El PSOL se fractura en la Conferencia
Electoral
Designan a Plínio Arruda Sampaio como
candidato a la Presidencia
La fracción de Heloísa Helena rechaza
el resultado y quiere
un "Congreso Extraordinario"
Correspondencia de Prensa, 12/04/10
Las primeras informaciones confirman lo
que se anunciaba: la 3º Conferencia Electoral del Partido
Socialismo e Liberdade (PSOL) realizada en Río de Janeiro
el sábado 10, sancionó la fractura política.
De los 162 delegados acreditados,
apenas 89 estuvieron presentes.
Por unanimidad, Plinio Arruda Sampaio fue electo como
candidato presidencial del partido en las próximas
elecciones nacionales de octubre (ver más abajo el
comunicado de la Secretaría de Comunicación del PSOL). El
ganador también contó con los votos de los delegados que
sostenían la candidatura del ex diputado Babá, quien a último
momento desistió para darle apoyo a Plinio.
Por su lado, la fracción que proponía
la candidatura de Martiniano Cavalcante – integrada por la
ex senadora Heloísa Helena, el Movimento Esquerda
Socialista (MES) y el Movimento Terra e Liberdade MTL) –,
se reunió en otro lugar (con 92 delegados, según fuentes
de esta fracción) y rechazó el resultado. Para Heloísa
Helena, la realización de un "congreso extraordinario
del partido" es la única forma de "garantizar la
legitimidad nacional".
En declaraciones al diario Folha de Sao
Paulo (10–4–10), el responsable por la Conferencia e
integrante de las fracciones que apoyaron a Plínio Arruda
Sampaio, el secretario general del partido, Afrânio Boppré,
criticó a Heloisa Helena por estar "omisa" en la
organización y en el fortalecimiento del PSOL. Para Boppré,
la ex–senadora – candidata presidencial del Frente de
Izquierda en las elecciones de 2006 – era "la mejor
opción" del PSOL a la presidencia. No obstante, ella y
sus aliados del MES y el MTL, impulsaron que el PSOL apoyara
a Marina Silva (ex ministra de medioambiente del gobierno
Lula), candidata del Partido Verde (PV). Las negociaciones
con el PV fracasaron, entre otras razones, por los acuerdos
de este partido con fuerzas de la derecha en varios estados.
Fundado en 2004, luego de la ruptura de
miles de militantes y luchadores sociales con el Partido dos
Trabalhadores (PT) y con el gobierno Lula, el PSOL nunca
logró superar el estadio de un frente de tendencias, ni
consolidarse como una referencia programática y
organizativa de lucha anticapitalista. Ni tampoco consiguió
romper con la "herencia maldita" del petismo. Por
el contrario, sus orientaciones reprodujeron todas las
practicas políticas que terminaron por degenerar al PT. Muy
lejos de construirse como "partido estratégico"
con definido perfil clasista y revolucionario, el PSOL fue
privilegiando el campo institucional y la competencia
electoral. En consecuencia, adaptándose cada vez más, a
las "reglas de juego" del régimen de dominación,
incluyendo su financiamiento a través de los recursos
materiales que el Estado y las empresas privadas ofrecen a
los partidos "legales".
Marcelo Badaró, en un artículo que
publicamos en otro boletín, se pregunta como se revela esta
herencia petista en el PSOL. Su respuesta es inapelable:
"A mi juicio, la de la degeneración política de los
dirigentes cuya desesperación por el control de la máquina
partidaria se mostró mayor que el compromiso con los
principios exigidos por la clase trabajadora y los
militantes comprometidos con la transformación
socialista".
Indudablemente, la crisis del PSOL
significa un nuevo revés en la construcción de un proyecto
revolucionario unitario de la izquierda socialista. Aunque
en su discurso ante la Conferencia, Plinio dejó abierta la
posibilidad de volver a recuperar el Frente de Izquierda con
el Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado (PSTU) y
el Partido Comunista Brasilero (PCB).
Todo indica que luego de la Conferencia
y la división, los dos bloques principales del PSOL
continuarán, por un tiempo más, "conviviendo"
bajo el mismo lema partidario. Lo que no augura una
recomposición política, ni mucho menos el restablecimiento
de la democracia interna. En todo caso, esa
"convivencia" será parte de un espacio más de la
disputa fraccional agudizada por la carrera electoral.
