La
comunidad boliviana se moviliza
El
miércoles 15 de octubre se movilizó la comunidad boliviana en la
Argentina en repudio al gobierno masacrador y entreguista de Sánchez de
Losada. La marcha contó con la asistencia de más de 10.000 personas. El
componente absolutamente mayoritario de la movilización fueron
trabajadores bolivianos que residen en la Argentina. Las organizaciones de
la izquierda argentina que acompañamos la marcha fuimos una clara minoría.
Pero ello en esta ocasión fue una alegría, porque significó la aparición,
como nunca, de la colectividad boliviana en la Argentina, manifestando su
sentir y su pensamiento. Sin embargo, antes de comentar la marcha en sí,
creemos que es interesante contar el proceso anterior que llevó a la
realización de una movilización tan masiva (en lo que a esto se refiere
contamos con la información que nos brindaron un grupo de amigos
bolivianos residentes en Buenos Aires).
Preliminares
de la movilización
El
papel principal, aunque involuntario, en la difusión de la marcha del
15/10 correspondió a las radios que, supuestamente, tiene la comunidad
boliviana en Buenos Aires. Existen tres radios de estas características
en la Capital: Estación Latina (en Bajo Flores), Urkupiña (en Pompeya) y
Mágico (en Liniers). Ninguna de estas radios cumple ninguna clase de
servicio verdadero para la comunidad boliviana. Se limitan a pasar música
y a hacer propaganda para que el fin de semana los inmigrantes se gasten
sus pesos en los locales bailables que poseen cada una de estas tres
radios. En resumen, usando la máscara de la comunidad boliviana, esta
gente hace su negocio, aprovechando la tendencia espontánea que suelen
tener los inmigrantes a querer escuchar en la radio su modo de hablar y la
música de su tierra.
Lo
concreto fue que mientras recrudecían los enfrentamientos del pueblo
contra el gobierno, estas radios seguían pasando música como si nada. En
el programa "Sentir boliviano" apareció un llamado al aire
reclamándole información acerca de qué estaba pasando. Su país estaba
pasando una situación tremenda y en una radio dedicada a la colectividad
boliviana no se hablaba de lo que pasaba en... Bolivia. La respuesta del
conductor fue que "estamos en democracia y yo tengo la libertad de
decidir qué hago en mi programa". Tanta soberbia indignó a muchísimos
oyentes que empezaron a llamar en masa a las radios. En los llamados había
una mezcla de indignación por la falta de información como de congoja e
incertidumbre (la enorme mayoría tiene parientes viviendo en Bolivia).
Pero también empezó a circular información sobre actividades políticas
y de la marcha del 15/10. El éxito de la marcha se debió en parte al
"boca a boca" que la comunidad boliviana hizo circular a través
de los llamados al aire. Naturalmente, como los dueños de estas radios
serán capitalistas pero no son tarados, el tono de la programación dio
un vuelco rápido ante la presión de la gente. Empezaron a difundir
informaciones y noticias sobre la situación en Bolivia y difundieron la
marcha del 15/10. Incluso la radio Urkupiña, que usa el slogan "la
radio de la integración", decidió poner las barbas en remojo y
reconvertirse en "la radio del pueblo".
Una
gran marcha
La
marcha transcurrió a la tarde del miércoles 10. Avanzó por la 9 de
Julio, fue hasta la delegación de Bolivia en Corrientes y Maipú y terminó
en Plaza de Mayo. Como ya dijimos, la presencia mayoritaria de miembros de
la comunidad boliviana marca un cambio importante, porque en la mayor
parte de las manifestaciones que se han realizado en solidaridad con
alguna lucha popular en Latinoamérica de las que tengamos memoria, el
grueso de los asistentes han sido argentinos de izquierda, encabezados por
una pequeña delegación de residentes. Esta es la primera vez en muchos años
que vemos una marcha en la que una comunidad latinoamericana en la
Argentina toma tal protagonismo.
