Resistencia
activa de los trabajadores panameños
Por
Noé Sibaja
El
Trabajador Nº 73
PST
de Costa Rica, marzo 2008
El
calendario marcaba 13 de febrero de 2008 cuando el gremio de
los trabajadores de la construcción panameños salieron a
las calles de diferentes ciudades de ese país y aplicaron métodos
de lucha auténticamente revolucionarios: cortes de ruta,
barricadas y lucha callejera con confrontación física
contra las fuerzas represivas del Estado Burgués
Neoliberalista de Panamá.
Es
necesario señalar que este fenómeno social no fue producto
de una chispa espontánea que se prendió el día 13, sino
que por el contrario, es la manifestación de un proceso de
lucha de clases abierto en la hermana República de Panamá.
El
propósito de este artículo será retomar este proceso de
los compañeros y compañeras panameñas y procurar sacar
conclusiones necesarias para la definición de las
estrategias de lucha más importantes para el proletariado
centroamericano.
El
movimiento se organizó alrededor de la dirección del
Sindicato Único de los Trabajadores de la Construcción
(SUNTRACS). Las demandas del sindicato fueron:
1)
Aprobación inmediata del reglamento de seguridad en la
Construcción
2)
Que se destituya al director de la Policía Nacional,
Rolando Mirones, y al Ministro de Gobierno, Daniel Delgado
Diamante.
3)
La eliminación de los sindicatos amarillos del gobierno y
la patronal, respeto a la libertad sindical y trámite
inmediato para el reconocimiento de organizaciones
sindicales legítimas como el caso de los trabajadores del
Corredor Norte.
4)
Que se cree una comisión independiente e imparcial para
investigar los crímenes de los obreros Osvaldo Lorenzo,
Luiyi Arguelles y Al Iromi Smith, el sicariato en la
industria de la construcción, la persecución y patraña
judicial contra el compañero Saúl Méndez y los casos de
brutalidad policial.
5)Aumento
general de salario.
6)
Igual salario mínimo por igual trabajo en toda la República.
7)
Rebaja y congelamiento de los precios de los artículos de
primera necesidad.
8)
Inmediata libertad de todos los detenidos durante las últimas
jornadas de protesta.
9)
Fin de la represión contra el pueblo, el terrorismo
judicial y freno a los planes de asesinatos selectivos de
dirigentes sindicales y sociales.
10)
Alto a la provocación y abusos de la Policía Nacional en
los proyectos de construcción.
Detengámonos
y analicemos de manera breve, pero concisa, estas justas
demandas de la clase trabajadora panameña.
Según
algunos datos de la prensa burguesa internacional, AP
Agencia Internacional, en los últimos dos años han muerto
en Panamá más de 50 trabajadores del sector construcción.
Muchas de estas lamentables defunciones pudieron ser
evitadas de operar en Panamá un adecuado sistema de salud
ocupacional que tuviera como objetivo el preservar al
trabajador y trabajadora de potenciales accidentes durante
su jornada laboral.
Lo
que sucede es que los planes reales de salud ocupacional
implican una erogación "extra" de presupuesto
para el empresario dueño de la compañía, por lo tanto, la
seguridad de los trabajadores se visualiza como una
"externalidad" o "gasto" que los
empresarios procuran evitar a toda costa.
Esta
es la realidad de la mayoría de los trabajadores de la
construcción, y de otros sectores, a nivel centroamericano.
La
solicitud de destitución del director de la Policía
Nacional, así como del Ministro de Gobierno, fue una reacción
del sindicato, sectores estudiantiles de la Universidad de
Panamá, y otras organizaciones populares en contra del vil
y cobarde asesinato del líder sindical colonense Al Iromi
Smith, muerto durante una protesta en la ciudad de Colón en
manos de las fuerzas represivas del Estado Burgués,
Neoliberal y Antipopular de Panamá.
Este
hecho fue a la vez un componente importante de la
radicalización de la protesta popular que ya para el día
15 de febrero contabilizaba 50 heridos y más de 800
detenidos en diferentes ciudades panameñas.
Los
puntos tres y cuatro del pliego petitorio son denuncias y
exigencia del derecho de organización sindical por fuera de
la intervención de la patronal.