El PSOL proclama a Plínio Arruda
Sampaio para disputar la Presidencia de
la República
Plinio defendió la necesidad del
Frente de Izquierda,
con el PCB y el PSTU
Secretaria de Comunicación del PSOL,
10/04/10
Correspondencia de Prensa, 12/04/10
Traducción de Ernesto Herrera
El promotor público jubilado, Plínio
Arruda Sampaio (79), fue electo en el final de la tarde de
este sábado como pre–candidato del PSOL a la Presidencia
de la República en las elecciones de este año. Sampaio
recibió todos los votos de los 89 delegados presentes a la
3º Conferencia Electoral Nacional. La decisión unánime
confirma las expectativas creadas después de la declaración
de apoyo de la mayoría de los parlamentarios del partido a
la pre–candidatura de Plinio y a las manifestaciones
previas de por lo menos 78 de los 162 delegados electos en
las conferencias estaduales.
El ex diputado Babá, que también
competía por la nominación, decidió, a último momento,
retirar su candidatura y llamó a sus adherentes a votar por
Plinio. Martiniano Cavalcante y los delegados que votarían
por él como representante del PSOL no se hicieron presentes
en el evento y su candidatura, por tanto, fue considerada
retirada.
Para Plínio, el debate socialista
enfrenta uno de los momentos más difíciles de su historia
en Brasil, delante de la sacralización de la figura de Lula
en el conjunto de la población. “El desafío es crear el consenso entre los excluidos y
conciencia política para enfrentar al capitalismo",
dijo.
Entre los puntos que el PSOL debe
defender en la campaña, que pretende ser un contrapunto de
falsa polarización entre el PT y el PSDB, están: el fin
del pago de los intereses y la auditoría de la deuda pública;
la implementación de un verdadero programa de reforma
agraria, incorporando el establecimiento de un límite de
1.000 hectáreas para las propiedades rurales; un política
de reforma urbana que tenga como base la desapropiación de
los inmuebles desocupados para la especulación inmobiliaria
en el país; el combate a la privatización las selvas, la
transposición del Rio São Francisco, la construcción de
la usina de Belo Monte, y a los transgénicos; entre otros.
“Esta es una hora histórica. Somos
contra el sistema, queremos transformar la realidad. Este es
nuestro desafío en esta campaña: decir la verdad y plantar
la semilla del socialismo en nuestra sociedad", declaró
Plinio.
En relación a las alianzas para el
proceso electoral, Plinio defendió la necesidad del Frente
de Izquierda, con el PCB y el PSTU, repitiendo la coalición
de 2006.
50 años de vida pública
Con más de 50 años de vida pública,
Plínio Arruda Sampaio es graduado en Derecho por la USP
(Universidad de Sao Paulo) y maestro en desarrollo económico
internacional por la Universidad de Cornell (Estados
Unidos). Fue diputado federal por tres períodos, habiendo
relatado el proyecto de reforma agraria del gobierno de João
Goulart.
Con el golpe de Estado (1964) engrosó la primera lista de proscriptos y se fue al exilio.
En la época, el cargo de promotor público que ejercía
desde 1954 também fue proscripto, sólo siendo reconocido
nuevamente en 1984, cuando fue amnistiado y jubilado. Fue
director de programas de desarrollo de la FAO, órgano de la
ONU para la agricultura y la alimentación, trabajando en
todos los países de América Latina y el Caribe. Fue uno de
los fundadores del PT, deputado federal constituyente y
candidato a gobernador en 1990 y en 2006, ya como PSOL.
Actualmente es presidente de la Asociación Brasileira de la
Reforma Agraria (ABRA).
Las
(cada vez más graves) encrucijadas
del PSOL
Por Marcelo Badaró Mattos (*)
Correspondencia de Prensa, 12/04/10
Traducción de Ernesto Herrera
Acompaño la construcción del Partido
Socialismo e Liberdade (PSOL) como interesado directo desde
su primer momento. Interesado directo porque, acompañé la
trayectoria del PT, de una posición clasista y mal
definidamente socialista en los años 1980, a un reformismo
tímido en los años 1990 y, ya bien distante del partido, a
un explícito social–liberalismo o neoliberalismo de
tercera vía con Lula da Silva en la presidencia.
