Los
desafíos del 2008
Editorial
de El Trabajador Nº 66
PST
de Honduras, enero de 2008
El año
2008 inicia con una acumulación de problemas para el pueblo
trabajador como producto de la falta de voluntad política
del gobierno liberal para resolver las más elementales
demandas populares. Pero al mismo tiempo, anticipa un
agravamiento de las condiciones de vida de toda la población,
en la medida que los grupos de poder económico enfrascados
en una abierta lucha por el poder político, convertido hoy
en el camino más rápido para el enriquecimiento personal,
están convirtiendo Honduras en un campo de batalla donde el
único perdedor es el pueblo.
Desde
el mes de octubre el pueblo ha visto reducir drásticamente
su poder de compra en la medida que los empresarios han
incrementado los precios de los artículos de consumo
popular. A lo que se ha sumado el gobierno con el incremento
a la tarifa eléctrica por la vía del ajuste por
combustibles y el anuncio de abandonar toda política de
subsidios a los servicios públicos, combustibles y
transporte para las próximas semanas. Política acompañada
del estancamiento del salario mínimo que sólo se incrementó
en menos de ochenta lempiras semanales, provocando una
enorme transferencia de recursos de los trabajadores a los
capitalistas.
El
gobierno concluye el año enfrascado en un pleito en las
alturas cuyas manifestaciones más grotescas han sido los
allanamientos contra el ex gerente de Hondutel, Marcelo
Chimirri; y más recientemente la golpiza que recibió el ex
canciller de la República, Milton Jiménez, por parte de
las fuerzas policiales aprovechando que se encontraba
borracho. Mel Zelaya y Roberto Micheletti, son las cabezas
visibles de este enfrentamiento por controlar el poder público
y sobre todo los fondos del Estado, en beneficio de sus
propios grupos de poder económico.
Por
esa razón, las medidas tomadas, como por ejemplo el famoso
congelamiento de precios no se hacen para beneficiar a la
población sino para crearle problemas al adversario. En
esta dinámica, los capitalistas han aprovechado para
incrementar sus ganancias por la doble vía del alza de
precios y el ridículo aumento al salario mínimo.
Lo
que demuestra que no estamos ante la presencia de una
confrontación ideológica ni de una corriente burguesa más
progresista que otra.
En
este contexto al pueblo trabajador no le quedan
alternativas. Del gobierno no va a recibir nada, los
capitalistas seguirán exprimiendo las raquíticas bolsas
populares, y los precandidatos de los partidos burgueses se
encargarán de seguir confundiendo al pueblo con mentiras
que nadie cree.
Por
tal razón, los trabajadores han empezado a pelear. Destaca
la heroica lucha de los compañeros de la maquila STAR en El
Progreso por organizar su sindicato, y la declaratoria de
huelga del Stibys por aumento salarial. Además de los miles
de trabajadores del estado, empezando por los de salud pública
que empiezan a discutir qué hacer frente a la situación.
Sin
embargo, estas luchas por muy heroicas que sean no logran
revertir la situación del pueblo ya que sus resultados son
de muy corto alcance. Es necesaria una lucha unitaria
nacional contra el modelo económico y sus medidas
antipopulares, lo que coloca en manos de los dirigentes
nacionales de la CGT, CUTH, CTH, COCOCH, CNC, FOMH y la
Coordinadora Nacional de Resistencia Popular la
responsabilidad de convertir el 1er. Encuentro Obrero,
campesino, comunitario y Popular, votado por las bases
de la CNRP en La Ceiba el pasado 3 de noviembre, en el
primer paso de un Plan de Lucha de cara a un Paro
Cívico Nacional, que retome todas las demandas
populares hechas públicas el 27 de agosto pasado.
Las
jornadas de lucha de los últimos años han preparado las
condiciones para unificar al movimiento obrero y popular de
Honduras en una perspectiva de independencia de clase y de
movilización permanente para empezar a resolver los
problemas históricos que la burguesía hondureña no puede
resolver. Sobre esta base también hay que empezar a
discutir una perspectiva electoral para las próximas
elecciones nacionales que supere la división del proceso
anterior.
El Partido
Socialista de los Trabajadores (ex Partido de los
Trabajadores), compromete todos sus esfuerzos en esta
perspectiva de lucha del movimiento popular hondureño, y
llama a los activistas y luchadores a sumarse a sus filas
para dotar al movimiento popular de una clara perspectiva
revolucionaria de clase y socialista.