En
toda Latinoamérica, el derecho a la organización
independiente de las y los trabajadores está en serio
peligro debido a las arremetidas de los gobiernos de
derecha, y aún en aquellos que se autodenominan de
"izquierda", como es el caso del despido de
Orlando Chirinos por su política crítica al gobierno
bonapartista de Hugo Chávez en Venezuela.
En
Panamá, como en otras regiones, esta problemática de
impedimento a la libertad sindical confluye con el asesinato
en contra de importantes dirigentes sindicales, quienes son
acosados permanentemente por defender los derechos gremiales
de la clase trabajadora.
Las
peticiones relacionadas con el aumento salarial y con la
rebaja y congelamiento del precio de los artículos de
primera necesidad es una constante dentro de las demandas
planteadas por otras organizaciones populares de la región
centroamericana. Esta constante obedece a los aumentos
desproporcionados en los artículos de primera necesidad
debido a los altos precios internacionales de los granos básicos,
lo cual encarece a la otra gran mayoría de alimentos; así
como a la galopante inflación que enfrentan en su propia
piel las masas populares centroamericanas.
Como
señalaba el editorial del "Trabajador 72", en
Costa Rica, alimentos fundamentales de la canasta básica
como los frijoles, huevos, arroz y carnes han experimentado
subidas que oscilan entre el 80% y el 15%.
Estos
aumentos extraordinarios en las cosas básicas para la
supervivencia deben ser detenidos mediante acciones
concretas de las masas que los sufren, y hacen bien los
compañeros panameños en ligar las problemáticas gremiales
de un sector de la clase trabajadora, con respecto a
problemas y carencias más generales que incumben a todos
los sectores explotados y marginados de la sociedad.
En
Costa Rica durante la lucha contra el TLC, éste fue uno de
los problemas fundamentales, puesto que la dirección
burguesa y burocrática que terminó por dirigir la derrota,
siempre renunció a ligar la problemática del TLC y el
imperialismo, con las problemáticas más sentidas de los
sectores en lucha. Claro, los dirigentes no sentían en sus
bolsillos la escasez, por esto era imposible que
visualizaran la totalidad social como solamente la clase
trabajadora lo puede hacer.
La
inmediata libertad de los detenidos y el alto a las acciones
militares de las fuerzas represivas de Estado son, también,
peticiones legítimas en la lucha y deben de hacernos
reflexionar a las y los militantes revolucionarios de la
necesidad de prestar atención especial al desarrollo del
proceso de "profesionalización" de las fuerzas de
seguridad en países que internacionalmente se promocionan
como sin ejército; pero que en los hechos cuentan con
contingentes armados dispuestos a defender a sangre y fuego
el Estado Burgués de cualquier intentona de la clase
trabajadora de acercarse al poder.
Ahora,
en lo que respecta a los últimos acontecimientos, éstos
parecen dirigirse en dos direcciones. Por un lado, desde el
Suntracs se dice estar a la espera de una respuesta oficial
por parte del gobierno de Martín Torrijos al pliego
petitorio que adicionamos arriba.
Frente
a estas peticiones el sector empresarial reaccionario ha
respondido furibundamente que: "aquí lo que tenemos
que hacer es profundizar la competencia entre los
empresarios" en boca de Domingo Latorraca presidente de
la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura.
Entonces,
la respuesta del gobierno, agente de la burguesía,
probablemente será dar algunas migajas para engañar
incautos y continuar con sus políticas antipopulares que
profundizan las desigualdades sociales, la acumulación de
capitales y los niveles de pobreza.
Por
otro lado, hay una discusión abierta con la prensa
burguesa, quien ataca al Suntracs y lo acusa de tener vínculos
con el chavismo, así como de tener como objetivo final la
sustitución de un sistema enclavado en la propiedad
privada, por uno en que ésta no sea posible.
Desde
el PST nos solidarizamos con los trabajadores de la
construcción panameña, así como con sus reivindicaciones
sectoriales. De la misma manera, consideramos elementales
aquellas propuestas que contemplan los intereses de la
totalidad de los sectores oprimidos de la sociedad panameña.
Este
es el objetivo final al que debe llegar la clase
trabajadora: por medio de su actividad revolucionaria lograr
la participación de los demás sectores explotados a la
lucha contra la burguesía y después de la victoria
construir un mundo nuevo sin explotación.
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