Desde el primer Congreso, realizado el 7 y 8 de marzo pasado en Huanuni[],
transcurrieron varios meses sin que se terminase de
consolidar el PT. Además, las maniobras realizadas por la
dirección transitoria, de posiciones más reformistas, le
daban al segundo Congreso un signo de interrogación muy
grande. La pelea por definir concretamente qué posiciones
tendría el PT y cómo encarar un programa político y
electoral, determinarían los debates.
Las críticas a esta dirección transitoria iban desde no haberse
pronunciado durante las dos semanas de huelga general
encabezada por la COB, hasta no haberse posicionado tampoco
frente a ninguno de los conflictos y acontecimientos
nacionales e internacionales. Además, la escasa de difusión
que la Comisión Política transitoria había dado a este
segundo Congreso, hacía prever que estaría poco
concurrido. Y, efectivamente, de los 1.300 delegados del
primer Congreso se pasó a unos 300 en el segundo.
Por estos motivos, dar cuenta de cómo juega la burocracia y tratar de
contrarrestar sus maniobras, es fundamental para terminar de
consolidar el Partido de los Trabajadores.
La disputa por ratificar un partido de lucha
Durante el período precongreso, la Comisión Política transitoria se
dedicó solamente a redactar un nuevo documento, con la
excusa de que el texto considerado en el primer Congreso de
Huanuni no iba a ser aprobado por la Corte Nacional Electoral. Sin saber en verdad lo que
diría esa Corte, la Comisión Política trabajó tres meses
sólo para conformar un documento vacío de contenido y que
distorsionaba totalmente el texto aprobado en el primer
Congreso.
Esa fue la gran discusión de
este segundo Congreso: si ratificar
el documento aprobado en Huanuni o votar
un texto reformista que se acercaba a los lineamentos
del MAS.
De paso este documento era la antesala para sacarse de encima a todos los
elementos de izquierda. Se cortarían muchas libertades para
los grupos que están incluidos en el PT. Desde el inicio,
el principal redactor de este documento dijo que el peligro
para el PT, era la injerencia de “extranjeros”, de
grupos ligados con la Cuarta Internacional… un claro
ataque a los trotskistas.
El Congreso tuvo varios momentos donde las posiciones quedaron
enfrentadas. Ante esto la posición de los mineros de
Huanuni terminó dirimiendo lo que los grupos de la
izquierda plantearon, pero que al no tener peso no podían
torcer la balanza. Acá se vio también una cuestión de
obrerismo sectario frente a los grupos. Esto quedo
finalmente saldado con la intervención de los mineros de
Huanuni, que
eran mayoría en el Congreso.
Se terminó conformando una nueva directiva amplia
Después de haber definido la ratificación del documento de Huanuni con
los agregados de necesarios del otro documentó como
complementario en cuestiones legales que pide la ley
electoral, se eligió una nueva dirección transitoria.
Esto tuvo elementos progresivos, al renunciar Guido Mitma, anterior
dirección transitoria del PT y más afín al documento
reformista. A
eso se agregaron integrantes de la primera dirección como
Jaime Solares y Mario Martínez, dirigente minero de Huanuni.
Una de las cosas que juegan en contra y que pueden influenciar en la
conformación definitiva del PT, es que varios sectores
sindicales estuvieron ausentes. El sector salud, por
ejemplo, que había participado en el anterior congreso, no
vino al segundo. Esto deja un flanco débil, si no se
revierte inmediatamente. La izquierda debe tiene
que preocuparse de cómo nutrirlo de elementos proletarios,
para contrarrestar de las movidas de los sectores de la
burocracia ligada al MAS, interesado en vaciar de bases
trabajadoras al PT.
Romper con el sindicalismo, llenar de política al PT
Otra cuestión que se vio en el congreso, es
el grado de sindicalismo que tienen aún muchos de los
delegados, a pesar de que vienen a participar en la
construcción de un partido propio y no de un sindicato. Por
supuesto, esa
dinámica no es fácil de revertir, comenzando por la misma
dirección de la COB, que es parte de estructuras y
concepciones construidas desde hace décadas. Pero, no por
ser complicada es posible eludir la lucha por politizar
desde adentro al partido de trabajadores. Es una tarea
planteada difícil
de llevar adelante, pero ineludible.
Esa estructura sindicalista no lleva a que los elementos se destaquen en
el partido, se sigue teniendo una estructura muy parecida al
de la Central Obrera. Con esto se pierden muchas
oportunidades de potenciar políticamente al partido desde
sus integrantes. Es por eso que la formación política
dentro del PT es fundamental para crear una forma crítica
de las acciones y las luchas que se lleven adelante.
Las tareas que quedan por delante
Por lo que vimos en este congreso, las tareas pendientes son muchas y
dependen de la unidad de la izquierda para llevarlas a cabo
con un contenido clasista y anticapitalista. Como es típico,
acá en Bolivia, la izquierda, que sólo suma un puñado de
militantes, se encarga de tirar cada uno por su lado, con
una típica política de conseguir alguna pequeña ventaja
momentánea, diciendo por ejemplo que fueron ellos los que
decidieron el camino del PT. Un típico oportunismo mezclado
con sectarismo, de lo que el trotskismo está plagado, y que
dificulta la batalla política que es imprescindible para
encaminar el PT.
Es por eso que llamamos a la unidad de la izquierda. Es
necesaria, si se quiere lograr que el PT salga a hacer política
con un contenido clasista. Para eso es necesaria una amplia
difusión de las posturas políticas del nuevo partido, de
su posicionamiento en la sociedad, en primer lugar frente al
MAS y también ante la oposición de derecha.
Asimismo, el PT tiene por delante la
tarea titánica de conseguir la personería jurídica para
presentarse como alternativa de izquierda al gobierno del
MAS en las próximas elecciones del 2014. Esto terminará
definiéndose en el próximo encuentro a realizarse en
Cochabamba, cuando la comisión política haya iniciado los
trámites para legalizar el PT ante la Corte Nacional
Electoral.
Conformar el PT, y darle así una alternativa política a los
trabajadores de Bolivia, es la gran tarea que hoy día está
planteada. Para eso habrá aún que superar muchos
escollos, luchando contra factores y problemas internos y
externos.
Para que exista una alternativa de izquierda al gobierno del MAS, que
luche por una Bolivia socialista, obrera, campesina y
originaria, es preciso fortalecer al PT desde las bases.