Desde 2003 fue evidente para mi, así
como para muchos otros, que la incredulidad en la
posibilidad de partidos estratégica y orgánicamente
comprometidos con la clase era una de las mayores amenazas
para los sectores más combativos de los movimientos
vinculados a los trabajadores, que resistían a los llamados
adhesivos de Lula da Silva. Una amenaza porque su
consecuencia y la dispersión de fuerzas, la dificultad de
la construcción común de análisis de lo real, programas
de transformación y luchas colectivas, un conjunto que sólo
agravará la ya grave situación de reflujo de las
movilizaciones clasistas y del proyexto socialista.
Fue ese interés que me llevó al
compromiso directo en la construcción del partido y a una
constante crítica sobre los primeros pasos de su
trayectoria. En todas las evaluaciones que intenté hasta
aquí, señalé que la principal disputa el interior del
PSOL no se daba entre las corrientes A y B, sino entre dos
concepciones diferentes del partido y de su proyecto estratégico,
provenientes de su origen, fundamentalmente como la ruptura
petista. De una lado, se alinean los que entienden al PSOL
como un rescate del "PT de los origenes", del
"proyecto original" del PT, traicionado por Lula y
la Articulación/Campo Mayoritario. Del otro lado, los que
entienden que, aunque la trayectoria del PT no estaba
determinada desde su origen, muchos de sus impasses como
herramienta organizativa de la clase trabajadora,
explicitados a partir de la década de 1990 y excerbados en
el gobierno Lula da Silva, resultaron de los límites de sus
formulaciones estratégicas y de su práctica política
desde su construcción en el auge de las luchas en los años
1980. Por eso mismo, este segundo campo defendió que el
PSOL necesitaba construirse como partido de nuevo tipo,
aprendiendo de la trayectoria del PT, pero para superarla.
A través de tal análisis, pretendí
explicar como se dio la polarización del debate programático
en el PSOL. Así, teníamos en el interior del nuevo partido
los que defendían la retomada del Programa Democrático–Popula
petista – vinculado a su valorización del camino
institucional (en la formulación original combinando las
luchas sociales, pero en la práctica siempre lejos de eso),
como estratégico. De allí se desprendía todo el énfasis
en los procesos electorales y en los mandatos mayoritarios y
parlamentarios como canales privilegiados de la actuación
del partido. Por otro lado, había también quienes defendían
en el interior del PSOL la necesidad de superar el Programa
Democrático–Popular, evaluando sus límites reformistas,
exacerbados por el cuadro actual en que el capital no se
muestra dispuesto a conseciones y el ejemplo del PT que ya
demostró lo que la vía institucional es capaz de hacer, en
el sentido de domesticar e incorporar al orden a los
antiguos representantes de los trabajadores. De allí la
afirmación por ese sector, de la necesidad de construcción
de un nuevo programa socialista para Brasil, en articulación
con los sectores más combativos del movimiento social
vinculado a la clase trabajadora, polo privilegiado de
actuación del partido (sin menospreciar la necesidad de
intervención en el plano institucional), para influenciar
una alteración de fuerzas capaz de abrir espacio para un
nuevo ciclo de luchas más masivas.
Ese análisis no dejó de tener en
cuenta algunos otros aspectos de la "herencia
maldita" del petismo en el PSOL. Hablo de aquellos
aspectos que dicen respecto a la democracia interna y al
funcionamiento del partido. Esto porque el PSOL fue fundado
en base a la acumulación de críticas al PT, que destacaban
justamente la quiebra de la democracia interna del partido,
dirigido autocraticamente por los sectores mayoritarios, lo
que culminó, inclusive, en la expulsión de parlamentarios
que se colocaron por fuera de las deliberaciones
parlamentarias para defender derechos de los trabajadores
(los mismos que se unieron para fundar el PSOL). Por eso, en
sus estatutos fundacionales, el partido recusó el modelo
petista de partido dirigido por arriba, de afiliados que son
llamados apenas para dar quórum en las instancias
partidarias, movilizados en momentos de disputa interna a
través de las máquinas clientelísticas de los dirigentes,
tendencias, mandatos. En contraposición, nos proponíamos
construir el PSOL como partido de militantes, nucleados, con
instancias de funcionamiento regular, donde la base decide
los rumbos partidarios. Pero, en la práctica de los
primeros años del PSOL, esta propuesta todavía está lejos
de concretarse.
