El
movimiento estudiantil entra en un nueva fase
en la
Universidad de San Pablo
Boletim
USP,
7 de noviembre de 2011
A
partir del 27 de octubre se abre una nueva coyuntura política
en la Universidad de San Paulo. Tras un período de apatía
del movimiento, resultado de la política entreguista de la
actual gestión del DCE (PSOL), el enfrentamiento de
centenares de estudiantes contra la policía, que detuvo a
tres estudiantes con la colaboración del DCE, generó un
movimiento capaz de, a partir de legítimas votaciones en
asambleas masivas, ocupar en menos de una semana la Sede
Administrativa de la FFLCH, y luego el Rectorado.
El
PSTU y el PSOL no respetan la democracia de base y se ponen
contra la lucha
Ante
la polémica generada sobre los episodios relatados, cabe
hacer importantes aclaraciones. Tanto la ocupación de la
sede de la administración como la del rectorado fueron
decididas democráticamente en asambleas –foro de
democracia directa de los estudiantes–, donde se
presentaron todas las posiciones y se votó por mayoría. Lo
inaceptable es que quienes cuestionan la legitimidad del
movimiento de ocupación de la rectoría, DCE y PSTU, dieron
en los hechos un horrible golpe a la democracia de base.
Porque en el momento en que los estudiantes estaban con los
brazos levantados y había una clara mayoría a favor de
discutir la ocupación del rectorado, la presidencia de la
mesa, el PSTU y el PSOL, decretaron el fin de la asamblea,
maniobra digna de los peores burócratas.
Luego
de la ocupación de la rectoría se descubrieron documentos
que comprobaban que "representantes" de los
estudiantes, al día siguiente de la ocupaçión de la Sede
Administrativa de la FFLCH, se reunieron con asesores del
rectorado para negociar el fin del movimiento a costa de éste.
Es indiscutible la necesidad política de calificar como
traidor el papel que cumple la actual gestión del DCE,
"Todas las voces", y que tiene al PSOL como sector
mayoritario. Además de romper con la democracia de la
asamblea, postura totalmente antidemocrática, ante los
ataques del rectorado y de la prensa no se pone del lado de
los estudiantes, sino que, al contrario, se pone a hacer
declaraciones intentando deslegitimar el movimiento. Una
postura digna de los peores traidores.
Lo
mismo puede decirse en relación con el PSTU, que a pesar de
no ser parte de la actual gestión del DCE, desde el 27
estuvo totalmente alineado con esa política. Con ellos cabe
una discusión aparte, porque se reivindican como partido
socialista revolucionario. En ese campo político hay un
criterio político estratégico bastante claro en cuanto a cómo
encaminar las diferencias políticas en el movimiento. Y ese
criterio define que aunque no tengamos acuerdo en la política
hacia el movimiento tenemos que ponernos claramente del lado
de los trabajadores y oprimidos. Ése es el criterio
utilizado por el marxismo revolucionario del que dicen ser
parte, incluso como corriente internacional (LIT).
Solidaridad
total con el movimiento de ocupación
En
relación con la ocupación del Rectorado, no podemos tener
dudas: está planteado un conflicto entre dos bandos antagónicos,
lo que exige del movimiento estudiantil, sindical y popular
un claro posicionamento político. En este sentido, la ANEL
y la CSP–Conlutas, así como la Izquierda de la UNE e
Intersindical, dirigidas por el PSTU y el PSOL,
respectivamente, aún no tomaron posición, algo también
inaceptable, principalmente frente a la amenaza de
reintegración. La superación de la UNE y la CUT pasa
necesariamente por la disposición a
construir en la lucha
política y práctica una alternativa de dirección.
Así, esas organizaciones, que se plantean como alternativa
para superar a las direciones burocráticas, deben romper
inmediatamente con esa orientación y ponerse del lado del
movimiento de ocupación.
El
Movimiento de Ocupación plantea al desnudo la política
privatista del gobierno del estado de San Pablo, que tiene
en la figura de Joao Grandino Rodas su cabeza. Es evidente
que los procesos administrativos impulsados por el rectorado
no pasan de farsas jurídicas y procesos de persecución política,
típicos de los regímenes totalitarios, y que la policía
en el campus es parte de la política más general de
acallar las críticas dentro de la universidad. La policía
no está y nunca estuvo para defender la integridad de las
personas. La maquinaria represiva montada para liquidar la
lucha independiente de los trabajadores y de los estudiantes
actúa sobre todos y pretende "acallar todas las
voces". Así,
quienes están contra el Movimiento de Ocupación muestran
un cinismo político infinito al intentar deslegitimar al
movimento, porque terminan llevando agua al molino de este
monstruoso proyecto dirigido única y exclusivamente a favor
de los intereses del mercado.
Derrotar
a Rodas y construir una universidad para los trabajadores
La
situación exige un posicionamento claro de todos. Para
acabar con esta cortina de humo construida por la burocracia
estudiantil y los medios
masivos, y comprender la
justeza de la lucha del movimiento y de su compromiso
em la construcción de una universidad orientada a los
intereses de la mayoría, basta la disposición a participar
en las asambleas y/o de integrarse a la organización del
movimiento para que toda esa falsificación se venga abajo.
Tenemos posibilidades reales de hacer retroceder el rol
represivo y privatista de Rodas, y el instrumento decisivo
en este momento tiene un nombre: Ocupación del Rectorado.
Estamos
en un momento decisivo de esta lucha, que tiene
desdoblamientos a largo plazo. Por eso, todos los que están
por la victoria del movimiento deben encontrar formas de
incorporarse. La apatía sólo sirve a los pocos que se
benefician con la actual estructura elitista y privatista de
la universidad. Ante la amenaza de reintegración, la mejor
respuesta que podemos dar es mostrar nuestra capacidad de
organización y que no estamos aislados. Por eso la
participación en las actividades del movimiento,
particularmente en la asamblea de hoy a las 20 horas frente
a la ocupación, es decisiva. Tenemos que concentrar y sumar
a las actividades del movimiento a todos los que puedan
contribuir: intelectuales, familiares, organizaciones y
todos los activistas políticos comprometidos com una
universidad de los y para los trabajadores.
•
¡Suspensión
ya del convenio USP–PM!
•
¡Basta de procesos y persecuciones políticas la
estudiantes y trabajadores!
•
¡No la la privatización de la universidad!
• ¡Fuera
Rodas!
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