La
marcha era visible desde varias cuadras de distancia. La profusión de
banderas verdes, amarillas y rojas contribuía bastante a ello.
Indudablemente, el gran motor que tuvo la marcha fue la indignación ante
el gobierno masacrador y el hecho de que la mayoría de los bolivianos en
la Argentina conservan parientes y amigos en su país. Pero también hay
que decir que la comunidad boliviana mostró un importante grado de
politización, que se veía en las consignas que voceaba: vivas a la
Central Obrera Boliviana (COB), ataques al imperialismo yanqui y al ALCA
y, por supuesto, la exigencia de renuncia al Goni (se quemó un muñeco
que representaba su figura en la puerta de la delegación boliviana). A
los que hay que agregar el tradicional ¡viva Bolivia! y ¡Fusil,
metralla, el pueblo no se calla! que fue la consigna más cantada durante
la manifestación.
¿Cómo
la seguimos?
La
marcha fue una acción muy positiva. Para sostener la heroica lucha del
pueblo boliviano es muy progresivo que los residentes hayan dado un paso
al frente. Esto le resta carácter testimonial a las marchas y acciones de
solidaridad. Ayuda a que los trabajadores de Argentina se interesen más
en el actual proceso boliviano, en tanto que ven una acción real llevada
en conjunto con personas de carne y hueso. Esto ayuda a que los compañeros
puedan verlo y que no les suene abstracto, como algo que pasa en otra
parte y que carece de influencia en su vida.
Hoy
por hoy es una tarea importantísima la movilización de la izquierda
revolucionaria en conjunto con la comunidad boliviana en Argentina.
Sostener el actual proceso político en Bolivia está íntimamente
vinculado a nuestras tareas aquí. La rebelión popular de Bolivia puede
incidir directamente en que se produzca un relanzamiento del proceso
argentino, actualmente en su momento más bajo, pero de ningún modo
cerrado.
Las
tareas de apoyo al proceso boliviano no pueden ser encaradas por cada
corriente por separado; si así fuera, el resultado final va a ser pobre,
va a quedar completamente diluido. Las iniciativas que están discutiéndose
en este momento, como la de hacer un convoy a Bolivia con medicinas, son
positivas. Hay que comprometerse a que salgan y promover el apoyo obrero y
revolucionario a la rebelión popular boliviana.
Por
último, pero no menos importante, desde el MAS queremos plantearle a los
compañeros bolivianos que viven en la Argentina que, además de apoyar la
lucha en su país, podemos llevar adelante otras tareas comunes. Aquí la
comunidad boliviana tiene sus propios problemas y sus propias
reivindicaciones. La lucha contra la xenofobia y el racismo, a veces
disimulado y a veces descarado, en contra de los inmigrantes de los países
limítrofes, es algo que podemos hacer en conjunto. Esa xenofobia (odio a
los extranjeros por el solo hecho de serlo) a veces cala hondo en la
conciencia de los explotados y oprimidos.
También
es importante la lucha por los derechos de los inmigrantes bolivianos en
la Argentina. Por ejemplo, por la reforma del convenio de inmigración y
radicación, firmado por entidades que no representan a nadie y que es
profundamente lesivo de los intereses de la comunidad boliviana, y por
papeles y derechos sociales y políticos para todos los residentes
bolivianos. ¡Que no quede ningún compañero sin documentos!
Esto,
como se sabe, es utilizado por los empresarios para pagarles salarios de
hambre y someterlos a condiciones de esclavitud laboral y de paso
presionan a la baja el sueldo de los trabajadores nativos. Hay que
enfrentar esta división entre trabajadores. A los trabajadores bolivianos
que viven aquí les decimos que una de las formas más eficaces de
apuntalar la lucha de su pueblo por un destino distinto y mejor es luchar,
todos juntos por que mas allá de las fronteras nos unen, los mismos
intereses y enfrentamos a los mismo enemigos: el imperialismo, el sistema
capitalista y esta democracia colonial.
Isidoro
Cruz Bernal
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