Nada de eso es nuevo, y estoy lejos en
ser el único que lo dice. Sin embargo, mucho más que eso
viene ocurriendo en el PSOL desde su Segundo Congreso,
realizado en el segundo semestre del año pasado. En aquella
ocasión, se instaló una doble crisis en el interior del
partido. Su primer núcleo fue la firme disposición de Heloísa
Helena de recusar su nominación – en aquel momento no
encontaría competidores – para la candidatura
presidencial, en nombre de un proyecto personal de disputa
de una banca al Senado por Alagoas. Para un partido con
fuerte aspiración electoralista, como el PSOL ya había
mostrado hasta el momento, el vacío dejado por esa posición
de Heloísa Helena era enorme, dado que la expectativa era
de que su candidatura garantizaba el coeficiente mínimo
para mantener o tal vez ampliar mínimamente las bancadas
federal y estaduales. Una expectativa que contagiaba a la
mayoría de sus corrientes internas y tambien a los aliados,
como el PSTU, que defendió fervientemente la candidatura de
Heloísa, incluso si criticaba duramente la
"flexibilidad" de su discurso y el programa
presentado cuando la disputa presidencial de 2006.
La otra punta de la crisis fue la
recomposición de las fuerzas internas que, ocurriendo
independientemente del posicionamiento de
Heloísa Helena, llevó a una redefinición no sólo
de los sectores y tendencias a conformar el sector
mayoritario electo para la dirección del partido en aquel
Congreso, sino también de su propia dinámica de
funcionamiento. Esto porque el divisor de aguas para la
composición de las listas en el Congreso no fue las
elaboraciones programáticas contenidas en las tesis a
discusión, sino la cuestión de método de hacer política
y de la dinámica de funcionamiento del partido. Chantajes,
retiro de bancadas, amenzas de las más variadas, llevaron
al aislamiento de los grupos próximos a Heloísa Helena (MTL
y MES), que hasta entonces habían compuesto con APS
(corriente interna con mayor número de afiliados) el sector
mayoritario en la dirección del partido.
Las oscilaciones que se sucedieron en
el debate interno sobre la candidatura presidencial, como la
desastrosa discusión sobre el apoyo a Marina Silva y las
postergaciones de la conferencia electoral, afectaron pero
no significaron una quiebra de ese realineamiento de
fuerzas, que acabó por consustanciar en un apoyo de la
mayoría del partido a la pre–candidatura de Plinio Arruda
Sampaio. El debte interno entre los pre–candidatos demostró
que la polarización interna del partido se mantenía
bastante aguda, aunque proyectada hacia otras dimensiones.
En grandes líneas, los tres pre–candidatos demostraron
una visión común de cual es el cuadro actual y de una
correlación de fuerzas bastante desfavorable a la clase
trabajadora, y que las elecciones de 2010 serán marcadas
por la falsa polarización entre Dilma y Serra, en un todo
interesante para que la clase dominante no ponga en discusión
las grandes cuestiones nacionales. En tanto, de esta visión
común, se extraían conlusiones totalmente opuestas. A pre–candidatura
de Martiniano Cavalcanti defendió un sus manifestaciones públicas
la idea de que ante tal correlación de fuerzas
desfavorable, el camino a seguir era la rebaja de los
discursos y programas electorales a un nivel que "no
chocara" a la población, o sea, evitar el
"propagandismo" socialista. En el polo opuesto,
las pre–candidaturas de Babá y Plinio Sampaio,
defendieron la necesidad de una campaña centrada en la
defensa de un alternativa socialista, presentando propuestas
concretas, pero que politizaran el debate en otra dirección,
como camino para instaurar un diálogo de nuevo tipo con
sectores de la clase trabajadora para invertir la correlación
de fuerzas, y no rindiéndose a ella.
Finalizado el período de los debates,
se realizaron las plenarias y conferencias estaduales y en
esa etapa el grado de permanencia de la "herencia
maldita" del PT se mostró tán crítica que sorprendió
hasta aquellos que como yo, consideramos como decisivo el
modo en que el pasado petista viene pesando en el PSOL.
