Tifón
en Filipinas, con miles de muertos
Una
historia que vuelve a repetirse
Por
Rafael Salinas,
Socialismo o Barbarie, semanario, 14/11/2013
En agosto de 2005 fue el huracán Katrina
en Nueva Orleans. En marzo del 2011, el terremoto y tsunami en
Japón. Ahora, el tifón Hayan qué arrasó Tacloban y otras
localidades de la isla de Leyte, en Filipinas. ¿Qué
tienen de común esos desastres?
Esta
película ya la vimos....
Primero, que en todos estos casos, las
muertes y destrucciones se vieron agravadas y multiplicadas
“por obra del hombre”, como dice un estudio de esta última
catástrofe… En segundo lugar, que casi todas las víctimas
siempre son los trabajadores y los más pobres.
Recordemos cómo, en el caso del Katrina,
los enormes gastos y esfuerzos militares de la guerra de Iraq,
iniciada por Bush dos años antes, tuvieron consecuencias
fatales en Nueva Orleans. Para ahorrar dinero y destinarlo a
la guerra, no se repararon los diques que protegían la ciudad
de las inundaciones. Además, buena parte del personal del
estado de Louisiana que se ocupaba de estas emergencias, había
sido fletado a Iraq. Y, lógicamente, los barrios más
inundables de Nueva Orleans, donde hubo incontables víctimas,
no eran donde viven los blancos ricos sino los negros pobres.
Lo del terremoto y tsunami de Japón de
2011 fue diferente en la forma pero no en el fondo. ¿A qué
loco se le puede ocurrir, en el país de los terremotos y los
tsunamis, construir una planta nuclear a unos metros del océano?
A ningún loco, sino a capitalistas muy cuerdos que hicieron
fenomenales ganancias… y que por supuesto no viven cerca de
ninguna central atómica. Los que pagaron el pato fueron los
habitantes del campo y las aldeas cercanas, donde no tiene su
mansión ningún millonario.
Lo
de Filipinas es lo mismo, pero a la enésima potencia
Lo de Filipinas es lo
mismo, pero mucho
peor… y desde varios costados. El artículo de un
periodista especializado en cambio climático, Seth Borenstein
(“Experts: man, nature
share typhoon tragedy blame”, AP, November 11, 2013),
explica bien los hechos y sus causas:
“La naturaleza y el hombre –afirma
Borenstein– se unieron para crear el desastre del tifón en
Filipinas. Factores geográficos, meteorológicos, la pobreza,
la mala calidad de las construcciones, el aumento de la
población y, en menor grado, el cambio climático se
combinaron para hacer de Filipinas el país más vulnerable a
los tifones, según varios estudios científicos.”
En primer lugar, debido al cambio climático
provocado por diversos factores que el capitalismo y sus
gobiernos no tienen interés en controlar, las
tormentas se están haciendo cada vez más fuertes:
“Un estudio de 2008 –añade
Borenstein– concluyó que en la zona noroeste del Pacífico
donde el tifón Haiyan se formó, el 1% de los ciclones
tropicales más fuertes en los últimos 30 años tienen
velocidades de vientos
1% mayores todos los años como promedio, un fenómeno que
los científicos sospechan se debe al calentamiento global.
"‘Las tormentas más fuertes se
fortalecen más’, advirtió James Kossin, coautor del
estudio, del National Climatic Data Center. Haiyan ‘es lo
que potencialmente puede ser un buen ejemplo de las
conclusiones a las que estamos llegando’, agregó.
“Además, ‘el mar en
Filipinas
creció 1,27 centímetros
en los últimos 20 años, tres veces más que el crecimiento
global’, dijo Steven Nerem, de la University
of Colorado. El aumento del nivel del mar propicia la generación
de tormentas.” (Borenstein, cit.)
“Bombas de tiempo urbanas”
A
eso se suman las condiciones
en que vivía la población. Según el mismo estudio que
citamos, “Brian McNoldy, investigador de huracanes de la University
of Miami, calcula que entre el 75
y 80% de la devastación es culpa del factor humano… Los
meteorólogos señalan la extrema pobreza y el fuerte
crecimiento de la población, casi todo en áreas costeras
vulnerables con malas normas de construcción. Incluso los
refugios contra huracanes construidos por el gobierno no
pudieron soportar los embates del tifón Haiyan.
Las
casas de los pobres, madera y cartones, volaron por los
aires...
“Más
de cuatro de cada diez filipinos viven en una ciudad con más
de 100.000 habitantes vulnerables a las tormentas… La
población de Tacloban, devastada por el tifón Haiyan, aumentó
casi el triple, de 76.000 a
221.000 personas, en sólo 40 años.
“Pero
la tercera parte de las viviendas de Tacloban tenían las
paredes exteriores de madera y en una de cada siete el techo
era de paja, según la Oficina
del Censo local.
“Esos
factores, en especial la mala calidad de las construcciones,
fueron tan importantes que una tormenta mucho menos fuerte
podría haber causado casi el mismo nivel de devastación”,
dijo McNoldy.
“‘Existen
estas bombas de tiempo
urbanas, ciudades cuyo tamaño aumentó dos, tres, cuatro
veces en 50 años, sin buenas normas de construcción’,
concluyó Richard Olson, director del Instituto de Fenómenos
Extremos de la Florida International
University.” (Borenstein, cit.)
¿Quién
arma las “bombas de tiempo”?
Pero
¿quién es responsable de esas “bombas de tiempo urbanas”
que señalan los científicos? ¿”El
hombre” en general o el
capitalismo en particular?
Los
ricos no viven en casillas de madera con techos de paja, ni
suelen habitar zonas peligrosas e inundables. Y, además, los
capitalistas y sus gobiernos no han sido capaces de tomar
ninguna medida en serio contra el cambio climático.
La humanidad hace frente a problemas gravísimos,
que a la larga amenazan su existencia. Pero tiene las manos
atadas para enfrentarlos, por un sistema que pone por encima
de todo las sagradas ganancias del 1% de billonarios,
propietarios del planeta.
|