Declaración
de la corriente internacional Socialismo o Barbarie,
09/11/11
Ante
la represión en la Universidad de San Pablo
Incondicional
apoyo a la lucha de los estudiantes
Hoy,
miércoles 9 en la madrugada, finalmente fueron liberados
los últimos estudiantes presos producto de la represión de
la Policía Militar en la universidad más importante del
Brasil: la Universidad de San Pablo.
En
la noche anterior, una gigante asamblea de 3.000 alumnos, la
más grande en esa casa de estudios desde el 2007, había
votado el paro estudiantil hasta la liberación de los compañeros
y compañeras presos, el levantamiento de sus procesamientos
y la satisfacción de los demás reclamos de la lucha.
Quizás
los estudiantes que están en la pelea no lo sepan, pero la
noticia de la represión en la USP dio la vuelta al globo y
fue ampliamente repudiada. Esa misma represión, ahora, ha
instalado su pelea en la palestra internacional.
Por
el mundo y Latinoamérica circuló que el rector Rodas había
ordenado el desalojo represivo del rectorado de la
universidad, ocupado por los estudiantes en lucha contra el
avasallamiento de la autonomía universitaria.
El
operativo, digno de una dictadura militar, con 400
uniformados que cargaron sobre los estudiantes y detuvieron
a 73 de ellos, causó estupor. También causó asombro, la
complicidad histérica de los medios de comunicación, del
gobierno estadual del PSDB, y, sobre todo, del PT de Lula,
complicidad bajo la cual se llevó a cabo el operativo.
Sin
embargo, a estas horas la situación de la lucha podría
estar cambiando para mejor. No se trata, solamente, de la
enorme asamblea y la votación de profundizar la lucha
estudiantil; también está el hecho que entre sectores de
la opinión pública brasilera habría caído muy mal
semejante actuación policial.
El
movimiento de la lucha estudiantil había comenzado días
atrás en rechazo a la actividad de intimidación de la
policía militar. El hecho es que desde hace dos meses, el
rector Rodas introdujo este cuerpo represivo en la USP con
la excusa de "velar por la seguridad de las personas y
las propiedades...”
En
los hechos, la realidad es muy distinta: el cuerpo militar
fue introducido en la universidad a modo de control e
intimidación de los estudiantes, y los trabajadores
docentes y no docentes.
Es
que la USP tiene gran tradición de lucha; ha realizado
varias huelgas estudiantiles en los últimos años; y el
gobierno estadual del PSDB, viene tratando de liquidar estas
características combativas mediante un plan reaccionario de
"normalización" de la universidad.
Este
plan ha incluido la expulsión de directivos del sindicato
no docente (SINTUSPI), y mismo de estudiantes; así como
reiterados ataques contra los estudiantes que se alojan en
la universidad, en sus dormitorios (CRUPSI), y que vienen
cumpliendo un rol de vanguardia en las últimas peleas de la
USP.
El
detonante de este último conflicto ha sido el hecho que la
Policía Militar, mediante la práctica de revisar a los
estudiantes, días atrás terminó deteniendo a tres por
supuesta "portación de marihuana".
Inmediatamente, se generó un enfrentamiento con 300
estudiantes que salieron en defensa de los estudiantes
detenidos, lo que llevó a la ocupación de unos de los
edificios de la universidad (FFLCH).
Esta
situación generó una polémica en el seno de las
corrientes de izquierda que tienen actividad en la USP. La
conducción estudiantil (DCE) la tienen las fuerzas del PSOL,
y son identificados por sus posiciones cada vez más de
derecha.
Sin
embargo, como la sombra al cuerpo, está el caso del PSTU,
el que lamentablemente también se ha venido caracterizando
por posiciones vergonzosas: ambas corrientes cumplieron
un rol de boicot liso y llano de la lucha.
Aquí,
lo que hace estragos, es la adaptación al electoralismo
estudiantil que caracteriza estas corrientes: se mide todo
con el sector más atrasado que, por su número, es el que
cuenta en las elecciones federativas, poniéndose en la
vereda de enfrente el amplio activismo, que es el que está
a la vanguardia de la lucha no solo contra la represión,
sino contra la elitización de la universidad.
Desde
ya que lo anterior no quiere decir caer en el vanguardismo;
siempre hay que pelear por evitar el aislamiento entre la
vanguardia y la base, el buscar establecer vínculos entre
ellos a la hora de la pelea.
Pero
otra cosa es estar, sistemáticamente, en la vereda de
enfrente de asambleas de 1000, o mismo 3000 alumnos, los que
no configuran de ninguna manera "grupúsculos",
sino la flor y nata –por así decirlo– del activismo de
la USP, que ha salido a luchar por una bandera que es de
principios: el echar a la policía militar de la
universidad, el pararle la mano a la escalada represiva de
Rodas.
Desde
la corriente Socialismo o Barbarie, nos solidarizamos
incondicionalmente con esta pelea, y
defenderemos todas las decisiones que tomen los estudiantes
en lucha.
Por
esta razón, hemos lanzado una serie de iniciativas en
varios países para difundir la pelea, y nos ponemos
a disposición en todo lo que haga falta para lograr el
triunfo de la lucha estudiantil.
•
¡Viva la lucha de los estudiantes de la USP!
•
¡Desprocesamiento de todos los detenidos!
•
¡Fuera la policía militar!
•
¡Satisfacción de todos los reclamos!
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