Vivimos recientemente una serie de episodios deplorables:
comenzando por los fraudes en las plenarias, seguido de
movimientos de boicot y chantaje a las instancias de dirección
partidaria por parte de los sectores más próximos a Heloísa
Helena, y culminando con el cierre arbitrario del sitio
electrónico del partido en internet, sumado al intento de
desplazamiento de los miembros de la Dirección Nacional
para una reunión estatutariamente convocada. ¿Cuál es la
cara de la herencia petista revelada por estos episodios? A
mi juicio, la de la degeneración política de los
dirigentes cuya desesperación por el control de la máquina
partidaria se mostró mayor que el compromiso con los
principios exigidos por la clase trabajadora y los
militantes comprometidos con la transformación socialista.
Algo que se puede explicar por deficiencias graves en la
formación teórica, o por las presiones de un cuadro de
reflujo, o por una combinación de esos con otros factores,
pero sin jamás olvidar el elemento de desprecio a la ética
política socialista, justamente por parte de aquellos que más
criticaban moralmente a los petistas y que ahora reproducen
por completo.
¿Cuales son las consecuencias de esta
situación? Escribo en vísperas de la Conferencia Electoral
que va a definir la candidatura del PSOL, la política de
alianzas y las líneas generales del programa de campaña.
No puede predecir el futuro. Pero, pienso que tenemos que
estar preparados para por lo menos dos consecuencias de esta
crisis del PSOL
La primera dice respecto al daño que
esta situación trae no sólo para la imágen del partido
ante sus militantes y los militantes de otros partidos y,
especialmente, de los movimientos reales de la clases
trabajadora donde actuamos. Ya será difícil convencer
sobre la necesidad de los partidos y sobre lo nuevo del
PSOL. Me parece que solamente hay una forma de lidiar con
eso: demostrando madurez en la resolución de los problemas
internos y discutiendo abierta y francamente con la
militancia de los movimiento, de forma de demostrar que, si
nuestros problemas repiten viejos fantasmas del petismo, no
habremos sabido encontrar nuevas soluciones que no
diferencien de tales herencias.
La segunda dice a la necesaria
profundización del rearme interno, que sólo podrá tener
buen término con una recuperación del proyecto original de
un partido construido por militantes, nucleados y
representados en instancias partidarias de funcionamiento
regular, compremetidas con las deliberaciones de base. El
cuadro abieto por la crisis actual impondrá a las fuerzas
que hoy actúan en el PSOL un claro posicionamiento en
relación a ese moddelo de funcionamiento democrático del
partido. De allí vendrá la posible superación de la
polarización en el debate programático por una nueva síntesis,
politicamente más consistente y mejor anclada en el debate
con las fuerzas vivas de la clase trabajadora.
Enfrentar esos dos desafíos puede, por
otro lado, llevarnos a ejercitar un potencial en que el
partido poco apostó en estos sus primeros años de
funcionamiento. Comenzando por el momento de la campaña
electoral, lo que nos es más próximo, transformando la
candidatura de Plínio en un instrumento efectivo de
construcción común de un programa socialista para Brasil,
con los sectores más combativos de los movimientos sociales
– los que se empeñan en la creación de una nueva central
sindical, los que son criminalizados, en el campo y la
ciudad, y que no se incorporan al orden y resisten luchando.
Un instrumento también de recuperación del Frente de
Izquierda, ya tan dificultado por las crisis internas del
PSOL, ahora más necesario que nunca, para evitar pasar a la
clase la imágen de una izquierda socialista tan fragmentada
que se torna compeltamente incapaz de influenciar el juego
político. Y, principalmente, en instrumento para abrir el
diálogo con amplio sectores de la clase en torno de
alternativas radicales, socialistas, al orden del capital,
porque radical es el grado degenerativo actual de la
barbarie capitalista, con la destrucción de los empleos, de
los derechos, de la vida humana, de la naturaleza y,
principalmente, su incesante tentativa de destruir las
figuraciones de otro mundo, posible, socialista, a ser
construido por la clase trabajadora en su lucha de liberación.
(*) Militante del PSOL.
