pero las organizaciones
políticas se quedan afuera. Fue un Congreso donde se
reflejó la crisis por la que pasa la representación de la
clase obrera de Bolivia. En parte, porque no se incorpora a
más delegados. En el sector minero, que son más de 10.000
mil trabajadores, la representación en el Congreso es de
solo 140 delegados. Peor ocurre en el sector fabril: unos 35
mil trabajadores solo son representados por 60 delegados.
En total, unas 500
personas son las que decidieron la nueva dirección de la
Central Obrera Boliviana. La poca representación hizo que
las discusiones políticas fueran pobres, sin lograr un
debate profundo y sobre la base de un documento muy difícil
de objetar. Se terminó aprobando el documento en bloque,
en parte por la falta de tiempo, y en parte por la falta de
proyectos propios de otros sectores.
En definitiva, el
documento presentado por el sector minero fue el aprobado en
este XV congreso de la COB. Dicho documento, es casi copia
fiel del documento presentado en el Congreso de la FTMB
(Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia) realizado
el año pasado en la cuidad de Potosí. Hubo cinco
documentos de los cuales quedaban, a priori, dos para ser
votados. Pero la Brigada Sindical Revolucionaria (POR) retiró
el que supuestamente era suyo propio, porque no era más que
el de los mineros, presentado a su vez por la dirección
saliente de la COB...
A esto se “jugo” el
partido que dice que “nos llevara a la revolución”:
presentar exactamente el mismo documento que estaba
presentando la dirección de la COB. Una situación ridícula.
Lo sorprendente es que el documento no tiene la fraseología
de siempre. Es mucho mejor elaborado que los discursos del
POR.
En todo caso, una fuerte
coincidencia de intereses del POR y la dirección cobista,
es que el documento no dice palabra acerca de algo que se
venía discutiendo mucho en las últimas semanas: la
perentoria necesidad de poner en pié un Instrumento Político
de los Trabajadores. Sólo afirmando la “independencia
política” en general, el POR le hace seguidismo al sector
minero, que no quiere comprometerse en dar ningún paso en
el terreno estrictamente político (en eso, obviamente a quién
se le hace el juego, es al gobierno del MAS).
Tampoco el POR hace
ninguna critica cuando el documento postula al final, como
limitado objetivo, “la liberación nacional como lo soñaron
Martí y Bolívar”.
La nueva dirección tendrá que
ponerse a prueba muy pronto
Luego de los “amarres”
(acuerdos) que se hicieron, hubo propuesta de dirección.
Esto no fue fácil. La Federación de Mineros tuvo que
realizar un “ampliado” de emergencia en el trascurso del
Congreso porque sus delegados no estaban con una posición
homogénea. El sector de Huanuni presentaba su candidato a
través de la Federación, pero el sector de la minería
privada quería su pedazo de la torta y para esto presentó
a otro candidato a último momento.
Como se ve acá, nada es por discusión política, sino por
los negociados que se tengan o acuerdos de antemano.
En definitiva, el
Ejecutivo que salió elegido por el sector minero fue Juan
Carlos Trujillo y luego fue ratificado por la mayoría del
Congreso. La sospecha de que fuera el candidato del MAS...
se hizo sentir desde los primeros días. El acercamiento que
tuvo el sindicato de Huanuni hacia el partido de gobierno en
el 2010, cuando Trujillo estaba al frente de la dirección
del sindicato, hacen suponer que podría haber algún otro
acercamiento. Por supuesto que esto se desmiente hoy día;
nadie tiene la camiseta puesta con el gobierno.
Pero muy pronto se verán
las reacciones y se sabrá si realmente la nueva dirección
de la COB es independiente del gobierno del MAS o irán a la
rastra de los “huesos” que el gobierno les tire. Por
nuestra parte, le depositamos realmente poca confianza a
esta nueva dirección; en todo caso la base tendrá que
presionarla por abajo para imponerle que reclame por mejores
condiciones de vida y trabajo, al tiempo que se acumula
fuerzas y experiencia para la construcción de una dirección
verdaderamente independiente.
Una contradicción es la
acostumbrada fraseología revolucionaria que tiene el
documento político aprobado; en todo caso, falta saber cómo
se llevarán a cabo los lineamientos que figuran en él...
Los más probable es que todo quede como muchas veces hemos
visto en Bolivia en los últimos años: que todo quede en
simples papeles teñidos de palabras revolucionarias que no
terminan llevando adelante ni el 1 % de lo que está
escrito.
En todo caso, la nueva
dirección de la COB tendrá que salir a reconstituir sus
bases, obtener la confianza de los trabajadores, abrir más
espacios de debate y llamar a otro congreso para modificar
los estatutos. De esta forma es como se podría conformar
una COB con mayor número de trabajares que sean
representativos de las luchas que se están dando hoy día
en el país.
La conformación del Instrumento
Político tiene que pasar a ser realidad
Este será todo un desafío
y tendrá que atravesar las luchas internas que se viven en
el movimiento obrero de este país. En primer lugar, muchos
de los trabajadores ven que la COB sólo tiene que realizar
trabajo sindical y excluirse completamente de la organización
política. Otro de los conflictos es la política que viene
llevando el POR en contra de cualquier organización política
de los trabajadores, porque, en últimas, el POR siempre dirá
“nosotros somos el partido”, “para que más”... La
cosa que este partido jamás pudo organizar las tareas que
están puesta en la agenda hoy en día.
Por eso, la conformación
de una comisión especial tiene que ser prioridad para así
levantar las bases de un Instrumento Político en la
perspectiva de preparar la conformación de una Bolivia
socialista, obrera, campesina, originaria y popular.
La Federación de Mineros esta integrada como por dos
“componentes”: los trabajadores mineros de la minería
estatal (hoy, básicamente, la mina de Huanuni) y los
que trabajan en la minería privada. Ya los
cooperativistas mineros responden a otro sindicato,
porque, en realidad, no son trabajadores, sino
cuentapropistas o pequeños propietarios. No es casual
que estos últimos hagan parte, más directamente, de la
base social del MAS.