Crisis
en las alturas
El
culebrón
El
Trabajador Nº 66, enero de 2008
Los
conflictos al interior del Partido Liberal expresados en el
enfrentamiento público entre Mel Zelaya, Presidente de la
República, y Roberto Micheletti, Presidente del Congreso
Nacional, se han convertido en un verdadero “culebrón”
que sólo merecería la burla si no fuera porque son la
manifestación más patética de la crisis del sistema
capitalista hondureño.
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Contrarreformas
electorales
La
aprobación de las contrarreformas electorales, más allá
del circo que generaron, con sus idas y venidas, es el
intento desesperado y descarado del bipartidismo de querer
tapar la crisis de credibilidad en la que se encuentra, con
un ataque a las arcas del estado en beneficio de las
corrientes –de ambos partidos– más reaccionarias, para
garantizarse en situación de extrema ventaja el control del
poder del estado.
El
movimiento popular y la llamada «sociedad civil» debe ir
mucho más allá de cuestionar únicamente el financiamiento
del estado, se trata de exigir un cambio total en las reglas
de juego que democratice los procesos electorales
permitiendo, en primer lugar, el reconocimiento de nuevos
partidos políticos tanto a nivel nacional, departamental y
local sin mayores requisitos, dado que el voto es en última
instancia quien determina los mayores o menores alcances e
influencias de cada institución política.
En
segundo lugar, los procesos internos de cada partido, y
sobre todo el de los tradicionales, debe estar en manos de
cada partido sin la participación del estado.
Y en
tercer lugar, en las campañas electorales se deberá
garantizar el acceso a los medios de comunicación de todas
las expresiones políticas en igualdad de condiciones.
Mantenerse
en el actual marco es hacerle el juego al bipartidismo burgués
responsable de la profunda crisis en la que se encuentra
Honduras.
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El
enfrentamiento lleno de escándalos, denuncias, amenazas,
procesos judiciales, espionajes, persecuciones y hasta
golpes, manoseando cuanta ley esté a su alcance y a los
mismos “poderes públicos” totalmente subordinados a los
intereses personales de los dirigentes liberales y
nacionalistas, pone en evidencia las profundas limitaciones
de una democracia al servicio exclusivo de los ricos.
No
es cierto que existan diferencias ideológicas —que uno
sea de derecha y el otro de izquierda— más allá de la
forma de hablar de cada uno. Ambos llegaron donde están
apoyando y aplicando la misma política de subordinación al
imperialismo norteamericano y los organismos financieros
internacionales.
Ambos
aplican las recetas neoliberales y ambos fueron defensores
del TLC que hoy tiene en la postración a nuestro país.
Ambos
son profundamente autoritarios frente a los reclamos
populares y no han dudado en reprimir a los sectores en
lucha. ¿Cuál es entonces la razón fundamental del
enfrentamiento?
Las
razones
La
crisis inter burguesa se articula en torno a dos facciones o
“arcos de alianzas” y tiene como trasfondo la forma y
las condiciones con las que se definirá la candidatura a la
presidencia del PL.
Los
enfrentamientos se dan en todos los aspectos de la vida pública
pero fundamentalmente en aquellos que tienen que ver con
manejo de fondos públicos y con el posicionamiento para las
próximas elecciones.
En
esta lucha la corriente de Patricia Rodas que sostiene y
asesora a Mel Zelaya, ha venido perdiendo cuadros
fundamentales debilitándose al extremo.
Incluso
la salida de Rosenthal del gabinete para iniciar su propia
campaña política muestra un cierto distanciamiento con una
corriente casi liquidada pero que quiere vender cara su
derrota.
La
pelea por el posicionamiento de cara a las internas es
fundamental para los grupos de poder económico: los
empresarios de las térmicas, de los grandes medios de
comunicación, de las maquilas y del turismo, ya que la única
forma que tienen de hacer prosperar sus negocios asegurando
una ganacia es mediante los contratos y privilegios que
otorga el estado.
Ellos
mejor que nadie saben que en los tiempos del TLC no existen
posibilidades desde el punto de vista de la
competitividad
burguesa a menos que, logren garantizar sus ganancias por
otros medios.
El
caso del Partido Nacional
El
Partido Nacional también hace parte del conflicto buscando
un mejor posicionamiento fundamentalmente para la corriente
de Pepe Lobo que ha pactado con Micheletti la repartición
de los fondos electorales, tratando se sacarle ventaja a
Mario Canahuati.
Nuevamente
nos encontramos ante el mismo cuadro: ambas corrientes
representan los intereses del gran capital, con la
diferencia que cada uno le pone la cantidad de sal que
quiere a su discurso.
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