Profesor del Departamento de Historia de la Universidad
Federal Fluminense (UFF). Es miembro del Consejo Editorial
de la revista marxista Outubro: www.revistaoutubro.com.br
Declaración de
la fracción de Heloisa
Helena
Declaración de la mayoría de los
delegados
electos a la III Conferencia, 11/04/10 de abril de
2010
Correspondencia de Prensa, 12/04/10
Traducción de Ernesto Herrera
La presidente nacional del Partido
Socialismo e Liberdade–PSOL, Heloísa Helena, reunida con
90 delegados nacionales electos a la III Conferencia
Nacional Electoral y 12 (doce) presidentes de Direcciones
Estaduales en el auditorio del SINDSPREV–RJ (Rua Joaquin
Silva, Nº 98), en la ciudad de Rio De Janeiro, informa a
todos los militantes del partido:
Nos reunimos en un momento trágico
para Río de Janeiro y Brasil. Las muertes por inundaciones
y desmoronamientos de la última lluvia y la falta de
compromiso con políticas públicas, provocó más de 200
muertes confirmadas hasta hoy. Hoy fue Río de Janeiro, ayer
Sao Paulo. ¿Hasta cuando seguirán las tragedias? No se
trata de problemas locales, sino de la expresión de un
grave problema nacional que vive nuestro país. Frente a los
gobernantes y políticos que producen la idea de que el país
está en pleno progreso, allí están los progresos: las
tragedias de vidas humanas que no pueden ser explicadas
solamente por razones climáticas. Como siempre, los más
pobres, los habitantes de las favelas, que componen el 30%
de la población, pagan la cuenta son sus propias vidas. !Así
es el Brasil de hoy!, aquí el progreso y la desigualdad,
con el enriquecimiento desproporcionado de un puñado de
banqueros, una minoría de latifundistas y grandes burgueses
que representan menos del 10% de la población y detentan el
75% de la riqueza nacional. El gobierno federal del PT, el
gobierno del PMDB en Río, el gobierno de Serra en Sao
Paulo, son co–responsables por esta situación. La
aterradora noticia que el dinero público en Río fue
desviado de la inversión urbana en las favelas, donde se
concentra el mayor número de muertos, muestra una vez más
que ellos gobiernan para los intereses económicos y para
ampliar sus fortunas personales.
Del lado de los desposeidos está el
PSOL, que viene luchando contra la falacia de la corrupción,
contra el proyecto nacional del PT y el PSDB, responsables
por el gobierno de los ricos. Por eso, el PSOL se reafirma y
se postula hoy como una alternativa para otro Brasil, e irá
a estas elecciones a demostrar que un futuro justo para el
país depende de una nueva política, que ponga fin a los
esquemas de corrupción y al sistema de desigualdades
sociales esttructurales. El PSOL cree que el pueblo
brasilero, a través de sus experiencias, algunas trágicas
como esta, y con su movilización irá comprendiendo que
Brasil necesita de otro modelo de gobierno y sociedad. !El
PSOL tiene lado, el lado del pueblo!.
Dos proyecto políticos se
confrontan
El PSOL realizó un intenso debate
interno para elegir a su candidato a presidente. Por detrás
de los nombres que polatizaban la disputa, Martiniano
Cavalcante y Plínio de Arruda Sampaio, se expresaban
importantes diferencias políticas.
El PSOL fue fundado por medio de un
consenso común: que un partido socialista democrático no
se hace sin confrontaciones politíacas e ideológicas, o
sin respeto a los bloques y corrientes internas que
representan esas diferencias. Estuvieron y estan en
confrontados dos proyectos de partido. Nuestro bloque
defendió en todos estos meses de debate en la base
partidaria las ideas centrales sobre las cuales fue fundado
el PSOL en 2004. Un partido socialista y democrático,
abierto, que dialogue con amplios sectores de las masas, y
busque movilizarlas. Un partido que dispute las conciencias
a través de consignas que respondan a las necesidades más
sentidas del pueblo, para ser un polo alternativo delante de
la falsa polarización entre PT y PSDB. Un partido para la
acción, que tiene como principal expresión pública a la
compañera Heloísa Helena, con quien el PSOL alcanzó 7
milllones de votos en 2006, que fue la consejal más votada
en la historia del país, y que ahora disputa una banca en
el senado de Alagoas contra la mafia de Renan Calheiros y
Collor de Melo. El otro bloque, defendió que el eje central
que debe adoptar el PSOL es el eje de la auto–proclamación
del socialismo. De esta manera, se creó otra concepción
para el partido, que apunta a un partido restringido a pequeños
círculos de vanguardia dueños de la verdad, distante de
las reales preocupaciones cotidianas de las masas, y
esencialmente propagandista. Nuestro bloque salió
victorioso de esa confrontación, en la cual participaron
cerca de 10.500 afiliados, de los cuáles cerca de 5.500
apoyaron nuestras propuestas. No fue por casualidad. No sólo
porque concurrimos a todas las Plenarias Municipales,
explicando nuestra política para el PSOL, sino también
porque la mayoría de nuestros militantes quieren un partido
que se construya con influencia de masas, como una
alternativa concreta de poder, un partido que va más allá
de los selectos grupos de "esclarecidos".
Dos métodos frente al
PSOL
Mientras nosotros recorrimos el país y
fuimos a todas las Plenarias, el otro bloque no apareció
para acompañar y disputar las reuniones de los militantes
en los estados de Acre y Roraima, optanto por impugnar
directamente estas delegaciones, anulando el voto democrático
de centenas de militantes, impugnaciones sin amparo en las
normas legales de la conferencia. Uno de esos estados, al
lado de la Venezuela bolivariana, el otro junto a Bolivia,
país donde la mayoría indígena llegó al poder. Además,
pusieron interdicciones a otras Plenarias que fueron
realizadas de acuerdo a las normas reglamentarias. Crearon
un aditivo al reglamento, Término Aditivo, y pretendieron
aplicarlo de manera retroactiva en plenarias que ya se habían
realizado bajo las reglas anteriores. La mayoría burocrática
de la Dirección Nacional, representando al bloque que se
negó a aceptar los resultados de la base partidaria,
prefirió resolver la disputa impuganando delegados de 2
(dos) estados, a través del instrumento de la Dirección
Naciona en una reunión extraordinaria de la cual nos
negamos a participar por estar convocada fuera de las normas
estatutarias. Así, una supesya dirección reunió 36 de sus
61 miembros y decidió la conferencia electoral a su favor.
No satisfechos con imponer burocráticamente al candidato
del PSOL a la presidencia, en esa supuesta reunión de la
Dirección Nacional, rasgaron el estatuto partidario y
retiraron las atribuciones de nuestra presidente nacional,
Heloísa Helena.
Para la unidad del Partido, un
Congreso extraordinario donde los militantes decidan
Se creó una crisis de legitimidad en
la Dirección Nacional del PSOL. Estamos lejos de creer que
esta crisis inviabiliza nuestro proyecto. Representamos
militantes que quienes el PSOL está por encima de todo. Esa
unidad partidaria pasa precisamente por el respeto a las
decisiones de la base. Es de esta forma que un partido
socialista y democrático debe resolver sus crisis. Frente a
los atropellos cometidos por la mayoría de la Dirección
Nacional, que ya no refleja una verdadera correlación de
fuerzas del partido, apelamos a las Direcciones Estaduales y
a los afiliados que lleven adelante, en los términos
estatutarios, la convocatoria de un Congreso Extraordinario
del PSOL, en el cual se recompongan los organismo
partidarios, en base a la correlación de fuerzas que hoy
existe. Hasta que ese Congreso se realice, para resolver de
manera positiva la crisis del PSOL, nuestro compromiso con
los militantes y los afiliados y no apelar a la justicia
para dirimir cuestiones de la candidatura presindencial.
Hacemos esa opción para que el partido continúe
funcionando y para poder realizar campaña electoral. Además,
porque confiamos plenamente en los militantes del partido.
Sabemos que la militancia no aceptará de manera alguna que
estos métodos continúen; que rechazará la caza de brujas,
los epítetos utilizados contra las figuras públicas y
dirigentes de nuestro bloque; que rechazará frontalmente
las declaraciones de Plínio de Arruda Sampaio, que en
muchas oportunidades dijo que el partido tenía que romper
con los “sectores de derecha” que están dentro de el.
No le haremos el juego a declaraciones como esas.
Ganar las calles con
nuestros candidatos
Nuestro bloque, está seguro de que el
PSOL irá a estas elecciones con armas poderosas ya
acumuladas desde su fundación, para invertirlas en la
disputa política, para fortalecerse junto al pueblo y ganar
mayor representatividad. Las experiencias en Río Grande do
Sul, Alagoas, Río de Janeiro, Goiás y muchos otros
estados, deben ser retomadas. Estamos ante un escenario
electoral difícil, pero convencidos en el proyecto político
alternativo que presentamos al pueblo. La elección de Heloísa
Helena nuevamente como senadora y es la principal disputa de
la coyuntura. El pueblo está apostando no sólo en Alagoas,
sino tambien en todo el país para que eso ocurra. Para que
en este partido con relaciones degeneradas recuperemos la
voz de quien no se dobla delante del poder y está dispuesto
a hacer del PSOL un alternativa concreta de poder. Está en
juego la reelección de nuestros parlamentarios: creemos que
ellos serán reconquistados, y que todavía podremos
conquistar otros.
Llamamos a nuestros militantes a salir
con fuerza y a ganar las ruas desde ahora. Afiliar nuevos
compañeros, colocar nuestros pre–candidatos en acción
para preparar una campaña de masas, para hablas con
claridad y simpleza al pueblo, para mostrar como nuestro
partido puede ser fuerte, y como se puede armar un partido
abierto, socialista y democrático.
Posición
del PSTU
Infelizmente, no habrá un frente
electoral
clasista y socialista
Por Eduardo Almeida Neto (*)
Portal PSTU, 14/04/10
Correspondencia de Prensa, 15/04/10
Traducción de Ernesto Herrera
Todos saben que el PSTU impulsó un
frente electoral clasista y socialista con el PSOL y el PCB.
La crisis actual del PSOL torna imposible ese frente. No va
a existir un PSOL, sino dos partidos en la campaña
electoral. Uno de ellos apoyando a Plinio, otro haciendo
campaña sin candidato a presidente. Si el PSOL no consigue
siquiera unificarse a sí mismo ¿cómo pretender el apoyo
de otros partidos para su candidato a la presidencia?
Tenemos un gran respeto por la figura
de Plínio de Arruda Sampaio, pero no somos árbitros entre
las distintas alas del PSOL, y menos todavía una corriente
interna de ese partido. No nos alineamos con ninguno de los
pre–candidatos y no vamos a legitimar a una de ellas,
ampliamente cuestionada por la otra parte.
Ya teníamos grandes diferencias con el
programa democrático–popular defendido por la APS,
corriente mayoritaria en el apoyo a Plinio (así como
tenemos diferencias con el programa del MES–MTL, corriente
que apoya a Martiniano). La APS defiende un programa democrático–popular,
semejante al apoyado por el PT en todo el periodo de
derechización de ese partido, antes del gobierno Lula.
Nosotros defendemos un programa socialista.
Defendemos, también, una clara
independencia política y financiera en relación a la
burguesía, condenando explícitamente el financiamiento de
campaña por las empresas privadas. No vimos una clara
delimitación en ese sentido por parte del PSOL.
Pero ahora, además de las grandes
diferencias de programa y en relación a la independencia de
la burguesía, surgió otro obstáculo objetivo e
insalvable: nuestra propuesta de frente era con el partido
PSOL, y no con una de sus alas.
Así, no existirá un frente de
izquierda en estas elecciones como el que hubo en 2006. El
PCB ya ha manifestado que lanzará una candidatura propia.
El PSOL no consiguió unificarse, ni tampoco ayudó a la
unidad de la izquierda.
Por ese motivo, la pre–candidatura de
Zé María se sonvertirá en la campaña "Zé
presidente". Será la expresión del programa
socialista y clasista que defendemos. No habrá un frente de
izquierda, pero queremos que esa candidatura trascienda las
fronteras del PSTU, Llamamos a todos los que quieran ayudar
a construirla sumarse a nosotros.
El PSTU va a organizar seminarios
abiertos para debatir el programa de la campaña. Todos y
todas que siguen empuñando la bandera del socialismo, todos
y todas que, en este país, están comprometidos en la lucha
de nuestra clase contra la explotación capitalista, están
invitados a ser parte en esta campaña.
(*) Miembro de la dirección
nacional del PSTU y editor de Opinión Socialista.
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